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Siata Spring
De un tiempo a esta parte venimos señalando la aparición de nuevas tendencias estéticas, o más exactamente comerciales, en consonancia con la aparición de modelos de pequeña serie, derivados de los de gran serie. Por ejemplo, la gran proliferación de vehículos de playa o bien todo terreno de estilo lujoso, si se prefiere.
Ahora vamos a señalar otra tendencia, que viene incubándose desde hace unos dos años: los coches con carrocería antigua. El estilo años 30, que tan eficazmente ha contribuido a lanzar la archifamosa y superpropagandística «Bonnie and Clyde», también tiene su influjo sobre las carrocerías. Recordamos, hace ya más de dos años, uno de los primeros intentos: copia del Alfa-Romeo 1750 de aquella época, tomando como base el moderno Giulia. El coche era bonito, pero naturalmente caro, por haber tomado como base una mecánica refinada. Muchos otros intentos ha habido desde entonces, pero quizá el más conseguido, y desde luego el de mayor éxito comercial, en toda Europa, ha sido sin discusión el Siata Spring.
METAMORFOSIS DE UN FIAT 850
La operación Spring comenzó, por parte de Siata, en 1965, mediante un sondeo de opinión profundo, realizado en un ambiente de clase media y superior (económicamente hablando, y al nivel italiano), tanto de cara a los padres (los que pagan) como a los hijos (los supuestos usuarios), para saber las posibilidades comerciales que tendría la fabricación en pequeña serie de un vehículo de las características del primitivo prototipo.
Marisa Medina, al volante del Spring
Este primer vehículo, a título experimental, era una carrocería de fibra de vidrio, movida por un motor bicilíndrico refrigerado por aire, el del Fiat 500. El resultado de la encuesta fue que los jóvenes querían más motor, y los padres no querían demasiado, para evitar fogosidades excesivas. La solución intermedia se consideró del siguiente modo: motor de 850 berlina, en versión intermedia entre la normal y la súper, y carrocería de chapa, algo más pesada y de dimensiones algo mayores: es decir, hacerlo más coche.
La línea del coche parece tener una clara inspiración en los coches deportivos ingleses; pero, la verdad, se nos parece mucho más a los famosos M.G. Midget de las Series TC, TD y TF, que a los coches de los años 20 y 30. Bien es verdad que, hasta la aparición en 1956 del M.G. «A», estos coches ingleses estaban más bien retrasados de estética respecto a su tiempo.
Sea como sea, el caso es que el Siata Spring es un spider, que también puede convertirse en coupé, gracias a un «hard-top», y con parabrisas abatible, para dar mayor sabor de coche antiguo, en el estilo de «aire en la cara». Su precio, relativamente asequible, para ser un coche de serie reducida, es 795.000 liras, ligeramente superior al 850 berlina, del cual deriva.
El coche, que naturalmente aspira a una clientela joven, se presenta en colores muy vistosos: rojo, verde, blanco, azul y amarillo, con tapicería de color rojo, blanco o negro.
Lo que no nos gusta mucho, pero que inevitablemente debe realizarse, si se quiere mantener bajo el precio de origen, es la gran serie de suplementos a sobreprecio que se ofrecen: ruedas de radios (5), a 50.000 liras el juego; volante de madera de tres radios, a 12.000 liras; cristales laterales a 18.000 liras, techo duro a 85.000 liras, y cuentavueltas a 17.500 liras. Creemos que, en especial, las ruedas de radios y el volante deportivo debían equipar de serie al coche, pues la presencia de los discos normales del 850, macizos, y de su volante de plástico negro desentonan en el conjunto.
Mecánicamente, este motor utiliza el del berlina, pero con un índice de compresión (8,5:1), que es intermedio entre la versión normal italiana, de 35 CV. DIN, y la súper, que es la fabricada en España, con 37 CV., cuyos índices son 8 y 8,8. El Spring dispone de 36,2 CV. DIN, muy suficientes para los 615 kilos que pesa en vacío, y le permiten cubrir el kilómetro con salida parada en 43,2 segundos, y alcanzar una máxima de 125 kilómetros por hora.
Recientemente, Siata volvió a realizar una encuesta sobre la conveniencia de utilizar los elementos mecánicos del 850 especial, pero el 75 por ciento de los padres se opusieron, considerando que el coche ya anda lo suficiente con su actual motor. Por nuestra parte, juzgamos que, si bien el motor actual es suficiente, no le vendrían mal al coche las ruedas y frenos del especial; o del coupé, que tanto da. Las ruedas, porque de este modo podrían dejarse de lado las de radios, o al menos no serían un suplemento tan indispensable, pues las perforadas tienen ya cierto sabor a coche deportivo y antiguo; en cuanto a los frenos, para un coche que en muchas ocasiones será conducido de forma exuberante, son una garantía de seguridad.
¿A qué precio tendría que salir este coche, de fabricarse en España, para ser competitivo? Creemos que entre 85 y 90.000 pesetas. Se trata de un vehículo de dos plazas exclusivamente, aunque con buena capacidad de equipajes (delante y tras el asiento), apto para viajes de carretera, con el techo duro, incluso en invierno, pero, sobre todo, claramente dedicado a una clientela juvenil. El coupé, por ejemplo, puede ser perfectamente empleado por personas de edad. El Spring, en cambio, imparte un aspecto deportivo y juvenil que no conviene más que a los de menos de 30 años. Y para este público, el producto debe ser barato. En fin, ahí está el Siata Spring, un verdadero éxito a lo largo de un año en toda Europa. ¿Podría serlo también en España? Ahí va nuestra pregunta; a quien corresponda, la respuesta.
De lo que sí estamos seguros es que el coche tendría aquí, como en Italia, una magnífica aceptación. Y puesto que Siata española está muy compenetrada con Siata italiana, no vemos razón para que no se intente su fabricación en España. · Fuente: J. Chicharro (VELOCIDAD nº 357, 13 de julio de 1968)
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