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Citroën Visa GT
Al desarrolar el Visa GT, Citroën busca el satisfacer a un segmento del mercado que se interesa por el coche de prestaciones rápidas, pero que al propio tiempo sirva para un empleo normal, casi diriamos que familiar. El que un coche con un largo de 3.390 mm. que casi se inserta —o sin casi— en el mercado de los Fiesta, Corsa, R-5, Fura o Talbot Samba, pero accede con cinco puertas, nos habla más bien de un coche familiar que de un deportivo, al que habría que suponerle más bien dos o tres puertas. Pero este coche, quizá familiar restringido, es el caso que ofrece un andar no fácil de encontrar entre los de su tamaño o anejos antes citados, que andan por los 3,5 metros de largo. Su apelativo de GT le viene al pelo, aunque quizá lo ensombrezca algo un equipo quizá no muy completo o no todo lo bien acabado que cupiera esperar. Sea como fuere, es un coche interesante en el que —como en todo— tiene la palabra el público y mucho dependiendo de su precio —599.200 pesetas—, que es en suma quien decide. Nosotros, por nuestra parte y como siempre, nos limitamos a transcribir nuestras impresiones sobre su prueba, como hacemos con todos los modelos nuevos que salen al mercado nacional.
Ocupa hoy nuestra sección de pruebas un coche al que no se puede negar cierto interés para los amantes del rápido andar, sobre todo entre la clientela joven, que no puede reunir suficiente dinero como para acceder a un auténtico deportivo, para el que hay que preparar no menos de los tres millones de pesetas, cuando para este Visa GT bastará con algo más de las 800.000, sin contar con el seguro, cuyo importe puede ser muy variable, según el tipo del mismo que se contrate. Después de los Visa Special y Club para una utilización convencional, el Super X ya suponía un coche nervioso y rápido, que ahora ha sido ampliamente superado por este GT que hoy traemos y que, vaya por delante, nos ha convencido, en tanto cumple lo que se propone y al que únicamente se podría objetar algunas deficiencias de equipo, por objetar algo.
Para comenzar, habrá que referirse a la buena presentación que ofrece con ese color gris perla, rojo Valleíunga o negro, los tres muy apropiados para un coche de vocación deportiva. Completan esta fisonomía las aparentes llantas de aleación ligera, el agresivo frontal, bajo el cual un leve spoiler mejora las apariencias, lo mismo que el breve alerón trasero, la ancha banda lateral en material plástico y demás embellecedores adoptados. Pero también es de resaltar el carácter a la vez utilitario que se le ha dado a este coche, de un lado por sus cinco puertas y de otro por la posibilidad de abatir los asientos posteriores, independientemente uno del otro, por si se quiere aumentar el espacio para el equipaje, dando la posibilidad de que viaje atrás una persona y, lógicamente, dar si se desea la posibilidad también de poder destinar toda la parte posterior al equipaje, cuando no viaje nadie atrás y se abatan los dos asientos posteriores.
En cuanto al acabado y equipo, si el coche deportivo —al menos de inspiración deportiva— tiende a ofrecer ciertos refinamientos, en el caso del Visa GT, en que estas iniciales obligan a mucho, es donde se notan algunas carencias, y si bien los asientos ofrecen un confort aceptable, a cambio faltan algunos detalles de presentación en el salpicadero, demasiado funcional y en el que no hay, por ejemplo, una guantera con llave para guardar a la vista de los “cacos” la documentación del coche, que es algo no ya necesario, sino imprescindible. También las moquetas son de calidad muy corriente e incluso los plásticos, que son modélicos en los CX de la marca, aquí —al menos a la vista— no son muy aparentes. Claro que no hay que olvidar que gran parte del precio del coche va dirigido a obtener una buena potencia con una mecánica realmente refinada y ello hace que no quede demasiado presupuesto para otros aspectos, que no son primordiales para su empleo, como son los que hemos citado.
