Me gusta este ejemplar porque aparecen dos coches que conozco bien.
Me ha gustado el artículo del R-8. La unidad probada es prácticamente igual a la que tuvo mi padre durante dieciocho años, salvando el color. Se agradece que lo traten como lo que era, un sufrido modelo que se caracterizaba por su fiablilidad y hasta cierto punto por su comodidad, sin ninguna pretensión deportiva, como ahora creen muchos conversos al "racing" que piensan que los R-8 eran todos TS y los TS eran todos Gordini recién traídos de Francia. El coche andaba, ya entonces, lo normal tirando a poco, pero se podían hacer viajes sin que ello fuera una aventura, como pasaba con un 600. Lo único, un pequeño error en lo escrito: el salpicadero era una plancha metálica, no de madera. Ahí llevaba el nuestro un San Cristóbal de imán, que no se movía ni un milímetro aun con los baches. Y por otra parte, el que el probado lleve las luces amarillas es por el gusto de su propietario, porque entonces los R-8 españoles salían con lámparas blancas (que alumbraban menos que un candil).
En cuanto a los Jaguar E Type, hay algunos líos. Por ejemplo, uno de ellos lleva la consola tapizada en cuero, cuando tenía que ser de aluminio como todos los 3.8 y, sin embargo, el otro lleva los apoyacodos y la consola del 4.2, que no llevaba el 3.8. Eso es tan raro como irrelevante y aunque no lo entiendo, mi respeto a sus propietarios si decidieron hacerlo. En el texto se insiste en que la caja de cambios Moss llevaba las dos primeras marchas sin sincronizar, cuando solo era así la primera. En los últimos 3.8 y ya en los posteriores 4.2, pasó a ser la "all synchro " de la propia Jaguar. Y en cuanto a la manía de poner ruedas más anchas de lo que corresponde, opino como el autor del artículo : no tiene fundamento. Por cierto, muy bonits las dos unidades probadas.
Perdón por el tostón, pero son modelos entrañables para mi, como he dicho, y me he venido arriba (je je).