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Renault 4 TL vs Citroën 2CV

 

El Citroën 2 CV y el Renault TL son dos de los modelos más baratos de los ofrecidos al usuario español, con un precio que se mueve alrededor de las quinientas cincuenta mil pesetas. Por desgracia, son también los más veteranos de la producción nacional, y eso se nota no sólo en su línea exterior, sino también en su espaciosidad interior, casi mínima, o en el apetito en carburante de sus motores, muy alto.

 

Tanto en uno como en otro coche destaca el peculiar diseño de las suspensiones, lo que les convierte en vehículos muy aptos para circular con cierta tranquilidad por los caminos rurales. En estas condiciones especiales, el R-4 supera al 2 CV no sólo por su mejor mecánica que es casi la misma del R-5 GTL, sino también por su mayor funcionalidad, consecuencia directa de la quinta puerta.

 

El R-4 se impone a su rival en tráfico urbano gracias a las mejores características de su motor: con el Renault es posible ir a treinta por hora en tercera o cuarta sin tirones ni ruidos extraños, cosa que no sucede en el 2 CV, que exige un uso más continuado del cambio. Ya en carretera o autopista, uno y otro coche desentonan no sólo por sus prestaciones mínimas, sino también, por las molestias que causan a sus pasajeros, sobre todo en el aspecto de ruido. En el 2 CV el escándalo producido por la mecánica impide cualquier conversación normal, mientras que en el R-4 los silbidos generados por la carrocería martirizan los tímpanos de los ocupantes.

 

A lo largo de los mil quinientos kilómetros recorridos con cada coche por ciudad, carretera y autopista, se puso en evidencia la superioridad manifiesta del R-4 sobre el 2 CV, pero en los doscientos kilómetros suplementarios recorridos por caminos rurales el equilibrio entre ambos coches fue notable. De cualquier manera, el R-4 es mejor que el 2 CV y las treinta y tres mil pesetas de más que cuesta se compensan por su mayor comodidad, por consumo y por prestaciones.


 

CITROËN 2 CV: RELIQUIA DESCAPOTABLE

 

VIRTUDES DEFECTOS
· SUSPENSIÓN CÓMODA · RUIDOS Y VIBRACIONES
· COCHE DESCAPOTABLE · HABITABILIDAD ESCASA
· CAMBIO MUY MANEJABLE · POTENCIA MÍNIMA

 

El 2 CV responde punto por punto a la idea de André Citroën expuesta antes de 1940: «Cuatro ruedas bajo un paraguas, capaces de transportar una cesta de huevos por un camino rural sin riesgo alguno para su integridad.» Este concepto, revolucionario en 1948, es en la actualidad algo superado por completo, cuando ya han transcurrido treinta y cinco años desde su lanzamiento.

 

Todo denota la antigüedad del coche: el motor, tan escaso de potencia como bebedor; la posición al volante, absolutamente infame, no sólo por el tamaño y la colocación del volante, sino también por la imposibilidad de regular la inclinación del respaldo; el ruido de marcha, que hace imposible una conversación en tono normal; la visibilidad, mínima en todos los sentidos. También hay algún punto favorable en el 2 CV: la suspensión, por ejemplo, que filtra bien las irregularidades y permite circular por cualquier terreno sin problema; la comodidad de las plazas traseras; el techo descapotable, ideal para gozar del sol en verano; o ese estilo simpático que invita a la sonrisa por cuanto a este venerable abuelito se le contempla siempre como algo inofensivo y bastante frágil. Precisamente, uno de los problemas más graves del coche es su mínima seguridad en cualquier colisión.

 

Con los 29 caballos de potencia que da el motor bicilíndrico es imposible seguir el ritmo de la circulación cotidiana, en ciudad o en carretera. El Citroën se las ve y se las desea no sólo para arrancar con cierta alegría en un semáforo, sino también para llevar a cabo cualquier adelantamiento.

 

El cambio es extraño por la posición de las marchas con la primera hacia atrás y a la izquierda, pero es, sin embargo, tan manejable como suave. Las tres primeras velocidades se adaptan bien al carácter del motor, pero no la cuarta, que se agota en el menor repecho.

