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Pegaso Z-102


 

 
     

 

Berlineta Cúpula 

 

 

 

Un coche español de 29.200$ cargado de temperamento. Un coche que hace que un Jaguar parezca un Jeep. Gastarse esa cantidad en un coche de lujo como el Pegaso tiene sus ventajas:

  

- Llama la atención de los vecinos. El Pegaso es un efectivo objeto de deseo. Apárcalo en la ciudad y la acera pronto se llenará de gente. Apárcalo en un pueblo y todos los niños de los alrededores serán atraídos hacia el coche como si fuese un imán. Apárcalo enfrente de tu casa y Hacienda volverá a examinar tu declaración de la renta.

 

- Llama tu propia atención. Si salir el primero del semáforo es tu vicio, los Cadillac, 88's y Jaguars que te han estado humillando hasta ahora sabrán lo que se siente. Un Pegaso con compresor alcanza cómodamente las 60 millas/hora en 5.9-6 segundos después de que el semáforo se ponga verde. Un resultado muy superior al de otros codiciados coches deportivos.

 

Lo que es destacable es que este coche español no consigue estas magníficas prestaciones simplemente a base de cilindrada. El motor de 2.8 litros viene a ser la mitad del tamaño de un Chrysler o un Cadillac. El Pegaso consigue su potencia (y su espectacular comportamiento) gracias a un magnífico motor y al diseño de su chasis.


 

UN MOTOR DE DISEÑO

 

El motor que mueve al Pegaso es un V8 a 90º. Al frente del motor hay 4 árboles de levas. Las válvulas están refrigeradas al sodio, con un acabado tan cuidado que parece propio de un joyero. Es posible elegir diferentes relaciones de compresión, hasta 9:1, con 8 o 8.8:1 para los modelos importados en EE.UU. Como el aceite debe circular caliente en este V8 de alto rendimiento, el Pegaso está equipado con un elaborado sistema de lubricación.

 

Como corresponde a un motor de lujo, este V8 es elegante por dentro y por fuera. Hasta las partes más ocultas, aquéllas que la mayor parte de los propietarios nunca verán, están acabadas con gran delicadeza. Un tratamiento similar reciben los sistemas de refrigeración, encendido y lubricación.

 

El encendido puede ser opcionalmente de 12v o mediante magneto Bosch, este último especialmente destinado a los coches de competición.

 

En el concesionario, un comprador puede elegir entre varias posibilidades:

 

1. Un carburador Weber

2. Cuatro carburadores

3. Un compresor Roots. Este complemento, que cuesta 1.800$, permite al coche alcanzar las 6.500 r.p.m. y lograr velocidades de 170 millas/hora. (Si es que es cierto como dice Aldous Huxley, esa velocidad es el único nuevo pecado inventado en este siglo, el Pegaso es un extraordinario pecador).


 

¿CUÁNTOS CABALLOS?

 

Considerando el propio nombre del coche, el fabricante se muestra reticente a la hora de publicar el número de caballos de potencia. Posiblemente esto sea debido a la cantidad de opciones de configuración del motor.

 

Con dos motores de cilindradas ligeramente diferentes, nueve relaciones de compresión disponibles, dos sistemas de encendido, tres opciones de carburación y también diversos niveles de octanajes y mezclas, hay docenas de combinaciones posibles.

 

Sin duda hay otra razón para la falta de una información oficial de la empresa sobre la potencia del coche. El señor Wifredo Ricart, principal diseñador del Pegaso y jefe de la factoría (Empresa Nacional de Autocamiones), desea evitar entrar en la escalada de potencia que actualmente podemos ver en algunos mercados de EE.UU. Entrando en el nivel de los supercoches como Ferrari, Cunningham, Mercedes y Bentley Continental, ENASA como recién llegado a este campo, prefiere evitar entrar en una guerra de potencia.

 

Las estimaciones sin embargo están ahí. El motor más pequeño, con un solo carburador, se cree que alcanza los 140 CV a 6.100 r.p.m. La versión más potente, con cuatro carburadores y magneto Bosch, alcanzaría los 170 CV o 190 CV.


 

TREN TRASERO Y TRANSMISIÓN

 

El sistema mecánico por el cual esos caballos consiguen trabajar también es elegante. Una caja de cambios de cinco marchas está alojada en la parte trasera. Cuenta con un tren trasero de Dion, con un peso suspendido mínimo.

 

Parece un error cambiar de marchas en un Pegaso con delicadeza. La caja de cambios está sincronizada en las cuatro marchas superiores. Un conductor experto incluso puede llegar a cambiar de marchas sin apretar el embrague.


 

FRENOS, TREN DELANTERO Y DIRECCIÓN

 

Dos pequeños depósitos transparentes proporcionan el líquido de frenos al cilindro principal. El Pegaso tiene dos sistemas de frenado independientes; uno para las ruedas delanteras y otro para las traseras. Tiene además un sistema especial para evitar el desfallecimiento de los frenos.

 

Algunos elementos de la suspensión, como los amortiguadores telescópicos son diseños propios de ENASA y parecen ser responsables  en parte de que el coche tenga un comportamiento "sobre raíles".

 

La dirección también es diseño de la casa y destacan sus 1,7 vueltas de tope a tope.

