Este tipo de publicidad, aunque ahora nos parezca chocante, no lo es tanto si lo situamos en la época y en las circunstancias que le dieron origen. Fue una orden del Comandante jefe del servicio militar de ferrocarriles del 5º cuerpo de ejército, y se debía de colocar en todas las salas de espera, coches, autobuses y dependencias de las líneas. La orden era de Enero de 1938, cuando España se destrozaba en el peor enfrentamiento de su historia.