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MG Metro Turbo

 

 

VIRTUDES

· CARROCERIA: EXCEPCIONAL AMPLITUD PARA SU TAMAÑO

· BUENA VELOCIDAD PUNTA

· AERODINAMICA EFICAZ

· FRENOS MUY SOBRADOS

 

DEFECTOS

· MOTOR POCO ELASTICO

· CAMBIO DE SOLO 4 MARCHAS

· INSUFICIENTE VENTILACION

· VANO DE PUERTAS MUY ALTO

 

 

A estas alturas, suponemos que los lectores ya deben estar acostumbrados a que, con cierta frecuencia, encontremos coches que nos resultan difíciles de clasificar o encuadrar en una categoría más o menos determinada y aceptada de forma relativamente unánime por los profesionales técnicos y comerciales del mundillo del motor. Esto de la clasificación de un coche no es cuestión baladí, pues aunque el vehículo es lo que es, y el hecho de que no entre en ningún grupo determinado no es, en principio, un aspecto negativo (muy bien podría ser al contrario), sí resultaba bastante cómodo saber de antemano cuál es el nivel medio de exigencia que se puede tener con él en todos los aspectos, ya sean las prestaciones, el consumo, el confort, la amplitud o el precio, lo cual permite a su vez compararlo de forma más o menos directa con su competencia, que es el objetivo final de toda prueba: ofrecer al lector el relato de las características medibles y cuantificables del coche, por referencia al resto de lo que hay en su categoría, dejando los aspectos subjetivos, que son muchos, a gusto de cada cual.


Pues bien, el M.G. Metro Turbo es uno de estos coches que no sabemos dónde situar, porque pisa a la vez en todos los terrenos, sin acabar de quedar encajado en ninguno de ellos. Se le puede considerar un coche de capricho, del tipo segundo coche para señora rica, ya que su precio, tamaño y equipo así lo permiten; pero su mecánica «turbo» resulta un tanto excesiva para tal fin. Se le puede considerar simplemente un coche de ciudad, dada su longitud de 3,40 metros, pero su amplitud interior, su nivel de prestaciones y no digamos su precio lo sacan de ahí. Se le puede considerar un pequeño deportivo, dados sus 93 CV y 180 km/h para los que oficialmente se le anuncia, pero su cambio de cuatro marchas, y su curva de potencia un tanto especial hacen que se quede algo corto para lo que podría esperarse de las características enunciadas, y de su precio. Se le podría considerar, debido a sus excelentes frenos, a su peculiar tipo de estabilidad y a su manejabilidad, como un cochecito especialmente apto para carreteras muy viradas (que ya es una clasificación bastante especial), pero nuevamente la curva de par del motor «turbo» nos plantea dificultades para encajarlo aquí: ya que el motor, de por sí, lo que más agradece son trazados muy abiertos, de 4ª y alguna ocasional 3ª, donde pueda tirar continuamente en alta, por encima de las 4.000 rpm, que es donde de verdad rinde.


Así pues, ¿qué es el M.G. Metro Turbo? Después de haber dicho algo de lo que es, y casi todo lo que no es, creemos mejor pasar a referir lo observado en la prueba, y finalmente, a igualdad de información con nuestros lectores, intentar sacar alguna conclusión válida



TRACCION DELANTERA Y BATALLA CORTA


Lo primero que debe decirse es que el Metro Turbo es un trabajo bastante serio; no se ha cogido un compresor, se le ha colocado a un M.G. Metro, y a ver qué pasa. Prácticamente todos los elementos de mecánica y bastidor han sido revisados, y en cuanto al tema del comportamiento rutero, que es el primero que habitualmente tocamos, ha habido reformas en todos y cada uno de los departamentos,  empezando por unos discos de freno delanteros que, si bien conservan el mismo discreto diámetro a que les obligan las llantas originales de 12 pulgadas, siguen disfrutando de las excelentes pinzas de cuatro bombines y, sobre todo, pasan a ser autoventilados (y con canalización de aire dirigida desde el faldón delantero), y disponen de pastillas con guarnición semimetálica sinterizada, con lo cual; si bien se exige una presión sobre el pedal algo superiora a la del M.G. Metro, la resistencia al «fading» da la impresión de ser absolutamente ilimitada. En cuanto a la suspensión, el trabajo ha sido muy serio; los resultados ya son otra cosa. Se empieza por acortar en 10 mm el recorrido de suspensión, delante y detrás; las llantas son ahora de 5,5 x 13”, con gomas de perfil superbajo 165/60. Las botellas Hydragas están endurecidas un 10% en su tarado, también en ambos trenes; la estabilizadora delantera aumenta 1 mm su diámetro, y atrás aparece otra de 15 mm, amén de que las botellas van ahora interconectadas (las traseras entre sí), para aumentar el efecto antibalanceo. Y para cerrar, los amortiguadores hidráulicos delanteros también llevan un tarado más duro. Un incremento de 38 mm de vía delante, y la mitad de dicho aumento atrás, acaban de completar el panorama.

