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Seat 1500 '68
La situación ya bastante normalizada del mercado del automóvil, después de tantos años de exceso de demanda y poca oferta, está teniendo repercusiones favorables para el usuario. Lástima que haya venido a coincidir, precisamente en este otoño, con una coyuntura económica global que no es muy halagüeña; como si al automovilista no pudiera tocarle nunca el momento de respirar completamente a sus anchas.
Pero en fin, el caso es que la competencia, que se está recrudeciendo, tiene sus ventajas, y muestra de ello es la presentación del modelo 1968 del Seat 1500. Hace años, cuando el 1500 (por no hablar de su predecesor el 1400-C) apareció, no tenía competencia alguna en el campo del automóvil de categoría media europea (alta para nosotros). Era una cuestión de «lo toma o lo deja»; naturalmente, con el hambre de coche que había y todavía sigue habiendo en España, el que podía lo cogía, y el que no... se quedaba con las ganas.
Pero luego le salieron rivales. El Dodge-Dart desde arriba, muy desde arriba, con una habitabilidad y capacidad de marcha superiores, y mayor empaque, mayor representación, aunque con la contrapartida del mayor tamaño (problema de aparcamiento), mayor consumo y mayores impuestos. Y por abajo el R-10, el Morris 1100 y ahora el M.G. Coches éstos de casi parecido andar, con habitabilidad interior casi equivalente, algo menos para equipajes, menor tamaño y consumo, y precio más reducido.
Algo había que hacer ante esto. Y Seat lo ha hecho, con contundencia nos atrevemos a decir. Y también con discreción, pues no dice que haya presentado un nuevo 1500 (lo que desde luego sería falso), sino que sinceramente se limita a indicar que se trata del modelo 68, con una docena de mejoras, tres de las cuales son muy interesantes.
Dejaremos lo mejor para el final. Y vayamos con las mejoras de menor importancia, con los «retoques». Los parachoques llevan ahora bananas con protección de goma delante y detrás, en beneficio propio y ajeno. Las manillas interiores de apertura de puerta han sido modificadas en su colocación, y ahora quedan verticales (en posición un poco rara, hasta que uno se habitúa).
Los ceniceros posteriores se han colocado en las puertas, en vez de hacerlo en los respaldos de los asientos delanteros; de este modo si se ponen fundas no es preciso hacer agujeros, y no hay peligro de dar con la cara en ellos si se produce un frenazo brusco. También se ha modificado ligeramente la tapicería interior dándole un aspecto más moderno; se trata de un moderno revestimiento plástico lavable e inatacable por el fuego. También han sido ligeramente modificadas las luces posteriores, en el sentido de dotarlas de mayor luminosidad.
En cuanto al aspecto mecánico, un depósito independiente para los circuitos hidráulicos de frenado y embrague, que actúan por cilindros independientes y emplean menor cantidad de líquido. En cuando a las ruedas, llevan cinco tornillos de sujeción en vez de cuatro, un par de espárragos-guías para ayudar a su montaje, y nuevos embellecedores de dibujo muy liso.
FRENO DE DISCO EN LAS CUATRO RUEDAS
Y ya pasamos a las reformas de importancia. Seguimos en la zona de las ruedas, para señalar una novedad que desde hace algunas semanas ya era conocida: la adopción de frenos de disco en las cuatro ruedas, asistidos por un servo- freno que ha sido debidamente modificado en sus características para acoplarse al freno de disco.
Freno de disco trasero
Los discos tienen un diámetro de 234 mm. en las cuatro ruedas. Las pinzas son del tipo «flotante», es decir con un solo pistón, lo mismo que en el Coupé. La vía delantera se modifica ligeramente, aumentando a 1’33 m., mientras que la posterior se mantiene en 1’306 m.
Cuando se anunció la anteriormente citada mejora de los frenos de disco, ya indicamos que algo le faltaba al 1500 para estar «completo» (si dejamos aparte la cuestión potencia, de que luego hablaremos): una dirección más suave.
Y esta es la nueva mejora, la más reciente novedad que presenta Seat: una dirección efectivamente más suave, que según se dice (y no tenemos motivos para dudarlo, más bien al contrario) reduce los esfuerzos en un 40 por 100 o sea, que se queda en el 60 por 100 de lo que era antes. Es una modificación importante. No se ha llegado a montar una dirección de circulación de bolas, que es la más suave que existe, pero se ha montado sobre bolas el tornillo sin fin globoide, y sobre agujas el rodillo que en él se engrana, por lo que se mantiene el anterior sistema de tornillo y rodillo, pero muy aligerado, ya que antes estas piezas articulaban sobre casquillos antifricción, que han sido sustituidos por los citados rodamientos. El efecto es espectacular. A coche parado se pueden mover las ruedas con facilidad, sin apoyar el cuerpo sobre el volante. Además, las holguras han sido reducidas; no hay movimiento loco del volante.
Y finalmente, otra novedad, que también se anunció a la par que los frenos de disco. En sustitución del antiguo sistema de collarín concéntrico, el mando de la caja de cambios, siempre con palanca bajo el volante, se hace mediante un nuevo sistema con rótula de plástico y varillaje lateral. La precisión de mando es muy superior.
