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Peugeot 205 GL
Como habíamos prometido al hacer la prueba del Peugeot 205-GT, ahora les presentamos la del coche más bajo de la gama disponible en España. Se trata de un coche que se comercializa en dos versiones, una de cuatro velocidades y una de cinco, que es el modelo probado por nosotros. En ambos casos, el rendimiento de su pequeño pero ágil motor es prácticamente el mismo, dado que la cuarta en uno y la quinta en el otro tienen prácticamente el mismo desarrollo. Como todos los 205, el que ahora les presentamos tiene como principal característica una excelente habitabilidad a pesar de su pequeño tamaño, con una carrocería que, si al principio chocaba algo (por su diferencia con los modelos de su segmento existentes hasta ahora), ha calado hondo en el usuario español y ya, desde el principio de su comercialización, ha gozado de un gran éxito. Pero vamos a tratar de profundizar más aún en lo que ofrece el más pequeño de los Peugeot 205.
Básicamente idéntico a sus hermanos de gama, el Peugeot 205-GL cuenta con unas cualidades tales que le equiparan a ellos e incluso, con la diferencia en cuanto a acabado y equipo (más bajo que en aquéllos), pero con la ventaja de un precio más bajo también, le ponen en una situación de privilegio, dadas las economías que rigen en cada usuario de nuestros días.
Dadas las similitudes que tiene con el resto de la gama, vamos a realizar un recorrido somero por las cuestiones de interior y estética, para centrarnos solamente en las diferencias existentes en ellas y hacer hincapié en todos aquellos elementos diferenciadores que hacen que el pequeño Peugeot tenga una personalidad propia.
PEOR ACABADO Y MENOR EQUIPO
Dado que el GL es el modelo básico de la gama, es lógico que tanto el equipo como el acabado general sean peores que en los demás modelos. De todas maneras, y para no causar alarma en las personas interesadas en él, hemos de decir que lo de “peor acabado” no es algo exagerado, son sólo cuestiones de detalle no muy graves, como por ejemplo el hecho de que las vigas verticales y los laterales del maletero sean vistas.
En cuanto al equipo, éste sí que se nota en relación a los otros modelos. En efecto, el cuadro de instrumentos, no muy logrado en los otros modelos por la falta de un termómetro de agua, aquí se ve perjudicado aún más por el hecho de que en su parte izquierda ya no lleva ni el cuentavueltas del GT ni el reloj del GR, siendo sustituidos estos dos posibles elementos por una simple placa con el nombre Peugeot en medio. Tampoco está dotado este modelo de guantera cerrada, teniendo en su lugar una simple y a la vez profunda bandeja. Otro detalle es la falta de ceniceros en la parte trasera y la no existencia de asideros.
El tratamiento general del habitáculo del 205-GL es austero, sin concesiones al lujo, como es natural en un modelo básico, y buena muestra de ello es el hecho de que el respaldo del asiento posterior no se abate por mitades, sino integralmente.
En cuanto a habitabilidad, no se puede más que decir lo mismo que en los otros modelos: es excelente para su tamaño. Es gratificante ver cómo los constructores son capaces de lograr coches tan pequeños con una habitabilidad que en otros tiempos coches de mucho mayor tamaño no se atreverían ni a soñar. Sin embargo, en contraposición por tan excelente volumen para pasajeros, el maletero resulta ciertamente pequeño, hecho que, al tratarse de un modelo de dos cuerpos con portón trasero, no es de mucha importancia (cuando sólo viajan en él dos personas) por la posibilidad de abatir el asiento trasero.
En resumen, un interior ciertamente espartano, que es lo que más le distingue de sus “mayores”.
BUEN RENDIMIENTO MOTOR
Al igual que los modelos GR y GT, el 205-GL equipa el ya clásico motor de origen Simca en su versión, más pequeña, la de 1.118 c. c., que, sin embargo, gracias a sus bien aprovechados 55 CV., logra un rendimiento realmente importante que le confiere unas prestaciones al coche en absoluto normales para un vehículo de su categoría. El motor, además, y a pesar de tener un sonido muy característico, no emite apenas rumorosidad hacia el interior del habitáculo, por lo que el silencio es otra de sus características, en contra de lo que suele pasar en otros pequeños coches.
