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Mini 1.000
Después que Alec lssigonis lanzase en Inglaterra con notable éxito el célebre "mini", en su versión 850 c.c. La fábrica inglesa se lanzó a una escalada en el terreno del cubicaje que le llevaron, pasando por las versiones: 1.000; 1.075, y finalmente 1.275 c.c., hasta los 1.410 c.c. en algunos modelos de competición. En España se empezó al revés: Contando ya con la experiencia inglesa, nuestro primer modelo fue el 1.275 C, al que a sus virtudes unía un precio alto para aquellos que del "mini" tan sólo deseaban sus agraciadas formas, o su manejabilidad en ciudad. Por tanto, rápidamente los responsables de Authi-Pampiona se empeñaron en la tarea de intentar lanzar al mercado tantas versiones, más o menos escalonadas, como el público desease: así nació el Mini 1.000.
INSPECCIÓN A COCHE PARADO
Nuestro primer contacto con el Mini 1.000 nos deja absolutamente en sombras sobre las modificaciones de este modelo respecto a su predecesor el 1.275 C. Exteriormente, el coche es el mismo: líneas recogidas, agradable silueta, buena presentación. Pero al sentarnos en su interior notamos como si un drástico censor hubiera pasado, quitando o rebajando todo lo que de superfluo pudo haber en anteriores modelos. Si bien por una parte esta poda ha sido beneficiosa puesto que ha abaratado el precio de coste del coche y paralelamente el precio de venta. Todo ello para benficiar a los usuarios, y que, por no decir, de este tipo de coche son muy numerosos.
Por otra parte, algunas de las primitivas ventajas del "mini" han desaparecido. En donde lo superfluo ha quedado reducido al mínimo ha sido en el tablero de mandos, en el que la poda ha sido grande, creyendo que Authi hubiera podido haberío hecho, pero no con tanta severidad. Como todo cuadro de instrumentación nos encontramos con un elegante cuentakilómetros y cuatro pequeños faritos que hacen las veces de "chivatos" y que nos avisan, siempre demasiado tarde, de que algo se ha estropeado, o la dínamo no carga, o el agua está hirviendo, etc, En el interior, a pesar de lo sobrio, el simil-cuero-skai da un buen efecto y el acabado de los asientos así como la repisa del tablero de mandos están bastante logradas. Por otra parte, la posición de conducción es muy cómoda y en ciudad es agradabilísimo la gran superficie acristalada del coche que le confieren una gran comodidad para su conducción en ciudad.
RENDIMIENTO
Como es tradicional en los "mini" ingleses, el motor del 1.000 está dispuesto de manera transversal bajo el capot delantero. En sí, el motor no es muy potente, pero gracias al desarrollo corto de que está provisto, las prestaciones son interesantes y las aceleraciones para su cilindrada brillantes. A alto régimen, el ruido del motor es elevado y llega a ser molesto debido a la poca distancia entre el motor y el compartimento para los viajeros. Al ruido del motor se adhiere el de la aspiración del carburador, lo cual en largos recorridos de montaña es fastidioso. El radiador de agua a pesar de lo pequeño es suficiente, y tan sólo hay que tener cuidado con los manguitos y vasos de estanqueidad que a veces se obturan y tras muchos quebraderos de cabeza el propietario se da cuenta que tan sólo era una válvula anegada.
VELOCIDADES
Las prestaciones de este modelo son bastante buenas si las centramos en su cilindrada; pero, más que en velocidad punta, es en aceleraciones donde debemos buscar las virtudes de este modelo. A bajo régimen, el motor se muestra ya muy solícito y llega en seguida a dar su curva de potencia máxima. La velocidad máxima por nosotros obtenida fue de 122 Km/ hora, pero nuestro coche de pruebas estaba en los balbuceos de su vida y marcaba solamente 1.500 Km.
El cuentakilómetros es bastante exacto a partir de 90 Km/hora, y la velocidad crucero más indicada es la de 100-105 Km. por hora. En carreteras de fuertes pendientes y muy viradas, el Mini 1.000 se comporta a las mil maravillas y precisamente es ahí donde su tercera velocidad se muestra más efectiva. Por tanto, hemos de decir que el Mini 1.000 no es un coche muy rápido y que tiene, gracias a su elasticidad, un marcado carácter de coche utilitario de ciudad.