 

 

El resultado es satisfactorio, tanto más cuanto más decidido sea el apoyo, y más perfecto el estado del pavimento. Porque a la complicada suspensión, donde hay prácticamente todo lo habido y por haber, se le echa en falta precisamente lo único que no tiene: suficiente amortiguación trasera. Es un defecto que del HLE al M.G., y de éste al Turbo, se va apreciando más cuanto más generoso es el equipo de ruedas, que permite entrar más fuerte en las curvas. La trasera rebota, da saltitos y dificulta mantener una trayectoria limpia, lo cual ya de por sí es difícil en un tracción delantera de suspensión dura y tan corta distancia entre ejes. Si el apoyo es fuerte y el piso bueno, la cosa va muy bien; pero en curvas largas y rápidas, no digamos si con piso un poco rizado, no hay forma de evitar que el trazado salga lleno de picos.

 

Esta sensación de inestabilidad direccional en curva rápida se incrementa por el hecho de que a la dirección se le ha acortado el ángulo de avance, sin duda con la loable intención de hacer más suave la maniobra con las gomas anchas; esto se ha conseguido, y el coche se maneja con dos dedos. Pero a costa de una sensación de ir «flotando» un poco, y tanto en las aceleraciones como en las frenadas, y en los apoyos relativamente suaves, como ya hemos dicho, parece que el coche no acaba de encontrar su sitio, y busca nuevas trayectorias. Es una impresión falsa, ya que el coche va perfectamente guiado, pero ha de ser siempre a base de volante, sin confiar demasiado en el efecto de autocentrado que normalmente se espera de un tracción delantera.


Por lo demás, la conducción es sencilla, aceptando la ya tradicional postura al volante de herencia Mini, a base de llevarlo algo lejos y bastante plano, pero como la dirección es muy rápida y ligera, esto apenas supone inconveniente. La visibilidad es excelente, y todos los mandos caen bien a mano. El pie izquierdo encuentra un buen apoyo, y tan sólo es criticable que el pedalier impida totalmente la realización del punto-tacón, lo cual es doblemente criticable en un coche con matiz deportivo.



UN SOPLIDO Y UN SUSPIRO

 

Si profundas han sido las modificaciones en el bastidor, más lo han sido en la mecánica, y particularmente en el motor, ya que en la transmisión la cosa se ha limitado a montar un embrague con disco macizo, sin muellecitos, y un grupo más largo. Pero en el motor, la cosa ha sido muy seria: se inicia con un cigüeñal nitrurado (como en los antiguos Mini-Cooper S ingleses, no el español), y casquillos especiales de biela y bancada, junto con pistones de faldilla reforzada. La culata es la de serie, pero aumentando la refrigeración en la zona próxima a las válvulas de escape, que están refrigeradas interiormente el sodio, y todas ellas controladas por dobles muelles que teóricamente se dice permiten llegar a las 7.000 rpm, aunque en la práctica hemos apreciado los primeros síntomas de rebote pasadas las 6.500. La bomba de aceite aumenta su capacidad de flujo en un tercio, pasando de 27 a 36 litros/minuto, y se monta un radiador de aceite de buenas dimensiones; también el radiador de agua es más eficiente que el del M.G. Metro normal. Los apoyos del conjunto mecánico sobre el bastidor son más rígidos, ya que hay más par, y el colector de escape tiene un diámetro interior de 45 en vez de 38 mm.

