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Renault 5 TL 5 puertas
Con el nuevo Renault 5 de cinco puertas, la firma nacional FASA-Renault busca una mayor difusión para su gama más popular, de la que en el pasado año vendió en España más de 55.000 unidades, ofreciendo la posibilidad de obtener un empleo mucho más amplio, al poder acceder directamente a los asientos posteriores por medio de sus puertas independientes. Para muchos, el nuevo modelo parece no estar muy de acuerdo con la producción de la fábrica española, por el hecho de existir ya el R-7, interpretando que el nuevo coche viene a sustituir a éste, pero no hay tal, puesto que el R-7 es una berlina de corte clásico en la que hay tres volúmenes definidos: uno para el motor, otro para el habitáculo y otro para el maletero, mientras que el R-5 de 5 puertas es un típico dos cuerpos con uno de ellos para el motor y el otro para el habitáculo-maletero con portón atrás, pudiéndose agrandar el espacio para el equipaje simplemente abatiendo el respaldo de los asientos de atrás.
Es pues un nuevo modelo que, dentro de la serie R-5, se viene a sumar a los TL, GTL y TS, ofreciéndose en las dos versiones TL y GTL, entre las que hay las mismas diferencias que ya existían en cuanto al acabado en los modelos de tres puertas y, asimismo, el primero de ellos es para gasolina normal y el segundo para súper, pudiendo interpretarse como dos estadios distintos: uno el coche normal (TL) y otro el más lujoso (GTL), con un equipo mejor, pues la mecánica da la misma potencia, es decir, 45 CV. Pero habida cuenta de que en nuestro número 1.016, de 28 de febrero, hacíamos la prueba del GTL de tres puertas, si ahora probamos el TL de cinco puertas, ya no es preciso probar ni el TL de tres puertas ni el GTL de cinco puertas, puesto que motores y acabados son los mismos en TL, ya sean de tres o de cinco puertas, y en GTL ocurre otro tanto.
Incluso, dentro de nuestro gusto particular, encontramos al nuevo coche hasta más agradable, más simpático, más entrañable, por el hecho de esas dos puertas por cada lado, que aumentan su capacidad de utilización, al facilitar el acceso a los asientos de atrás por sus propias entradas, que, como las delanteras, permiten el poder acceder y salir del coche sin complicación alguna. En la comparación con el modelo normal de tres puertas, parece que éste adquiere ahora cierta fisonomía como de coupé deportivo, mientras que el nuevo modelo de cinco puertas, aun siendo de la misma capacidad, da ahora la impresión de mostrarse como para uso familiar, naturalmente limitado en su tamaño. Quizá el tres puertas siga siendo el coche ideal para la gente joven, mientras que el nuevo cinco puertas encuentre un sitio nada despreciable entre los automovilistas que son padres de familia o buscan una utilización más completa del coche.
LA DISCUTIDA CUESTION DEL CONSUMO
El precio de la gasolina siempre en alza ha hecho que los fabricantes se pongan a estudiar la manera de llevar los consumos a cifras cada vez más bajas. En este aspecto, los R-5 con los nuevos motores 1.108 c. c. son coches que se muestran particularmente sobrios. Ahora nos vamos a referir en el consumo a los TL —ya sean de tres o cinco puertas—, dado que en el número 1.016 nos referimos en cuanto a consumo al GTL de tres puertas, lo cual es también válido —o sigue siéndolo— para el nuevo GTL de cinco puertas. Los datos obtenidos, pues, en la prueba del TL cinco puertas que hoy nos ocupa —ya sean de consumo o de prestaciones— sirven también para el de igual notación en tres puertas, que no probamos, al ser coches idénticos y en los que no cambian más que el número de puertas. Lo mismo ocurre con el GTL de cinco puertas, que no es preciso ya probar al haberlo hecho con el de igual notación en tres puertas. Creemos que el lector lo comprenderá y entenderá este pequeño trabalenguas al que es preciso llegar para aclarar las cosas y explicar por qué no se prueban modelos que, aun distintos, se muestran iguales a las versiones de las que derivan. A este respecto, conviene tener en cuenta que los cinco puertas TL no son sino derivados de los TL de tres puertas. Y lo mismo sucede con los GTL.
