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Porsche 911 T vs 914/6
El que cree que la gente que se puede gastar 20.000 marcos (unas 400.000 pesetas) en un coche deportivo es feliz y está contento con él se equivoca. Cuando se habla con estos dueños se les ve en la cara la falta de sueño. Esto porque ahora hay un Porsche sobre el cual corren rumores de ser el mejor Porsche, sin tener la apariencia típica de estos coches, que hubo jamás.
Tiene el aspecto del mucho más barato VW-Porsche que posee un simple motor Volkswagen y que en las rectas es adelantado por coches de época que en principio se creería que no valen.
El mismo «traje» del Volksporsche lo lleva también su hermano mayor, el Porsche 914-6, y sólo cuando se le mira a las ruedas se sabe a quién se tiene por delante. También en el sonido se nota que es el hermano mayor. Su motor de dos litros y seis cilindros alcanza los 110 PS a 5.800 revoluciones por minuto. Lamentablemente se ha de tomar en consideración que el que quiere utilizar todos los caballos disponibles ha de soportar un ruido bastante molesto.
Conozco una serie de modelos con el mismo número de caballos y menos cilindrada que producen bastante menos ruido. Y esto es lo que de momento me impide enamorarme de aquél.
914/6: UN MOTOR PARLANCHlN
En el Porsche «914/6», Porsche de motor central, el conductor y el acompañante se encuentran, por así decirlo, en un mismo espacio con el motor. Y es éste el que lleva la voz cantante en la conversación, y los demás sólo se pueden dedicar a escucharle.
En el «911 T», el buen y viejo Porsche original, tiene sI motor un poco más alejado del conductor: detrás del eje posterior y no delante. Esta situación se la tomaron a mal muchos críticos porque con ello se dificultaba en cierto modo la conducción. Al tomar las curvas a cierta velocidad, intentaba salirse por la tangente; y algunas veces, se salía con la suya.
Los Porsche «911» llevan con más éxito su motor trasero, se inmutan menos en las curvas que sus antecesores. Y cuando los críticos ya empezaban a dar su conformidad, VW y Porsche, los parientes cercanos, sacaron a la luz su nuevo modelo con motor central. Un motor que en cierto modo está bajo el asiento de atrás, que es e1 preferido de los constructores porque en cuanto a su comportamiento respecto del chasis y de la conducción se comporta tan neutralmente como un buen suizo.
914/6: ASIENTOS CATAPULTAS
El 914/6 hace los giros y toma las curvas como si estuviera sobre raí les. Cuando uno exagera demasiado las curvas se deja notar inmediatamente en diversas formas: primer aviso en el volante, de por sí bastante duro; luego en el rechinar de las ruedas e inclinación fuerte de la carrocería. En realidad pronto se sabe a qué atenerse.
Además la Porsche ha instalado (voluntaria o involuntariamente) un freno al valor. Los asientos. Estos demuestran, mejor que lo pudiera hacer un profesor de física, lo que sucede con la fuerza centrifuga. Cuando se toma demasiado cerrada una curva a la izquierda al conductor le da la sensación de que será lanzado fuera del coche: por encima del acompañante a través de la puerta hasta el campo. Digámoslo claramente: ambos asientos no valen, no son los adecuados.
El «911 T», a pesar de no tomar tan bien las curvas, está mejor fijado al conductor. Y el que cambia de modelo tiene, viniendo del Porsche con motor central, las siguientes no desagradables impresiones: el «911 T» es más fácil de conducir, es más ligero, es algo menos ruidoso, ofrece mayor comodidad de asientos y se comporta en conjunto más Porsche. Se le nota más experimentado. También se le nota una caja de cambios más fácil. Y no es de extrañar, ya que las marchas del 911 T son más cortas y menos complicadas que las del «914/6».
EL MALABARISTA «911 T»
Ciertamente el «911 T» se deja conducir más peligrosamente. Se le puede hacer derrapar atrás o hacer que levante una «pata» delante para que parezca que uno es un consumado conductor. Pero si uno se mantiene sólo un poco por debajo de esta velocidad limite y se gira menos bruscamente el volante, el «911 T» lleva tan bien su silueta que hasta parece que fuera más lento a pesar de que es igual de rápido que el «914/6».