 

 

Y todo esto, ¿para qué? Pues para responder con garantía al aumento de potencia suministrado por un turbo Garrett, que llega a girar a 120.000 rpm, y que está controlado en su soplado por un ingenioso dispositivo electrónico, que es el alma de todo el sistema de sobrealimentación. El carburador trabaja bajo soplado y está presurizado, lógicamente; aunque el máximo soplado no pasa de 0,53 bar, el carburador está verificado hasta 0,7 bar, para comprobar que no se produzcan fugas ni derrames de gasolina, la cual es suministrada por una bomba Lucas eléctrica de alta presión, montada en serie con un filtro y un regulador de presión.


Lo específico de todo este montaje es que, más bien que un motor «turbo» en el sentido habitual del término, se trata de un motor clásico con un compensador de llenado en alta, por definirlo de alguna manera. En uso turístico, lo habitual es poner una compresión de orden de 6,8:1 a 7,5:1, y luego soplar con una sobrepresión de 0,65 a 0,8 bar, y cuanto más desde bajo régimen, mejor. En el caso del Metro Turbo, se utiliza una compresión geométrica muy alta (9,4:1), la misma que en el motor 1300-HLE, y el soplado es muy suave; de hecho, hasta las 2.000 rpm no se enciende la primera lucecita de las diez que componen el manómetro luminoso por cristales líquidos (que de día apenas si se ve, por cierto). Y hasta alcanzar las 4.000 rpm, el sistema electrónico se encarga de que la sobrepresión no pase de 0,28 bar, a fin de no entrar en detonación. Luego, a partir de 4.000 rpm, empieza a soplar más en serio, en dos escalones, el primero hasta 5.000 y el segundo ya a tope, que es 0,53 bar. Por ello resulta un poco difícil de creer que el par máximo se consiga a tan sólo 2.650 rpm, por más que el árbol de levas sea el muy tranquilo de la versión HLE, que es un motor muy elástico.

 


Y vamos al comportamiento práctico. La realidad es que la caja de 4 marchas no se lleva nada bien con la curva de potencia de este motor. Sin ir más lejos, el salto entre las 4.000 rpm, en las que el turbo empieza a soplar de veras, y las 6.130 rpm, a las que se dice que se obtiene la potencia máxima, es exactamente (calculadora en mano) el mismo salto existente entre 2ª y 3ª; luego si se quiere estar siempre en fase de soplado importante, es imprescindible subir la 2ª hasta 6.200 rpm (teniendo en cuenta que en el cambio siempre se pierde algo). Como resultado concreto, el coche en ciudad tiene poco genio; el motor es elástico, pero sin fuerza. El M.G. Metro normal, ayudado en buena parte por su desarrollo más corto, se desenvuelve con mucho más brío en tráfico urbano; y no digamos el HLE, cuyo tirón en baja (400 metros de recuperación) es con diferencia el mejor.



MAS PUNTA QUE NERVIO

 

El cuadro de prestaciones es particularmente ilustrativo, y más si lo comparamos con el resto de la gama Metro, que incluimos en un apartado de esta prueba.  En recuperación, el Metro Turbo es el peor en los primeros 400 metros; se enmienda, por supuesto, en los 600 siguientes, pero es ya casi todo en alta. En aceleración, desde luego domina de largo a sus hermanos, pero esto no es mayor mérito, dadas sus pretensiones. Y no digamos nada de velocidad punta, donde está francamente bien, sin que tampoco sea nada clamoroso.

 

PRESTACIONES

 

 REPRIS

 
 400 metros, en 4ª a 40 Km/h 21” 3/10
 1.000 metros, en 4ª a 40 Km/h 38“ 6/10
 ACELERACION  
 400 metros, con salida parada 18” 3/10
 1.000 metros, con salida parada 33” 3/10
 VELOCIDAD MAXIMA  
 Km/h (a 5.885 rpm) 176,12
 Todas las cifras son promedio da dos pasadas en sentido opuesto sobre la misma base, con el conductor solo a bordo y depósito lleno.
   

 

DESARROLLOS DEL CAMBIO

 

Velocidad, en km/h, en cada marcha

 

(*) Gira el móvil para ver la tabla de desarrollos

 Rpm

 1.000 (desarrollo básico)

8,20

13,70

21,00

29,92

 1.300 (mínimo utilizable)

10,70

17,80

27,30

38,90

 2.650 (par máximo)

21,70

36,30

55,60

79,30

 6.130 (potencia máxima)

50,30

84,00

128,70

183,40

 6.750 (límite momentáneo)

55,40

92,40

141,70

202,00

         

 

 

RESUMEN DE PRUEBAS

 

(*) Gira el móvil para ver la tabla de consumos

Itinerario

Distancia (km)

Carga

Condiciones

Crucero (km/h reales)

Promedio (km/h)

Consumo (litros/100 km)

 CIUDAD
  Madrid: casco urbano

     329,4  

De 1 a 4 plazas

Variables

-

-

11,86

 CARRETERA
  Recorrido fijo por Madrid, Ávila y Toledo

323,7

Conductor solo

Tráfico muy fluido; conducción turística para hacer media 80

90/100

80,3

6,00

 Recorrido fijo por Adanero,
  Olmedo y Aranda

391,9

Conductor solo

Tráfico normal, fluido.

