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Seat Ibiza vs Seat Ronda
Viene esto a cuento porque es en las tabernas del barrio, esos familiares establecimientos de toda la vida, donde los vecinos de siempre se reúnen para contar sus cuitas en torno a un chato, a un ligero aperitivo, contando sus cuitas, —algunas veces frente a las fichas del dominó, mientras hacen tiempo para la comida o la cena, cuando el tema del automóvil surge en toda con toda su realidad, con sus pros y contras.
Y es frecuente que, en las pocas ocasiones en que puedo permitirme este pacífico y sencillo lujo, los "parroquianos" preguntan sobre el automóvil. En muchas ocasiones sobre tal o cual modelo, en otras consejos antes de comprar un nuevo automóvil, generalmente ya elegido de antemano, esperando simplemente "la confirmación" del "experto".
Pero de vez en cuando la "sabiduría popular" pone a uno en un brete importante. Sin ir más lejos, pocos días después de la presentación del Seat Ibiza surgió una de esas preguntas embarazosas, que resultan de difícil explicación. "Oye Raimond. Tú que te comprarías, ¿un Ronda o un Ibiza?".
La pregunta, desde luego, se las trae, no podía contestarse a la ligera. De una parte la pregunta viene a corroborar el profundo interés con el que el hombre de la calle ha acogido al Ibiza, el primer "español" de los tiempos modernos. Un coche en el que la firma española tiene depositadas grandes esperanzas de futuro, confiando que sea la base para un futuro brillante, o cuanto menos equilibrado. Las cuentas de Seat comienzan a asustar a la opinión pública; son 30.000 millones de pérdidas lo que se debe asumir y en este sentido, como decía uno de los contertulios, "todos somos accionistas, a pérdidas, de Seat". Al hombre de la calle poco le importa que esa cifra sea prácticamente toda "coste financiero", que los costos de explotación produzcan beneficios; lo único que ve son unos mareantes números rojos y confía que el Ibiza y los VW fabricados en Barcelona y Landaben transformen el color de estos números, del brillante y peligroso rojo al pacífico azul de los beneficios.
Pero la pregunta va mucho más allá. Conlleva en su esencia una cierta confusión, a la que posiblemente hemos contribuido los medios de información. ¿Qué es el Ibiza?. Realmente resulta un poco difícil posicionarlo en el mercado; por habitabilidad y precio, incluso por motorización, ocupa un escalón superior al de sus polivalentes (Seat Fura, VW Polo, para la marca) a los que sumar los Corsa, Fiesta, Samba, etc.). Por estos conceptos está a la altura de los llamados "compactos", es decir Ronda, Escort, R-11, etc... pero su longitud total, sin embargo, corresponde a los primeros. Se queda entre estos segmentos, un poco como lo han hecho el Fiat Uno, el Peugeot 205 o el Citroën Visa... pero por habitabilidad parece incluso posicionarse algo por encima de estos que serán los rivales naturales. Incluso el hecho de que por el momento solo sea un "tres puertas" no debe suponer handicap alguno, puesto que la versión de 4 puertas está ya en marcha.
RONDA-IBIZA: COMPETENCIAS CANIBALES
Evidentemente, todos los razonamientos anteriores vienen de un hecho básico, del principio filosófico inicial del Ibiza. Industrialmente, las necesidades de racionalización de la producción han obligado a adoptar el mayor número de componentes comunes entre Ronda e Ibiza. Para el hombre de la calle, un Ritmo "serrado" en sus extremidades y con un vestido nuevo. Así, salvo en lo concerniente a la estética, todos los restantes adimentos deben ser muy similares: pesos, prestaciones, consumos, habitabilidad.
Las sorpresas en este campo no dejan de aparecer muy pronto. Y en algo que parecía completamente ilógico, anormal: la habitabilidad.
En efecto. De hecho todo el diseño, realizado utilizando una plataforma común, unas medidas básicas idénticas (entre ejes, y vías) todo el resto del diseño es completamente nuevo. Y así el centímetro nos da algunas sorpresas; la más importante concierne a la anchura. El Ronda es más ancho exteriormente... pero el Ibiza ofrece mayor habitabilidad interior. Son dos cms. de más delante y nada menos de 4 detrás; es una ventaja ciertamente importante.