Esta es la diferencia: el «914/6», con su comportamiento neutral, lo puede llevar cualquiera rápidamente a cualquier curva. Sólo se tiene que girar con suficiente fuerza el volante para que vaya donde uno lo desea.
El «911 T» se debe llevar con sensibilidad en los dedos, en el pedal del acelerador y en el asiento. Así se sabrá siempre que ha sido uno y no el coche el que ha tomado la curva correctamente.
Al conducir a velocidad sobre la autopista ambos modelos muestran el típico comportamiento de la casa Porsche en cuanto a la dirección. Se les nota ligeramente nerviosos, sensibles. En el volante se siente cualquier desnivel de la carretera y mano tiene despierto al conductor. Y también el «914/6» responde, a pesar del motor central, a los vientos de costado.
Ambos modelos son despiertos y tienen la misma velocidad máxima. Sus datos técnicos tienen la igualdad que tendrían dos mellizos uniovulares. Antes de indicar los datos técnicos he de hacer saber que el «911 T» tiene la máquina más potente. Su motor de seis cilindros tiene 2,2 litros de capacidad y 125 PS de potencia. Necesita este aumento de fuerza respecto del «914/6» porque es más pesado y menos aerodinámico que éste.
PRESTACIONES DE LOS DOS MODELOS
Aceleración 914/6: 0-100 Km/h 9,5 seg. 0-120 Km/h 12,5 seg. 0-160 Km/h 23,2 seg.
Aceleración 911 T: 0-100 Km/h 9,7 seg. 0-120 Km/h 12,7 seg. 0-160 Km/h 23,5 seg.
En la máxima ambos están igualados con 205 Km/h. Y demuestran que una delantera sin abertura para el aire es mejor que la que lo lleva. Aquéllos rompen la barrera de aire en lugar de morderse a través de ella como éstos. Ello aumenta la velocidad y ahorra combustible.
Estos coches tragan cien kilómetros con sólo 12 litros de gasolina súper. Si se tiene mucha prisa y se quiere llegar a la meta como para ganar un premio es posible que el gasto aumente un litro o litro y medio más. Pero a pesar de todo tienen poco gasto.
Las ópticamente distintas carrocerías tienen también diferentes aplicaciones. El «914/6» es puramente un coche de dos asientos. Imnediatamente detrás de los asientos termina prácticamente el coche. Lo que se quiera quitar de la mano que sea más grande que un portafolios o una cartera se ha de guardar en uno de los dos maleteros.
MAYOR AMPLITUD EN EL «911 T»
El «911 T» es lo que se llama un 2 más 2. Siempre y cuando estos últimos sean niños pequeños. De todas formases un dos asientos con algo más de espacio detrás. Allí se puede dejar también la maleta que se tiene en ese momento a mano. Al no estar los asientos tan pegados al fondo del coche no es tan fácil que se sienta claustrofobia.
A cambio de ello el «914/6» tiene dos maleteros. En el posterior tiene cabida la parte desmontable del techo, con lo cual este modelo parece un roadster. Esta es la gran ventaja del «914/6». Porque la cabida de equipaje se iguala al final. Si se utiliza bien los asientos de emergencia del «911 T» incluso cabe algún paquete más que en el «914/6».
EL «911 T» GANA SOBRE EL «914/6»
Todo lo demás es cuestión de gusto. A muchos les gusta mucho el «914/6». Seguramente, yo tengo el gusto algo estropeado, ya que me gusta más la línea del «911 T».
La conducción del «914/6» es bastante aburrida y neutral, y como ya he dicho se deja conducir como si fuese sobre raíles. En el Porsche «911 T», el de la vieja escuela, se encuentra más cultura. Y está también mejor acabado.
A la Porsche esto le da igual. Ellos producen diariamente 30 modelos de cada uno. Mírelos usted ambos por dentro y se dará cuenta de que el «911 T» es el hermano más elegante de los dos. · Fuente: CUATRORUEDAS nº 95, Noviembre 1971
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