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Fiat Ritmo Abarth 125 TC
Cada vez más, el mercado del coche pequeño y rápido va gozando de un especial predicamento. La crisis fue un duro golpe para los deportivos; sin embargo, las berlinas de turismo rápido salieron reforzadas en su postura de vehículos más razonables y menos ostentosos. En este campo, la referencia al Golf GTI es inevitable y el coche alemán ha marcado una pauta indiscutible. Sin embargo, una marca como Fiat no podía permanecer insensible a las exigencias de este mercado y no tardó en dar su respuesta. El primer paso fue el Ritmo 105-TC, y la confirmación viene dada ahora por este Abarth 125-TC. Para conseguir los mejores resultados, los técnicos italianos no han dudado en instalar el motor dos litros de doble árbol de levas en cabeza: una operación extraordinaria, que ha convertido al Ritmo en una máquina capaz de cortar la respiración a más de uno.
El circuito de La Mandria es donde se experimentan y ponen a punto los nuevos coches de competición de la Fiat. Es un trazado exigente: tramos de tierra, pistas asfaltadas con curvas enlazadas. de radio corto, de radio largo, circulares... Se va a la centésima de segundo y este es el objetivo final de todo coche que ahí se prueba: andar rápido, más rápido que los demás. Cuando se trata de desarrollar un coche de competición, los "tests" a realizar son innumerables. Se prueban muelles, estabilizadoras de distinto diámetro, amortiguadores de diverso tarado, carburaciones, desarrollos, relaciones de cambio, forros de frenos, neumáticos... En fin, todo lo que pueda hacer más competitivo el coche en cuestión, hasta dar con la configuración más eficaz y definitiva.
EL ESPIRITU DE LA COMPETICION
Es el espíritu de la competición, un espíritu de rancia solera en Italia. avivado en el caso de la Abarth por hombres como el ingeniero Renzo Avidano o el probador Giorgio Pianta, que han sabido continuar el camino iniciado por el desaparecido Carlo Abarth.
Ese espíritu es el que ha presidido en todo momento la puesta a punto del Ritmo 125-TC. En este coche, los responsables de Abarth han buscado ante todo la obtención de un nivel óptimo de prestaciones y el sistema ha sido el mismo utilizado en los coches de competición. Cada modificación se ha comprobado bajo el inapelable juez que es el cronómetro para ver hasta dónde compensaba o no su adaptación. Y en todo ello, el objetivo era claro: superar el patrón Golf GTI, punto de referencia de todos los fabricantes que se interesan por este segmento del mercado del coche pequeño y de altas prestaciones. Los hombres de Abarth, asimismo, compararon con otros rivales, muchos de ellos deportivos de 2.000 c. c. Partieron de la base del Ritmo 105-TC y progresivamente aumentaron sus prestaciones, adaptando los frenos y las suspensiones al incremento de potencia. Con el tiempo, los resultados fueron llegando, hasta que la versión definitiva del nuevo modelo lograba girar en el trazado de La Mandria en un tiempo de tres minutos y quince segundos.
La media obtenida entre la totalidad de sus rivales en prestaciones era de tres minutos y veinticinco segundos. El resultada no podía ser mejor.
PARA ANDAR MUY RAPIDO
Con todo esto, queremos insistir en que la filosofía del Abarth 125-TC estriba en "las prestaciones por las prestaciones". Los responsables de su concepción también han pretendido lograr un nivel elevado de homogeneidad, pero personalmente creemos que la facilidad de conducción y el confort se han sacrificado un poco. Cuando se trata de andar rápido, lo que cuenta son el motor, los frenos y la estabilidad. Así, en el Abarth se ha buscado un elevado par motor.
A 1.000 r. p. m. ya da un valor de 15 mkg. Se manifiesta, por tanto, desde muy abajo y en cualquier situación se obtiene un empuje especialmente elevado, que requiere una sabia dosificación a través del pedal del acelerador cuando las condiciones de adherencia resultan menos favorables si no queremos enfrentarnos a una clara tendencia subviradora, pese a los excelentes Pirelli P-6 de 185/60-14.
CUATRO MEJORAS BASICAS
La base de este coche se encuentra en las mejoras introducidas a nivel de motor, suspensión, frenos y cambio. La carrocería sigue siendo la del Ritmo 3 Puertas con ciertas modificaciones, pero sin más.
El motor, las suspensiones y el cambio (en colaboración con ZF) se trabajan directamente en Abarth, que los sirve a Fiat para su montaje con una cadencia de 30/35 coches/día, para llegar a una producción anual de 7.000 unidades. Antes de ser entregado, cada coche es rodado por un equipo de probadores, que hacen con él unos 200 kilómetros.
