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Jaguar Sovereign 3.6
Al cruzar el motor de 24 válvulas aparecido hace pocos años en el XJ Cabriolet, con una carrocería totalmente nueva, ha surgido una nueva camada del felino originario de Coventry. Sus garras son más afiladas y potentes, y mayor su velocidad y aceleración en el salto, pero los cinco metros que hay entre su hocico y su cola le confieren un aire señorial incluso superior al de sus antecesores.
Los viejos felinos nunca mueren, aunque en ocasiones se retiren al interior de la jungla para descansar y restañar sus heridas; y cuando menos se espera, un poderoso rugido se encarga de recordar que siguen ahí, y al poco tiempo aparecen de nuevo en el claro de la selva y a su alrededor se extiende un silencio respetuoso y atemorizado. Bueno, se supone que así lo explicaría Rudyard Kipling, solo que mejor.
A lo largo de los ´70, el Jaguar se retiró a las profundidades de la espesura; cada vez le era más difícil plantar cara a sus rivales y salir victorioso de las escaramuzas. El predominio del mercado americano le había ido convirtiendo en más corpulento y menos ágil; los tiempos de los Mk II y E-Type habían quedado atrás. Pero la musculatura y las garras ya no estaban al nivel de la nueva osamenta, puesto que seguían igual, y cada vez más desgastadas. Con 106 mm de carrera el bello pero arcaico doble árbol cada vez soportaba peor las largas galopadas por las autopistas.
Hubo un momento de esperanza: apareció un impresionante V-12, nada menos que de 5,3 litros; aquello si que empujaba, y volvía a colocar al Jaguar como rey de la jungla. Pero inmediatamente llegó la crisis de la energía y, de un día para otro, el V-12 quedó como una pieza de museo: demasiado grande, demasiado pesado, demasiado glotón para los tiempos que corrían. Los rivales germánicos abandonaban sus proyectos de V-12 (caso de BMW) y se acantonaban en el 6 en línea; en Mercedes, el V8 de 6,3 litros desaparecía y empezaba humildemente desde solo 3,5 litros.
El viejo felino no acaba de entender lo que ocurría, y se mantenía inconmovible, como si toda aquella crisis no fuera con él; pero cada vez estaba menos ágil, y llegó un momento en que la jungla entera decidió hacer una cuestación pública para salvarle: Jaguar fue nacionalizada, y prosiguió su indolente y aristocrática decadencia. Ya no limpiaba su piel como antes, y su acabado y presentación no eran los de otros tiempos más heroicos.
¿Cuál era el problema? Decían que el alimento escaseaba, que el petróleo se acababa y era necesario habituarse a comer menos; la caza estaba más cara, escasa y difícil. Pero, en un momento dado, nuestro felino sacudió la cabeza y se irguió; aquella vida domesticada, comiendo en el pesebre del presupuesto público, no era para él. Había que empezar afilando las garras, y se puso a la tarea. Lo que estaba de moda era la ligereza y el rendimiento, así que apareció un 6 cilindros, todo en aluminio, con culata de 24 válvulas e inyección; ya estaba a la moda.
Envalentonado con este éxito, decidió romper la cadena, y de un salto huyó del zoológico y salió a campo abierto; Jaguar había vuelto a ser de capital privado. La experiencia siguió siendo favorable, y decidió renovar su piel; aquí tenemos la nueva carrocería, aparecida hace poco más de un año. Y no solo esto: en los últimos tiempos se estaba descubriendo que lo del alimento era una falsa alarma, que todavía quedaba comida para mucho tiempo, y tan solo era cuestión de saber dosificarla con cierta prudencia. El veterano pero no por ello menos impresionante V-12 no estaba superado, y otros rivales se aprestaban a utilizar, tras haberlos arrumbado, proyectos semejantes. Por un poco, la nueva carrocería no estaba proyectada para alojarlo, y un retraso de algunos meses se hizo imprescindible para acoplarlo.
Y así es como reaparece el nuevo Jaguar, en carrocería berlina, propulsado por el “24 válvulas” que ya se conoce desde hace unos pocos años, y con un bastidor y caja que, si bien recuerdan estrechamente a los de la anterior versión, no tienen en común prácticamente ningún elemento. Al renovar, en Jaguar se tomó la decisión de conservar al máximo la identidad de imagen, que era (para qué ignorarlo) lo mejor que quedaba de los viejos tiempos. Pero los motores son nuevos, ya que también hay un muy económico y sorprendentemente eficaz 2,9 litros monoárbol, que es prácticamente la mitad del V-12. Pero, en concreto para el mercado español, es el 24 válvulas el que cuenta. Las transmisiones también son nuevas, tanto la manual como la automática, y no se ha tenido empacho en recurrir a suministradores alemanes para ponerse a idéntica altura que BMW (son exactamente las mismas). En cuanto al diseño, lo que se ha mejorado es ante todo la calidad de acabado, junto al aporte de lo que los últimos años han ido dando en cuestión de confort, ergonomía y, sobre todo, electrónica, de la cual el nuevo Jaguar está excepcionalmente surtido.