 

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

 

MOTOR Disposición: Delantero longitudinal. Número de cilindros: 2, opuestos. Cilindrada: 602 c.c. (74 x 70 mm.). Cigüeñal: De 2 apoyos. Distribución: Arbol de levas central, accionado por piñones. Alimentación: Por carburador. Compresión: 8,5 a 1. Tipo de carburante: Gasolina de 96 octanos. Capacidad del depósito: 25 litros. Potencia máxima: 29 CV a 5.750 rpm. Par máximo: 4 mkg. a 3.000 rpm.

TRANSMISION Tracción: A las ruedas delanteras. Caja de cambio: Manual, de cuatro marchas. Velocidad a 1.000 rpm. en cada marcha: 1.ª, 5,1 km/h.; 2.ª, 10, 1 km/h.; 3.ª,15 km/h., y 4.ª 20,4 km/h. Embrague: Mando mecánico.

DIRECCION Tipo: De cremallera. Vueltas de volante entre topes: 3. Diámetro de giro: 10,8 metros.

FRENOS Sistema: Discos delante, tambores detrás.

SUSPENSIONES Tipo: Independientes a las cuatro ruedas.

RUEDAS Llantas: De chapa, de 4 x 15 pulgadas. Neumáticos: 135 SR 15.

PESOS En orden de marcha: 590 kg.


 

RENAULT 4 TL: VEINTE SONANTES AÑOS

 

VIRTUDES DEFECTOS
· ELASTICIDAD DEL MOTOR · BARRIDO LIMITADO DE LOS LIMPIAPARABRISAS
· BUENOS FRENOS · HABITABILIDAD ESCASA
· MECÁNICA SILENCIOSA · DUREZA DE LA CAJA DE CAMBIOS

 

El Renault 4 TL, con veintitrés años a sus espaldas, responde todavía, casi de forma irreprochable, a la idea del coche «para todo»: barato robusto, con capacidad para cuatro personas, capaz de moverse con facilidad tanto en ciudad como en caminos rurales y que, además, hace gala de un maletero de capacidad aceptable.

 

Este modelo Renault podrá vivir aún algún tiempo pese a que su carrocería sea muy estrecha para cinco pasajeros y cause además muchos ruidos aerodinámicos; son también criticables las ventanillas, fieles al sistema de corredera; el asiento posterior, bastante incómodo para sus ocupantes por lo estrecho del asiento propiamente dicho, y la palanca de cambios, tan dura de accionar como mal posicionada, lo que cansa el brazo derecho después de un recorrido de varias horas por un tráfico perezoso.

 

Entre los aspectos positivos, cabe destacar: la suspensión, que permite excursiones por los terrenos más variados; el buen acabado del conjunto; el sensacional carácter urbano de motor y transmisión, e, incluso, el bajo nivel de ruidos generados por estos últimos en su funcionamiento.

 

El motor del R-4 TL es el mismo que llevaron en su tiempo tanto los R-8 como los R-12, y que ahora aparece en los R-5, R-9 y R- 11. Con 1. 108 centímetros cúbicos da 38 caballos muy «percherones» en su comportamiento; la potencia es justa y no permite al conductor ninguna alegría, pero, eso sí, los adelantamientos se pueden realizar sin excesivos problemas.

 

El carácter de la caja de cambios empareja bien con el del motor y da al coche su verdadero valor de utilitario. La cuarta se agota en los repechos, pero las tres primeras marchas tienen brío y, al mismo tiempo, permiten rodar muy despacio sin tirones ni traqueteos.

 

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

 

MOTOR Disposición: Delantero longitudinal. Número de cilindros: 4, en línea. Cilindrada: 1.108 c.c. (70 x 72 mm.). Cigüeñal: De 5 apoyos. Distribución: Arbol de levas lateral, accionado por cadena. Alimentación: Por carburador. Compresión: 8,3 a 1. Tipo de carburante: Gasolina de 90 octanos. Capacidad del depósito: 34 litros. Potencia máxima: 38 CV a 4.500 rpm. Par máximo: 7,3 mkg. a 2.200 rpm.