Como ya mencionábamos al principio, la versión elegida para la prueba ha sido la dotada de caja de cambios de cinco velocidades. Esta versión ofrece gracias a ello un cierto desahogo en marcha con respecto a la de cuatro marchas, aunque, sin embargo, en una como en otra versión la relación superior goza de un desarrollo muy parecido. El problema que presenta esta caja de cambios, por otra parte perfecta en cuanto a escalonamiento en todas sus relaciones e incluso muy apropiada al temperamento del coche, estriba en que la inserción de la primera y la segunda relaciones es un tanto dificultosa, mostrándose generalmente reacias a entrar con suavidad.
Para la suspensión, sólo comentar que es, al igual que en los demás modelos, de ruedas independientes en ambos ejes, con conjuntos Mac Pherson delante y ruedas tiradas mediante brazos longitudinales detrás, y, por lo tanto, ampliamente probada y comprobada.
La dirección de cremallera es de un accionamiento suave y preciso, favoreciendo la manejabilidad general que el 205-GL presenta.
Al volante, lo primero que se nos muestra a la vista es un conjunto de salpicadero y cuadro de instrumentos bastante austero y soso, aunque los diversos controles sean perfectamente visibles desde tal posición.
La postura de conducción ante tal conjunto es buena en general. Los pedales están bien situados y no presentan problemas en su accionamiento, el volante está bien, calado, la caja de cambios cae bien a la mano, los diversos mandos tampoco presentan problema alguno a la hora de accionarlos y, por último, los asientos se regulan normalmente para lograr un perfecto compromiso entre todos los elementos que componen el puesto de conducción. Estos asientos son en general cómodos y amplios, sujetan bien el cuerpo, aunque la sujeción lateral sea mejorable (cosa que en este tipo de coche no es tan importante), y la única pega se encuentra en que son algo cortos de banqueta (lo que a los bajitos no nos molesta tanto), tanto en la parte delantera como en la trasera. El asiento trasero también goza de buenas condiciones de comodidad, tiene una forma muy anatómica y se abate como en los demás modelos de la gama, pero en esta ocasión íntegramente y no por mitades (servidumbre de ser el modelo básico).
La visibilidad hacia el exterior en el 205-GL no admite en absoluto ningún reparo, al contrario, es difícil encontrar un coche con menos puntos muertos. Otra característica importante para el confort de los pasajeros del 205 es su climatización, de una eficacia inusitada en un coche de su categoría gracias a su ventilación de tipo progresivo. Las bocas de aireación se diferencian de las existentes en los otros modelos de la gama en la parte superior del salpicadero.
Al volante de dirección se le puede reprochar ser algo más fino que en los otros modelos, aunque en la práctica su manejo es preciso y agradable en carretera y algo pesado en parado.
Por su parte, la suspensión, debido a la filosofía propia del modelo, es blanda, con el fin de dotar a sus ocupantes de un mayor confort en marcha, y en esta ocasión este tipo de suspensión no incide de una manera importante en la estabilidad y el comportamiento del coche. Y ya que hablamos de suspensión, vamos a entrar en el terreno del comportamiento en marcha del pequeño Peugeot.
Se trata de un vehículo muy fácil de conducir gracias a un comportamiento dotado de una gran nobleza y suavidad de reacciones. El Peugeot 205 tiene unas maneras muy claras si se le conduce según él mismo pide, es decir, que sigue su camino fielmente si no se le solicita de una manera exagerada (muy deportiva, por ejemplo), y es por eso que la clásica sensación de seguir derecho en las curvas en los coches de motor y tracción delantera se acusa lógicamente en él, pero si se superan los límites para los que está construido (si se le solicita por encima de sus posibilidades), esta tendencia se acusa de una manera realmente notable.
