Carroceros y pequeños constructores españoles

Mhruxy

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Hell
Siendo un poco hábil y con tacto, en la Biblioteca Nacional te dan permiso para fotocopiar material (hace tres años me pasé allí­ un par de dí­as 'buceando' en 'Autopistas', 'Velocidades', 'Motor Mundial' etc de los años '70 y me vine de vuelta para Asturias con un buen fajo de fotocopias... pagando, claro).

El problema es que la calidad de las copiadoras que los funcionarios pusieron a mi disposición era nefasta (absoluto contraste: blancos y negros, ni un sólo matiz de grises), y al parecr por lo que me han contado personas cercanas sigue siendo igual y no hay posibilidad d escanear lo que te interese y digitalizarlo. Por ello una visita sólo es interesante en el caso de buscar textos ya que ninguna imagen vale para luego utilizarla en otra aplicación.

El microfilmado se puede solicitar, pero tardan muchí­simo, es caro, y para cantidades grandes de material te ponen trabas.

Saludos
 

FL-90

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Hola Troner:

Ya que eres de León como yo, creo que debieras empezar por acopiar información de los vehí­culos que aquí­ se hicieron, si en León, por raro que parezca.

Te hablo de las transformaciones sobre Simca y el Stromberg de 1975 producido por BATANO, radicada entonces en Avda. Jose Antonio nº 33 con instalaciones fabriles en la carretera de Astorga, en unas naves ocupadas hoy dí­a por Fisura, al lado justo del Diario de León.

Tengo diversa documentación al respecto, pues la he acopiado para otro trabajo distinto al tuyo en el que estoy enfrascado en compañí­a de otros (Historia del automovilismo deportivo leonés 1956-1991).

Si te interesa, llámame al 629-888011.
 

Javi GT

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y si alguien se encarga de recopilar la informacion que se le va mandando y la clasifica segun su criterio (en este caso Troner) asi realizra el dossier como el tiene desde el principio en mente, utilizando la informacion que le mandemos aplicando este criterio, dandonos luego a todos esta informacion editada tal como él como autor desearia que fuera.
los que le podamos mandar informacion nos ocupariamos de ordenarsela segun el volumen que le podamos mandar, yo estoy investigando sobre marcas fabricadas en Zaragoza, con la base del libro "Historia del Automovil en Zaragoza" de Pablo Valdes Salinas.
En el aparecen 12 marcas de las que algunas estoy intentando localizar supervivientes como el caso del Mustang (ideado por quien luego crearia Nazar -ver MC 142-) del que queda un ejemplar y del minusculo Barrio, tambien localizado.
Tambien te puedo mandar la foto de un Alhambra Sport 1200 Simca, modelo unico, del que estoy intentando telefonear a quien fue su propietario.
Un saludo
 

troner

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Muchas gracias, Javi. ¡nada menos que un ejemplar único!!! Es la grandeza de este Foro, se te ocurre un tema y a los pocos dí­as sale gente con un montón de información. Si quereis podeis mandarme la información a elgatoconbotas2@yahoo.es , o bien podeis ponerla directamente aquí­ y cuando esté toda ya la ordeno yo.

En los próximos dí­as pondré lo poco que tengo, empezando por Emelba, que es la más conocida. (estos dí­as he tenido menos tiempo del que esperaba y, aunque tampoco es que haya recopilado gran cosa, hacer el resumen y pasar las pruebas y demás lleva un ratillo). Bueno, muchas gracias.
 

troner

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Bueno, vamos allá.

Pongo una especie de introducción y la historia de Emelba hasta 1984.

MUY IMPORTANTE:
1) Seguramente hay enfoques o datos erróneos, por favor, decidme cuáles son.
2) La historia está algo descafeinada, faltan batallitas y, sobre todo, no he logrado entender exactamente por qué Emelba se fue al carajo. Sí­, al final debí­a mil millones a Seat, pero ¿por qué exactamente?
3) Necesitamos más fotos. En particular, me interesa una del Chato pick up que pusimos hace tiempo en el tema de Emelba pero que ya no sale y yo perdí­, y del Panda 5p.
4) Si a alguien le molesta que haya puesto una foto suya, que mande un mensaje a elgatoconbotas2@yahoo.es y la quitaré tan pronto pueda.

Gracias y un saludo.
 

troner

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Introducción: Contexto 1970-1990

1. La situación económica: la crisis del petróleo

Es uno de los factores claves de la historia reciente del automóvil, por ello me ha parecido interesante hacer una breve introducción.

Situación internacional

El petróleo se habí­a convertido desde la Segunda guerra Mundial en la principal fuente energética . Entre 1950 y 1972, años de fuerte incremento del consumo de energí­a, pasó de representar el 37,8% del consumo total al 64,4%. Además, muchos paí­ses industrializados tení­an una fuerte dependencia exterior.

Entre 1960 y 1971 el precio del petróleo habí­a permanecido más o menos estable, ya que la mayor parte de la producción estaba en manos de grandes compañí­as petrolí­feras, dominadas por empresas occidentales que, en 1971, controlaban el 80% de la producción mundial. Sin embargo, entre 1971 y 1973, muchos de los paí­ses productores nacionalizaron su industria petrolí­fera. Así­, Argelia lo hizo en 1971 en un 51%, arrebatándola de manos francesas, y en 1973 la siguió Libia. Arabia Saudí­ no lo harí­a hasta 1979.

Entre el 6 y el 25 de Octubre de 1973 tuvo lugar la guerra arabe-israelí­ llamada del Yon Kippur. El 16 de Octubre, como medida de presión a los paí­ses occidentales que apoyaban a Israel, los paí­ses de la OPEP tomaron la decisión de subir el precio del barril de crudo de 3 a 5$ y luego e embargar a Estados Unidos y Holanda (medida que solo duró hasta el verano siguiente). Posteriormente anunciaron una reducción de la producción del 20% más un 5% por cada mes que Israel permaneciese en los territorios ocupados, y la continuación del alza de precios. Todo ello provocó que el 5 de Noviembre la CEE instara a Israel a abandonar los territorios ocupados. En diciembre, la OPEP dio un paso más y elevó el precio del barril hasta los 12 $. El precio del petróleo ya se habí­a multiplicado por 4 desde el inicio de la crisis.

En 1979 tuvo lugar una segunda crisis del petróleo, motivada por la inestabilidad en Oriente Medio, con la revolución iraní­ que destronó al Sha en Irán y la guerra entre Irán e Irak.