TRANSMISION Tracción: A las ruedas delanteras. Caja de cambio: Manual de cuatro marchas. Velocidad a 1.000 rpm. en cada marcha: 1.ª, 8,4 km/h.; 2.ª, 14,5 km/h.; 3.ª, 22,2 km/h.; 4.ª, 31,5 km/h. Embrague: Mando mecánico.

DIRECCION Tipo: De cremallera. Vueltas de volante entre topes: 3,9. Diámetro de giro: 9,8 metros.

FRENOS Sistema: Discos delanteros y tambores traseros.

SUSPENSIONES Tipo: Independientes a las cuatro ruedas.

RUEDAS Llantas: De chapa, de 4 x 13 pulgadas. Neumáticos: 135 x 330.

PESOS En orden de marcha: 700 kgs.


 

INTERIORES: CON MUCHAS ESTRECHECES

 

La accesibilidad al interior es mejor en el R-4 que en el 2 CV. En el Renault el gran ángulo de apertura de las puertas facilita la entrada y salida de los ocupantes, aunque en la parte de atrás es el mismo asiento quien se carga de obstaculizar la entrada. Por otra parte, la gran altura que hay desde las puertas hasta el suelo en ambos coches, obliga a los pasajeros a deslizarse hasta el borde del asiento para después descender sin mayores problemas. En el Citroën, el acceso al puesto del conductor es más complicado porque la posición del volante limita los movimientos.

 

Una vez en el interior, el Renault resulta algo más amplio que el Citroën, tanto delante como detrás. En conjunto, el interior del R-4 es más agradable que el del 2 CV.

 

Los asientos son demasiado simples en los dos coches, con un apoyo lumbar prácticamente nulo, lo que molesta rápidamente tanto al conductor como a los acompañantes, que sufrirán los efectos de un viaje largo en sus riñones. Los asientos delanteros del Renault son mejores que los del Citroën. En el 2 CV los respaldos de estos asientos no son regulables, cosa que en la actualidad resulta incomprensible, no sólo como elemento de comodidad sino como elemento de seguridad. En cambio, en el asiento trasero la comodidad es mayor en el Citroën. En el Renault el asiento propiamente dicho resulta muy corto, lo que obliga a los pasajeros a mantener una posición poco cómoda, pues las piernas quedan casi al aire. No obstante, el gran problema del asiento trasero del 2 CV es que sólo es apto para dos personas; si se quieren acomodar tres, la que se sitúa en medio se clava una barra de la estructura metálica del asiento.

 

La posición del conductor es más cómoda en el Renault que en el Citroën. El volante queda bien centrado en ambos vehículos, pero en el 2 CV la excesiva inclinación horizontal y el gran diámetro del volante, hacen que el conductor tenga que moverse hacia delante cada vez que tiene que tomar una curva.

 

Los cuadros de instrumentos son muy simples en los dos vehículos, pero el del R-4 es más moderno y funcional que el de su contrincante. En el Renault, además del velocímetro, aparece un buen número de testigos que se encargan de avisar sobre las posibles anomalías. El cuadro del 2 CV resulta anticuado y poco vistoso. Su única ventaja es que incorpora un amperímetro. El tablero frontal del Renault es más agradable y seguro que el del Citroën por estar hecho en material plástico de formas redondeadas y tacto agradable. Tiene varios huecos para dejar objetos. Por contra, en el Citroën el frontal queda desnudo con muchos ángulos y aristas bastante peligrosas, que además dan al conjunto un aspecto un tanto pobre.

 

Los mandos de la calefacción quedan escondidos en los dos coches. Para que el conductor pueda accionarlos es necesaria una contorsión hacia el lado derecho, poco agradable y mucho menos segura. Este defecto es más acusado en el 2 CV que en su rival. El resto de los mandos -luces, intermitentes, etcétera- quedan bien al alcance de la mano en los dos, aunque algo mejor en el Renault, ya que en el Citroën el mando del estárter también está medio perdido en la parte central del tablero.

 

La visibilidad es mejor en el Renault, ya que el parabrisas del Citroën resulta excesivamente bajo. Este defecto se agudiza según aumenta la estatura del conductor. Lo que es inadmisible es la ausencia de parabrisas laminados en ambos coches, sobre todo, tratándose de lunas planas cuyo costo no es excesivo.