POTENCIA MAS QUE SUFICIENTE PARA SU CONDICION
Hablamos mucho de coche deportivo y tampoco hay que dejar volar la imaginación hacia los coches sport de exhaustivas prestaciones. El constructor ya da a entender con las iniciales GT que se trata de un gran turismo, lo que no hay, que confundir con turismo de tamaño grande, pues éste no es el caso. Como gran turismo se entienden los coches que, permitiendo el viajar en ellos a cuatro personas, ofrecen no sólo buena habitabilidad, sino atractivas prestaciones velocísticas. Si hay coches de mayor tamaño, simples berlinas y otros de dos volúmenes, que llegan a velocidades que rondan los 170 kilómetros horarios y son tenidos como turismos normales, pero evidentemente rápidos, no cabe duda de que estas prestaciones no son corrientes en coches del tamaño del Visa GT, y ello es lo que marca su carácter, que, para su tamaño, puede ser considerado como deportivo o al menos GT, como se le denomina.
Y es que para un coche que pesa en vacío los 830 kilos, no cabe duda de que los 80 CV. que da el motor adoptado son una buena razón, un buen argumento. Luego nos referiremos a sus prestaciones para hablar antes de las características de este grupo motopropulsor, al que se puede considerar como uno de los más desarrollados y eficientes de cuantos hoy monta la industria del automóvil en coches de la condición del segmento al que pertenece el Visa GT.
El motor adoptado es un 1.360 c. c. que, con una relación de compresión de 9,3 a 1, da una potencia máxima de 80 CV. a 5.800 r. p. m. Es un cuatro cilindros en el que tanto el bloque como la culata son de aleación ligera y va instalado en forma transversal e inclinado a 72 grados hacia atrás. Las cámaras de combustión son biesféricas y el árbol de levas va situado en cabeza. La alimentación se hace por dos carburadores de 35 mm. de diámetro de los difusores. No es preciso decir que el cigüeñal va soportado en cinco apoyos. Es el mismo motor que monta el R-14 y el Samba S.
CINCO MARCHAS BIEN ESCALONADAS
La caja de cambios va situada bajo el motor y se engrasa con el mismo aceite del cárter. Como es moda ya, y tratándose de un coche de buenas prestaciones, lleva cinco velocidades, de las que no se puede decir que sean cortas ni largas. Quizá un poco larga la quinta, pero es que debe ser asi cuando se quiere ahorrar combustible. Respecto al mando, es bueno, aunque hay alguna imprecisión al estar muy juntas la primera y tercera, de manera que al arrancar, a veces se hace en tercera, creyéndonos que hemos puesto la primera. Naturalmente que esto acaba por desaparecer cuando se le toma el tacto al cambio, en el que también hay que decir que la quinta queda un poco retirada a la derecha. En suma, es un cambio que, aun siendo bueno, es susceptible de mejora, sobre todo cuando se quiere hacer un empleo deportivo del mismo y que, por tanto, las maniobras puedan ser muy rápidas y precisas.
En el aspecto del freno hemos notado alguna ganancia con respecto al coche que probamos cuando la primera toma de contacto con el GT en el mes de noviembre. Ahora hemos actuado sobre él repetidas veces y no hemos observado que se caliente ni decaída su eficacia. Sin embargo, para ir provisto de servofreno, el esfuerzo a realizar es mayor de lo que sería deseable, aunque quizá para los deportivos venga mejor la menor sensibilidad.
La dirección es otro particular que, aun siendo bueno, podría ser todavia mejor. Es muy suave y precisa, pero necesita de algún manoteo de más en las curvas cerradas por sqs 3,75 vueltas de volante de tope a tope. Si el fabricante lo hubiera dejado en 3,5 vueltas, las cosas se habrían facilitado más para el conductor a quien gusta abordar con rapidez los trazados sinuosos. Y no por ser algo más rápida hubiera sido preciso el ir más pendiente de la misma, pues la precisión de su cremallera es buena, como ya decimos antes.
NI DUREZAS NI BLANDURAS, PERO ALGO DE BALANCEO
Ya es de sobra sabido la blandura de suspensión de los Citroën, a veces muy justificada, como en el caso de los CX y GS, de un gran confort de marcha, y no tanto en los 2 CV. y derivados, en que el viajar en ellos es como navegar sobre un mar movidillo. El Visa GT, con una suspensión de sistema Mac Pherson delante y atrás, con brazos oscilantes longitudinales y muelles helicoidales, deriva hacia lo clásico y no es en absoluto una suspensión mareante. No es blanda, por tanto, pero tampoco dura y únicamente, en ocasión de curvas tomadas a fuerte tren y sobre todo cuando son de escaso radio, se puede advertir algún balanceo de más, que no compromete la estabilidad, pero que quizá el conductor ágil y deportivo elimine poniendo una barra estabilizadora atrás de buen grueso.