El motor tiene el bloque del Beta Coupé. Carburación, filtro, válvulas de escape, cámaras de combustión, pistones, cojinetes, volante aligerado, embrague mayor, escape 4-2-1, radiador de agua de más capacidad, radiador de aceite, cárter de aluminio, etcétera, son algunas de las modificaciones relativas a la planta motriz. En cuanto a las suspensiones, la delantera es de nuevo diseño y se basa en la del Ritmo grupo 2. La geometría es nueva respecto a la que conocemos del Ritmo, los muelles son de flexibilidad variable para proporcionar un confort aceptable a baja y media velocidad, mientras que a alta velocidad aseguran, sobre todo, la estabilidad. El tren delantero es de caída negativa y ciertamente proporciona una gran precisión a la hora de afrontar una curva. Además, la dirección es suficientemente directa. También en el tren delantero hacen acto de presencia unos discos autoventilados, con perforaciones longitudinales, de 243 mm. de diámetro, asistidos por un servo a depresión. En combinación con los tambores traseros, los resultados son francamente espectaculares por su eficacia, y éste es uno de los puntos más brillantes del Abarth. En concreto, su temperatura de trabajo en las pruebas realizadas en La Mandria era de 550-600°C. mientras que con los discos no ventilados las temperaturas llegan a 700°C. Además, las pastillas no son especialmente duras y la frenada es siempre progresiva y potente.
En el puente trasero, el ballestón transversal es de una sola hoja. Otras modificaciones propias de este coche son la bomba de gasolina eléctrica, el volante de 37 mm. de diámetro, el faldón delantero con los faros supletorios integrados, las llantas de aleación, etcétera.
Hablando de cifras, la potencia máxima desarrollada por el motor de 1.995 c. c. es de 125 CV. a 5.800 r. p. m., mientras que el par máximo se sitúa en 17,5 mkg. a 3.500 r. p. m. Con un peso total de 980 kilos, vemos cómo la relación peso/potencia es de 7,8 kg/CV. Sin duda, es un valor importante, pero ya que hemos citado anteriormente el Golf GTI, debemos decir que la de éste es incluso un poco mejor, con 7,4 kg/CV. (810 kilos y 110 CV.).
EXCELENTES PRESTACIONES
Sin embargo, los valores de velocidad, aceleración y recuperación son superiores en el Fiat, que goza de una caja de cambios de cinco marchas bastante juntas, de manera que sólo de primera a segunda cae hasta 4.000 r. p. m., pero en los demás pasos nunca baja de 4.500 r. p. m. Sin duda, unos desarrollos más largos, que por potencia los admitiría bien (con el actual, en 5. a , a 1.000 r. p. m., la velocidad es de 30.3 km/h.), permitirían una superior velocidad máxima, pero lo cierto es que con los actuales este Ritmo Abarth se pone en 190 km/h., que es su velocidad máxima, con toda facilidad. Los valores de aceleración son excelentes: 8,7 segundos para pasar de 0 a 100 km/h.; 16.2 segundos para hacer los 400 metros con salida parada y 30,2 segundos para hacer los 1.000 metros. Como referencia, podemos decir que el Golf GTI alcanza una velocidad máxima de 183 km/h.; acelera de 0 a 100 km/h. en 9,8 segundos; hace los 400 metros en 16,8 segundos y los 1.000 metros en 31,4 segundos. Así pues, los resultados del Abarth son mejores, a pesar de que la relación peso/potencia es levemente desfavorable. Y el hecho de insistir en el Golf GTI no es más que para citar una referencia bastante conocida y merecidamente afamada.
Tras dicha referencia, queda claro que el Abarth es un coche "'andón". Al volante es un auténtico placer hundir el pie en el acelerador. La inmediata respuesta nos confirma los valores anunciados por el fabricante. Y su capacidad de recuperación no es menos notable, con 31,6 segundos para hacer los 1.000 metros partiendo de 40 km/h. en cuarta. De esta manera, el coche responde perfectamente a cualquier régimen, pero su brillantez general invita a buscar sus límites. Lo cierto es que su comportamiento es francamente sano en todo tipo de terreno. Tal vez es algo brusco en curvas muy cerradas; quizá resulte menos equilibrado en capacidad motriz que algún otro coche competidor, pero indiscutiblemente es el más rápido entre los coches de hasta dos litros de alimentación atmosférica; será el coche a batir en el seno del futuro grupo N, destinado a los vehículos de serie.
En recorridos tortuosos, el motor siempre empuja con decisión y el coche se inscribe en todo tipo de curvas con una precisión admirable. Es muy ágil y sólo en las curvas más lentas se deja ver una relativa incomodidad, sin duda debida a su reparto de pesos, que es del 63,2 por 100 sobre el tren delantero y del 36,8 por 100 sobre el trasero. Pero, con todo, las velocidades de paso son muy elevadas y la eficacia, indiscutible. No cabe la menor duda de que es el coche ideal para el que le guste ir rápido o muy rápido, ya que además los frenos son francamente eficaces, potentes, estables y progresivos, siendo agradable el tacto del pedal, igual de agradable que resulta el manejo del cambio, de recorrido muy corto y rápido, y de la dirección, como ya hemos dicho antes. En definitiva, unos resultados que compensan ampliamente ese 25 por 100 de incremento que ha sufrido su precio respecto al Fiat Ritmo Super 85, incremento que a nuestro juicio está plenamente justificado, pues nos encontramos ante un auténtico Abarth. con todo lo que ello quiere decir.
· Fuente: A. Mallo (VELOCIDAD nº 1057, 12-diciembre-1981
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