Pues bien, hecho este preámbulo, vayamos al grano; y para ello comenzaremos por decir que, a 90 km/h., el TL de cinco puertas probado ahora, hizo un consumo de seis litros exactamente, y naturalmente, de gasolina de 90 octanos, que es la que le corresponde emplear, mientras que el GTL de tres puertas probado en anterior ocasión gastó, a igual velocidad, 5,7 litros de gasolina de 96. Teniendo en cuenta los precios de una y otra gasolina utilizada, resulta que el modelo TL es 15,40 pesetas más económico a los 100 kilómetros recorridos que el GTL. Pero ahora, vayamos a la velocidad de 120 km/h. de crucero y nos encontraremos con que el TL gasta 7,9 litros a los cien, mientras que el GTL gasta 7,2, con lo que la diferencia en dinero será de veinte céntimos a favor del segundo, que es prácticamente imperceptible.
La realidad es que el TL se muestra algo más económico yendo a 90, pero es tan poco... que en definitiva, lo que cuenta y decide a favor de uno u otro coche es su precio de adquisición y no más, pues veamos prestaciones y observaremos que: En el kilómetro con salida parada, el TL invirtió 40 segundos como mejor tiempo, mientras que el mejor del GTL fue de 39” 5/10; como vemos, una diferencia casi imperceptible o al menos nada considerable, mientras queda velocidad máxima fue de 142 km/h. para el TL y 135 para el GTL. Pero, ¿cómo es esto, se preguntarán muchos, siendo como es 45 CV. la potencia de uno y otro modelo? La razón está en que el TL da esa potencia máxima a 5.000 r. p. m., mientras que el GTL la da a 4.500, por lo que al ser desarrollos iguales para uno y otro coche, no es extraño que el primero ande siete kilómetros más que el segundo, aunque tarde algo más en coger la velocidad máxima y sea algo menos nervioso, pues a cambio, el mejor par motor del GTL, que es de ocho kilográmetros, lo mismo que el TL, lo da a 2.000 vueltas y no a 2.500 como en éste, lo que se traduce en esa algo mayor elasticidad del GTL.
Se trata pues de coches muy similares en los que, a nuestro juicio, lo que decide es el equipado —más rico en el GTL, con luneta térmica y limpia-lavalunetas, así como faros de marcha atrás y otros detalles—, pero lógicamente de mayor precio, como se puede comprobar en el espacio dedicado a precios de coches en esta misma revista, existiendo una diferencia de 34.800 pesetas más en el GTL.
AL VOLANTE, LO QUE ES YA CONOCIDO
Cuando probamos el GTL de tres puertas, nos mostramos muy elogiosos con el freno, porque realmente lo merecía. Decíamos que frenaba apenas tocarlo, pero ahora no podemos decir lo mismo, porque el coche probado tarda algo más en frenar. A este respecto, hay que decir que aquél llevaba unas pastillas apropiadas y éste no. Suele ocurrir que un mismo suministrador cambie de calidad sin apenas apreciarlo, pero el coche es sabio juez y lo pone en seguida de manifiesto. De todos modos, el nuevo coche frena lo suficiente con unas pastillas y con otras, éstas de ahora mucho más chillonas, mientras que las del otro modelo probado apenas si se oían. Indudablemente eran de otra calidad, desde luego mejor, a nuestro gusto. Por otra parte, puede que esta pequeña deficiencia observada se muestre en alguna que otra unidad y no en todas. Es conveniente, pues, que si el cliente lo observa, lo haga saber —cuando el coche está en garantía— a su concesionario, para que le cambie las pastillas y le ponga las adecuadas, pues Renault es de las marcas que hacen caso a sus clientes, pero antes compruébese por persona entendida que la reclamación se hace con motivo justificado.
Buena visibilidad en derredor, que no se ha perdido con la nueva implantación de puertas atrás. Interior de nivel sonoro muy aceptable, tanto, que cuando hay algún silbido aerodinámico exterior, se acusa muy fácilmente. Y, en fin, qué decir más de este coche, ya tan de sobra conocido, que, ahora, con sus cinco puertas, viene a ofrecer el máximo de utilidad, el máximo de resultado práctico para quien busque un coche mixto de magnífica utilización en la ciudad por su buena maniobrabilidad y de tan buen comportamiento en carretera por su gran estabilidad y seguridad de marcha, así como notable economía de consumo. · Fuente: VELOCIDAD nº 1029, 30-mayo-1981
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