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Simca 1000 Automático
Hasta hace unos años, únicamente los poderosos fabricantes americanos de automóviles de alto precio ofrecían, como equipo opcional, modelos dotados de transmisión automática. En Europa no veíamos con demasiada simpatía tal innovación por suponer que el manejo del automóvil dotados de sistemas de cambio automático restaba emoción a la conducción y también que su mayor coste y su más elevado consumo no estaban compensados por una comodidad no anhelada por desconocida. El cliente americano se ha habituado de tal manera al uso y manejo de automóviles dotados de transmisión automática que todos los fabricantes del otro lado del océano, así como los europeos y japoneses, que exportan a aquel continente sus productos, ofrecen hoy sus automóviles con la posibilidad de disponer del sistema de cambio automático. Aunque las características de aquel gran país son muy diferentes a las nuestras, en cuanto al tamaño y potencia de sus vehículos, sus carreteras, etcétera, el deseo de poseer un automóvil de manejo aún más sencillo, más seguro y más confortable, ha llegado hasta nosotros influyendo para que los constructores europeos se decidan a acoplar en sus fabricados transmisiones casi siempre de tipo semiautomático (Mercedes Benz, Rolls Royce y otras marcas de alto precio equipan cajas totalmente automáticas, en muchos casos de procedencia americana), en las que al menos se elimina el empleo del pedal de embrague, lo que ya de por sí constituye una ventaja. En vehículos pesados, por ejemplo en autobuses urbanos, es ya de uso normal el empleo de transmisiones que por sus características han eliminado el pedal de embrague, evitando el fatigoso trabajo de embragar y desembragar continuamente, conforme exige el tránsito, cada día más intenso, en las calles de las ciudades. Barreiros es el primer fabricante español de automóviles de turismo que, a través de sus productos Simca, ofrece de manera opcional en cualquiera de sus versiones (Normal, Gran Lujo y Gran Lujo Especial), este avance técnico del que puede beneficiarse hasta el más humilde, que no es menos importante, de sus clientes. Pues supone un gran beneficio para aquellas personas que les fatiga conducir, o que no se sienten atraídas por ello, para aquellas que no encuentran placer alguno en el cambio mecánico y también para aquellos que sufren algún impedimento físico para conducir normalmente. Aunque, bien entendido, todo aquél que tenga la oportunidad de probar un Simca 1000 Automático, sabrá apreciar la diferencia. Hablemos del automóvil que hemos probado. Se trata de una berlina, modelo normal, Automático, con transmisión marca Ferodo, que había matriculado seis meses antes y tenía en su haber cuando pasó a nuestras manos algo menos de 10.000 kilómetros. Por nuestra parte le hicimos rodar bajo las condiciones más adversas durante unos 1.000 kilómetros. Por tanto, puede considerarse como totalmente experimentada la unidad que probamos. Como las características generales del coche son sobradamente conocidas, renunciamos a referirnos a cuanto no sea su sistema de cambio automático y su repercusión en la marcha, consumo y rendimiento. Para los que gustan de conocer características técnicas, nos complace informarles de que la transmisión automática Ferodo que equipan los Simca 1000 consiste en un conjunto que incluye: 1. Un convertidor hidrocinético para asegurar el arranque y la multiplicación automática del par a baja velocidad, de tipo sellado. 2. Un embrague de turbina con gobierno por presión de aceite. El embrague dispone de un resorte de acción constante con el que se consigue el freno-motor en todo momento, cualquiera que sea la relación de velocidad escogida, con un índice grande de seguridad. 3. Una bomba de circulación de aceite con regulador de presión que asegura la alimentación y la lubricación del convertidor y del embrague: una electroválvula que manda el embrague; un depósito de aceite exclusivo para alimentar todo el sistema; una palanca en sustitución del clásico cambio convencional, dotada de contacto eléctrico sobre la posición "Neutro" del cambio de marchas. Todo el conjunto está acoplado a una caja normal de tres velocidades adelante y marcha atrás. Es, por tanto, el sistema más sencillo de cuantos conocemos, lo que asegura su utilidad práctica, carente de averías costosas, amén de la garantía que el conocido fabricante Ferodo ofrece a través de sus licenciatarias en España. El grupo de piñones engranajes ha sido limitado a los de las velocidades primera, segunda y tercera, modificadas sus relaciones para quedar como figura en el cuadro de las página siguiente. Queda demostrado, por tanto, que la gama de multiplicación del sistema Automático resulta infinitamente más elástica que la caja de cambios clásica, lo que se traduce en una utilización más racional de la fuerza del motor, el cual, por otra parte, ha sido modificado convenientemente a fin de obtener una compensación de las pérdidas por deslizamiento del convertidor durante la marcha. Se ha conseguido un motor más potente, para las versiones