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Tras la época del famoso Dauphine, el R-8 ha pasado a ser el caballo de batalla de FASA-Renault, y a pesar de que nuevos y más atrayentes modelos han seguido al R-8, éste sigue siendo el más completo y apreciado de la marca y en el que la relacioón prestaciones-performances-precio da el índice más elevado.
INSPECCIÓN A COCHE PARADO
El Renault-8, exteriormente, ofrece un aspecto de coche grande, más grande de lo que en realidad es. Su gama de colores, hoy en día bastante enriquecida, ha ayudado a aumentar la sensación de pequeño-gran utilitario, puesto que si bien su precio y prestaciones le sitúan más cerca de los utilitarios que de los coches de mediana cilindrada, su aspecto exterior nos recuerda más al coche medio que al utilitario.
El Renault-8 posee desde su interior una excelente visibilidad gracias a sus formas cuadradas y sus grandes espacios acristalados. El retrovisor, como en la mayoría de los coches, es bastante pequeño y no alcanza siquiera a abarcar la luna trasera. Un detalle muy importante es que el coche viene equipado en serie con un sistema de antirobo que las estaídsticas se han encargado de demostrar su eficacia, puesto que el número de cohes Renault robados es inferior al de cualquier otra marca, aun las que también llevan antirrobo de otros sistemas. Las luces del Renault-8 son un poco escasas y a medida que pasan los días y otras marcas equipan sus modelos con más depuradas técnicas lumínicas, se va imponiendo la necesidad de aumentar la potencia de éstas. La posición de conducción en el R-8 es de lo más cómoda y tan solo la posción de los pedales nos ofrece algunos puntos de queja, puesto que éstos se hallan ligeramente retirados hacia el centro del vehículo.
En cuanto a la carrociería, que no pretende sino ser funcional, hemos de decir en su contra que dadas las formas redondeadas del R-8, ésta se abolla al menor encontronazo urbano, o con una ligera presión en algunas de sus superficies abombadas.
RENDIMIENTO
Es ésta la parte más brillante del R-8, su motor es de una robustez a toda prueba, y a ello ayudan no poco su baja relación de compresión y su cigüeñal de cinca puntos de apoyo. El motor, de 956 c.c., es de una gran elasticidad, "tirando" tan sólo hasta 5.400 r.p.m., a partir de las cuales se oye perfectamente el rebote de válvulas. El circuito de aceirte, de 2,5 litros de capacidad, es, a pesar de no parecerlo, suficiente para una perfecta lubrificación. En cuanto a la alimentación, está asegurada por un carburador Solex, modelo 32 Pd. La compresión en este modelo está muy reducida, 8,5:1, lo cual ayuda a su longevidad. La potencia fiscal de este modelo es de 8 HP, mientras que la efectiva es de 41 CV. En suma, que la robustez del motor unida a su brillantez hacen de éste uno de los puntos claves a la hora de la decisión por la compra de un R-8.
VELOCIDADES
A pesar de que el R-8 no es un coche rápido, sus prestaciones están en un plano muy brillante comparándolas con las de otros coches de sus características. La parte más agradable del R-8 está en su "tirón" entre 2.000 y 5.000 r.p.m. Por ello podemos decir que el motor del Renault-8 es muy elástico porque posee su fuerza a bajas revoluciones, pues a partir de 5.000 r.p.m. le cuesta ostentosamente el subir de vueltas. La velocidad máxima alcazada ha sido de 125 km/hora, que para un coche tan poco profilado y de líneas tan cuadradas como éste no está mal. En aceleración y reprise las cifras obtenidas han sido: 22" 9/10 en los 400 metros con salida parada y 44" 1/10 en el kilómetro salida parada.
ESTABILIDAD
El Renault-8, como todos los coches de formas cuadradas, es bastante sensible al viento lateral. Esto se podría evitar bajando un poco la suspensión del coche, que a nuestro modo de ver está muy alta de atrás para un coche que tiene maletero delante. La utilización de las llantas de 15 pulgadas no favorece la estabilidad del vehículo en casos de fuerte viento, pero le permite realizar apreciables velocidades en punta. En utilización deportiva se usan correctamente las llantas de 13 pulgadas, que dan a este vehículo una estabilidad asombrosa.