Nueva curiosidad: los asientos. Aparentemente muy similares, pero casi polos opuestos. En el Ibiza las butacas son altas y la sujeción lateral escasa. Es el Ronda, la sujeción lateral es buena, pero las banquetas son algo bajas y en conjunto más voluminosos. El resultado no se hace esperar: El Ibiza deja mayor espacio para piernas en las plazas traseras, lo que siempre es muy importante, pero el techo queda demasiado cerca de nuestras cabezas.
Así, mientras en habitabilidad el Ibiza parece ligeramente superior al Ronda, el confort de éste, los asientos en concreto, se llevan la palma. En ningún caso las diferencias son sin embargo, excesivamente significativas.
Podemos analizar ahora el equipo de ambos vehículos. Se trata de versiones que llevan la sigla GL, es decir que deben ser similares. Incluso los precios de ambos vehículos son similares, estimándose que la diferencia estará sobre las 15.000 ptas. El tablier del Ibiza parece más "sencillo", impresión a la que contribuye seguramente el cuadro de instrumentos. Porque el Ronda dispone de un cuadro muy completo, incluyendo el cuentarrevoluciones, que desde nuestro punto de vista es casi imprescindible. Por contra, aunque mejorables, la idea de los "satélites" del Ibiza no deja de ser bastante práctica, aunque requiere un cierto hábito porque algunos de ellos, las luces por ejemplo, han sido cambiadas de lado.
Resulta difícil efectuar una comparación total en cuanto al equipamiento y nivel de acabados de ambos vehículos. El Ronda parece claramente por delante en este campo, pero no debe olvidarse que los Ibiza ensayados hasta el momento son todos vehículos de "pre-serie", con algunas piezas provisionales, que serán modificadas antes de la comercialización, entre ellas la guantera, realmente ridícula e impresentable en los Ibiza "provisionales". El Ronda prácticamente no deja "chapa vista", mientras que en el Ibiza es visible, aunque existen unos taladros en las puertas, con sus correspondientes "tapones", que parecen anunciar un mejor acabado en este aspecto... aunque quizá esté limitado al GLX con motor 1.5.
Quizá el ejemplo gráfico que pudiéramos citar explicará —junto a las fotos— mucho más de cerca el comparativo. Podríamos decir que mientras el Ronda muestra claramente su influencia italiana y la política de Seat de ofrecer un equipo superior al de sus "rivales naturales" transalpinos, en el Ibiza la inspiración es netamente germana, más cercana del Polo de lo que pudiera parecer, aunque se encuentre a faltar la posibilidad de abatir el asiento posterior por mitades, que se está imponiendo a todas luces.
CADA UNO CON SU TEMPERAMENTO
Al volante, cada uno de los dos vehículos muestra sus peculiaridades. Las posiciones de conducción son ya distintas, más erguida la del Ibiza, algo más hundida la del Ronda.
La sorpresa viene ahora. El Ibiza tiene la dirección bastante más suave; cierto que el Ronda también ha mejorado en este sentido, algo más desmultiplicada que en versiones anteriores y por lo tanto más lenta, pe ro quizá porque el motor pesa algo más, es ligeramente más pesada en parado.
La diferencia más sustancial está en el cambio. La palanca del Ronda es casi un modelo de forma inadecuada, mientras que la del Ibiza es mucho más agradable al tacto. Pero sobre todo en éste último es mucho más suave y precisa de accionar. La adopción de sincronizados Borg and Wagner para las dos primeras marchas, en lugar de los habituales "Porsche", se deja notar. La caja de cambios del Ronda está también mejorada, es la misma que en el Ibiza, pero en éste la timonería ha sido revisada y es aquí donde habrá que buscar los resultados.
