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Opel Corsa TR 1.2 S 4p.
La llegada de los nuevos Opel Corsa de cuatro y cinco puertas ha supuesto un aumento de posibilidades para el vehículo fabricado en Figueruelas. Ahora es mucho más amplio el campo de elección, y concretamente la versión dotada de la carrocería de cuatro puertas y maletero, que es la que hemos probado, es una opción a medio camino entre el segmento de los pequeños polivalentes y el de los coches medios.
ESTETICA: POCA VARIACIÓN
No ha habido muchos cambios estéticos en este nuevo Corsa. La figura de la carrocería ha permanecido prácticamente igual a la de la versión de dos puertas, y se ha aprovechado todo lo bueno que esta última tenía. Los tres volúmenes ofrecían una gran ventaja en lo referente al maletero, dadas las buenas dimensiones de éste. Así sólo se aprecia un cambio importante, que es la adopción de las cuatro puertas, que se ha solucionado de manera muy favorable. Ahora con esta nueva configuración el Corsa TR ha ganado muchos puntos, pues el acceso al interior se ha visto muy beneficiado. Las cuatro puertas tienen unas medidas suficientes para lograr una accesibilidad eficiente.
Por lo demás, las variaciones han sido mínimas. La parte delantera sigue conservando su personalidad, y sólo los proyectores antiniebla, que se ofrecen como opción, rompen la armonía de líneas, al estar situados muy abajo, al borde del faldón.
En la zaga no se aprecian cambios, permaneciendo todo prácticamente igual que en el modelo de dos puertas, a excepción de los montantes, en los que se han introducido cristales para facilitar la visibilidad.
INTERIOR: NO HAY CAMBIOS
Las versiones TR de dos puertas ya presentaban un interior que destacaba por su amplitud, situación que no se ha visto modificada con la adopción de la nueva carrocería. La capacidad es muy notable, lo que influye favorablemente en el confort de marcha. Tanto en las plazas delanteras como en las traseras el espacio es uno de los puntos a destacar, por lo que los pasajeros se encuentran a sus anchas dentro de este automóvil. Los asientos tienen un claro matiz alemán, como lo demuestra su dureza, aunque no resultan incómodos, sobre todo en viajes largos, en los que esto hace que el cansancio tarde más en aparecer. Los delanteros adolecen de poca envolvencia, lo que, unido a los balanceos de la carrocería en trazados sinuosos, genera una cierta incomodidad para el conductor.
Todo el equipamiento sigue presente, lo mismo que en la versión 1.2 S de dos puertas, en la que también se incluyen los elevalunas eléctricos, los dos retrovisores exteriores y algunos elementos más como el cierre centralizado.
MOTOR: ECONOMIA Y ROBUSTEZ
Los motores de la gama Corsa siempre se han caracterizado por su gran sobriedad y su buen rendimiento. Concretamente el propulsor de 1.196 c.c. con que estaba equipado el TR 1.2 S que hemos probado ha demostrado su orientación económica, sin dejar por ello de ser brillante. Los 55 CV que es capaz de aportar este grupo motriz son suficientes para las pretensiones del modelo, que con su carácter primordialmente familiar, se muestra ideal para realizar una conducción tranquila. La elasticidad es también un punto destacable de este motor, pues con los 9,3 kgm. que es capaz de lograr a 2.200, tira desde bastante abajo, aunque se ve condicionado por los largos desarrollos de las relaciones del cambio. Esto deja patente que la caja de cambios ha sido concebida para obtener unos consumos muy recortados, sobre todo en terrenos llanos y poco sinuosos, que desgraciadamente no son los que abundan en nuestra geografía. Con unas relaciones más cortas este motor estaría en condiciones de ofrecer todo lo que es capaz de dar de sí. De esta manera es muy difícil sacar el máximo en la mayoría de las marchas, lo que puede resultar positivo a la hora de cuidar el motor y ponerlo a salvo de «pasones de vueltas». Con esto y con la robustez mecánica del grupo motriz la fiabilidad y la larga duración están garantizadas.