 

De noche, la iluminación es buena en ambos coches, teniendo en cuenta las limitadas prestaciones de los mismos. En el R-4 el barrido de los limpiaparabrisas resulta insuficiente y obliga al conductor a torcerse un poco para poder ver a través de la superficie limpia del cristal.

 

Los sistemas de apertura de las ventanillas son antediluvianos en los dos coches. En el 2 CV la ventanilla delantera está partida y se abre hacia arriba, y las ventanillas traseras no tienen posibilidades de abrirse. En el R-4, tanto delante como detrás, las ventanillas son deslizantes.

 

La capacidad del maletero es mayor en el Renault que en el Citroën. El R-4 cuenta, además, con la ventaja del portón posterior. El suelo del maletero del R-4 queda más bajo que el del 2 CV, con lo que se facilita la carga y descarga de equipajes.


 

AL VOLANTE: EL R-4 SE DEFIENDE MEJOR

 

El R-4 es mucho más agradable de conducir que el 2 CV gracias, sobre todo, a su motor. El cuatro cilindros del Renault tiene una potencia bastante digna -38 caballos- y, lo que es más importante, una elasticidad portentosa, lo que le permite marchar a muy poca velocidad en tercera o cuarta sin que aparezcan los menores síntomas de desaprobación, ya sea en forma de traqueteos molestos o de ruidos extraños; no sucede lo mismo en el 2 CV, que en tales circunstancias manifiesta su desacuerdo a través de tirones que obligan al conductor a poner una marcha más corta -tercera o segunda- si no quiere que su coche se cale. Esa falta de elasticidad del Citroën es también responsable de unas recuperaciones sumamente lentas, mucho peores que las conseguidas por el Renault.

 

En ciudad el R-4 se maneja mejor que el 2 CV gracias a la buena disposición de su motor para responder al duro trato antes descrito, que es, en cualquier caso, un martirio para la mecánica.

 

El Renault también es mejor que el Citroën en cuanto se refiere a comportamiento. En ambos coches se aprecian fuertes inclinaciones de la carrocería a la hora de abordar una curva algo deprisa -más de 60 kilómetros por hora-, y esto cansa a muchos pasajeros, quienes llegan incluso a marearse; de todas formas, esas inclinaciones son menos espectaculares en el R-4 que en el 2 CV. Cuando se circula por carreteras de montaña con curvas abundantes los dos modelos se defienden honorablemente y el conductor queda sorprendido por la eficacia de las suspensiones.

 

Como todos los restantes modelos de tracción delantera, el R-4 y el 2 CV tienden a irse algo de morro cuando se empieza a recorrer una curva a velocidades superiores a la aconsejable; este problema se soluciona fácilmente con girar tan sólo un poco más el volante en el mismo sentido de la curva. Dentro ya de las curvas, los dos coches hacen gala de una gran nobleza y el conductor no se lleva ningún susto, aunque en el 2 CV si se impresiona más por la inclinación excesiva de la carrocería, que parece anunciar un vuelco inminente, algo, por otra parte, casi imposible en este tipo de coches.

 

La mejor dirección de los dos competidores es, con mucha diferencia, la del R-4. La del 2 CV no necesita muchas vueltas para pasar las ruedas de un extremo a otro -tres vueltas-, pero por contra es tan dura que exige un esfuerzo considerable cuando se trata de moverla; en el momento de efectuar las maniobras habituales de aparcamiento, son necesarios unos buenos músculos y otro tanto sucede a la hora de circular por zona de curvas cerradas y es preciso mantener las ruedas giradas con cierta frecuencia.

 

En el Renault la dirección es mucho más suave y la única crítica que cabe corresponde al excesivo número de vueltas necesario para pasar de uno a otro tope: con casi cuatro vueltas -3,9 exactamente- esta dirección es muy lenta.