100 (2º ord)
110 (N 1)
120 (autop)

100,5

7,49

 Madrid-Zaragoza

309,4

Conductor y su equipaje

Piso mojado y llovizna en casi todo el recorrido. Tráfico normal, aceptablemente fluido

130

101,4

8,86

 Zaragoza-Madrid

312,5

Dos plazas y su equipaje

Tráfico normal hasta Alcalá (108 de media); luego, muy congestionado

150

104,2

10,76

 RESUMEN CARRETERA

1.337,5

Conductor y su equipaje

Normales, en promedio

118,3

95,6

8,21

             

 

Pero su imagen queda más claramente centrada si lo comparamos, por ejemplo, con el Fiesta XR-2, un motor ciertamente de mayor cubicaje, pero con 10 CV teóricos menos, y también con 4 marchas. Pues bien, tanto en recuperación como en aceleración, el XR-2 le impone un severo correctivo; tan sólo en los últimos 600 metros de aceleración, ya en alta, consigue el Metro Turbo ganar por 2/10, y desde luego, en velocidad punta, donde domina prácticamente por 10 km/h. Como dijimos al principio, el Metro Turbo es un coche con carrocería de ciudad, comportamiento rutero para vías secundarias (pero bien pavimentadas), y motor para itinerarios rápidos y despejados; ¿dónde catalogarlo?


 

EL ASPECTO PRACTICO

En cuanto a consumo, el Turbo se comporta bastante honestamente. Las cifras son razonables para su motor de 93 CV; algo más altas que las del M.G Metro, y bastante más que las del HLE, que literalmente se conforma con una miseria de combustible. No obstante, se puede hacer una segunda lectura, y es que llevando la misma compresión geométrica y el mismo árbol de levas que el HLE, y además un grupo más largo, tendría que ser más económico. Si no lo es, no puede echarse toda la culpa a los neumáticos más anchos, y forzoso es concluir que o bien el reglaje de carburación es más rico, o el encendido va más retrasado, ambas cosas procurando curarse en salud contra el peligro de la detonación. De todos modos, puede decirse que el consumo es muy razonable para el nivel medio de prestación que ofrece el coche.

 

 

Como vehículo en sí, tenemos que repetir una vez más que la carrocería del Metro es probablemente la más conseguida de su categoría, con la salvedad de que su ventilación es poco menos que inexistente si no se utiliza el ventilador para forzarla. En cuanto al equipamiento, habida cuenta del precio en que se mete el coche (nada menos que 260.000 ptas más que el M.G Metro, puesto en la calle), ya empiezan a echarse de menos detalles que en sí no se pueden considerar imprescindibles, pero que ayudan a redondear la imagen de un coche de capricho, como indudablemente es este. Así, por ejemplo, los retrovisores con mando interior (aunque no sea eléctrico), los limpiafaros, algunos faros auxiliares, algo más de instrumentación, luces en el interior, alzacristales eléctricos y cierre centralizado. Se agradece, en cambio, que se haya eliminado el insufrible avisador de utilización de cinturones (por muy partidario que se sea de su utilización).

 

EQUIPAMIENTO

 