Como consecuencia se produjo una gran crisis económica, manifestada en
- un crecimiento económico negativo en EEUU, GB o Alemania, y próximo a cero en otros paí­ses, algunos de los cuales aún no se habí­an enfrentado a la crisis.
- La aparición de la stagflation, es decir, un aumento de la inflación combinada con una situación de estancamiento económico (con el consiguiente aumento del paro)
- Como consecuencia de lo anterior, un descenso en el nivel de vida
- Notables ganancias para los paí­ses productores de petróleo
- Agravamiento de la situación de los paí­ses pobres no productores de petróleo, en particular los de ífrica.

Los paí­ses occidentales trataron de reaccionar mediante polí­ticas de austeridad para contener la inflación y mediante la limitación del consumo de energí­a. EE.UU limitó la masa monetaria para contener la inflación con lo cual subieron los tipos de interés.

Otras consecuencias que se produjeron en los paí­ses afectados fueron la reconversión industrial y la decadencia de la industria tradicional, la implantación de importantes medidas proteccionistas para limitar la entrada de productos extranjeros más competitivos como los japoneses, la explotación de nuevas reservas de petróleo, la creación de reservas y la consolidación de un orden económico basado en una nueva división mundial del trabajo.

A mediados de los años 80 se habí­a superado la crisis y empezaba una nueva época de crecimiento.


Situación española

España también se vio afectada por la crisis. El incremento de los precios del petróleo supuso una disminución de un quinto de la capacidad adquisitiva en el exterior, cuyo resultado fue un importante crecimiento del endeudamiento.

La peculiaridad del caso español fue que la subida de los precios trató de limitarse respecto a los consumidores finales y durante bastante tiempo siguió consumiéndose petróleo en exceso. Las principales razones por las que los polí­ticos no tomaron las medidas adecuadas eran la parálisis en la toma de decisiones – a pesar de la dureza represiva de esos años- de un régimen franquista que se extinguí­a y después la debilidad de la naciente democracia española, unida a la intensidad de las reivindicaciones obreras.

Esta falta de decisión contribuyó a agravar la crisis. En 1979 la inflación era del 20% y e paro bien por encima del nivel de los paí­ses desarrollados. A partir de 1982 la polí­tica económica se centró en controlar la inflación y el endeudamiento exterior, a costa del empleo.

En 1986 España ingresó en la CEE. A partir de esa fecha comienzó también a cambiar el sentido del ciclo económico y en los años siguientes se produce un crecimiento en torno al 5% anual, mientras que el paro y la inflación disminuí­an, aunque el paro volvió a ser un grave problema cuando, ya en los años 90, volvió a cambiar el ciclo económico.


2. La situación de la industria del automóvil

Situación internacional
Uno de los sectores más afectados por la crisis fue, evidentemente, el del automóvil. La repentina subida de los precios del petróleo puso fin a 20 años ininterumpidos de expansión de la producción y obligó a la industria a replantearse su proceso productivo en todos los aspectos. En EE.UU es el momento de la reducción de tamaño, cilindrada y consumo de los modelos y del éxito de modelos más pequeños de tipo europeo… y sobre todo japonés.

En Europa, sobre todo en Gran Bretaña e Italia, la crisis tuvo un impacto importante, siendo las empresas alemanas las que mejor reaccionaron.

Sin embargo, los auténticos beneficiados con la nueva situación fueron los automóviles japoneses, que se revelaron como los más competitivos por su precio, su fiabilidad y racionalidad. Ello hizo que los gobiernos de EE.UU y de diferentes paí­ses europeos implantaran medidas proteccionistas para impedir la “invasión” japonesa, hecho que obligó a las empresas niponas a instalar fábricas en esos paí­ses a fin de evitar los cupos. En 1980, Japón desplazó a EE.UU del primer puesto en la producción mundial de automóviles. Hay que destacar también el desarrollo de la producción de Corea del Sur durante los 80, volcada en la exportación.

Todo esto obligó a la industria europea y sobre todo norteamericana a una importante reconversión, diseñando modelos más adecuados a las circunstancias y buscando una reducción de costos, en ocasiones mediante la concentración empresarial, en un proceso que aún continúa. A mediados de los 80, después de todos los cambios antes mencionados, se inicia una nueva época de expansión.



Situación española

A principios de la década de los 70 habí­a cinco grandes fabricantes de turismos instalados en España –la estatal SEAT, FASA Renault, Citroen, Barreiros (en 1970 ya controlada por Chrysler) y Authi, en un mercado fuertemente intervenido con muchas limitaciones a la importación. Además, motivados por la situación geográfica de España, por los costes relativamente bajos y por la perspectiva de un futuro ingreso en la CEE, trataban de entrar General Motors y Ford, la cual llegó en 1972 a un acuerdo con el gobierno para establecerse en Almussafes que le obligaba a exportar los 2/3 de la producción, para no saturar el mercado. En esa época Renault y Citroen lleva a cabo un plan de expansión y SEAT tení­a previsto abrir una planta en Zaragoza.

En 1973, la producción española se encontraba en claro incremento (más de 706.00 turismos producidos, de los cuales se exportó el 23,4%, frente a los 450.000 producidos en 1970, de los cuales se exportó el 8,2%). Pero entonces comenzó la crisis del petróleo que, si bien se trató desde el gobierno que no repercutiera demasiado en los consumidores finales, por eso mismo afectó enormemente a la industria del automóvil, ya que el proceso productivo se encareció pero el precio del producto final no lo hací­a en consecuencia.

Las empresas instaladas en España comienzan a pasar dificultades: la matriz Chrysler se ve obligada a deshacerse de sus filiales europeas y en 1978 PSA compra la división de turismos de la fábrica de Villaverde y Renault la de camiones. FASA, por su parte, también sufre pérdidas en 1974,1975 y 1976.

Párrafo aparte merecen Authi y SEAT. La primera habí­a caí­do en 1975, ví­ctima de la crisis general, de la crisis particular de BLMC, de la congelación de precios y de los problemas de calidad de algunos de sus productos.

GM se apresuró a comprar sus instalaciones, pero el Gobierno frustró la operación y obligó a quedarse con la fábrica de Landaben a SEAT, que ya habí­a abandonado el proyecto de Zaragoza ante la nueva situación. Como muy gráficamente se decí­a en el nº 1382 de Autopista, “a SEAT la obligaron a comprar una fábrica que no necesitaba, a 500 km. De sus demás factorí­as y otro tanto de sus oficinas centrales, con un dinero que no tení­a, para fabricar coches que el mercado no necesitaba…” Además, el INI no aportó el dinero que SEAT precisaba para hacer frente a la nueva situación, lo que agravó los números rojos, que empezaron en 1978. En 1979 se llegaba a un acuerdo con FIAT por el cual ésta tomarí­a una posición mayoritaria en SEAT a cambio, entre otras cosas, de la libertad de precios. Pero en 1980 FIAT, con graves problemas propios y una fuerte presión sindical con el objetivo de que no invirtiese fuera de Italia (“salvo en los paí­ses comunistas”) abandona una SEAT que ya tení­a granes pérdidas, agravadas en adelante por una incorrecta gestión del INI. Antoñanzas llegó a decir que “si lo que se habí­a acabado dando al final se hubiese dado al principio, ni siquiera hubiese habido pérdidas”. Dado que la existencia independiente resultaba casi imposible, el INI optó por sanearla y venderla a otra multinacional. En 1982 se llegó a un acuerdo con VW, que desembocó en 1986 en la toma de control de SEAT por VW, consiguiendo que la marca subsistiera dentro del grupo, con la idea de ayudar a VW a penetrar en mercados donde su austeridad no era demasiado apreciada. Entretanto, SEAT desarrolló modelos propios, primero basados en la tecnologí­a FIAT revisada por Porsche y luego en la de VAG.