No era malo el comportamiento rutero del antiguo Jaguar, pero el nuevo le mejora en mucho. Al margen de retoques en la geometría y tarados de suspensión, el radicalmente nuevo equipo de llantas y neumáticos le confiere un agarre y un aplomo de pisada que superan en mucho al anterior. Ahora bien, no hay que confundirse, y conviene tener siempre muy presente que el confort ha sido, por encima de todo, el objetivo de los diseñadores. La amortiguación es tirando a suave, pero suficientemente eficaz; el balanceo no es muy acusado, pero se produce ya con apoyos muy suaves, aunque luego apenas pase de ahí. Esta característica es muy típica de gran cantidad de coches modernos, con suspensiones muy bien diseñadas geométricamente, pero a los que luego no hay valor para añadirles una estabilizadora del diámetro adecuado; en el caso del Jaguar ocurre que, pura y simplemente, no hay barra trasera. Y por eso produce una engañosa y falsa sensación de llevar la zaga muy suelta, ya que medio segundo después, en cuanto la suspensión ha apoyado, la trayectoria es firme, segura y, como corresponde a un coche de esta definición, discretamente subviradora.
Teniendo en cuenta que el coche es una berlina de gran lujo y 5 metros de largo, se sujeta más que sobradamente bien incluso para una conducción notablemente más agresiva de lo que su naturaleza aconseja. La rápida y quizá excesivamente asistida dirección permite manejarlo con toda facilidad; y los excelentes frenos, respaldados por un ABS de serie para los casos en que el conductor se anima algo más de lo recomendable, lo controlan bastante mejor de lo que sería de esperar en una mole que pasa de los 1800 kg en cuanto el conductor está a bordo.
La conducción en sí es muy agradable. El conjunto de reglajes de asiento y volante, prácticamente exhaustivos, permiten situarse en la posición ideal, y la situación de los mandos nos recuerda que se trata de un coche de diseño moderno, pese al clasicismo de su interior en cuero y madera. La instrumentación es analógica (pero en cristales líquidos) y no digital como tienden a confundir algunos críticos; y para los dos diales clásicos, como son el velocímetro y el cuentavueltas, se conservan las clásicas agujas. Un ordenador de viaje, de precisión excepcional en el cálculo del combustible, completa las ayudas al conductor, entre las que conviene no olvidar un programa de crucero.
En la mecánica, la caja automática de 4 marchas, de origen ZF, con 4ª en overdrive bloqueado, es ya suficientemente conocida. Lo que resulta excepcional es el motor, en el sentido de que, al oír hablar de 4 válvulas por cilindro, se tiende a pensar en elevados regímenes y poca fuerza en baja. Nada más lejos de la realidad: este motor ofrece más de 30 mkg de par desde 2000 a 5000 rpm, cumpliendo escrupulosamente con la promesa de entregar más de 34 mkg en su máximo, cosa que hace entre 3600 y 4400 rpm. Es un par máximo, y de una extensión, que supera ampliamente al del motor BMW de 3,5 litros, ya sea en su versión de 12 o de 24 válvulas. Es evidente que el motor Jaguar tiene escondido un enorme potencial, y que bastaría con darle una distribución un poco más cruzada para que, perdiendo quizá un poco de elasticidad en baja, alcanzase cifras de potencia totalmente equivalentes a las del motor BMW del M-5.
Pero no es esta la filosofía del Jaguar, sino ofrecer un motor que está pensado muy específicamente para la transmisión automática, con la que se compagina a la perfección; del mismo modo que, con un Cx oficial de 0,37, no es la velocidad máxima la que ha preocupado a sus diseñadores. Por ello, tanto las prestaciones como los consumos resultan netamente menos favorables que los de un BMW 735, si bien conviene no olvidar que hay 200 kg de diferencia en perjuicio del Jaguar.