 

El peso del coche ronda las 2.350 libras, lo que viene a significar media tonelada menos que un Chevrolet. El tamaño del coche decepciona un poco. Su distancia entre ejes es casi dos pies más corta que la de un Ford.

 

A pesar de su nivel de potencia, el consumo no está mal. El señor Ricart señala un consumo de 26 millas por galón a 70 millas por hora de media sobre carreteras españolas. Aunque ese consumo hace referencia a un modelo con un solo carburador, indica que las versiones más potentes estarán al nivel de los estándares americanos.


 

¿CUÁNTO CUESTA?

 

La versión sobrealimentada mostrada aquí cuesta 29.200 $ entregado en EE.UU.; un precio algo "cargado".

 

Brewster Motors Oyster Bay, N.Y., el distribuidor en Estados Unidos, estaría encantado en ofrecerlos entre 17.500 $ y 19.500 $.

 

Tendrá cuatro carburadores, encendido por magneto y un cómodo crucero de 135 millas por hora. Están disponibles carrocerías de diseñadores franceses e italianos. Las relaciones de compresión, transmisión, dimensiones de los asientos, etc son realizados al gusto del comprador.

 

Este precio es comparable al de otros modelos de Ferrari o Bentley.

 

Si hay un mercado para un automóvil de dos plazas que cuesta tanto como cuatro o cinco Cadillacs es algo que desconocemos. Ricart, antiguo ingeniero de Alfa-Romeo, y ENASA, un notable constructor de autobuses, piensan que sí.

 

Para vender coches deportivos, los resultados en competición son vitales y por ello ENASA ha preparado un equipo de Pegasos en la carrera de Le Mans de este mes.


 

CÓMO ES SU CONDUCCIÓN

 

Si eres un experto conductor de coches deportivos, el Pegaso es un coche muy excitante. Si estás acostumbrado a un viejo Plymouth no opinarás lo mismo. Después de una sesión con el Pegaso, este escritor condujo su Mercedes hasta casa con la impresión de estar bailando con una señora gorda y drogada.  

 

Entra en su interior y te encontrarás con un puesto de conducción perfectamente calculado. Los asientos sujetan bien el cuerpo en la curvas y hay sitio para apoyar el pie izquierdo. La columna de dirección es regulable.  

Joaquín Palacio a bordo del Cúpula

 

Cuando subas al coche, estudia primero el diseño del recorrido de la palanca de cambios. Hay un pequeño dibujo en la parte superior de la misma. Orienta bien tus pies: el embrague, el freno y el gran acelerador con su gran recorrido.

 

Pulsa la tecla debajo del símbolo de la flecha espiral y arranca. Espera unos minutos a que los indicadores "Temp.Agua" y "Temp.Aceite" alcancen el nivel adecuado.

 

El reloj, amperímetro e indicador de gasolina no plantean problema. En el tacómetro, atento a que la aguja esté por encima de  4.000 r.p.m., que es donde el motor se encuentra más a gusto.

 

En el velocímetro atención especial porque la escala está en kilómetros por hora, no en millas por hora. También hay que prestar atención a los indicadores "Temp.Aceite" y "Presión Aceite" para asegurarse de que ambos niveles están correctos.

 

Suelta gas lentamente y siente cómo el cuentarrevoluciones sube instantáneamente, sin ningún tipo de retraso en la respuesta.


 

CONDÚCELO

   

El Pegaso gira tan rápido que incluso las curvas más cerradas parece que se negocian como si el coche estuviera pegado a la carretera. Hay que girar el volante con cuidado porque la dirección es tan rápida que puede llegar a sorprendernos.  

 

No es un coche para mujeres o para jovencitos. Coger el Pegaso para ir a comprar tabaco es como subir a un avión para ir al peluquero. No es como un sedán que te lleva de un sitio a otro. Es una máquina que encarna con nervio tus propios reflejos y que tiene una respuesta salvaje a las órdenes de tus músculos.  

Luis Maresca, importador de la marca en EE.UU., abre la cúpula del Pegaso.

  

Lleva ahora el Pegaso hacia curvas más cerradas y siente qué directo y eficaz se muestra. Incluso si consigues que el coche derrape en una curva, es suficiente con un pequeño toque de acelerador o una leve presión sobre el volante para corregir su trayectoria. El Pegaso toma las curvas tan fácilmente como la línea blanca de la carretera. El comportamiento es bueno, más suave que la mayoría de los coches deportivos.

 

Ahora quizás podrías tantear un poco el motor. En 4ª o 5ª a 150 km/h, un pisotón al acelerador aún hace que tu cabeza gire por efecto de la aceleración. A unas 4.500 r.p.m. el motor de 4 árboles de levas comienza a cantar, más y más alto según aumenta el régimen de revoluciones del motor. Pisa ahora el freno y saborea el olor del aceite caliente.

Más información: Crónica de un rescate


· Texto: Frank Rowsome jr. POPULAR SCIENCE ( 1953). Fotos: POPULAR SCIENCE (1953), AUTOMOBILE QUARTERLY (1967), MECHANIX ILLUSTRATED (1953)

· Traducción: ismael

 
     
 

 

 

 

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