TRANSMISIÓN
En cuanto a la caja de cambios no hay ningún reparo a poner, sino una excesiva dureza inicial que al cabo de unos 2.000 Km. se quita. El cambio corto está muy bien escalonado y la primera supercorta tan sólo sirve para arrancar, pero en caso de tener que meterla en cualquier cruce de calles entra al primer intento sin ninguna brusquedad. En carretera, la elasticidad de la directa es remarcable y en caso de frenar y volver a acelerar no pega botes ni da saltos bruscos.
La marcha atrás, sin embargo, es de dudosa localización y el introducirla pone; no pocos problemas, sobre todo por lo incierto del punto muerto en este coche; no obstante, con el tiempo uno llega a compenetrarse con el mismo y este inconveniente queda totalmente subsanado. El juego del embrague y la transmisión es perfecto y se muestra muy progresivo además de preciso.
SUSPENSIÓN
Aquí nuestra sorpresa fue grande, pues cuando estábamos pensando en una suspensión hidrolástica nos encontramos con unos amortiguadores Amstrong, que si bien cumplen su función, no llegan ni mucho menos a igualar a la hidrolástica. En cuanto a esta suspensión con amortiguadores, éstos vienen calados de fábrica muy duros con la consabida incomodidad que si bien no se hace sentir mucho en ciudad, en carreteras de pueblos y bacheadas resulta fatigoso. Referente a la suspensión y a las malas carreteras hay que decir que en éstas el protege cárter es casi del todo imprescindible; ya que al ser la altura del vehículo al suelo harto reducida y ser la posición del cárter la más baja de todo el vehículo éste se encuentra en peligro al mínimo desnivel de terreno que si se toma a mediana velocidad puede destrozarnos la parte baja del motor.
DIRECCIÓN
Por ser una tracción delantera, la dirección del Mini nos parece mucho más directa de lo que es. En ciudad, el vehículo se controla perfectamente y la agilidad del coche en sortear toda clase de obstáculos es proverbial. En curvas muy cerradas hay que poner especial cuidado en las sacudidas bruscas de la dirección que después de obligarla mucho hacia un lado retrocede bastante bruscamente y excesivamente rápida hacia el lado contrario. En cuanto a la precisión de la dirección, ésta es proverbial como en todas las de cremallera de Authi.
FRENOS
Ésta fue otra de las sorpresas del Mini 1.000, puesto que si bien no esperábamos cuatro frenos de disco, nos cabía la esperanza que por lo menos los delanteros lo fueran. Sin embargo, los cuatro tambores actúan con precisión y a la vez en las cuatro ruedas, y si no se les solicita durante un largo rato son muy eficaces. Es una lástima que los fabricantes de este modelo no lo hubieran equipado con frenos de disco y tambor, ya que los frenos de disco son de una mayor eficacia.
ESTABILIDAD
Unas de las grandes características del Mini 1.000 es su gran estabilidad y ésta no sólo se manifiesta en zonas rápidas sino mucho más en las carreteras muy viradas con curvas y contracurvas. Además, en suelo mojado y basándose en su tracción delantera su adherencia al piso mojado es muy superior a la de los coches convencionales de tracción trasera. Si bien en sí el Mini 1.000 es un coche muy estable, las ruedas de que viene equipado de fábrica no ayudan lhucho a acrecentar esta estabilidad que repetimos mejoraría enormemente con unos neumáticos radiales.
CONSUMO
A pesar del ruido del motor que nos confunde y nos hace creer que éste va muy revolucionado, el motor es sumamente económico y en ciudad, a pesar de estirarle bastante las marchas, no nos pasa su consumo de 8,5 litros a los 100 Km. En carretera abierta y sin apurar a tope el coche, a una media de 100 Km. por hora, el consumo se sitúa alrededor de los 7,2 litros a los 100 Km. En caso de que el conductor se crea un Paddy Hopkirk, a punto de ganar el rally de Montecarlo, la media podía subir hasta 11 y 13 litros. Como hemos visto, el coche resulta en conjunto bastante económico, sobre todo por no ser necesario el estirarle las marchas para que dé sus óptimas prestaciones; además de esto, es un modelo francamente bonito, de mucha aceptación. · Fuente: Enciclopedia Volante
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