El comportamiento, sin embargo, es diferente en ambos coches. Hay una razón podero sa para ello: la suspensión delantera. El sistema McPherson de ambos vehículos es ciertamente diferente. El Ronda dispone de una barra estabilizadora; en el Ibiza se nota la ausencia de barra estabilizadora (a pesar de que los anclajes flotantes están presentes), existiendo los tirantes de reacción. Por otra parte el Ibiza dispone de amortiguadores de doble efecto, de un tarado algo más blando.
Las diferencias de comportamiento son obvias, nada más ateniéndonos a lo visto sobre el papel. La práctica confirma estas diferencias, aunque sean mínimas. Ambos vehículos son netamente subviradores, lo que requiere "trabajar" con las presiones de hinchado, dando dos décimas más, por lo menos, al tren delantero. La respuesta al acelerador no es acusada, la parte trasera de ambos vehículos parece "amarrada" con exceso, apoyando ese carácter subvirador, quizá menos evidente en el Ibiza. Las ruedas delanteras, por una parte, tienden a "esconderse", a plegarse bajo la carrocería; de otra, las traseras también toman una deriva importante y la respuesta a la solicitación del acelerador es lenta y pausada; todo ello se nota más en el Ronda que en el Ibiza.
Los frenos, suficientes, aunque un tanto justos. La solicitación frecuente propicia, en ambos casos, un alargamiento de las distancias de frenado, aunque no aparecen blocajes ni desviaciones en la trayectoria rectilínea, sin que tampoco aparezca fadding acusado. Posiblemente todo se deba a la calidad de las pastillas.
La dirección, en ambos casos, acusa el peso del morro. Para hacerla más ligera y manejable está muy desmultiplicada, lo que implica una cierta lentitud de respuesta, manifestando retornos de volante con una cierta fuerza.
LAS PRESTACIONES FAVORABLES AL IBIZA
Con las mismas motorizaciones y pesos similares, las prestaciones son favorables al Ibiza, por escaso margen. La mejor velocidad punta del nuevo modelo indica una menor resistencia al aire; el CX parece ligerísimamente mejor y también la sección frontal parece es algo más reducida. El resultado está ahí, con una velocidad punta ligeramente superior.
Este hecho repercutirá asimismo a la hora de los consumos, algo mejores en el Ibiza, aunque las diferencias no son significativas.
En otras prestaciones, aceleraciones y reprises, el Ibiza también lleva las de ganar, por escaso margen. El menor peso, aunque sean solo 25 kg. más o menos, se deja notar. Quizá también tenga algo más de motricidad, pero esto es casi imperceptible.
En condiciones reales de circulación nos ha parecido que el Ibiza es capaz de ser algo más rápido. No sólo porque sus aceleraciones y reprises sean puntualmente mejores, sino porque a pesar de que la carrocería inclina algo más parece capaz de pasar algo más rápido en curva. Tampoco aquí, sin embargo, las diferencias son notables y prácticamente podríamos casi emparejar a ambos vehículos.
CONCLUSION
Salvando las diferencias estéticas y de tamaño exterior, los dos vehículos son muy iguales. El Ronda tiene a su favor un acabado a nuestro gusta —al menos por el momento— superior, pero el Ibiza nos ha parecido algo más sencillo de conducir; la dirección algo más suave y sobre todo el cambio mucho más logrado. Por contra, el confort de los asientos del Ronda está por encima del Ibiza.
Estamos pues ante dos vehículos equivalentes, incluso en precio. La decisión de uno u otro será, pues, meramente subjetiva, entrando en la valoración factores estéticos, de "representatividad", versatilidad, agilidad en el aparcamiento, etc., que cada cual hará valer en la medida que crea oportuna. Porque en todo lo demás prácticamente resultan idénticos.
Quizá el Ibiza tenga la ventaja de su actualidad, de ser —tras muchos años— el primer coche "nacional" y s u tamaño exterior (la longitud) más reducida, lo que le permitirá captar un público de un segmento escalonado algo por debajo del Ronda. En cualquier caso no cabe duda de que ambos vehículos pueden ser duros competidores y una fuerte baza para Seat.
· Texto: R. Blancafort (SOLO AUTO Nº 24 - 1-sep-84)
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