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Citroën D Special
El Citroën D Special, el menos costoso de los modelos grandes de la marca francesa, ha recuperado, en un momento de crisis petrolífera y económica, un interés innegable de cara al contingente de usuarios relativamente importante que desean un vehículo de cierto tamaño y prestancia, pero que a la vez buscan un vehículo, como es este caso, caracterizado por su sobriedad y su precio razonable.
Como en anteriores versiones, el motor es un 1.985 c.c., pero su relación de compresión ha pasado de 8 a 8,75, mientras que la alimentación está asegurada ahora por un carburador vertical de doble cuerpo (Solex). Así, la potencia máxima, que era de 81 CV. DIN a 5.500 vueltas, pasa a 99 CV. DIN al mismo régimen de giro, con un par motor máximo de 15,1 mkg. a 3.500 r.p.m. en vez de 13,7 a 3.000.
Como complemento, la capacidad del circuito de refrigeración ha sido aumentada de 9,7 a 10,6 litros, así como la del carter de aceite, que pasa de 4 a 5 litros. Contando con esta potencia suplementaria, las relaciones de las marchas han sido modificadas: la 2.ª, 3.ª y 4.ª han sido alargadas, y el desarrollo a 1.000 vueltas en cuarta aumenta de 29,8 a 32,2 km/h. en la versión actual. Pero, fuera de estas características mecánicas, el coche sigue siendo muy similar, como lo es su intención dentro del mercado.
PRESTACIONES
El D Special alcanza sobre el anillo de velocidad de Montlhéry los 162 km/h. en su versión 1974, mientras que el modelo precedente no superaba 157 km/h. Paralelamente, la anterior cifra de los 1.000 metros con salida parada de 38" se reduce ahora a 36" 4/10, mientras que los 400 metros se cubren también en un segundo menos, registrándose 19" 4/10. Estas mejoras no son desdeñables en un tiempo en el que la limitación de las velocidades máximas pone más en valor el nervio de un coche y su misma capacidad de alcanzar rápidamente los limites permitidos.
Desafortunadamente, estas mejoras de velocidad punta y aceleración vienen acompañadas por una cierta merma de elasticidad y capacidad de recuperación a bajos regimenes, consecuente al más alto régimen de par máximo y a las modificaciones de transmisión. Así, partiendo de 40 km/h. en 4.ª, se cubren los 40 metros en 22" 8/10 y los 1.000 en 42" 4/10, lo que supone un empeoramiento de 6/10 y un segundo, respectivamente, en relación a la anterior versión.
Aunque los coches tengan menos tendencia a mejorar con los años que el buen vino, el D Special ha terminado por convertirse en claramente menos ruidoso, al menos por debajo de 5.500 vueltas, y, a pesar de su elasticidad relativa, el coche es generalmente agradable de conducir, salvo cuando es necesario efectuar un adelantamiento ultrarrápido. El peso (verdaderamente considerable) del volante motor trae consigo una cierta lentitud de respuesta, pero la tercera, que acepta ser apurada hasta 150 kilómetros/hora de marcador, permite adoptar un estilo de conducción deportivo si así se desea. Con todo, se pueden obtener recuperaciones suaves, sin tirones, desde 40 km/h. en 4.ª, con lo que se puede mantener una conducción relajada, tanto en ciudad como en carretera, al menos mientras el coche no esté cargado hasta los topes.
En materia de consumo, las adversas condiciones atmosféricas que presidieron la prueba no permitían llevar el coche a sus límites, y el consumo anotado en el transcurso del ensayo de carretera no corresponde al normal gasto máximo del coche, pues no sobrepasa los 10,8 litros, con promedios, sin embargo, de los más correctos.
En consumo medio se puede asegurar con todo que la sobriedad del D Special sigue progresando, registrándose una cifra de 8,85 litros por 100 km. a 75 km/h. de promedio, contra los 9,6 litros (a 70 km/h.) del antiguo D Special.
