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Seat 800
En principio le llaman «800», y le han añadido das puertas: he aquí el nuevo modelo derivado del «600 D», que la SEAT lanzará próximamente al mercado nacional. Anunciado de esta forma no parece mucho. Pero lo es bastante, realmente, para el que tiene sensibilidad de conducción.
Ante todo, el añadir dos, puertas posteriores ha hecho necesario alargar el paso del coche (por paso se entiende la distancia entre las ruedas anteriores y posteriores) de unos 18 cm . Ello ha, indudablemente, alterado el comportamiento en curva del coche. No podemos decir todavía en que términos, ya que la Casa no nos ha facilitado la posibilidad de probarlo, ni siquiera por breve tiempo.
Naturalmente, incluso el peso ha cambiado: 35 kg. de más. No es mucho, pero la velocidad y el consumo, aunque en pequeña escala, variarán.
Otro punto débil: la carrocería. Los dos nuevos huecos producidos en la misma a pesar de los refuerzos aportados, según nos han indicado, habrán influido sin duda en la robustez de la estructura.
En lo que a suspensión se refiere no sabemos si ha sido modificado, pero tenemos ciertas razones para creer que algo se ha hecho.
Lo «malo» que habla que decir sobre el «800» termina aquí. Veamos ahora los aspectos más apreciables. Es indudable que el acceso a los asientos posteriores ha mejorado. Se han evitado de este modo las contorsiones para entrar y sentarse, cosa verdaderamente molesta, sobre todo para las personas de poca agilidad.
El espacio interior, gracias a la longitud mayor del coche, habrá sido mejorado. Otros puntos positivos son: la ventilación interior que permiten los deflectores montados en las ventanillas de atrás, la luminosidad y la visibilidad que permiten las dos pequeñas ventanillas de la parte lateral posterior.
En lo referente a estética la solución adoptada por la SEAT , no nos convence. Los lectores podrán confirmar nuestra opinión fijándose en las fotografías de los dos modelos «600» a 4 puertas que publicamos, presentados en el último Salón de Torino por dos carroceros italianos. Si en efecto era necesario añadir dos puertas al «600», podrían haberse tomado en consideración soluciones de esta índole.
A propósito de inspiraciones hemos de precisar que esta versión cuatro puertas del SEAT ha sido sugerida por un pequeño carrocero establecido en una localidad próxima a Barcelona.
Para hallar el verdadero motivo que ha inducido a la SEAT a construir este nuevo modelo a tan córta distancia del lanzamiento del «600D» normal, es necesario analizar a fondo la extravagante política comercial que, en verdad, no convence mucho. Bastaría, por ejemplo, referirse a un dato de notable importancia: la actual producción del «600 D» que ni siquiera llega a los 180 coches diarios. Es poco; mejor dicho, muy poco para el mercado español tan «hambriento de automóviles». ¿No habría sido mejor concentrar todas las energías en procurar un aumento en la producción del «600 D», para bajar sus costos, en vez de crear un nuevo modelo? Para comprar un «600 D» en fábrica, todavía hemos de esperar al menos 8 meses. Es realmente mucho tiempo.
Probablemente la producción de un «600» a 4 puertas ha sido estimulada por el anuncio del lanzamiento, en nuestro país, del nuevo Renault «4 L», que tiene 4 puertas y que puede convertirse, su duda alguna, en una embarazosa competencia para el «600 D». Por lo tanto, según nosotros, el lanzamiento del nuevo SEAT no significa una exigencia del mercado, sino una pequeña lucha de prestigio que es, al menos en estos momentos, inoportuna.
¿DOS O CUATRO PUERTAS?
Más de una vez hemos escuchado equivocados juicios debidos a escasos conocimientos de los términos exactos del dilema ¿dos o cuatro puertas?.
Analicemos a fondo ambos casos. Tomemos en consideración, ante todo, una simple circunstancia que todos pueden controlar en pocos minutos. Dos tercios de los coches que circulan en ciudad llevan a bordo el conductor únicamente. Por el contrario, en cualquiera de las carreteras extraurbanas de tráfico intenso, puede observarse que en los automóviles viajan tres personas por término medio.
Ante tales consideraciones resulta más lógico escoger un coche con dos puertas. Y las ventajas de esta solución están bien claras: mayor robustez del coche (dadas las menores dimensiones de los huecos producidos en la carrocería al abrirse las puertas), así como la consiguiente disminución de los tan molestos ruidos que, fatalmente después de unos dilles de kilómetros rodados, nos recuerdan que viajamos en un utilitario.
Pero hay todavía otras ventajas: el problema de los niños, que muchos olvidan, cuyo lugar más seguro es el asiento posterior. Ya se sabe que su innata vivacidad le induce a tocar todo lo que hallan al alcance de la mano; y he aquí el peligro: la posibilidad de que, sin darnos cuenta puedan abrir las puertas.
Algunos modelos de automóviles llevan un sistema de seguridad que impide abrirse las puertas; pero creemos que la mejor solución es la del coche de dos puertas. De esta forma la zona posterior queda completamente cerrada, no existiendo el peligro de que las puertas se abran durante la marcha, por maniobras imprevistas o en caso de accidente. Todo ello supone las ventajas de los coches a dos puertas que tanta difusión tienen en el mercado alemán.
Veamos ahora las ventajas que ofrecen, contrariamente, los coches de cuatro puertas. Es Indudable que el acceso a los asientos posteriores es mucho más fácil, siempre que las dimensiones del coche permitan puertas más amplias. Se evita, igualmente, el fastidio que la entrada y salida a los asientes posteriores produce a los pasajeros que se sientan en los anteriores.
El mayor éxito del coche a cuatro puertas ha sido registrado en Francia en donde se construyen, con esta solución, incluso los pequeños automóviles utilitarios. Está claro, no obstante, que en los coches pequeños las puertas posteriores tienen dimensiones tan reducidas que el acceso resulta tan incómodo como en el caso del coche a des puertas.
A propósito de esto, se nos ocurren algunas consideraciones. Las puertas más seguras son, sin duda, las que se abren a favor de la marcha, ya que la fuerza del aire las mantiene cerradas incluso en el caso de que involuntariamente se abran. Esta era la modificación verdaderamente necesaria que, según nuestra opinión, la SEAT debería adoptar para las puertas del «600 D», sí en efecto tenían necesidad de modificar alguna parte del coche. · Fuente: CUATRORUEDAS nº 3 (noviembre 1963)
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