Ahora bien, en confort y sensación de lujo, este Sovereign (versión intermedia de las tres disponibles) no cede prácticamente ante nada ni ante nadie. De hecho, sus rivales europeos se circunscriben a dos: Mercedes y BMW. De intocable prestigio el primero, y con un aura de deportividad, y bien ganada, el segundo. El Jaguar tiene a su favor dos cosas: una, un nombre mítico y prestigioso, que el bache de unos pocos años no ha llegado a empañar, y la segunda, una producción mucho más corta que le hace ser forzosamente más exclusivo, aunque no necesariamente mejor. Pero, cuando estamos en un nivel en que todos son excelentes, la exclusividad tiene su verdadero sentido.
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Ficha comercial
Marca: Jaguar. Modelo: Sovereign 3.6.
Perfil: berlina de gran lujo y gran tamaño, con carrocería de tres volúmenes totalmente rediseñada, aunque conservando la clásica línea de la marca. También es nuevo, en esta carrocería, el motor de 24 válvulas. Junto con Mercedes y BMW está en la cima de las berlinas de gran lujo.
Lanzamiento: otoño ´86. En España, primavera ´87.
Precio: 7331000 ptas, sin extras (matriculación y seguro aparte).
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Equipamiento
De serie el coche está completísimo, incluyendo todo lo siguiente: servodirección, antibloqueo ABS, suspensión trasera autonivelante, control de velocidad de crucero, asientos y consola tapizados en cuero, salpicadero chapado en nogal, cristales tintados, luneta térmica, parabrisas laminado, cierre centralizado de puertas, maletero, techo, depósito y cristales, cuatro elevalunas eléctricos, dos retrovisores de puerta eléctricos, ordenador de viaje, luces de cortesía retardadas, chorros de lavaparabrisas calefactados, luces de lectura y de apertura de puertas, asientos delanteros con reglaje eléctrico total y manual de apoyo lumbar, antena eléctrica automática y alojamiento para 6 altavoces, aire acondicionado, lava/limpiafaros, radiocassette electrónico estéreo, reglaje de altura del anclaje de los cinturones, cuentarrevoluciones, termómetro, manómetro, volante regulable en distancia.
Los únicos extras a sobreprecio (que son de serie en la versión Daimler), son los siguientes: pintura metalizada, llantas de aleación ligera, techo practicable de mando eléctrico y diferencial autoblocante. Todo ello por 502317 ptas.
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Prestaciones |
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Velocidad |
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Máxima absoluta |
211,68 km/h a 4455 rpm en 4ª (O.D). |
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Kilómetro lanzado (tras 1000 m salida parada) |
183,07 km/h. |
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Salida del km lanzado a (tras 2000 m desde parado) |
195,5 km/h a 4115 rpm en 4ª (O.D). |
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Aceleración |
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0-100 km/h |
10”62/100 (en 1ª y 2ª). |
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400 m salida parada |
17”44/100. |
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1000 m salida parada |
31”30/100. |
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Adelantamiento |
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Entrando en 2ª a 20 km/h: |
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Lento: 20-70 km/h |
5”50/100 (en 1ª). |
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Rápido: 70-120 km/h |
8”22/100 (en 1ª y 2ª). |
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Total: 20-120 km/h |
13”72/100 (en 1ª y 2ª) |
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Condiciones de la prueba |
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Carga del vehículo |
Dos plazas y depósito a medias. |
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Presión atmosférica |
695,0 mmHg. |
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Temperatura ambiente |
22,0ºC. |
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Consumo Recorrido: Madrid-Villacastín (autopista)-Avila-Pto de Menga-Pto del Pico-Arenas de S. Pedro-Talavera de la Reina-Madrid (329,2 km).
Condiciones: conductor solo. Tráfico muy fluido.
Crucero: 120 km/h hasta Villacastín (75 km); 90 km/h entre Avila y Talavera; 100 km/h el resto. Media: 99,4 km/h.
Promedio: 91,0 km/h.
Consumo: 10,64 litros/100 km.
Recorrido: Valencia-Madrid (336,3 km).
Condiciones: dos plazas y su equipaje. Tráfico muy intenso a la salida de Valencia (1 hora para 90 km).
Crucero: 130 km/h.
Promedio: 105,6 km/h.
Consumo: 13,06 litros/100 km.
Recorrido: Madrid-Zaragoza-Fraga (436,0 km).
Condiciones: dos plazas y su equipaje. Tráfico normal.
Crucero: 160 km/h.
Promedio: 120,6 km/h.
Consumo: 15,28 litros/100 km.
Resumen de carretera: Crucero: 129,8 km/h. Promedio: 105,7 km/h. Consumo: 13,21 litros/100 km.