Con todo ello, podemos decir que el Seat 1500 pasa a ser un coche muy tratable, muy suave en el mando, un coche «burgués», podríamos decir. El público femenino ya no deberá tener miedo a los aparcamientos; tan sólo el tamaño del coche los condiciona, pero no el esfuerzo a ejercer sobre la dirección.
TOMA DE CONTACTO EN EL CIRCUITO DEL JARAMA
Seat preparó unos cuantos coches del nuevo modelo, para presentarlos a la Prensa especializada. El marco elegido, el Circuito del Jarama. Queremos señalar un detalle, signo de honradez a toda prueba: los coches tenían un rodaje muy escaso, de unos 800 km., y además no habían sido puestos a punto en absoluto para la prueba. Por ejemplo, los neumáticos llevaban 1’7 kg. de presión, cuando para el circuito, lo normal hubiese sido poner 0’4 ó 0’5 kg. más. Tampoco de motor ni del nuevo cambio se había hecho preparación alguna; se notaba que unos motores «tiraban» más que otros, y de los seis coches presentados, uno de ellos cambiaba francamente mal.
Personalmente, montamos en tres de ellos. Los frenos, absolutamente sensacionales en todos. El acoplamiento que se ha hecho entre discos y servo está por encima hasta de la crítica más ensañada. Siempre suaves, potentes, siempre con el coche en línea. Mucho, mucho más de lo que pueda exigir el usuario normal a su coche. Uno de los mecánicos de Seat nos comentó, cómo había bajado el puerto de Los Leones (que no es ninguna tontería) en directa, haciendo uso de los frenos exclusivamente para retener el coche en los virajes. Lo creemos completamente. El Jarama invita a pisar a fondo, pero también a frenar muchas veces. En unas 10 vueltas que dimos al Circuito, ningún desfallecimiento, ningún síntoma de «fading»; nada. Simplemente esto: mientras el coche se siga fabricando, ya tiene frenos para no tocarlo nunca: se podrán hacer otras mejoras, pero el frenado ha llegado ya al máximo de lo que se puede pedir.
La nueva dirección, con notable mejora sobre la anterior. Más precisa, con menos holgura, y mucho más suave. Sigue siendo algo desmultiplicada, y obliga a cruzar mucho las manos en virajes cerrados tomados rápidamente; pero no olvidemos que es un coche eminentemente de turismo, no para correr desaforadamente. También sobresaliente en esto.
En cuanto al cambio, un punto por debajo de lo anterior. Naturalmente, si lo comparamos con el anterior, la diferencia es de la noche al día, pero porque el anterior era bastante malo. Ahora, en el coche que va bien, es estupendo; en otros, el muelle que ayuda a posicionar la palanca entre tercera y cuarta, en dicho plano, es algo flojo, y para pasar de segunda a tercera es preciso acompañar la palanca. De todos modos, creemos que es problema de reglaje de las varillas; si éstas se ajustan bien, el nuevo mando del cambio es excelente.
En cuanto a comportamiento general del coche, sigue manteniendo una estabilidad muy sana, ayudado en esto por el excelente revestimiento del circuito, que impide cualquier rebote de las ruedas, siempre bien pegadas al pavimento. Forzado al máximo, el coche deriva algo más del tren posterior, en un movimiento que no llega a ser «coletazo», sino un sobreviraje progresivo, que se aumenta con la velocidad. Naturalmente a velocidades más «normales», el coche subvira, clavando el morro; tan sólo a mucha velocidad se nota que la cola tiende a salirse. Un coche muy seguro, y que avisa con mucho tiempo de lo que va a hacer.
¿QUE ES AHORA EL 1500?
Con todas estas modificaciones ¿cómo queda ahora el 1500? Naturalmente, siempre será un coche que ande menos que el Dodge, es lógico. La diferencia de cilindrada es abrumadora, mucho más que la diferencia de andar real. En cuanto a frenos, no tiene nada que envidiar a ningún coche de producción nacional, sino más bien al contrario; no en vano es el único en llevar cuatro discos.
Por lo que hace a estabilidad, mientras que el pavimento sea bueno, también está a la altura de los mejores; aunque la caja se incline alarmantemente, el coche se tiene bien en su trayectoria. Tan sólo en pavimento bacheado, los coches de suspensión independiente como los Renault y Morris tienen ventaja. Además, en trayectos muy quebrados, el coche de tracción delatera tendrá siempre una ventaja estructural, que le puede suponer un 5 por 100 de ventaja en el promedio.
Al 1500, para ser el coche medio español «redondo», le falta un poco de potencia; el hueco entre la segunda (2’30:1) y la tercera (1’49:1) es enorme. Con unos 10 CV. más pasando de los 80 CV. SAE (72 DIN) a 5200 r. p. m. a unos 90 SAE (80 DIN), quedaría realmente «superior».
Desde luego, sabemos que a muchos usuarios les basta y les sobra con lo que anda el 1500. Para estos, no hay duda: el coche ha alcanzado la máxima plenitud que, dentro de su categoría y precio, podía llegar a tener.
· Fuente: A. Urrutia (VELOCIDAD nº 326, 9 de diciembre de 1967)
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