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Chevrolet Blazer 1500
Chevrolet, dentro de su política de renovación, ha decidido dar un aire nuevo al popular y mundialmente conocido Blazer. Su aspecto exterior ha cambiado y su mecánica de gasolina se ha potenciado hasta los 210 CV.
El nuevo Blazer se presentó el año pasado en el Salón de Detroit como el más interesante de los TT americanos destinados al ocio. El Grand Cherokee no fue menos aplaudido que el Chevrolet, pero su planteamiento está más orientado hacia el mercado europeo. El Blazer necesitaba una remodelación que le permitiese mantener esa popularidad que siempre ha tenido, al menos en el Nuevo Continente.
Su aspecto cambia bastante con respecto al modelo anterior. Las ópticas, tanto delanteras como traseras, son más grandes y de nuevo diseño. Los interiores se han mejorado gracias a unos asientos más cómodos y a la alta calidad del material empleado en el revestimiento.
DOS CARROCERIAS
El Blazer que tuvimos oportunidad de probar gracias al importador paralelo Cars Show se comercializa en EEUU como “full equip”. No era para menos, pues entre otras cosas, el aire acondicionado es seguramente de los más potentes que se montan en TT. Con la misma intensidad llega a cualquier rincón del habitáculo, y mediante una pequeña pantalla digital informa de la potencia del aire y de su silenciosa velocidad en cualquier punto. Una parte del equipo de música, la radio y varios botones van incrustados en el conjunto del salpicadero como una parte más de él. El resto del aparato, ecualizador y cassette, está situado en el centro del salpicadero. En definitiva, resulta un modelo un poco primitivo y difícil de sustituir, pero muy apropiado para evitar que algún “caco” intente llevárselo.
La carrocería del nuevo Chevrolet está disponible en el mercado americano con dos y cuatro puertas laterales. La unidad que ilustra estas páginas corresponde a la más pequeña, denominada exclusivamente Blazer. Sus medidas son de 4,51 metros de largo por 1,85 de ancho. Para que sirva de referencia, un Range Rover tiene 4,44 de longitud y 1,81 de anchura. La carrocería de cuatro puertas y 5,26 metros de larga se denomina Suburban, y puede montar los mismos motores que el Blazer, pero es mucho más aparatosa en campo y es raro que se importe en España. Ambos modelos tienen un portón trasero que se abre horizontalmente a la altura del cristal, lográndose un plano de carga perfecto.
Nuestra toma de contacto con el Chevrolet Blazer no fue todo lo prolongada que nos hubiese gustado, pero cuando conduces durante unos minutos un TT de estas características pronto empiezas a darte cuenta de las diferencias tan grandes que existen con los coches de campo europeos y japoneses. Al principio todo resulta grande para la talla europea, pero rápidamente te acoplas a la descomunal altura del puesto de conducción y a las bien delimitadas proporciones de la carrocería. Una vez puestos en marcha, el confort es muy similar al de cualquier berlina de lujo. El ruido en el interior del habitáculo se reduce a un fino silbido del motor y a una especie de oleaje que producen las ruedas al contacto con el asfalto.
POTENCIA A CUALQUIER REGIMEN
El corazón de este Chevrolet es un motor en “V” de ocho cilindros y 5733 cc con inyección electrónica, que a 4000 rpm desarrolla, con catalizador y gasolina sin plomo, 210 CV. En principio puede parecer una potencia excesiva, pero hay que tener presente que con estos caballos se mueven los 2.075 kg que pesa en vacío.
En ciudad es incómodo de aparcar, y, por supuesto, no entra en un parking con la facilidad que lo hace un Twingo o un Micra. De todas formas, el ángulo de giro y la visibilidad tan buena que posee el Blazer te permiten una conducción relajada y segura por el interior de un casco urbano. En carreteras con buen firme y sin curvas con sorpresa, el Blazer es capaz de alcanzar con facilidad los 180 km/h casi sin enterarte, y al ritmo de aceleración de pocos turismos.
La unidad que probamos llevaba un cambio de marchas manual de cinco posiciones más la marcha atrás. Es un vehículo que está tan bien insonorizado, que no notas lo rápido que vas. El problema aparece cuando se llega a las curvas cerradas y te pasas un poco de velocidad, entonces la carrocería emite unos pequeños latigazos procedentes de la parte trasera que se controlan rápidamente. La dirección por recirculación de bolas es asistida, y ayuda mucho gracias a su precisión cuando hay que corregir deprisa. En situaciones como éstas, se percibe la evolución que ha realizado Chevrolet en sus últimos productos, las suspensiones han dejado de ser tan blandas, sin perder el confort en el habitáculo. El Blazer te permite mayor confianza que en anteriores TT de Chevrolet, pues monta de serie un potente y eficaz ABS, aunque mantiene atrás tambores, que tolera pequeños errores si te pasas de frenada.
En campo, y principalmente en terrenos no asfaltados como son las pistas forestales, el Blazer nos demostró porqué ha sido y es un vehículo legendario. Las suspensiones delanteras son independientes con brazos transversales y barras de torsión, y atrás el puente es rígido con ballestas. Este conjunto tan bien estudiado demuestra la eficacia en todas las condiciones.
Se nos olvidaba comentar que hasta ahora habíamos circulado con la tracción a las ruedas traseras, y solo al salirnos del asfalto es cuando conectamos la tracción total. En pistas de arena fina el Blazer nos sorprendió por su facilidad de conducción y nobleza, lo mismo que subiendo por obstáculos.
Donde nos pareció un poco peligroso fue en bajadas muy pronunciadas y en desniveles que tuvimos que pasar ladeados, pues la altura de la carrocería engaña un poco y no estaría de más llevar un inclinómetro.
Los consumos medios llegan a los 16 litros, dependiendo también en gran parte de la conducción que hagamos. Su precio no está fijado por catálogo, ya que solo se puede adquirir en importadores paralelos, pero suele rondar los 5000000 de pesetas. Espero que vayamos entendiendo que los americanos y no los japoneses ni los alemanes fueron los primeros que construyeron vehículos no militares con tracción a las cuatro ruedas ...
· Texto: Emilio Olivares Camps (SUPERAUTO, Julio 1993) · Gracias a José Fidel por enviar el reportaje
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