 

El Renault frena mejor que el Citroën no sólo porque el equipo del R-4 es más eficaz que el del 2 CV, sino también porque es más fácil de dosificar la deceleración. Los dos coches carecen de algo tan elemental como la servoasistencia y a causa de esta falta, casi imperdonable, es imprescindible pisar con fuerza si se quiere una frenada eficaz. En el 2 CV aparecen, además, dos problemas suplementarios: por un lado, la poca carrera útil del pedal, lo que hace muy difícil dosificar el esfuerzo con exactitud; y, por otro lado, la suspensión, cuyos movimientos de cabalgadura cargan y descargan alternativamente el eje delantero, por lo que aparecen blocajes intempestivos y se alargan las distancias de detención.

 

El Renault gasta, casi en cualquier circunstancia, un 10 por 100 menos que su rival. Durante la prueba en autopista se ha rodado, únicamente, a una velocidad de crucero de 100 kilómetros por hora para no castigar demasiado a las mecánicas; en este caso particular la superioridad del R-4 es evidente, pues consume un litro menos que el 2 CV, cuyo motor bicilíndrico se las ve y se las desea para mantener tal ritmo de marcha. El 2 CV fue, sin embargo, más sobrio que el R-4 en la prueba de conducción rápida por carretera de montaña, lo que se explica por el menor cubicaje de su motor -602 frente a 1.108 centímetros cúbicos-. De todas formas, el consumo no es el punto fuerte de ninguno de los dos modelos comparados, lo que permite plantear una duda sobre la verdadera economía de ambos coches, que si bien son baratos a la hora de su adquisición, después, durante el uso cotidiano se revelan, más caros por su mayor consumo.

 

Las aceleraciones y la velocidad máxima del R-4 son, también, mejores que las del 2 CV, pero las diferencias son pequeñas. Aquí cabe la misma crítica para los dos competidores: sus prestaciones no están a la altura de lo que es habitual en los restantes modelos del mercado y esa lentitud de reacciones puede ser, en muchos casos, un verdadero peligro, no sólo para sus ocupantes, sino también para los restantes usuarios de la carretera.

 

La suspensión del Citroën es más confortable que la del Renault. El 2 CV absorbe mejor las irregularidades del terreno que el R-4, cuyas reacciones son algo más bruscas; esa ventaja se aprecia con toda claridad cuando se circula sobre pisos muy bacheados. El R-4 es, pese a todo, mucho más cómodo que el 2 CV y en este aspecto intervienen no sólo el inferior nivel de ruido generado por la mecánica Renault, sino también las menores vibraciones producidas por el conjunto cuando el coche se encuentra en funcionamiento.

 

CONSUMO

 

Itinerario

Crucero (km/h)

Consumo (l/100km)

    Citroën 2CV Renault 4 TL

CIUDAD

-

7,6

6,9

CARRETERA

90

6,4

6,1

CARRETERA

conducción rápida 8,4 8,8

AUTOPISTA

100 7,9 6,9

 

PRESTACIONES

 

  Citroën 2CV Renault 4 TL

 

 

Aceleración

   
400m. salida parada 24,0 23,0
1000m. salida parada 44,8 44,0
De 0 a 80 km/h 16,9 12,3

Recuperación

   
400m. desde 40 km/h en 4ª 26.0 24,5
1000m. desde 40 en 4ª 47,3 47,2
De 80 a 100 km/h en 4ª 17,4 11,4
Velocidad máxima 122,0 125,1

 

CONCLUSIÓN: UN BUEN PRECIO

 

El Renault 4 TL es mejor coche que el Citroën 2 CV 6 CT y, por tanto, se presenta como una opción más lógica a la hora de la adquisición. El R-4 tiene una mecánica que todavía es muy competitiva, pues es casi la misma equipada por el R-5; la antigüedad del diseño general de este coche la notan, sobre todo, los pasajeros, quienes deben enfrentarse con unas puertas traseras no muy grandes, con unos asientos demasiado sencillos o con un acabado honesto, pero sobrio; el conductor, por su parte, tiene como principales problemas no sólo la dureza de la palanca de cambios, sino también la escasa visibilidad que proporcionan los limpiaparabrisas en caso de lluvia.

