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Este autobús era con el que un joven Eduardo Barreiros (ejerciendo de cobrador) y su padre (al volante) cubrían diariamente en la década de los 40 la línea Orense-Parada de Sil ida y vuelta. 30 kilómetros por una no-carretera, a menudo completamente embarrada, que discurre por una accidentada geografía y que a menudo exigía en alguno de los repechos que los viajeros se apeasen a empujar. Como todos los de la época hecho a retales; motor Chrevrolet, ejes de quién sabe y carrozado por Pegerto Caride (importante carrocero en la segunda mitad del siglo XX) en Orense.
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