Hablando de estabilidad, hay que decir que es notablemente buena. Las reacciones del coche son francamente nobles y no se va ni de delante ni de atrás. Forzando al máximo en las curvas, puede haber algún efecto subvirador que, si se corrige —y a veces es necesario, si se ha entrado muy fuerte—, puede traducirse en que el coche sobrevire al desplazarse algo de atrás hacia afuera de la curva, pero no hay peligro. Ya decimos que el coche es de reacciones muy nobles y difícilmente nos pondrá en un apuro sí no es que sobrepasamos los límites razonables que todo coche tiene.
PRESTACIONES MUY HONORABLES EN SU CASO
No hay que entender que estamos ante un deportivo neto. Se trata de un coche de turismo rápido que, para su tamaño, merece algo más en su denominación, como son las siglas GT adoptadas para él por el constructor. El poder viajar en él cuatro personas cómodamente instaladas, con espacio discreto para el equipaje de las mismas y la posibilidad de rodar seguros a velocidades por encima de los 160 km/h. es algo a lo que en un coche de su tamaño no estamos acostumbrados. Al menos en coches de estricta serie, por limitada que pueda ser, que no lo será tanto.
Con dos personas y un peso de 150 kilos, conseguimos un mejor tiempo de 34 segundos en el kilómetro con salida de parado, que es una buena cifra. El fabricante da 33,1, pero esto lo hace con el conductor solo y en condiciones óptimas. Respecto a las velocidades alcanzables con cada una de las marchas y dejando que la aguja apunte ya hacia la zona, roja —algo más de las 5.800 r. p. m., que ya son revoluciones—, el coche alcanza los 45 km/h. en primera, los 80 en segunda, los 110 en tercera, los 150 en cuarta y tos 170 en quinta. Realmente, y por la simple observación de estas cifras, puede comprenderse que se trata de un coche lo suficientemente rápido y divertido como para atraer a un gran número de conductores jóvenes, por lo que la casa piensa que el 60 por 100 de sus clientes pueden ser personas de menos de cuarenta años de edad, lo mismo que también arguye que el 60 por ciento de sus compradores deben ser clientes que no han tenido antes Citroën.
CONSUMO REALMENTE INTERESANTE PARA EL BOLSILLO
De un coche de su andar no pueden esperarse milagros en el consumo, pues sabido es que para andar hay que gastar. Sin embargo, es un coche bastante discreto en el consumo, y a pesar de sus dos carburadores, o quién sabe si quizá por ello. En un viaje de Madrid a Vigo y vuelta, marchando todo el tiempo a la máxima velocidad posible, y sabido es que por esa carretera y aun con las Portillas de por medio, las velocidades que pueden hacerse todo el tiempo son siempre tirando a bastante altas, el consumo arrojó una cifra de 10,5 litros por cada 100 kilómetros, que nosotros consideramos como evidentemente buena.
En velocidad de crucero de 90 km/h., el consumo fue de 5,7 a los 100 kilómetros, y a la velocidad de crucero de 120 lo fue de 7,5 litros, cifras una y otra realmente muy complacientes, máxime sabiendo a cómo está ya el litro de gasolina. Por lo que se refiere a su empleo en ciudad, la cifra obtenida fue de 10 litros a los 100 kilómetros, en tráfico algo congestionado, como fue en los días de diciembre en que fue probado.
CONCLUSION
Por lo que decimos anteriormente, suponemos que el lector habrá tomado sus posiciones y tendrá claro el coche de que se trata. Evidentemente, es el deportivo joven de la Citroën en España, el coche que de la marca viguesa pueda ser mirado con mejores ojos por esa clientela que ve en el automóvil, además del vehículo de transporte, el juguete con que divertirse experimentando el placer de las fuertes emociones al volante. Naturalmente que es un coche para gente experimentada, que tiene ya buenos kilómetros a 1a espalda, o simplemente para principantes, que —en principio— no le van a pedir al coche todo su rendimiento en prestaciones velocísticas.
El hombre de negocios que viaja también puede tener un valioso auxiliar por lo económico de su funcionamiento y por la facilidad de aparcar donde vaya. Dentro de todo, es discreto, porque hay coches más lujosos, más amplios, incluso más rápidos, pero también más caros.
· Texto: L. F. Medina. Fotos: Freire (VELOCIDAD nº 1113, 15 de enero de 1983)
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