COMPORTAMIENTO DE CARRETERA
La gama D Citroën presenta unas características que hacen que su capacidad de atracción aumente con el deterioro de las condiciones atmosféricas. Así, la prueba del D Special, con un tiempo particularmente malo, se ha efectuado con la mayor de las satisfacciones. Aunque una parte del sentimiento de seguridad que se puede experimentar al volante de este coche sea exclusivamente psicológico, no es menos cierto que sus reacciones naturales hacen de él aun hoy día un notable modelo de carretera «para todo tiempo». Su estabilidad de trayectoria, su adherencia muy por encima de lo normal, la facilidad con que vira, su equilibrio de frenada y la precisión de su dirección hacen el trabajo del conductor fácil. y, por tanto, menos fatigoso, lo que no hace sino aumentar la seguridad activa.
Es cierto que el D Special es pesado de delante y que, llevado al limite, su tendencia a subvirar puede hacerse peligrosa, pero en la mayor parte de los casos, su comportamiento sigue siendo tranquilizador y, desde luego, nunca se hace desagradable...
Desde la aparición del Citroën ha hecho progresos en el terreno d la suspensión hidroneumática, y el comportamiento de los GS y SM así lo prueba. La suspensión del D Special manifiesta a veces una clara sensibilidad a las protuberancias transversales del piso y cantos vivos de los baches, pero las desigualdades normales del pavimento son admirablemente absorbidas Equipar al D Special de una dirección asistida es un suplemento que cuesta una cifra no despreciable. Sin embargo, su conveniencia es innegable, pues basta recordar a este respecto los primeros ID de dirección «normal», cuyos volantes precisaban para su manejo una buena musculatura.
Quizá sea en el terreno de la frenada donde el D Special deja traslucir más claramente su edad. Mal se puede apreciar hoy en día ese enigmático pedal de accionamiento que, sobre todo en firmes deslizantes, define muy mal los limites que separan la deceleración del derrapaje más o menos acusado. Como contrapartida, las frenadas francas son excelentes cuando se marcha a buena velocidad.
CARROCERIA Y HABITABIUDAD
Si se tomase la mitad del capot delantero para implantarla, de una u otra manera, en la parte posterior del coche, se mejoraría netamente la visibilidad hacia delante; mientras que la trasera, entonces ya visible, haría las maniobras en ciudad y los aparcamientos más fáciles. Los extremos de la carrocería son evidentemente lo que más acusa los años transcurridos desde la aparición de esta carrocería, mientras que el habitáculo en sí continúa siendo amplio y confortable, con buenas cotas de habitabilidad, sitio de sobra para las piernas de los pasajeros posteriores y una excelente visibilidad lateral. Los asientos están bien diseñados y son muy confortables, en un estilo súper blando, contando con una conveniente accesibilidad a ellos.
En lo que concierne al equipo general, el balance es menos positivo. En primer lugar, hay que resaltar el inconveniente de un espejo retrovisor que interfiere grandemente con la superficie útil del parabrisas. Así, la aleta delantera derecha se encuentra totalmente enmascarada por el enorme elemento que ni siquiera tiene la excusa de reflejar el conjunto posterior a través de, una luneta fácilmente empañable, y que reclama una cantidad de dinero extra para ser provista de un dispositivo eléctrico antiempañamiento bastante poco eficaz. No parece que el comprador de un D Special tenga que ser un fanático del cuentavueltas, por las mismas características del coche, y, sin embargo, es muy posible que estuviese dispuesto a cambiar este instrumento por un simple reloj horario, actualmente ausente del tablero. Y, por fin, en una época en la que se acepta a regañadientes un lavacristales neumático en un Dos Caballos, resulta paradójico que disponga de este mismo accesorio asmático un coche que alcanza los 160 km/h. Aparte de estos detalles, que tienen su importancia, el maletero es amplio pero poco accesible, mientras que la rueda de repuesto y el sistema de alzado del vehículo para su montaje, aprovechando las diversas posiciones de la suspensión, pueden seguir siendo inscritos entre los aspectos positivos del vehículo.
CONCLUSION
Es cierto que el D Special acusa ya sus años de existencia, pero sus cualidades básicas (sobriedad, seguridad, confort y habitabilidad), unidas a un precio más bien moderado respecto a la concurrencia, hacen de él un cóctel siempre interesante para una clientela de usuarios habitual de los largos kilometrajes, que se muestra decidida a no desaparecer, pese a las "persecuciones" de las que le hacen objeto las disposiciones oficiales en materia de tráfico. · Fuente: AUTOPISTA nº 803, 29-6-74
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