 

El 2 CV es más barato que su rival, pero la diferencia es tan pequeña -no supera las 35.000 pesetas- que no llega a intervenir realmente en la decisión final. De cualquier forma, esa aparente economía inicial no se compensa en la práctica diaria por diversos motivos: ni por consumo, ya que el Citroën gasta siempre más que el Renault, ni por mecánica, ni por comodidad para los pasajeros.

 

Las aptitudes urbanas del 2 CV son mínimas, a causa tanto de la poca elasticidad del motor como de la dureza de la dirección, y esto reduce su campo de utilización a las zonas rurales, allí donde se necesita, especialmente, una buena suspensión y los demás conceptos pueden quedar marginados.


· Autor: Angel Marco (MOTOR 16 nº 17, Febrero 1984)

· Gracias a Colempi por enviar el reportaje

 

 
 
   
   

 

 

 

 

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Censo de pruebas del RENAULT 4 en la prensa del motor española (20)

 

20.000 KM CON EL RENAULT 4

AUTOPISTA Nº 0484 (18-05-68)

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CITROËN 2CV/RENAULT 4

MOTOR 16 Nº 017 (18-02-84)

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CITROËN 2CV/RENAULT 4 TL/SEAT MARBELLA L

MOTOR 16 Nº 177 (14-03-87)

FIAT 500 F/CITROËN DYANE/NSU PRINZ 4/RENAULT 4L/SIMCA 1000 LS/VOLKSWAGEN ESCARABAJO 1200

CUATRORUEDAS Nº 087 (MARZO 1971)

FIAT PANDA/LADA SAMARA 1300/RENAULT 4 GTL CLAN/SEAT MARBELLA XL

AUTO 1 Nº 107 (MAYO 1991)

RENAULT 3/RENAULT 4/RENAULT 4L

MOTOR MUNDIAL Nº 205 (SEPTIEMBRE 1961)

RENAULT 4

VOLANTE Nº 20 Enciclopedia del Automóvil

RENAULT 4 de lujo

AUTOPISTA Nº 0382 (27-05-66)

RENAULT 4 L Furgoneta

VELOCIDAD Nº 0247 (4-06-66)

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RENAULT 4 SUPER

VELOCIDAD Nº 0562 (17-06-72)

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RENAULT 4 SUPER

VELOCIDAD Nº 0337 (22-02-68)

RENAULT 4 SUPER

VELOCIDAD Nº 0660 (4-05-74)

RENAULT 4 SUPER

AUTOPISTA Nº 0471 (17-02-68)

RENAULT 4 TL

AUTOPISTA Nº 1247 (11-06-83)

RENAULT 4 TL

VELOCIDAD Nº 1146 (10-09-83)

RENAULT 4 TL vs CITROËN 2CV

MOTOR CLÁSICO Nº 017

RENAULT 4 TL/SEAT PANDA 40

AUTOPISTA Nº 1374 (16-11-85)

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RENAULT 4-4/RENAULT 5 BACCARA

AUTO ESTILO Nº 04

RENAULT 4L/CITROËN 2CV

SOLO AUTO Nº 011 (AGOSTO 1983)

RENAULT CLIO/RENAULT 4CV

SUPER AUTO Nº 20 (ENERO-FEBRERO 1991)

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Comentarios de los lectores: 64
 

 

41. fernando 

¡¡¡Cómo se nota que nunca has tenido un citroen!!!

 

 

42. Vale 

En mi familia estos dos coches han definido nuestra vida automovilistica durante muchos años y forman parte de la acutalidad de la misma todavia. Por ello puedo decir que tengo un infinito cariño a ambos, PERO TENGO QUE DECIRLES A LOS AMIGOS DEL MITO 2CV QUE, SIN DESMERECER ESTE COCHE QUE TANTO QUIERO, EL R-4 TIENE MUCHA MENOS FAMA DE LA QUE SE MERECE POR HISTORIA, POR PARTICULARIDAD Y POR RENDIMIENTO, no quiero quitarle merito al pequeño Citroën, pero quienes hemos tenido y disfrutado ambos, reconocemos que el RENAULT 4 NOBLEMENTE SE HA IDO ADUEÑANDO DE NUESTROS CORAZONES.

