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Mercedes 190 D
Daimler Benz ha querido con el 190-D llegar a un Mercedes que distinga también a la marca en el aspecto de los Diesel. No es nueva la idea, por cuanto es sabido los muchos años que lleva produciendo coches de este ciclo de funcionamiento, pues desde primeros de los cuarenta y aun antes ya intuía la importancia que habían de tener con el tiempo los Diesel, siendo entonces la pionera y no dejando la fabricación de coches de este tipo con el pasar de los años. Ahora, en la nueva serie 190 de tanto éxito en los mercados internacionales, pretende —y lo consigue— ofrecer otro nuevo Diesel mejorado si cabe, por cuanto el ruido y las vibraciones quedan muy disminuidos. Y en cuanto a prestaciones, sin pretender ser un automóvil muy rápido, sí al menos puede mostrarse lo suficientemente ágil como para no decepcionar al automovilista normal, pues el exigente busca siempre algo más. Para éste quizá llegue algún día una versión turbo, suponemos.
A menudo surge la pregunta de si será interesante el invertir —o sacrificar— tanto dinero —unos tres millones y medio— en un coche, aun cuando luego, a la hora de ir a repostar, el bolsillo se ha de resentir considerablemente menos por el precio menos caro del gas-oil con respecto a la gasolina. Nosotros pensamos que se puede pagar unas doscientas mil pesetas más de lo que cuesta el 190 a carburador, aunque se tarde cierto tiempo en amortizar la diferencia por medio del empleo de un combustible más barato y su menor consumo, si al mismo tiempo se dispone de un confort y del prestigio de un coche personalizado como es el Mercedes, cualquiera que sea el modelo en cuestión.
Siempre que no se busquen unas prestaciones exhaustivas y se quiera un coche para viajar sin problemas, hay una gran ventaja en los Diesel, y sobre todo si se han tratado como este 190-D, en que el fabricante ha trabajado duro para conseguir el que no se note mucho la diferencia con el 190 a carburador, que es de lo que se trata. A tal efecto, se ha puesto mucho interés en aislar el ruido del motor al máximo, no sólo en cuanto a evitárselo a los ocupantes, sino también impidiendo el que se note ostensiblemente desde el exterior, por el mal efecto que causaría en un coche moderno y de gran clase orientado hacia clientes de un “status” más bien alto, que buscan un poco la opción del coche refinado.
ARRANQUE EN MENOS DE DIEZ SEGUNDOS
Este es otro de los particulares que se ha cuidado muy especialmente. En las mañanas frías del invierno, un motor de combustión no arranca a la media vuelta de la llave de contacto ni mucho menos. Hay que establecer una temperatura en la antecámara de combustión, cerca de donde se produce la inyección, que permite la rápida combustión del gas-oil y el arranque inmediato. Hoy se ha llegado ya a una gran simplificación del arranque en los Diesel, e incluso en éste puede arrancarse antes de que se apague la luz indicadora del tiempo en que han de permanecer encendidas las resistencias de arranque, antes de proceder a la puesta en marcha, si bien esto no es conveniente hacerlo, evitando así brusquedades en las primeras vueltas de motor. Lo suyo es esperar el tiempo de rigor marcado por la lámpara de aviso en el salpicadero, que nunca es superior a los diez segundos. Este tiempo puede ser mucho menor, lógicamente, a motor caliente.
La construcción del motor está orientada no sólo a un funcionamiento suave y silencioso, sino a conseguir el máximo rendimiento del combustible consumido; a este respecto, como luego podremos comprobar, los consumos obtenidos en nuestra prueba son realmente excepcionales. La culata es de aleación ligera y flujo transversal, con los escapes del lado opuesto a la tubuladura de admisión. No se ha querido ir a la inyección directa a la cámara, por considerar que aún hay mucho por hacer en este aspecto y es preferible ir a lo ya muy conocido y demostrado en su eficacia, como es el sistema de precámaras de combustión, en las que se inyecta el combustible y luego la onda expansiva se hace más gradual y más homogéneo el atomizado de partículas de gas-oil, al hacerse la inyección en una zona más caliente. Los ruidos y los humos, así como el arranque, son aspectos que con el sistema de precámaras quedan muy atenuados por lo que se refiere a aquéllos y muy mejorado por lo que se refiere a este último.
En cuanto a la insonorización, no sólo se ha trabajado sobre el capot y el mamparo de separación, sino que bajo el motor y el cambio se ha montado toda una cubierta o protección que aísla los ruidos e impide el que trasciendan al exterior. A este respecto es el coche que nos ocupa uno de los más silenciosos, por no decir el más silencioso, de los que se pasean por las carreteras de todo el mundo. Al menos, nosotros no conocemos de ningún otro que lo supere.