Factorí­a de Landaben

En 1979 el Gobierno llegó a un acuerdo con GM, autorizándola a instalarse en Zaragoza, comenzando la producción como Opel a partir de 1982.

Desde mediados del los años 70 se fueron reduciendo las barreras proteccionistas, con una exención para algunos componentes, un descenso del porcentaje de nacionalización y una paulatina liberalización de la venta de coches de importación. Mientras tanto, se incrementaba el porcentaje de turismos exportados que, en 1985, era del 62,4%.

En 1986 España ingresa en la CEE, con lo cual se integra en el mercado europeo de automóviles. El incremento de la producción posibilitado por las nuevas circunstancias polí­tico-económicas, una vez superadas las crisis del petróleo (que, con todo, no provocaron un descenso de la producción nacional más que en 1979 y en 1981, aunque evidentemente redujeron su crecimiento y obligaron a las empresas a un replanteamiento), España se convierte en uno de los principales paí­ses productores de automóviles –séptimo mundial y tercero europeo en 1986-, con clara especialización en la exportación y en la producción de vehí­culos de gama media-baja.


3. Los carroceros y pequeños constructores españoles durante este periodo.

En los últimos años 70 o primeros 80 cesa en su actividad Pedro Serra, seguramente el mejor carrocero español posterior a la Guerra Civil. El tiempo de las carrocerí­as artesanales de lujo habí­a pasado y más en España, dadas sus circunstancias particulares y el impacto de la crisis durante estos años. Además, las normas de homologación de pequeñas series resultaban muy estrictas para los pequeños constructores (por ejemplo, impidieron una mayor produción del Boulevard de Serra -que, al tener chasis diseñado especí­ficamente para él, debí­a ser considerado un nuevo modelo y no una simple transformación-).

Dodge Boulevard Serra

Así­ pues, (y con la testimonial excepción de Hispano-Alemán, el fabricante del Mallorca en 1974, que en 1979, presentó un prototipo con motor central Ford llamado Valencia y otro de la réplica BMW 328 de Sbarro, que creo que no tuvieron continuidad) las empresas de los últimos años 70 se dedican a cubrir otras necesidades concretas que no pueden afrontarse desde la gran serie, ya sean de vehí­culos lúdicos de contenido precio como el Emelba Samba o el Duquesa de la Compañí­a Balear de Automóviles; de limusinas de representación, que se obtienen alargando modelos altos de gama como el Seat 132 o el Peugeot 505, por empresas como Pinedo Villamil o Planchisterí­a Bergadana; de ambulancias o furgonetas (la misma Emelba, IMESA, Pinedo, Bargón...) o de vehí­culos blindados (por ejemplo IMAHO). A mediados de los 80 se observa un aumento de los vehí­culos de tipo lúdico, como los cabrio de Emelba, el AR y el principio del proyecto Ibiza Raider, aunque por desgracia ninguno de estos proyectos durarí­a ya demasiado tiempo.

También creo que es interesante citar el proyecto Biscuter 2000, que trataba de introducir en el mercado español un microcoche moderno como los que se ofrecí­an en otros paí­ses europeos, pero no llegó a pasar de la fase de proyecto. Existió alguno más, pero no fue hasta finales de los 90 cuando, tras regular la Autoridad por fin la materia, fue posible en España un mercado de microcoches.

Hay que dedicar también unas lí­neas a los preparadores: más escasos que en tiempos anteriores, es obligado citar a TURMESA, por sus adaptaciones de turbocompresores a los motores Diesel, IRESA, por ejemplo por su Golf GTI Turbo de 148 cv, a Miguel Brunells por sus mejoras sobre los Ford Fiesta, y ya bien entrados los años 80 a Desmo y sus Turbo y a Arnalot sobre Renault. Tecnitrade comercializó en España las preparaciones Oetinger.

Me gustarí­a, para finalizar, recordar algunas cosas curiosas que se hicieron en España en esos años. Sirvan de ejemplo algunos vehí­culos completamente artesanales, una especie de transformación "de época" sobre las fugonetas Ebro, un proyecto Tudor de furgoneta eléctrica sobre base Avia (en la que se llegó a montar Don Juan Carlos I) o un motor de alcochol desarrollado por Seat creo que en 1979.


Emelba Ronda Break

Fiat Argenta, de Planchisterí­a Bergadana
 

troner

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CARROCEROS Y PEQUEí‘OS CONSTRUCTORES ESPAí‘OLES (1978-1990)

I. Hispano Alemán
En talleres



II. EMELBA

A) Historia

La empresa carrocera Emelba es la firma más interesante y dinámica de este periodo. Se creó en 1977 y sus talleres estaban en la localidad gerundense de Arbucias, localidad donde, por cierto, en la actualidad fabrican sus carrocerí­as para autocares Noge y Ayats.

Se dió a conocer en 1978 al presentar en Expomóvil su modelo Samba 127, una transformación playera y desenfadada sobre el SEAT 127 CL, basada en el Fissore Scout italiano. El Samba conservaba el bastidor y la mecánica del modelo base, lo que le permití­a alcanzar una velocidad máxima de 130 km/h. Su carrocerí­a estaba í­ntegramente realizada en chapa.

Al principio se ofrecí­a únicamente con techo de lona desmontable, pero en 1980 se añadió una versión de techo duro. En 1979 se presentaron un par de versiones especiales sobre este vehí­culo, pensadas para uso de Bomberos y Policí­a Municipal, respectivamente. Su producción finalizó en 1981 y parece ser que tuvo una acogida bastante aceptable, particularmente entre las flotas de alquiler de nuestras islas.