dotadas de transmisión automática, rectificando la relación de compresión, instalando nuevos émbolos de cabeza bombeada, avanzando el punto de encendido ligeramente y afinando la carburación consecuentemente. Comentamos seguidamente nuestras impresiones: Como queda dicho, la característica aparente más destacable es que se ha eliminado el pedal de embrague. Como compensación, el pedal de freno tiene ahora unas dimensiones más generosas, lo que permite su utilización con ambos pies, aunque este detalle puede resultar al principio peligroso si el conductor se confunde "buscando" el embrague, cuyo pedal no tiene. La palanca de cambios ofrece, además de la postura para la marcha atrás, las posiciones: Excepcional (como si fuera la primera, a utilizar raramente), Ciudad-Montaña (intermedia entre segunda y tercera, para utilizar en los puertos de montaña y "siempre", si se desea, en la ciudad) y Ruta (prácticamente como tercera y cuarta, con mucha elasticidad, para usar en tramos largos tanto en carretera como en ciudad). Hay que hacer observar que las posiciones señaladas corresponden a las clásicas de los automóviles dotados de tres velocidades y marcha atrás. Para arrancar el motor, la palanca de cambios estará necesariamente en la posición Neutra. De otra manera, estando la palanca en cualquiera de las otras posturas, el motor de arranque no recibe corriente. En frío, particularmente en el primer arranque mañanero, se hace preciso cerrar el paso del aire al carburador y entonces, al no disponer de pedal de embrague para jugar con él al tiempo que se acelera, no queda otro remedio que esperar unos minutos a que el motor tome su temperatura, ya que con el motor frío no hay posibilidad de colocar la palanca en posición de marcha sin que éste se pare. Aconsejamos utilizar -en este primer arranque- la marcha llamada Excepcional para mover el coche, pasando seguidamente, sin más dilación a la postura Ciudad-Montaña. La conducción no ofrece problemas y es sencillísimo habituarse a no utilizar ni el pedal de embrague -porque carecemos de él- ni la palanca de cambios, porque no hace falta. Sin embargo, da la impresión de que en cualquiera de las dos posturas de marcha el motor rodaba sobrado de fuerzas, como si fuera a un número mayor de revoluciones que las precisas, lo que se traduce en un aumento de la sonoridad en relación con el "hermano No-automático". En ciudad resulta muy agradable prescindir de las operaciones habituales de cambio. Sólo se utilizan los pedales del freno y acelerador, aun realizando paradas y arranques y estando la palanca en la posición Ciudad-Montaña. En carretera se hace todavía más sencillo el manejo pues raramente se varía la palanca de postura. Viajando por carretera y utilizando la marcha de Ruta, en caso de parada o pérdida del ritmo de marcha por obstáculos, etcétera, resulta conveniente pasar -por lo menos hasta lograr lanzarlo de nuevo- a la velocidad más corta. Aunque no hay duda de que de todas maneras el motor llega a rehacerse, sin calarse en ningún momento, consideramos improcedente someterse a éste a esfuerzos innecesarios. Dejamos constancia de que el Simca 1000 Automático es, por tanto, un automóvil práctico, seguro y confortable en cuanto a su manejo. CONSUMO
En ciudad medimos un promedio de 10,8 litros a los 100 kilómetros, aunque hacemos la salvedad de que deliberadamente buscamos los puntos de tráfico más intensos y onerosos. En carretera, cuando más le exigimos, prácticamente a tope, el consumo no llegó a sobrepasar los 9,5 litros; pero con una utilización no tan exigente, a una marcha constante de 70 kilómetros por hora, el consumo quedó reducido a 6,9 litros a los 100 kilómetros. Observamos que prácticamente no hay diferencias notables con el modelo de cambio convencional. VELOCIDAD
Tampoco en velocidad hay mucho diferencia con el modelo con caja de cambios mecánica. Tomamos los siguientes apuntes: De 0 a 60 kilómetros por hora, 10 segundos 3/5; de 0 a 120 kilómetros por hora, 58 segundos. Tiempo en alcanzar un kilómetro, con salida parada, 44 segundos 1/5. Velocidad máxima alcanzada: 130 kilómetros por hora en el marcador; 123,5 en el cronómetro. Velocidad máxima cronometrada, 123,5 kilómetros por hora. Consumo: promedio en ciudad con tráfico intenso, 10,8 litros a los 100 kilómetros. Promedio en carretera a una media de 70 kilómetros por hora, 6,9 litros a los 100 kilómetros. COMENTARIO FINAL
Entendemos que muchos automovilistas van a agradecer a la firma Barreiros la puesta en el mercado nacional de un automóvil de precio medio, con posibilidad de adquirirlo en cualquiera de las tres versiones Normal, Gran Lujo y Gran Lujo Especial, con transmisión automática de fácil manejo y mantenimiento sin problemas. Indudablemente hay una clase de cliente deseosa de obtener este tipo de automóvil que, desde ahora, podemos asegurarles no va a defraudarles. Por ello, auguramos al Simca 1000 Automático grandes éxitos de venta, más cada día, conforme vayan conociendo y disfrutándose sus innegables ventajas.
· Fuente: AUTOPISTA nº 472 (24 de febrero de 1968)
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