72 CV. DE BUENA RAZA EN SU MOTOR
No es una potencia exagerada para un coche que pesa 1.110 kg. en vacío, pero de lo que sí se puede dar fe es de que los 72 caballos están todos en la cuadra, es decir, que son de verdad los que se anuncian y que evidentemente se demuestra en su andar. La máxima potencia referida se obtiene a 4.600 r. p. m., mientras que el mejor par motor es de 12,3 kgm. a 2.800 vueltas. La elasticidad del motor en las tres primeras marchas es muy notable y en ellas la recuperación se hace bien; no tanto en las cuarta y quinta, especialmente en esta última, evidentemente larga y útil para el ahorro en autopista, por ello. Ciertamente en quinta y con el motor bien alto de vueltas, es posible remontar pequeñas rampas que a bajo régimen no se podrían, lo que no hace sino avalar lo que decimos de lo largo de tal desarrollo.
En el aspecto de la mecánica y después de consignar que el árbol de levas en cabeza está accionado por cadena de rodillos dobles y que las válvulas están accionadas hidráulicamente, por lo que se evitan operaciones de reglaje y mantenimiento, cabe volver a recordar la magnífica disposición del eje trasero, que más bien parece derivado de un coche de Fórmula 1 con sus juegos de cinco palancas por cada rueda. Estas, las ruedas, quedan perfectamente guiadas en sus movimientos de suspensión y el resultado es que se haya logrado un juego trasero de una gran seguridad para la estabilidad, quizá el sistema más perfecto de cuantos han sido desarrollados hasta el momento.
LO FUNCIONAL NO ESTA REÑIDO CON EL LUJO
Todo en el interior de los Mercedes 190 está diseñado buscando la funcionalidad. Los ingenieros y proyectistas dibujan cómo ha de ir dispuesto todo, para evitar molestias a conductor y acompañantes, y así puede comprobarse cómo se resuelven aspectos como el de los apoyacodos-asideros de puertas, observando que su función está perfectamente resuelta, de manera que el brazo encuentra buen acomodo y de la puerta se tira sin la menor complicación para cerrarla. Este es un pequeño detalle que a menudo no suele estar bien resuelto en muchos coches, pero además en este caso esta buena funcionalidad no ha impedido que las puertas presenten un aspecto muy agradable a la vista en su diseño, de trazos simplistas, pero por todo ello austeros y elegantes. Lo mismo ocurre con cualquier aspecto que se trate de analizar, el tablero, por ejemplo, con las esferas en color negro mate muy visibles en la lectura porque se ha buscado el contraste que resalta con el adecuado color de los números. Sin embargo, el reloj horario, que ciertamente no viene mal, podía haber sido sustituido por un cuentavueltas, que no debe faltar en ningún coche y sobre todo si tiene un precio como el que ostenta el Mercedes, sea del modelo que fuere.
El volante, con un aro de más de 40 centímetros, resulta un poco incómodo por lo grande. Estamos de acuerdo en que un volante pequeño resultaría ridículo en un coche como éste, pero siempre hay un término medio y dado que se cuenta con una servodirección muy eficaz, no vemos el motivo de tan desmesurado volante. El número de vueltas de tres y media de tope a tope es el adecuado y quizá un volante de unos 38 centímetros a lo sumo haría la conducción todavía más agradable porque el movimiento de manos y brazos podía ser aún menor.
En cuanto al asiento, la única objeción es la de no sujetar demasiado bien el cuerpo en las curvas. Respecto a su dureza es quizá algo más de la cuenta, pero lo cierto es que cuando se hacen largos viajes con él, uno se baja sin agujetas ni síntomas de cansancio. Influye muy mucho el que la suspensión es francamente confortable y el cuerpo no recibe la paliza que en otros coches, en los que se nota que nuestras carreteras comienzan otra vez a degradarse. Un buen sistema de aireación-calefacción contribuye a una agradable estancia en el coche y respecto al verano, quizá no sea tan fácil lo de acoplar un aire acondicionado, pues caballos hay pero no sobran y todo sería a costa de las prestaciones, un tanto justas en algunos aspectos, como luego veremos.
Volviendo al confort y habitabilidad, es fácil que cinco personas viajen con suficiente amplitud, aunque el espacio entre respaldos delanteros y asientos traseros está algo aquilatado, pero hay que tener en cuenta que el coche, con un largo total de 4,42 m. y disponiéndose de un buen maletero, no puede dar para más, a pesar de que su línea es muy estilizada y su aspecto es el de un coche más largo, aunque no sea más que un R-12. El concepto de coche compacto sin parecer corto es algo que han sabido lograr plenamente los diseñadores.