En 1980 Emelba presentó una nueva transformación sobre el 127, basada (aunque con diferencias) en el Fiorino italiano, a la que bautizó como 127 Poker. Tomaba como base el SEAT 127 CL equipado con el motor de 903 cc y gasolina de 90 NO, que permanecí­a inalterado desde el pilar B hacia delante. La caja de carga era de chapa de acero y, en su primera versión, llamaba la atención por ser prácticamente cúbica, aunque poco después su diseño fue revisado, redondeándose sobre todo su parte superior. Tení­a una capacidad de carga de unos 520 kg, posible al reforzar la suspensión trasera. Se trataba de un vehí­culo en el que se prestaba bastante atención a los detalles prácticos. Así­, casi la mitad del techo de la caja de carga podí­a abrirse (al estilo de la 4F6, pero más) y se disponí­a una red metálica desmontable como separación entre la cabina y la carga, para evitar que esta se abalanzara sobre los ocupantes.

Existí­an dos versiones, comercial y mixta (caracterizada ésta por su ventana lateral trasera y su asiento posterior desmontable), que competí­an con el Citroen 2CV y Dyane Mixta y con el Renault 4 furgoneta. Emelba diseñó en 1981 un kit desmontable que convertí­a la versión mixta en una pequeña autocaravana.

Como curiosidad, también durante ese año Emelba firmó un contrato con el Ejército mediante el cual suministró algunas unidades para uso de la Policí­a Militar, caracterizadas por sus asientos traseros laterales y el transpontí­n auxiliar que elevaban la capacidad a siete ocupantes.




Eran momentos de expansión para la firma, y en Expomóvil ´80 Emelba daba a conocer dos nuevas transformaciones.

El primero, una versión pick-up del 127 Poker, una configuración por entonces nada frecuente y menos en ese segmento. Existí­a la posibilidad de montar unos arcos metálicos sobre la caja que permití­an cerrarla con un toldo. Emelba también preparó una serie de kits estudiados para el transporte de motores fuera-borda y de tablas de surf.




El segundo era el SEAT 127 Elba. Se trataba de un 127 cuya carrocerí­a habí­a sido revisada en busca de un aspecto más elegante Las modificaciones del frontal consistí­an en un cambio de la calandra, la sustitución del parachoques por uno más envolvente y la incorporación de un spoiler inferior de fibra. La trasera se habí­a modificado para incorporar los pilotos del 131 Supermirafiori y un nuevo parachoques envolvente parecido al delantero. El techo practicable y las llantas de aleación completaban los cambios, que no afectaban a la mecánica.




En el campo de los vehí­culos comerciales Emelba transformaba también el SEAT Ritmo Diesel en furgoneta, llamada Elba, con una caja parecida a la de la segunda versión del 127 Poker y, como en éste, no existí­an modificaciones de las puertas hacia delante. Su volumen útil era de 2,90 metros cúbicos. En su momento era la única pequeña furgoneta con motor Diesel aunque se vió afectada por la escasez de suministro de mecánicas diesel que sufrí­a el modelo base. También se ofrecí­a en versiones pick-up, opcionalmente con barras y techo de lona o adaptadas para usos especiales.




En apenas cinco años Emelba, dirigida por Jorge Bassols y Jaime Loureiro, se habí­a convertido en una firma de dimensiones muy respetables. En 1982 llevaba ya transformadas unas 15.000 coches, y su producción anual habí­a pasado de unas 100 unidades en sus comienzos a más de 5.000 durante 1981. Por esa época, daba trabajo a más de 200 personas.

Además de los Poker normales, que eran la base de la produción, también elaboraba vehí­culos especiales en muy pequeñas series para la Policí­a Nacional o Protección Civil. También durante 1981 habí­a comenzado con cierto éxito a exportar vehí­culos. Además era importador para España de los equipos de sonido japoneses Clarion. Tení­a un gran local de exposición en Barcelona, en la Gran Ví­a de Carlos III nº 58-60, aunque sus vehí­culos ya eran comercializados también a través de la red SEAT.


Sobre la base del Panda, con los motores de 35 o 45 cv, Emelba estudió un descapotable en el que se consevaban los marcos de las puertas y el montante central de la carrocerí­a como arco de seguridad, para mantener la rigidez, cortándola del pilar B hacia atrás, de modo que en las plazas delanteras la sensación era similar a estar en un coche con techo practicable. Esta transformación se bautizó como Pandita y fue la primera de una serie de adaptaciones que después tuvieron como base el Opel Corsa y el Talbot Samba. En 1982 la producción del Pandita llegó a las 20 unidades por dí­a.




1982 fue un año muy intenso para la firma. En el Expomóvil de Barcelona, la firma daba un paso más en cuanto a la profundidad de sus transformaciones con la presentación de dos prototipos, ambos sobre el SEAT Panda, que habí­a desplazado al 127 en el interés de la marca.

El primero era una pequeña fugoneta monovolumen llamada “Chato”. Conservaba las mismas dimensiones del Panda y montaba el motor de 903 cc. Al diseñarla se habí­a buscado sobre todo la practicidad, como muestran la puerta lateral corredera, el portón trasero plegable, su caja de carga plana y diáfana, su capacidad de carga de 550 kg o su volumen útil de tres metros cúbicos. El prototipo llevaba los parachoques pintados, lo que beneficiaba bastante una estética que, desde luego, resultaba bastante chocante. En el momento de la presentación se previeron versiones furgón, acristalada, minibús para 9 personas, pick up, autocaravana, ambulancia e incluso… ¡furgón forestal con tracción total! Al año siguiente empezó su comercialización y se presentó también una versión adaptada, con los colores de los taxis de Barcelona, que Emelba habí­a realizado pensando sobre todo en ambientes rurales, aunque también era muy apropiada para las congestionadas ciudades. También se realizó alguna versión especial para las instituciones públicas. Por ejemplo, en mayo de 1985 aparecí­a en Autopista una Chato bautizada como el “Gadgetomóvil” preparada para la Guardia Urbana barcelonesa, que se caracterizaba por llevar en la caja una plataforma elevadora con mecanismo de tijera y el techo cortado para poder elevar la plataforma. Estaba pensada para que un guardia pudiese observar sobre ella el tráfico hasta a seis metros de altura sobre el suelo, lo cual resultaba especialmente útil en caso de grandes aglomeraciones.




Emelba podí­a ofrecer el Chato con tracción total gracias a su colaboración con Juncosa, que habí­a estudiado el tema, y su segundo prototipo no era otra cosa que un Pandita 4x4. Además de la tracción total, se habí­a modificado la caja de cambios para añadir una primera velocidad supercorta. También se habí­an cambiado el grupo y el eje trasero, tomados ahora del 131. Estaban en estudio accesorios como el techo metálico, un cabrestante eléctrico, una suspensión reforzada y los accesorios de terminación del Panda Montaña.
Ignoro si se llegó a fabricar algún Chato con tracción total.