En línea recta la dirección del R-8 es intachable y muy agradable de llevar en las grandes curvas, en las que el coche tiende a irse un poco de cola, siendo muy fácil el corregirlo dando un ligero contra-volantazo. En las curvas cerradas tiende a levantar la rueda interior, pero para que esto se produzca se ha de entrar en las curvas a gran velocidad.
TRANSMISIÓN
La caja de cambios del Renault-8 es de una gran robustez y se monta en Francia con ligeras modificaciones en motores Gordini, sin que éstas se rompan. El embrague es de diafragma y bastante progresivo, si bien dado que la potencia del R-8 la da a bajas vueltas esto hace que el embrague sea muy solicitado en las arrancadas, dando como resultado que éste sea uno de los pocos puntos flojos del conjunto motor-cambio.
En cuanto a las marchas, están muy bien escalonadas y tan sólo la segunda se queda larga, sobre todo en las cuestas y con el coche cargado. La palanca de cambios está en un lugar muy accesible y lo único reprochable a ésta es su falta de precisión, en particular la tercera velocidad, a la que se llega después de tener que estirarse un poco el conductor, pues de otro modo no se alcanza.
SUSPENSIÓN
La suspensión del Renault-8 es bastante suave, sin que por ello la estabilidad sea mala. El tarado de los amortiguadores normalmente influye de una manera decisiva en el cofort y en la estabilidad. Si se endurecen los amortiguadores se empeora el confort, y viceversa. El Renault-8 ha conseguido una solución de compromiso, dejando los amortiguadores un tanto blandos. En carreteras de montaña y en mal piso el Renault-8, por llevar todo el peso atrás, cabecea ostensiblemente, sobre todo en los pisos ondulados, traduciéndose este cabeceo por una subidas y bajadas del amplio morro del R-8.
La blandura de esta suspensión influye notablemente en las carreteras muy viradas, en las que el Renault-8 tiende a irse de atrás, lo que en algunas ocasiones casi ayuda a conducir, puesto que se aprovecha el balanceo lateral para que el efecto del contragolpe nos ayude a tomar la siguiente curva.
Los amortiguadores del Renault-8 tienen fama de duraderos y en general se puede decir que la suspensión del coche está muy lograda.
DIRECCIÓN
La dircción del R-8 es de cremallera. Su gran precisión hace muy agradable la conducción, sobre todo en las grandes carreteras, en las que normalmente se circula a gran velocidad. Es una dirección que se siente, porque se requiere un pequeño esfuerzo para moverla. Aunque esto es cuestión de gustos, nosotros no somos partidarios de estas direcciones que al mínimo movimiento, por imperceptible que éste sea, ya se nota en las ruedas del coche. Por el contrario, en el R-8 el conductor "siente" la dirección y las ruedas entre sus manos.
El volante del R-8 es de buenas dimensiones y está colocado en una óptima posición, aunque para conducir bien se requiera ir ligeramente estirado. La calidad del plástico del volante, sin embargo, es un poco resbaladiza y sobre todo en verano es un tanto sucia.
FRENOS
El Renault-8 ha adoptado el sistema mixto de frenos de disco delante y tambor detrás. Los discos delanteros son de generosas dimensiones y muy efectivos. En la operación del frenado también ayuda el hecho de que, al contrario que en otros coches, la caja de cambios del Renault-8 retiene muchísimo, lo cual ayuda en las frenadas bruscas a descargar trabajo en los frenos, ayudándose en la caja de cambios.
El pedal del freno en el Renault-8 es muy progresivo, y tan sólo hay que tener ligeras precauciones en invierno, cuando el choche está muy frío y, por tanto, los frenos también, en no frenar bruscamente hasta que los frenos se hayan calentado un poco, pues sino da la sensación de que el choche está sin pastillas.
CONSUMO
Las pruebas de consumo realizadas nos han demostrado que el Renault-8 es un coche económico. En ciudad, a promedios bajos, el Renault-8 nos consumió 9,6 litros, mientras que pisando un poco más el consumo ascendió a 11,2 litros. Esto es normal teniendo en cuenta que todos los coches gastan más que lo que las fábricas dicen. En carretera, sin embargo, el consumo del R-8 se reveló excelente: 7,4 litros a lso 100 kilómetros. Para completar diremos también que en carreteras de montaña en que hay que hacer uso frecuente de la segunda velocidad, el consumo volvió a subir hasta 9,8 litros manteniendo un tren bastante rápido. · Fuente: Enciclopedia Volante
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