PRESTACIONES BUENAS CON REPAROS
Si por el hecho de adquirir un Mercedes y aunque se trate de un Diesel atmosférico, entendemos que a pesar de todo debe ser un coche más bien rápido, es posible que no vayamos bien orientados, porque sus prestaciones, aun siendo buenas, no son para echar las campanas al vuelo. Quizá una versión turbo para más adelante —no sabemos si estará en la idea del constructor— ponga las cosas en su sitio, pero una velocidad máxima de 164 km/h. no es que sea demasiado, aun siendo buena. Esta velocidad la hizo en cuarta, pues en quinta se quedó en 155,9, pudiendo quizá superarla, pero ya con lanzamiento de varios kilómetros en autopista muy plana. Está claro, pues, que la quinta es muy superdirecta, para conseguir unos consumos excepcionalmente buenos.
Más discretas son las aceleraciones, haciendo el kilómetro con salida de parado en 38,63 segundos el mejor tiempo registrado. Y en llegar a los 100 km/h. partiendo de parado invierte exactamente 18,2 segundos. El poder de recuperación fue de 24,05 segundos invertidos en pasar de 40 km/h. a 100 en cuarta velocidad y de 34,18 segundos en quinta, pero en ésta ya trepidando a 40, lo que indica una vez más lo largo de su desarrollo. Ya decimos que no son prestaciones demasiado buenas para tratarse de un coche de su nombre, pero sí hemos de establecer que es un vehículo suficientemente rápido para quien quiera viajar incluso haciendo buenos promedios de marcha. Y también para tratarse de un motor atmosférico, al no haber llegado al recurso del turbo, tan en boga hoy, no sin motivo.
En cuanto a los consumos, es donde hay que poner énfasis. La frase fácil de decir que poco importa lo que gaste de combustible cuando se han invertido tres millones y medio en su adquisición, no tiene sentido cuando se trata de un Diesel y de una marca que puede lucirse en este aspecto con su avanzada tecnología. Y la verdad es que se ha lucido plenamente, pues nunca podríamos esperar que llegara a consumir 4,3 litros por 100 kilómetros a la velocidad de crucero de 90 km/h. y 6,9 litros a la de 120. Incluso en ciclo urbano la cifra de 7,9 litros es francamente muy aceptable. Aquí es donde hay que descubrirse y pensar que no es mala cosa el llegar con un Mercedes a una gasolinera y llenarlo por tan sólo algo más de dos papelillos verdes, pudiendo recorrer casi 800 kilómetros sin repostar si uno sabe pisar el acelerador con moderación.
CONCLUYENDO
A la hora de tomar una decisión, no cabe duda de que hay que saber lo que se quiere. En primer lugar, hay que tener en cuenta que en España y según están los aranceles, un Mercedes no está al alcance de cualquiera, aunque se trate del modelo “pequeño”, que para nosotros es un gran coche. Si se dispone de dinero suficiente y uno toma la decisión de seguir su camino, sabe que podrá disponer de un vehículo confortable con el que poder hacer largos viajes a buenos promedios incluso, gastando poco dinero en combustible y teniendo presente que su excepcional mecánica no le llevará mucho al taller, si bien cuando lo haga no contará con un servicio especialmente barato, aunque tal es una utopía hoy día en cualquier taller y de cualquier marca. Pero ya decimos que no es probable el que surjan averías en muchos kilómetros cuando se trata de un Diesel y más de la categoría del coche de que hablamos.
Por otra parte, está la cuestión de la seguridad y a este respecto se puede contar con un vehículo resistente y bien estudiado en sus deformaciones en caso de accidente. Además ofrece una magnífica estabilidad gracias a un eje trasero fuera de lo corriente, a una dirección muy suave y muy precisa y a unos frenos que responden a la menor solicitud por parte del conductor. Para terminar, no queremos hacerlo sin dedicar unas palabras al cambio de marcha, sin duda uno de los mejores —quizá el mejor— de los que hemos manejado en los últimos tiempos. Aquí también la Daimler Benz ha jugado fuerte y ha llegado al máximo en la perfección. La palanca funciona con una suavidad admirable y enclava las diferentes marchas con una precisión absoluta. Hay que tener en cuenta que durante la vida de un coche hay que hacer cientos de miles de maniobras de cambio y que si éstas no se hacen de manera agradable, incluso influyen en el ánimo del conductor, que se torna inquieto o molesto al menos. En el 190-D, por el contrario, se adquiere la impresión de viajar muy relajado y no sólo por la palanca, sino por todo.
EQUIPAMIENTO
· Fuente: L. F. Medina (VELOCIDAD nº 1183, 26 de mayo de 1984)
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