En Octubre, Emelba expuso sus vehí­culos en el SONIMAG de Barcelona, al que acudí­a como importador de los productos Clarion. Podí­a verse el prototipo Pandita 4x4, un pick up sobre el Chato, cuya comercialización iba a iniciarse en breve… y un interesante Panda cinco puertas, llamado una vez más Panda Elba, una especie de SEAT 800 de los 80. En esta modificación se conservaban las dimensiones del original. Se habí­a reducido la puerta delantera, reposicionando el montante, lo que permití­a colocar una puerta trasera de forma bastante curiosa, por detrás de la cual quedaba un pequeño tercer cristal. Ni siquiera se cambiaba el lugar de la boca del depósito de gasolina. Estéticamente, la ventanilla trasera quedaba bastante desproporcionada respecto a la delantera. También se expuso, junto con la versión Chato taxi, en el Expoocio ´83 de Madrid.




En 1983, ya sustituí­do el Ritmo por el Ronda, Emelba hace lo propio con la furgoneta Elba (después llamada Poker). También sobre base Ronda Diesel, presenta en el Salón de Barcelona de ese año una interesantí­sima versión Break, con intención de comercializarla en un futuro, aunque creo que se quedó como prototipo. Acumulaba soluciones prácticas como las dos puertas traseras deslizantes y apertura con mando a distancia., el asiento trasero partido y desplazable mediante guí­as, el suelo del maletero totalmente plano, el portón posterior hasta el suelo que permite una gran facilidad de carga…, es decir, todo un ejemplo de modularidad ya en el año 83, para vengan ahora los de los monovolúmenes a contarnos que han descubierto la pólvora. El acabado interior incidí­a en el confort y un cierto lujo.



He aquí­ una soberbia foto a color de la unidad vista en el salón y una crónica de una revista de la época. Obsérvese que por entonces las previsones de producción eran... de nada menos que 6.000 unidades anuales.



Gracias a MIGUEL ANGEL AGUILA por ambas imágenes.

La empresa sigue creciendo y diversificando su actividad. Su filial Microaeronáutica Española presenta en 1984 un ultraligero llamado Sky-Jet, que alcanzaba los 104 km/h gracias a su motor Rotax de 47 cv. Emelba insistí­a en el cuidado puesto en la calidad y la seguridad de este producto.

El stand que prepararon Emelba y Microaeronáutica Española en Expoocio ´84 era de lo más completo y variado, con productos para tierra, mar y aire. No habí­a grandes noticias en cuanto a automóviles: se exponí­an los ya habituales Pandita y Ronda Elba, además del break del Salón de Barcelona. Se añadí­a solamente una versión isotermo a la gama Ronda Elba.

Todas las novedades estaban en la sección de Microaeronáutica, que presentaba el ultraligero biplaza Sky Jet II, que seguí­a con el motor Rotax, y… ¡un mini-aerodeslizador anfibio! Se llamaba Mini- Hover, y se ofrecí­a en versiones monoplaza y biplaza, estaba fabricado en fibra de vidrio y montaba un motor también Rotax de 28 o 34 cv, que hací­an posible una velocidad de crucero de unos 65 km/h.




Antes del verano, Emelba daba a conocer sus nuevos cabrio sobre el Opel Corsa y el Talbot Samba, en la lí­nea del Pandita, es decir, manteniendo las puertas, sus montantes y el arco central y cortando la parte trasera de la carrocerí­a a la altura de los cristales, lo que obligaba a rehacer una pequeña tapa del maletero. En el diseño se buscaron las máximas simplicidad y practicidad, y una persona sola podí­a sacar el techo de lona en aproximadamente un minuto. Se anunciaba su comercialización con un sobreprecio de unas 180.000 ptas. sobre la versión normal, utilizando la red de las marcas de origen.

Después del verano se presentaban un techo duro y una bandeja cubre-capota para el Corsa Cabrio.






Emelba seguí­a trabajando en diversos y audaces proyectos. Por desgracia, 1985 serí­a el último año de esta tendencia de expansión y crecimiento, aunque también uno de los más interesantes.

En Marzo acudí­a a Expoocio ´85, en Madrid, donde se superaba otra vez a sí­ misma y presentaba dos nuevas transformaciones. La primera era un retoque de la carrocerí­a del Chevrolet Blazer 4x4 (motor diesel V6 de 113 cv.) No he encontrado ninguna foto este modelo, al que AUTOPISTA califica de “sobrio y elegante”.

La segunda novedad, posiblemente la realización más interesante que hiciese Emelba en toda su historia y que, sin embargo debió tener parte de la culpa de su fracaso, no era otra que el primer monovolumen moderno medio-alto diseñado y construí­do en España, el Emelba 7.

Emelba lo llevó como primicia a Expoocio, pues la presentación oficial se reservaba para el Salón de Barcelona. Su denominación oficiosa era todaví­a “LB” o, simplemente, “Siete plazas”. Se trataba de un monovoulmen en la lí­nea del Chrysler Voyager, en cuyo diseño se habí­a incidido de manera especial en la funcionalidad. Efectivamente, las dos puertas laterales traseras eran correderas, tení­a un gran portón trasero, los asientos individuales abatibles y desmontables y el piso completamente plano, con lo que podí­a convertirse fácilmente en furgoneta..

Estaba realizado sobre la base alargada del SEAT Ronda, aunque sobre todo por delante recordaba más al Ibiza, del que tomaba, por ejemplo, los grupos ópticos.





En el stand de Emelba podí­an verse también los habituales Chato y Ronda furgoneta, que habí­a pasado a denominarse “Poker”, y las autocaravanas de lujo Spica.


Emelba no paraba y en Marzo presenta una profunda revisión del Chato, ahora sobre la estructura del SEAT Trans, denominada simplemente “903”, que perdí­a el portón trasero partido horizontalmente en dos hojas (sustituí­do por uno convencional) pero ganaba una segunda puerta lateral corredera. Estéticamente se diferenciaba, además, por la parrilla en negro mate, por los paragolpes, sobre todo el trasero, y por los pequeños aletines negros.




El 4 de Mayo se abrí­a el Salón de Barcelona, y el stand de la firma volví­a a ser de lo más interesante. Se presentaba el 7, ya en la versión de fibra, terminada justo a tiempo para ser expuesta aquí­. Emelba esperaba una notable acogida para un modelo tan interesante, que se anunciaba con las mecánicas gasolina y diesel de la gama Ronda.



Pero habí­a otras dos novedades más. La primera, un precioso Peugeot 205 Cabriolet, presentado por el momento únicamente como ejercicio de estilo, que rompí­a con el tipo de versiones descapotables de la marca por ser su lí­nea completamente limpia, al carecer esta vez de montantes y marcos. Las llantas de aleación que montaba realzaban más una estética que, personalmente, me parece muy lograda.