  ELEMENTOS OE CONDUCCION DE SERIE OTRAS OPCIONES
  Puesto de conducción    
  Servofreno X  
  Antibloqueo ABS    
  Servodireccìón    
  Diferencial autoblocante    
  Programador de velocidad    
  Regulación del volente en altura y distancia    
  Regulación del asiento en altura e inclinación    
  Regulación del soporte lumbar del respaldo    
  Visibilidad    
  Cristales tintados X  
  Luneta térmica X  
  Parabrisas laminado X  
  Velocidades del limpiaparabrisas 3  
  Lava/limpialuneta posterior X  
  Retrovisores exteriores con reglaje exterior 2  
  Luces    
  Faros halógenos H-4 X  
  Lava/limpiafaros    
  Altura de faros con regulación    
  Faros auxiliares de largo alcance    
  Faros auxiliares antiniebla    
  Intermitentes de emergencia X  
  Luz de marcha atrás doble X  
  Luz antiniebla posterior doble X  
  Instrumentación    
  Termómetro de agua X  
  Voltímetro    
  Amperímetro    
  Cuenta km parcial X  
  Cuentarrevoluciones X  
  Manómetro de aceite    
  Termómetro de aceite    
  Nivel de aceite    
  Reóstato de iluminación del cuadro    
  Reloj digital  X  
  Ordenador de viaje/computadora    
  Sintetizador de voz    
  Manómetro del turbo X  
  Luces-testigo    
  Reserva de combustible X  
  Freno de estacionamiento X  
  Dispositivo de arranque en frío  X  
  Nivel bajo de líquido de frenos X  
  Desgaste acusado de pastillas de freno    
  Recordatorio utilización cinturones    
  Comprobador de funcionamiento de testigos    
  Central de chequeo (niveles/luces/puertas)    
  Aviso de periodos de revisión    
  ELEMENTOS DE CONFORT    
  Dotación del habitáculo    
  Parasoles orientables    
  Cinturones retráctiles delante X  
  Cinturones retráctiles detrás    
  Reposacabezas delanteros X  
  Descansabrazos central trasero    
  Agarradores para los pasajeros 3  
  Encendedor eléctrico X  
  Ceniceros 3  
  Luz interior en zona posterior    
  Luz de lectura    
  Alzacristales eléctricos delante y detrás    
  Cierre central de puertas, maletero y depósito    
  Cerradura de seguridad pada niños    
  Tapicería de cuero    
  Botiquín    
  Climatización    
  Deflectores ventanillas delanteras    
  Aire fresco exterior directo X  
  Extracción dinámica del aire exterior X  
  Velocidades del ventilador 2  
  Desempañado cristales laterales    
  Calefacción a las plazas traseras    
  Aire acondicionado    
  Calefacción eléctrica asientos    
  Techo practicable manual    
  Ventanillas traseras practicables (2 puertas) X  
  OTROS ELEMENTOS    
  Tapón depósito combustible con llave    
  Tapa guantera con llave    
  Pintura metalizada X  
  Llantas de aleación ligera X  
  Pre-instalación radio antena eléctrica  X  
       

 

CONCLUSION

 

Ya le hemos ofrecido al lector los mismos elementos de juicio con que contamos nosotros; y seguimos como al principio. El M.G Metro Turbo es un cochecito muy atractivo; solo que no acabamos de saber a qué tipo de usuario podría recomendársele. Si sabemos una cosa; si todo el esfuerzo dedicado a robustecer el motor, radiador de aceite incluido, se hubiera dedicado al M.G Metro, poniéndole una carburación generosa sobre sus especificaciones de base, para sacarle entre 75 y 80 CV, con una punta de 170 km/h como máximo y una aceleración todavía mejorada sobre la actual, creemos que hubiera salido un vehículo más coherente y agradable de utilizar en todos los terrenos, salvo en carretera absolutamente despejada, y siempre de 120 para arriba.

 

 

 

Ficha Técnica

 

 

 

Motor


Posición: delantero transversal vertical. Nº cilindros: 4 en línea. Diámetro/Carrera: 70,61/81,28 mm. Cilindrada: 1.275 cc. Potencia fiscal: 10 HP. Material del bloque: fundición. Material de la culata: fundición. Cigüeñal: sobre 3 apoyos.
Carburación
Un carburador horizontal SU HIF-44 de difusor variable por depresión, sobrealimentado mediante turbocompresor de escape Garrett Air Research T-3, a 0,53 bar. Bomba de combustible: eléctrica. Filtro de aire: en seco, de papel.
Distribución
Situación válvulas: en culata, verticales y en línea. Situación árbol de levas: lateral, en bloque. Mando árbol de levas: par cadena. Accionamiento válvulas: empujadores, varillas y balancines.
Encendido
Tipo: electrónico. Distribuidor: Lucas, con detector de detonación. Control avance: centrífugo y por vacío. Bobina: Ducellier. Bujías: Unipart GSP-281.
Lubricación
Bomba: de rotor excéntrico. Refrigeración: cárter de aluminio aleteado y radiador de aceite. Capacidad total: 4,8 litros. Cambio de aceite: 4,5 litros.
Refrigeración
Tipo: por líquido. Arrastre ventilador: motor eléctrico, con mando termostático. Circuito hermético: sí. Capacidad total circuito 4,9 litros.
Rendimiento
Compresión: 9,4 1. Potencia: 93 CV DłN a 6.130 rpm. Par motor máximo: 11,8 mkg DIN a 2.650 rpm.