Al subirse al puesto de conducción de un vehículo de origen germano siempre se aprecian matices que revelan esta influencia. La posición al volante en el Corsa resulta muy agradable, sobre todo para personas de talla elevada. El volante está bastante vertical, y su manejo es cómodo. Los asientos, si bien son algo duros, presentan un amplio abanico de posturas, lo que facilita el alcance de una buena posición. Tanto la instrumentación como los pedales se muestran muy manejables, si bien el cuadro de instrumentos es algo austero. La palanca de cambios está bien situada, aunque para conductores de talla no muy elevada puede quedar algo lejos. Su manejo es correcto, y aunque es un poco áspera de accionamiento las velocidades se introducen con rapidez y precisión.
Ya habíamos tocado un poco de pasada la visibilidad, pero conviene matizar un poco más este aspecto. El Corsa ofrece muchas ventajas y con su amplia superficie acristalada en combinación con los dos retrovisores exteriores, que se manejan desde el interior, no existe problema alguno que amenace el campo de visión.
COMPORTAMIENTO: EXCESIVAMENTE COMODO
Con ocasión de la presentación de la nueva gama Corsa 85, en la que se incluían ya los modelos de cuatro y cinco puertas, se dieron a conocer las reformas que se habían llevado a cabo en las suspensiones de todas las versiones. Se varió con respecto a los Corsa antiguos el tarado de los amortiguadores, montando unos más blandos, cuya principal misión sería ofrecer un mayor confort de marcha, y además de equipar todas las variantes, a excepción del GT, con unos muelles más blandos y de mayor recorrido. Todo esto ha repercutido negativamente en el comportamiento del coche, y la versión probada se mostraba excesivamente cómoda, como ya ocurrió en el Corsa 1.3 S de cinco puertas. La carrocería se inclina demasiado en trazados sinuosos y balancea en curvas de radio medio, produciendo una conducción incómoda, sobre todo si se rueda a un fuerte ritmo. El comportamiento de los predecesores de la nueva gama era bastante bueno y no tenía estos problemas.
Los frenos tampoco están a buen nivel, y se pueden mejorar. La potencia de éstos se queda algo corta, aunque no llegan a presentar problemas de calentamiento. El pedal es también esponjoso, lo que produce una cierta sensación de inseguridad.
Pasando a la dirección cabe destacar que es algo lenta y que obliga a un exceso de manoteo cuando nos metemos en zonas viradas de las que tanto abundan en nuestra red vial.
PRESTACIONES. EN COMPETENCIA DIRECTA
El pequeño motor de 1.2 litros que monta este Corsa es capaz de ofrecer un buen rendimiento. A pesar de las largas relaciones de la caja de cambios que influyen negativamente en este apartado, el propulsor se ha mostrado más que suficiente para impulsar esta carrocería con una cierta garra. Su orientación familiar queda clara, si bien los 156 kilómetros que es capaz de alcanzar no son nada despreciables para un utilitario polivalente como es éste. En aceleraciones los resultados son modestos, aunque no están por debajo de lo esperado, mientras que en las recuperaciones el larguísimo desarrollo final de la quinta hace que el coche no sea capaz de demostrar la buena elasticidad de su motor.
Prestaciones
Las cifras de consumos están acordes con las pretensiones de este automóvil. Rodando a ritmos bajos se muestra muy sobrio, aunque si subimos la marcha y comenzamos a exigir al motor, aunque no se disparan, el Corsa 1.2 se muestra más sediento, sin que por ello se vea amenazada la autonomía.
Consumos
CONCLUSION: FAMILIAR Y BARATO
Los resultados de la prueba revelan claramente el matiz familiar de este modelo. La nueva carrocería de cuatro puertas convierte al Corsa en una buena opción para economías modestas, que verán satisfechas todas sus pretensiones con este vehículo. Sus prestaciones y sus consumos están a buen nivel, lo mismo que el confort y la amplitud de su habitáculo y maletero. Con un precio muy aquilatado, este modelo supone, pues, una buena oferta, sobre todo teniendo en cuenta que se encuentra a caballo entre dos segmentos, lo que supone una gran ventaja.
· Fuente: F. Gómez (VELOCIDAD nº 1251, 14 de septiembre de 1985)
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