La segunda era… ¡un miniautocar!, que tení­a motor V8 diesel Chevrolet en posición central. La información que da AUTOPISTA sobre este vehí­culo me resulta algo confusa, ya que lo cita en Mayo al hablar del Salón de Barcelona, diciendo que la carrocerí­a ha sido realizada en colaboración con sus paisanos de Ayats; pero en Diciembre vuelve a hablar de un “microbús” de Emelba, esta vez con el motor Chevrolet V8 diesel en posición longitudinal delantera, diseño de los también paisanos Noge, chasis de largueros y travesaños, muelles y frenos de disco adelante y ballestas y tambores detrás. La capacidad era de 17 pasajeros. Autopista se fijaba en el adecuado nivel de acabado y en el cuidado confort, con espaciosas plazas, dirección asistida y volante regulable, y añade que Emelba tení­a previsto presentar este microbús en la Feria de Bolonia.
La carrocerí­a de esta segunda versión destacaba por la gran superficie ocupada por los cristales, tintados, y por su puerta lateral corredera.

Con esta información, debo entender que hubo dos proyectos o, al menos, uno que se modificó bastante.




El penúltimo proyecto de Emelba que conozco es una lograda versión furgoneta sobre el Talbot Horizón, que se llegó a comercializar, con el motor diesel, en versiones comercial y mixta acristalada. Su caja se caracterizaba por la forma cuadrada que habí­a caracterizado las demás furgonetas del carrocero pero, a mi entender, éste es el modelo más agraciado. Su producción debió ser bien reducida.




A partir de aquí­, los problemas frenan la presentación de nuevos productos y Emelba aparece en Autopista solamente anunciando sus productos: las furgonetas Horizón, Ronda Poker y 903.





La excepción son cuatro noticias. La primera, de Mayo de 1986, es que Emelba trataba de llegar a un acuerdo con Hyundai para importar a España sus modelos. Parece ser que también se intentó una segunda opción: un acuerdo con algún distribuidor en Europa. Que yo sepa, no fructificaron.

La segunda, que los taxistas de Barcelona barajaban implantar el Emelba 7 como vehí­culo único, después de que sus colegas sevillanos hicieran lo propio con el Renault 21. Tampoco fructificó la iniciativa.



El carrocero atravesaba ya enormes dificultades económicas, agravadas al no fructificar ninguno de los anteriores negocios. Según se ha dicho en el Foro Antiguo, llegó a deber casi mil millones de pesetas a SEAT, que le suministraba las bases mecánicas para la mayorí­a de sus modelos, y cuando Volkswagen tomó el control de SEAT consideró insostenible la situación. Emelba declaró la suspensión de pagos durante la primavera de 1987, aunque en el Salón de Barcelona de ese año presentó todaví­a la última realización que recoge AUTOPISTA: un LADA Niva cabriolet, encargado por el importador de la marca, en la lí­nea de los realizados por la firma sobre el Panda o el Corsa, es decir, manteniendo las puertas y el arco central.

Los modelos Emelba, no obstante, siguieron en las listas de precios de Autopista hasta principios de Marzo de 1988.

La última de las cuatro noticias a las que me referí­a apareció en el número del 24 de Marzo de 1988. Era la liquidación de existencias de la firma, que habí­a cerrado ya todos los talleres. Por ello, las Ronda Poker se ofrecí­an a precios de saldo y sin garantí­a.

Acababa así­ la historia una firma autora de interesantí­simas realizaciones y pionera en España en las furgonetas ligeras con motor Diesel (Ritmo Elba), las pequeñas furgonetas de lí­nea monovolumen (Chato) y los turismos monovolúmen (7).
 

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B) Pruebas

1. Emelba Samba








Gracias a MIGUEL ANGEL AGUILA por la prueba


2. Emelba 127 Poker

Interesante derivación del Seat 127
EL “POKER” DE EMELBA



Hace algún tiempo, la firma catalana Emelba presentó en España el Samba, un SEAT 127 carrozado al estilo “campero”, con una interesante gama de utilización. Este vehí­culo, con ligeros detalles de adaptación, constituí­a la versión española del Scout, producido por el carrocero italiano Fissore. En la misma lí­nea de transformación del popular 127, Emelba presenta ahora el Poker, nombre que ha tomado al ser fabricado en España el Fiorino italiano y cuyas posibilidades de utilización son bien distintas de las del Samba. El Poker se encamina más hacia el profesional que precisa utilizar su vehí­culo para transportar gran variedad de cargas, no excesivamente pesadas, permitiendo al propio tiempo otro tipo de utilizaciones secundarias o complementarias, entre ellas la de un turismo, en el caso de la versión mixta, con lo que viene a competir en este aspecto con el Citroen 2CV 6 Mixta. Por supuesto, la capacidad útil para el equipaje es mucho mayor en el Poker que en el Samba, pudiendo ser usado además –en una interesante ampliación de la gama de utilización- como “camper”, es decir, en el camping o en los viajes de turismo en que no se quiera gastar dinero en hoteles, para lo cual ya existen en Italia interesantes kits de adaptación. Por supuesto, en este caso el número de pasajeros es muy limitado, pero no deja de ser ésta una interesante posibilidad más para un coche ya de por sí­ económico.


Una base utilitaria

Para la realización del Poker se ha seleccionado el SEAT 127, en su versión de gasolina de 90 NO, para lograr un nivel muy contenido de consumo y, por tanto, de economí­a de uso, respetando í­ntegramente todos sus conjuntos mecánicos, a excepción de la suspensión posterior, cuya ballesta se ha reforzado para impedir que ceda con facilidad en su altura al suelo por efecto de la carga, cuya cota útil máxima es de 520 kg.

De esta forma, resulta un vehí­culo que puede andar perfectamente en autopista y que puede afrontar itinerarios variados ostentando la buena estabilidad congénita de esta base mecánica. Por así­ decirlo, desde el respaldo del asiento hasta el parachoques es exactamente un SEAT 127.


La angulosa lí­nea de la caja

Cuando se ve por primera vez un Poker, dos aspectos llaman la atención: uno, la altura de la caja; el otro, la angulosidad de las lí­neas, a las que estamos poco acostumbrados. Las formas más redondeadas de los demás vehí­culos de este tipo ayudan a esta primera sensación de extrañeza. Sin embargo, son estas “cuadradas” formas las que permiten ubicar aquel elemento que, en los demás, no cabe por muy poco.