 

 

43. Fermín Muñiz 

Realmente, dos coches míticos.
Pero, como opinamos la mayoría, con el paso del tiempo, el R4 será considerado un coche mítico, pero el 2CV ya es y será mucho más que eso, no sólo por su estilo mucho más particular, sino también por haber nacido antes y haber realizado muchas más proezas en su historia.
Adriano vive de puta madre con la pasta que le da su padre prejubilado, jugando al fútbol y alternando con los colegas ¿se puede pedir más? Él no obstante le tiene miedo al futuro, al presente y al limbo de modo que prefiere bajar a los infiernos (o subir, mejor, si tenemos en cuenta la cantidad de estupefacientes que se encuentra por el camino) y encontrarse a si mismo. El problema, lo trágico es que Adriano podría ser cualquiera de nosotros y el lugar donde vive no podría ser otro más que Asturias, aunque a veces recuerde a Polonia, mal que nos pese. El entorno industrial frío y opresor que nos recuerda a Cabeza Borradora y a Invierno Rojo se contrapone con el “paraíso natural” verde y casi salvaje que claramente recuerda a Fitzcarraldo como poco. Y por supuesto los bares, El Viejo Ábside en Avilés, La Calleja de la Ciega en Oviedo, plató habitual ya para buena parte de los mejores cortos realizados en Asturias y donde se está como en casa, qué caramba, el Filarmónica en Oviedo, Flamin’ Club y Bola Ocho (los agradecimientos obligados) Es que lo hemos pasado como los indios. Y la autopista Y griega, y las estaciones de tren y “el negrón” y Covadonga. Que el cielo nos perdone. Agotador. Y la música. Chucha, Licore, y las gaitas, “You never walk alone”, los Ass-Dragers, la selección de Forever y los Jesus & Mary Chain cerrando con el Darklands, esclarecedora, paradójicamente.
Y las drogas y los otros paraísos, artificiales
Miedo y asco en Las Vegas
Las Vegas,Corvera, claro

who

El director de esta epopeya en vídeo digital ha sido Diego G. Taboada quien ya había dirigido anteriormente otros cortometrajes como 80.000.000 de espectadores (1997), Haciendo el indie (1999) y La ley de la taiga (2000) quien se encuentra actualmente estudiando Cinematografía en la ECAM y que ha sobrevivido, a duras penas, como el resto del equipo a este viaje por toda Asturias que, de todas formas, se ha hecho corto. Los protagonistas han sido José Luis Fernandez del Valle, Alberto Begoña y Avelino Requexo

why

Desde luego que desde que se escribió el primer guión hasta que el cortometraje se empezó a rodar ha pasado un largo tiempo y son las innumerables e impredecibles circunstancias las que acaban configurando finalmente el resultado. Inicialmente, en la escena del bar en que el protagonista intenta ligar a la chica de la fiesta, ella tendría enormes gafas de pasta y aspecto de estudiante y un libro de cine nórdico en la mano, y el diálogo debía ser este, tal como aparece en el primer guión

Ella
- Desde luego, no sé cómo logro encontrar un chico al que le lleguen las películas de Dreyer, son tan epatantes…
Dani
- Pero nun ves guaha que toos los que-y gusten eses películes son unos mangantes

Ella
-No sé, tampoco pido tanto. Que Él me lleve a ver “Dos Seres” en La Caja de Ahorros en una tarde de tormenta…
Ella se pone muy mística y mira hacia arriba
Dani
- Pues si non lo alcuentres ye que buscaste poco, porque esa peña non debe pillar abondu…

