El pobre Visa siempre ha sido un patito feo y lo más curioso es que su derivado comercial, el C15, aún menos afortunado estéticamente, ha sido un verdadero éxito de ventas. Yo no sé has qué punto la dirección de Peugeot no fue fue el principal enemigo comercial del Visa, como ya pasó con otros modelos de Citroën, pero sea como sea, su primera serie tuvo una estética difícil para el gran público, que tampoco mejoró demasiado con la segunda serie. Y si bien aquí se está hablando de la versión Diesel, que era una referencia en su época por rendimiento, a mi no se me olvidan versiones tan interesantes como la GT y la GTI en todas sus variantes. El GTI salió perdedor en su lucha contra el 205 GTI o R5 Turbo, más logrados estéticamente, pero hay que reconocer que el Visa ofrecía un plus de practicidad con sus 5 puertas y su estética era más digerible que la de las versiones de base (paragolpes pintados, llantas de aleación específicas, 4 faros redondos).
Sé que la calidad de sus plásticos deja mucho que desear, los tapizados envejecen mal y hoy en día escasean las unidades en buen estado, pero el sonido y funcionamiento del bicilíndrico, la agilidad del Diesel, el buen andar del GT, la potencia del GTI, el ambiente del salpicadero de la primera serie, con sus inimitables satélites y esa silueta tan peculiar hacen de él un coche, por lo menos para mi, realmente encantador.