La caja está realizada en chapa de acero, con unos montantes que sirven de refuerzo y de lugares de anclaje para cuerdas u otro tipo de ligaduras En su versión mixta, lleva dos ventanas practicadas en la chapa, fijas, que dan visibilidad al asiento trasero abatible. Estas y las de las portezuelas traseras incorporan varillas de protección para la carga. Un pequeño cajón metálico protege el tubo de llenado del depósito de combustible. A la altura de los reposacabezas, existe una separación de entramado metálico que sirve de protección a los ocupantes, para evitar que la carga se proyecte sobre las cabezas de los mismos. Este entramado es desmontable. En la versión mixta, pueden retirarse los asientos traseros y el del acompañante para ubicar los objetos de gran longitud.




De pie en el interior

Casi la mitad del techo de la caja puede abrirse abatiéndolo hacia fuera y hacia delante, pudiendo quedar enclavado sobre el resto del techo, o bien dejarlo en dos posiciones intermedias. La escasa distancia al suelo permite una carga fácil, así­ como subir a la caja con comodidad y situar la carga al fondo sin necesidad de agacharse. Las puertas traseras se abren totalmente, quedando apoyadas en los laterales de la carrocerí­a, sin estorbar así­ en las maniobras de carga y descarga en las calles angostas.

Sobre la cabina, un portaequipajes extraí­ble y compacto hace además las veces de deflector del aire que incide sobre la parte frontal de la caja en régimen de marcha, disminuyendo así­ su penetración. De esa forma, se mejoran la velocidad y el consumo.




El Precio

Considerando los accesorios (pintura antisonorizante interior, luz de marcha atrás, cinturones automáticos, reposacabezas, asientos reclinables, luz de warning, limpiaparabrisas intermitente… además de los ya mencionados) el precio puede considerarse bastante ajustado, teniendo en cuenta por otro lado que el Poker no sale del constructor sino del carrocero. Los precios (sin seguro ni gastos de matriculación) son los siguientes:

Comercial: 366.616 pesetas
Mixto: 369.930

El Poker se suministra en un único color, el beige claro, y cuenta para su asistencia con toda la red SEAT.

J.L Cortijos, Autopista
 

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2. Emelba Chato

PRUEBA 1

Un familiar 6 plazas por 600.000 ptas.
EL PANDA “CHATO” DE EMELBA



Están saliendo al mercado en estos dí­as las primeras unidades del Chato, un minúsculo furgón sobre bastidor y mecánica de SEAT Panda 35, de la que mostramos a ustedes hace casi un año el primer prototipo de lo que hoy es ya una realidad, materializada por Emelba.

Presentado en tres versiones, Comercial, Mixta y Abierta (ésta última todaví­a no ofrecida), se trata de un vehí­culo versátil, económico y ligero, de dimensiones muy reducidas, que en el caso de la versión Mixta puede considerarse casi un turismo con seis plazas de capacidad.

El proyecto Chato es sin duda, por su concepción, la creación más interesante de este pequeño constructor, por lo que significa de rebasar ampliamente lo que un carrocero suele hacer y porque supera cualquiera de sus productos precedentes: Campero, Poker, Pandita y ahora el Poker Ronda, que viene a repetir la misma filosofí­a de vehí­culo industrial del Poker 127, pero ahora sobre el Ronda Diesel.

Por su medida de longitud, 38 cm. concretamente, el Chato es el furgón más pequeño del mercado, con una capacidad de carga de 2,80 m3, dotado de portón trasero y lateral.



Aún así­, y pese al aspecto que ustedes verán en las fotos que acompañamos, el peso declarado por el constructor es sólo de cinco kg. más en la versión comercial que en el turismo del que deriva. Entre otras cosas, ello se ha logrado gracias al empleo de la fibra de vidrio, tanto en el capó motor como en la mitad inferior del portón trasero.

Pero insistamos en la caja, que en principio es lo más importante para quien desee un vehí­culo así­. Las dos versiones, Comercial y Mixta, se diferencian exteriormente en las ventanas laterales, una menos para la primera, mientras que la segunda puede ubicar seis plazas, incluí­do el conductor, contra dos de la otra. El Chato mixto puede servir por tanto como un compacto y económico vehí­culo de transporte familiar.

No obstante, las dos están homologadas para ello, de modo que el propietario con pocas transformaciones puede disponer el paso de una a otra fácilmente.

Dentro, están previstas dos butacas más tipo Panda, detrás mismo de los dos ocupantes de las plazas anteriores, butacas que por otra parte son abatibles, como las antiguas banquetas de los taxis. Más atrás, hay una butaca alargada (sic) para dos plazas que se fija al suelo mediante un solo tornillo practicable con la mano, y dos apoyos deslizantes, que son los que fijan el asiento. De esta forma, pueden llevarse 2 plazas, 3,4,5 o 6 a voluntad, y con rápida adaptación. Retirando el asiento corrido trasero y las dos butacas medias, queda toda la caja libre para la carga.

Por la parte trasera, puede abrirse media puerta tan sólo (la media hoja inferior se desplaza hacia lo alto, y pesa poquí­simo, porque es de fibra), permitiendo la accesibilidad para pequeños paquetes situados muy atrás de la plataforma. Si ello no es suficiente o se quiere acceder al interior, puede hacerse levantando el conjunto de la puerta. La mitad superior está prácticamente ocupada por el cristal trasero, (el mismo del Panda que, aquí­ en un vehí­culo de estas caracterí­sticas parece amplí­simo). El portón está ayudado por los mismos amortiguadores originales de la berlina que permiten su elevación autónoma. El parachoques desaparece, conservándose los extremos de material sintético, y sumándose una barra de hierro que protege de los golpes bajos, sin molestar para la carga. Si no quiere accederse por ahí­, queda la opción de la puerta lateral, que en las próximas versiones vendrá con algunas mejoras que permitirán esconder más aún sus guí­as superiores y cambiar la posición de la manecilla de apertura al otro extremo.



El refuerzo principal se sitúa alrededor de la caja un poco a modo de “roll-bar” aunque no sea esa su función, y justo detrás de los asientos delanteros; otros dos refuerzos más simples, a media caja y al final de ella, completan la misión de rigidificar el conjunto.

En la parte mecánica, si bien se han practicado pocas modificaciones, éstas son importantes desde el punto de vista de la funcionalidad del vehí­culo.

En cuanto a la suspensión trasera, la ballesta de lámina que leva el Panda de origen, a cada rueda, se ve aquí­ reforzada por dos láminas más. Ello permite la aportación de carga, sin que la suspensión vaya a tope, después de admitir unos cuantos kg. de peso, y queda lo suficientemente aceptable para poder circular en condiciones normales sin carga.

El árbol de la dirección adquiere un mayor ángulo, de forma que la postura de conducción se aproxima a la de un furgón, o más simplemente a la de un vehí­culo comercial, es decir, de “poco morro” y con el volante mucho más plano que en el turismo, mientras la posición del asiento sube de nivel, permitiendo esa tí­pica visibilidad más amplia. Y ésta es precisamente una de las virtudes del Chato como tal.