Transmisión


Embrague
Tipo: monodisco en seco, de diafragma, con plato macizo. Diámetro del disco: 181 mm. Mando: hidráulico.
Cambio de marchas:
N° de marchas de avance: cuatro, sincronizadas todas ellas. Relaciones: 1ª, 3,647:1; 2ª, 2,185:1; 3ª, 1,425:1; 4ª, 1,000:1.
Grupo y diferencial
Disposición motriz: tracción delantera, con mecánica transversal bajo cárter y lubricación comunes para motor y transmisión. Tipo de grupo: recto helicoidal. Reducción 3,211:1 (19/61). Desarrollo final: 29,9 km/h en 4ª.


Bastidor


Estructura portante: carrocería monocasco autoportante.
Suspensiones: Delantera: ruedas independientes, con dos brazos transversales superpuestos y estabilizadora como tirante oblicuo. Tipo de resorte: bloque Hydragas de nitrógeno comprimido. Amortiguadores: hidráulicos telescópicos. Estabilizador: barra de torsión antibałanceo.
Trasera: ruedas independientes tiradas mediante brazo único longitudinal. Tipo de resorte: bloque Hydragas y muelles helicoidales. Amortiguadores incorporados en el bloque de suspensión. Estabilizador: interconexión entre los bloques Hydragas y barra do torsión antibalanceo,
Frenos
Tipo de circuito: doble, uno a las cuatro ruedas y otro a las delanteras. Asistencia: Master-Vac. Dispositivo anti-bloqueo: limitador de presión trasero. Delanteros: discos ventilados. Diámetro: 213 mm. Área barrida: 897 cm2. Traseros: tambores. Diámetro: 178 mm. Área barrida: 355 cm2. Área barrida por los forros de los cuatro frenos, en total: 1.252 cm2.
Dirección
Tipo: de cremallera. Diámetro de giro: 10,2 metros. Vueltas de volante totales: 3,3. Árbol de dirección con flector. Servo: no. Diámetro externo del volante: 35,5 cm.
Ruedas
Llantas: 5,5 x 13 pulgadas. Material: aleación ligera. Neumáticos: radiales, sin cámara. Medida: 165/60 HR-13. Marca y tipo: Dunlop Sport D-3.
Equipo eléctrico
Tensión: 12 voltios. Generador: alternador Lucas, da 63O w y 45 A. Batería: Lucas/Unipart, de 40 Ah, sin mantenimiento.
Depósito de combustible
Situación: bajo asiento posterior. Capacidad: 30 litros.


Carrocería


Tipo: semi-break. Nº de puertas: 2 y portón. Asiento posterior: abatible por mitades asimétricas.
Dimensiones
Batalla: 2,25 metros. Vías: 1,31/1,29 metros (delante/detrás). Longitud: 3,40 metros. Anchura: 1,56 metros. Altura: 1,36 metros.
Peso
En vacío, y en orden de marcha (según catálogo): 840 kg. Con depósito lleno (en báscula): 838 kg. Distribución de peso entre ambos trenes {delante/detrás): 62,0/38,0% (con depósito lleno, en báscula).

 

 


· Fuente: A. de Andrés (AUTOPISTA nº 1245, 28de mayo de 1983)

· Gracias a Jose Fidel por enviar el reportaje

 

 
 
   
   

 

 

 

 

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Comentarios de los lectores: 11
 

 

1. Florentino 

Un conocido inglés me dijo que con respecto a los Rover y su asociación con Honda el resultado fueron coches en los que todo lo que procedia de Japón era bueno (parte mecánica) y el resto (parte de carrocería, interiores y electrónica, era chatarra. Como resultado eran coches que envejecían pronto y se iban arrastrando por las carreteras porque la mecanica seguia funcionando mientras el resto se iba haciendo pedazos.