Pero la coincidencia de fechas, el tono cada vez más british que iba tomando el corto y la inestimable colaboración de Maxi, Sara, Xiomara y demás gente hicieron inevitable el cambio del guión, que redondeó la película. Sin saber cómo Nel, Dani y Adriano deciden meterse en un bar y se encuentran con un montón de gente bailando y se apuntan a la fiesta, aunque la teleología les lleva a seguir buscando… bueno, unos dirán que algo más para meterse dentro y otros más perspicaces que a sí mismos. La parada en la allnighter de Forever es sabrosa y sustanciosa y ahí queda eso. Una fiesta de puro desmadre. Y por si fuera poco todo lo anterior la colaboración y la compañía de toda la gente, de Emma, de Luzma, de Chuso, de Poti y toda la gente del Flamin´Club que se portaron fantásticamente con nosotros y nos ayudaron sin poner pega alguna, de todos los que acudieron a la fiesta, que aguantaron pacientemente el rodaje y que crearon el ambiente (y no se pueden imaginar ustedes lo que fue a medida que avanzó la noche la fiesta, pues esto se rodó a primera hora) pues… como para habérselo perdido. Y mira que llovía aquella noche
Quien esto cuenta, que ha escrito el guión con el director sólo puede decir ¡de película!
No hay nada como un 2CV.
Fermín Muñiz

 

 

44. Xanti 

Dos coches de otra época juzgados con criterios modernos. El R-4 es una década más moderno y más adaptado a la vida actual, pero el 2-CV es especial. Un Charleston Delage es para vestir chaqué.

 

 

45. LEONEL CONDE "CITRONEL" 

LA IDEA ORIGINAL NACIO EN 1935 Y FUE DE CITROEN, EL 4L,
NACIO MUCHO, DESPUES COPIANDO EN SIERTOS ASPECTOS LA EXTRAORDINARIA, GENIAL, FABULOSA,... IDEA DE CITROEN.
QUE POR SU PUESTO LO PONEN AL
2CV EN EL PRINCIPAL, Y AL 4
EN UN COCHE MAS...
REALMENTE LAS COMPARACIONES SON TONTAS CUANDO HABLAMOS DE UN AUTO QUE FUE DISEÑADO EN LA DECADA DEL 30..Y.. QUE SE MANTUVO ESA IDEA DURANTE MAS DE 40AÑOS Y, EL OTRO DISEÑADO AL FINAL DE LOS 50, HACIENDO
ALGO MUUUUY PARECIDO AL 2CV.
ADEMAS HAY QUE ACORDARCE QUE
EL 2CV6 (3CV EN MI CASO) TIENE
602 CM3 32HP/6750RPM COTRA LOS 1108 CM3 DEL 4 QUE CORREN A SU FAVOR, TANTO EN TAMAÑO COMO EN VELOCIDAD DE MOTOR, Y, AQUI TAMBIEN MARCA LA CONFIABILIDAD DEL CITRO.
POR LO MENOS AQUI, EN ARGENTINA SON MAS CONFIABLES
LOS 2CV, 3CV,AMI8, ETC QUE
LOS CORRESPONDIENTES A SU COMPETIDORA, OSEA R4, R6....
ADEMAS EL CITROEN ES UNICO,
INCOMPARABLE E IRREPETIBLE....
UN SALUDO.

 

 

46. ARMANDO 

Me he acordado de esta comparativa mientras la leia. Recuerdo que cuando la leí me dije han comparado estos coches como si fueran normales y no es así, están por encima de lo normal o van por otro camino, seguro que ahora cualquier comentario en motor 16 daría otro trato a estas dos joyas.

 

 

47. el loco 

Al ver esta comparativa se me ha venido a la cabeza la plaza de cualquier pueblo de España, más concretamente del mio (Jarandilla de la Vera, Cáceres), hace veinte años con sus fuentes, sus viejos sentados al sol, sus R4 y 2cv aparcados. Sinceramente son dos coches que tengo asociado a una época y a un modo de vida que se va perdiendo poco a poco, así que verlos hoy me hacen sentirme bien.

 

 

48. Arnau 

Si son los peores coches fabricados, cabe pensar que el género humano es el más estúpido de los que la Madre Naturaleza ha creado. Del Renault 4 se vendieron más de 8 millones de unidades y del 2CV, casi 6. Me parece poco probable que tanta gente estuviera equivocada, Joaquín!.

 

 

49. joaquin 

el citroen 2 cv ademas de ser un bote con ruedas, tiene menos potencia que una vespa, tengo para opinar que los dos son muy malos coches, pero el 2cv se lleva el premio a la chatarra del siglo

 

 

50. marcos 

el 2 cv es el peor coche fabricado

 

 

 

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