Sin embargo, este fenómeno del subviraje es fácilmente corregible con la dirección, se resume simplemente en girar más el volante en el sentido de la curva. Por lo demás, su estabilidad es buena, aunque con un cierto balanceo en absoluto exagerado. En línea recta no presenta ningún problema de trayectoria, ni siquiera con viento lateral, al que es particularmente insensible. En curvas rápidas va perfectamente por su trayectoria lógica sin salirse de ella, y es en las curvas medias tomadas a mucha velocidad y en las lentas donde sobreviene el efecto de parecer que quiera seguir recto. La sencillez de conducción del 205 se manifiesta, de todos modos, de igual manera cuando se circula por carreteras sinuosas, eso sí, teniendo en cuenta el límite que el coche por lógica tiene. En resumen, es un coche que se manifiesta por un comportamiento muy sano y noble que crea en su conductor una sensación de comodidad, facilidad y suavidad realmente importante, y como para los pasajeros que le acompañen la sensación es de un confort muy bueno debido a lo blando de sus suspensiones y a lo cómodo y envolvente de sus asientos, la nota en este apartado es ciertamente alta.
ADEMAS, ANDA MUY BIEN
El apartado de las prestaciones del Peugeot 205-GL también merece destacarse. En efecto, a pesar de su pequeña cilindrada y de sus 55 CV., los sabe aprovechar a la perfección en la búsqueda de una velocidad máxima y unas aceleraciones por encima de muchos competidores de su segmento. Dado el escalonamiento de su caja de cambios, la máxima velocidad la alcanza en cuarta, algo más de 154 km/h., con nueve de ventaja sobre la alcanzada en quinta. En esta velocidad se puede circular perfectamente en recorrido llano y no muy sinuoso; de otro modo, en la mayoría de los casos, es imprescindible utilizar la cuarta para evitar que el coche se quede algo ahogado. La aceleración que logra este vehículo es realmente digna para sus características, como lo demuestran esos trece segundos y medio necesarios para alcanzar los 100 km/h. y los algo menos de 37 en recorrer los mil metros con salida parada.
En donde ya no se muestra tan brillante es en el terreno de las recuperaciones. Quizá lo largo (sin ser exagerado) de sus dos relaciones superiores sea lo que produce este efecto. Al motor le falta algo de elasticidad, y esto se echa de menos en conducción por ciudad, sobre todo en un coche de la vocación del 205-GL. Pero sin ser maravillosos los valores de recuperación que logra, tampoco se puede decir que representen un defecto importante en el conjunto del coche; simplemente, hubiera sido más deseable algo más de punch y de elasticidad, pero nada más. Además, aun así supera a muchos rivales de su segmento.
BUEN COMPROMISO EN EL CONSUMO
El Peugeot 205 no se caracteriza por ser totalmente sobrio en el consumo, sino que su principal virtud en este terreno estriba en el excelente compromiso entre lo que consume a baja velocidad y lo que consume en alta. Los valores conseguidos a 90 km/h. nos llevan a los cuatro litros y medio, lo cual no está nada mal, pero lo más importante es que a 120 km/h. se conforma con menos de seis, con lo que la proporción está clara: los consumos se parecen mucho entre sí. Es difícil, por otra parte, en conducción normal superar los siete litros y medio, y solamente los supera si se va “de carreras”, lo cual no es habitual en un coche así. En ciudad es también poco probable que supere los ocho litros, lo que le sitúa en una posición ciertamente privilegiada por tratarse de un utilitario muy práctico en este terreno. Una gran virtud que posee el 205-GL, dados sus consumos y la capacidad de su depósito de gasolina, es la autonomía, que en la mayoría de los casos debe superar con creces los setecientos kilómetros sin necesidad de pisar una gasolinera.
CONCLUSION MUY POSITIVA
· Texto: M. Domenech. Fotos: Freire (VELOCIDAD nº 1182, 19 de mayo de 1984)
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