Recorrido: Fraga-El Vendrell-Valencia, por autopista (401,4 km).
Condiciones: dos plazas y su equipaje. Cinco paradas por peaje, algo largas.
Crucero: 180 km/h.
Promedio: 165,0 km/h.
Consumo: 18,64 litros/100 km.
Resumen total: Crucero: 139,3 km/h. Promedio: 117,0 km/h. Consumo: 14,66 litros/100 km.
Consumos ECE: 90/120/urbano: 7,8/9,3/15,1 litros/100 km.
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Ficha técnica
Motor
Definición y posición: delantero longitudinal, de 6 cilindros en línea, inclinado 15º a la derecha.
Arquitectura: bloque y culata de aluminio. Cigüeñal sobre 7 apoyos con 8 contrapesos y amortiguador torsional.
Diámetro/carrera: 91,0/92,0 mm.
Cilindrada: 3590 cc.
Alimentación: inyección de control electrónico, Lucas-Bosch, con corte en retención, bomba eléctrica y toma de aire atmosférica.
Distribución: cuatro válvulas por cilindro formando V a 47 grados, accionadas desde doble árbol en culata mandado por cadena de doble eslabón.
Encendido: electrónico Lucas, de control digital.
Lubricación: bomba de engranajes mandada por cadena. Radiador con by-pass termostático. Refrigeración: por líquido, con circuito hermético y ventilador con correa y embrague viscoso y electroventilador. Intercambiador para el líquido de la transmisión automática.
Compresión: 9,6:1.
Potencia máxima: 224CV a 5000 rpm.
Par máximo: 34,4 mkg a 4000 rpm.
Régimen máximo: 6000 rpm (corte de inyección); 5500 rpm (línea roja).
Transmisión
Disposición motriz: motor y cambio delante, ruedas motrices traseras. Transmisión automática ZF 4 HP-22.
Embrague: convertidor hidráulico de par (efecto máximo 2,1:1).
Cambio (relaciones y desarrollos finales): 1ª: 2,480:1 (13,98 km/h); 2ª: 1,480:1 (23,43 km/h); 3ª: 1,000:1 (34,68 km/h); 4ª: 0,730:1 (47,50 km/h).
Reducción del grupo: 3,538:1 (13/46); diferencial autoblocante opcional.
Bastidor
Suspensión delantera: triángulos superpuestos formando trapecio deformable, con efecto anti-picado. Muelles helicoidales, amortiguadores hidráulicos y barra estabilizadora.
Suspensión trasera: ruedas independientes con trapecios transversales inferiores y semi-ejes de longitud constante. Muelles helicoidales, amortiguadores hidráulicos y unidades hidráulicas para mantener altura constante.
Dirección: de cremallera, servoasistida, con dos juntas y fuelle en la columna. Relación: 16,5:1.
Diámetro del volante: 400 mm.
Vueltas del volante: 2,75.
Diámetro de giro: 12,4 metros.
Sistema de frenado: discos ventilados/discos (295/278 mm de diámetro), con asistencia de alta presión (común a la suspensión). Antibloqueo Bosch ABS de serie.
Llantas: de 180x390 mm, perfil TD; opcionales de aleación.
Neumáticos: 220/65VR-390, Dunlop TD SP Sport D7.
Alternador: de 1120 W y 80 A.
Batería: de 68 A.h, sin mantenimiento.
Cotas:
Batalla y vías: 2,87 y 1,50/1,50 metros.
Largo/Ancho/Alto: 4,99/1,87/1,36 metros.
Depósito de combustible: 89 litros, bajo el maletero.
Peso de catálogo: 1770 kg.
Peso real (lleno): 1790 kg.
Reparto de peso: 54,4/45,6 %.