Pero entremos más a fondo en la cabina, que conserva todo el tablier del Panda, y nos damos cuenta de que en algo ha disminuí­do el espacio para las piernas, ya que de algún modo todo el habitáculo se ha elevado y avanzado hacia delante, casi sobre el motor.

Abrimos el capó y nos encontramos como una agradable y práctica sorpresa. Se trata de un Master-Vac para el freno, asistencia que se hace casi necesaria cuando el Chato va crgado. El calefactor va situado más en lto, como el resto de accesorios que tienen su base en el salpicadero. Las llantas son media pulgada más anchas, 4,5” en lugar de 4”, y el neumático es de 145 en lugar de 135 como equipo original del Panda 35. El motor es el del Panda 35, esto es, el que se baa en el antiguo 850, con la alimentación estudiada para gasolina de 90 NO.



Los precios del Chato comercial y mixto son respectivamente de 583.000 y 605.000 ptas, incluyendo en ambos casos el ITE y transporte al concesionario SEAT. La diferencia de 22.000 ptas. Corresponde al distinto acristalado y asientos adicionales. Salvo caso de pedido de 4 o más unidades, estos vehí­culos, al igual que el Poker Ronda, se ofrecen solamente en blanco. Los Campero y Pandita, por el contrario, se comercializan en los colores base SEAT de las gamas Fura y Panda.

J.L. Cortijos. Autopista, 1983.


PRUEBA 2

EMELBA CHATO,
De vocación ciudadana



Se trata de un Panda 35, sustancialmente modificado. Homologado para transportar 6 plazas o 450 kg. Gran volumen de carga útil. Manejable y callejero, con menos de 3,40 m de longitud.

Desde hace algún tiempo, la firma Emelba se ha venido especializando en comercializar versiones especiales sobre bases SEAT, como son las furgonetas y “pick-up” sobre base 127 o Ritmo/Ronda.

En el pasado SONIMAG sorprendió con una realización que tomaba la base mecánica del Panda, pero se alejaba mucho de su modelo de origen, para convertirlo en un pequeño y ágil furgoncito, el Chato. Al pequeño Chato, que ahora se lanza al mercado, le ha salido un duro competidor, el Panda Trans, una furgoneta que fabrica la propia SEAT y resulta bastante más económica. Algo sumamente lógico, porque SEAT modifica sólo la parte posterior e la carrocerí­a, mientras Emelba ha acometido una labor mucho más osada, con una transformación total de la carrocerí­a y el bastidor, de forma que queda totalmente desmarcado del Trans.



De entrada, el puesto de conducción es adelantado y ligeramente elevado, situándose casi sobre el motor. Ello obliga al conductor a estar en una posición un tanto ladeada, ya que los pasos de rueda obligan a ello. La dirección es muy “horizontal” y la columna debe efectuar algunos ángulos “curiosos”, de forma que las uniones tipo “cardan” le dan en algunos puntos un tacto peculiar. Y la palanca de cambio queda como “hundida”, lo que dado su largo recorrido, hace que, en conjunto, extrañemos un poco la posición de conducción; al principio parece imposible poder habituarse, pero en pocos kilómetros se maneja con soltura.

No debemos olvidar que sus dimensiones se corresponden con las de un Panda, es decir, extremadamente corta y compacta, capaz de mil y una diabluras en el tráfico urbano. El motor elegido para estos menesteres es el del Panda 35, es decir, el 850 cc. de gasolina normal y 35 CV, que próximamente podrí­a ser sustituí­do por la nueva versión de 903 cc.y 40 CV, sin duda mucho más acorde con las necesidades del vehí­culo. Y ello no decimos en cuanto a la velocidad máxima y prestaciones, sino porque la mejora de par motor es siempre de agradecer en carga.
La gran diferencia con el Panda Trans está en el volumen útil y la facilidad de accesos. En este último e importante aspecto dispone de una amplia puerta trasera, de apertura a compás… con la posibilidad de abrir únicamente la parte inferior, la mitad inferior o toda, apertura ésta última facilitada por dos amortiguadores. Además, dispone de una puerta lateral corredera, de generosas dimensiones.


En cuanto al volumen útil, hay que tener en cuenta que el Panda Trans ha visto su longitud aumentada, mediante el alargamiento de la distancia entre ejes, de forma que mide 3,785 m. El Chato, por el contrario, mantiene las mismas cotas originales del Panda, es decir, 3,380 m. Cuarenta cm. de diferencia que deben resultar muy apreciables en ciudad, donde la manejabilidad y facilidad de aparcamiento tienen una importancia capital. Además, el volumen útil de carga es de 2,80 m3, por 2,45 m3 del Trans, lo que no deja de resultar curioso y que habla pero que muy bien del óptimo aprovechamiento del espacio logrado por los hombres de Emelba.



De momento, el Chato está homologado para transportar 450 kg (P.M.A. 1.150 kg y tara de 750 kg.), pero si adoptara un motor mayor quizá pudiera llegar a los 1.260 kg. de P.M.A., como en la Trans.

SEIS PLAZAS HOMOLOGADAS

Otra de las caracterí­sticas del pequeño Chato es tener homologadas seis plazas. La versión mixta puede llevar bien seis pasajeros, o quedar para pasajeros y carga, o simplemente carga. Por ello, el asiento trasero es fácilmente desmontable y los dos sillones “centrales” son plegables e incluso pueden sacarse fácilmente, con solo sacar unos tornillos. Seis plazas homologadas en un vehí­culo de estas caracterí­sticas, o cuatro plazas y un apreciable volumen de carga lo convierten en sumamente versátil y adecuado a multitud de trabajos (asistencia técnica, por ejemplo, amén de reparto ciudadano, etc.).



Evidentemente, el confort no es excesivo. Incluso el equipo normal sólo provee alfombras de goma para el conductor y el acompañante. Naturalmente, ello se debe a que estamos ante un vehí­culo de carácter eminentemente práctico, con “vocación de trabajo”. Por ello en este aspecto es irreprochable.

El único “pero” puede estar en su precio, que debe situarse alrededor de las 500.000 ptas., aunque un poco por debajo, que le coloca muy por encima del Trans. Pero sin duda el Chato vale lo que cuesta.

PROS
- practicidad
- volumen de carga
- puerta lateral
- originalidad
- manejabilidad

CONTRAS
- motor pequeño
- puerta trasera de fibra (ahorra peso, pero podrí­a forzarse)
- frenos (aunque la nueva versión ´83 ya dispondrá de servofreno, desapareciendo el problema)

Solo Auto, 1982

Gracias a MIGUEL ANGEL AGUILA por la prueba.
 

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