 

 

2. Jbf 

El Maestro no era mal coche. Chocaba un tanto su anchura, pero era el precio de ser un Montego corto.

No sé cómo resultaron en temas de calidad. No sé tampoco si se beneficiaron de las alianzas con Honda, como sí hizo Rover.

Pero doy fe de que el Montego era un coche muy razonable, en el que se viajaba bien.

 

 

3. Jbf 

Del Metro hubo una segunda edición, ya rn este siglo, bajo el nombre de Rover 100.

Diría que el Metro se veía algo raro ya en su época. Innecesariamente pequeño, pero sin el encanto del Mini. Con sensación de poca calidad, incluso de fragilidad, arrastrado todos los problemas de BMC. Y, por do fuera poco, y al menos en España, resultaba caro.

Vamos, que tenía todos los ingredientes para el éxito.

El Rover 100 resolvía algunos de estos problemas. Más aparente, von mayor sensación de calidad y motores al día Pero ya era tarde...

 

 

4. Fabadastasia 

Carrocería bien estudiada, pero con aspecto de visera de pana encogida salida de la lavadora.
El MG Maestro me resultaba más interesante, si bien era raro y le costaba gustar en su época, le pasaba un poco como al AMC Pacer.
Ave, Ferretería Vetusta, saludos cordiales :)

 

 

5. Froilán 

El Metro me gustaba por aquella época, más que nada porque me resultaba original frente a unos rivales a los que tenía muy vistos. Luego empecé a verlo con otros ojos, a raíz de una prueba de 15.000 Km que publicaron el Motor 16 y en la que salía muy mal parado. Creo que el número en cuestión está disponible para descargar en la web de la revista. El caso es que le colgué el sambenito de la mala calidad y lo hice extensivo al resto de la marca (Rover incluida), algo que no es justo pero tampoco infundado en vista de algunas experiencias que luego conocí de primera mano.

 

 

6. Tony Osorio  

Me acuerdo de ellos.
Eran cochecitos muy pintones pero caros comparado con su competencia y no eran nada comunes. Eran como una actualización de los mini casi. No envejecieron bien y pasaron pronto al olvido con la entrada de las evoluciones de los Fiesta XR2, 205 GTX etc...

 

 

7. R1943 

Por cierto os habéis sentado en el asiento de atrás de este coche.
Yo si porque un hermano de un amigo lo tenia y no es una experiencia nada recomendable.
El Panda de los 80 tenía mala fama pero este no le andaba a la zaga.

 

 

8. Florentino  

Me sorprende la elevada compresión de este motor, sobre todo teniendo en cuenta la culata de hierro y, sobre todo, porque los turbo suelen tener bajas relaciones de compresión ya que el turbo insufla aire y gasolina turbocomprimido. Luego esta el hecho de tener solo 4 velocidades cuando ya no era lo normal. Que empeño en mantener este motor antediluviano!!!! El mismo del Agustín Victoria de mi Padre.

 

 

9. Oscar de Lleida 

14-XI-2024 @ R-1943: El 205 Gtx era el mejor de los tres pero Salió mucho más tarde y ya existía el XR-2 Mk-II que lo igualaba con sus 5 Vel. y lo superaba con un motor más potente y moderno (SOHC, cámaras hemisféricas y taques hidráulicos) y un paso por curva a más velocidad gracias a su mayor adherencia. De los dos contendientes del 83, el XR-2 Mk-I con menos potencia lo superaba por su motor tecnológicamente más moderno (siendo los dos todo hierro). El Kent de Ford tenía un cigüeñal de 5 apoyos (3 el mini); había cuatro entradas de admisión (una por cilindro por solo dos entradas para 4 cilindros en el Mini); 4 salidas de escape (el Mini 3, la central la compartían los cilindros 2º y 3º); y un chasis más elaborado y adherente el nacional. Por lo tanto, también el entendido se decantaba por el XR-2. La prueba es que como coche de serie (grupo N), lo eligieron varios destacados pilotos y arraso en el 82 y 83 en circuitos y rallys (del Mini nunca más se supo). En Lleida solo vi uno y muy poco tiempo.

 

 

10. R1943 

Bien mirado este coche tenía su encanto pero en España pasó casi desapercibido.
Fue "eclipsado" por otros como el 205 GTX el Fiesta XR2 o similares que en aquellos tiempos tenían más tirón comercial entre el público.
O al menos entre el público no muy entendido.

 

 

 

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