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· Texto: A. de Andrés (AUTOMOVIL n º 119 - Diciembre de 1987)
· Gracias a José Fidel por enviar el reportaje
Información complementaria
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Censo de pruebas del JAGUAR SOVEREIGN en la prensa del motor española (10)
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BMW 735i/JAGUAR SOVEREIGN/MERCEDES 420 SE |
AUTOPISTA Nº 1478 (12-11-87)
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CADILLAC SEVILLE STS/JAGUAR SOVEREIGN 4.0 V8 |
MOTOR 16 Nº 774 (18-08-98)
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CADILLAC SEVILLE STS/MERCEDES S500/JAGUAR SOVEREIGN 4.0/BMW 750i |
CAR AND DRIVER Nº 043 (ABRIL 1999)
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JAGUAR SOVEREIGN |
AUTOMOVIL Nº 119 (DICIEMBRE 1987)
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JAGUAR SOVEREIGN 4.0 |
MOTOR 16 Nº 317 (18-11-89)
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JAGUAR SOVEREIGN 4.0 |
GRAN AUTO 16 Nº 10 (DICIEMBRE 1989)
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JAGUAR SOVEREIGN 4.2 |
VELOCIDAD Nº 1123 (26-03-83)
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JAGUAR SOVEREIGN H.E. |
VELOCIDAD Nº 1172 (10-03-84)
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JAGUAR SOVEREIGN/DAIMLER |
AUTOPISTA Nº 1449 (23-04-87)
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RANGE ROVER 4.6 HSE/JAGUAR SOVEREIGN 4.0 |
AUTOMOVIL Nº 208 (MAYO 1995)
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Comentarios de los lectores: 18 |
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11. Fabadas
Hombre Polonius, por eso la industria ofrece miles y miles de modelos diferentes, jeje...
12. polonius
Pues vaya Fabadas, parece ser que últimamente no coincidimos mucho...
13. Fabadas
No estoy de acuerdo Polonius: con estos XJ no acertaron, tal vez el 3.6 fuese el mejor motor. El V12 era un trasto. Bajo Ford sacaron los X300, invirtiendo unos 300 millones de dólares en mejorarlo radicalmente. La carrocería no solo era más bella, sino de mucha mejor calidad, lo mismo que la dirección (por fin precisa, de ZF), etc. A pesar de todo, el X308 era un pelin más ágil que el X300 (alfombra voladora, agradable de conducir, como dice Don Pepe).
Sin embargo, el que más me gusta de los modernos es el X350, con el 4.2 V8: es estupendo, clásico, bello y de construcción vanguardista. si bien los pedantes dan la lata con lo del motor Ford, la tradición, blabla, etc.
Resumo: todos estos Jaguar son coches de los grandes, caros, bonitos y buenos, pero el XJ de la prueba es el más flojillo en mi opinión.
14. Don Pepe
Los motores de 6 cilindros eran bastante mejores que los de 12, tragones (el coche era muy pesado) pero no muy problemáticos y suficientes para el coche.
La suspensión trasera auto-nivelante era una pesadilla, lo mejor era poner la normal y olvidarse.
Y efectivamente, era un coche que se devaluaba a una velocidad de vértigo.
Era un coche curioso. Enorme por fuera, muy bajo, maletero ridículo con la rueda de repuesto atornillada dentro con una funda y punto, nada en el salpicadero estaba en su sitio (casi parecía un Rolls en eso)...Pero impresionante a la vista y un placer viajar en el.
15. polonius
De acuerdo Fabadas, pero es el último Jaguar auténtico.
Lo que vino después, para olvidar.
Saludos
16. Fabadas
Era bonito, pero carecía de la rabiosa belleza de los antecesores. Tenía dos problemas graves (aparte del complicadísimo V12, que era tomarlo o dejarlo. Primer problema:
consumo brutal en todas las versiones y circunstancias raramente bajaba de los 15 litros)
Segundo: habitabilidad trasera ridícula en relación a sus medidas exteriores. Sus rivales eran mucho más amplios. Por eso no se imponía como vehículo directivo, salvo en su país de origen.
En los últimos 80 y noventa ya no era un símbolo de elegancia ni de distinción, más bien al contrario: tenía un aura de coche de feriante, jugador, proxeneta, abogado corrupto o, directamente, de viejo chocho loco por el golf. Esa es la fama que tenía en el Norte de Europa. Pasados 8-10 años solían estar a la venta por poco dinero en los compra.venta de tierra batida, caseta y banderitas.
Aún así son bonitos, porque salen a su padre y abuelo, pero éstos tenían más casta.
Personalmente percibo el tono del artículo algo brasas, parece una parábola felina publicada en una hoja parroquial. Casi peor que cuando se tira horas hablando de la relación del cambio y no entendía nada ni a los lectores nos interesaba esa erudición. A. Andrßes tiene a veces artículos memorables y otras veces cosas más flojas, de acuerdo con Don Pepe. Es un periodista con ego. Saludos.
17. Don Pepe
Era y es un buen coche agradable de ver y cómodo aún hoy.
Arturo de Andrés en su línea pedante: parrafada fuera de lugar y la mitad del texto chorradas que no vienen a cuento.
18. ramiro
después de ler la prueba del jaguar Sovereign 3.6 automatico e disfrutado leyendo la prueba de un coche premium como solo los ingleses saben hacer
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Comentarios desde pieldetoro
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