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Mercedes 450 SLC
«Es el mejor de la posguerra»: ésta es la opinión de los apasionados y de los técnicos sobre el Mercedes de la serie «S»; están de acuerdo en este juicio tanto los pilotos «normales» como los deportivos. Como consecuencia de tantos y tan unánimes piropos, el Mercedes 450, versión de mayor cilindrada de la serie «S», fue proclamado en 1973, el «automóvil del año» por los periodistas del automóvil más importantes de toda Europa. Fittipaldi deseaba probar este automóvil deportivo y por esta razón se ha llevado este modelo excepcional de Mercedes al circuito de Lausana: coupé de cuatro plazas, automático, con motor de ocho cilindros en V de 4,5 litros de cilindrada y potencia máxima de 225 CV Din, a 5.000 r. p. m., y que tiene un valor más allá de las fronteras españolas de 1.250.000 pesetas. Una broma, sólo aconsejable para potentados.
4R — Hablemos primero de las características del 450 SL. ¿Qué piensas de su conjunto?
FITTIPALDI.—Es una berlina de turismo «vestida» de coupé. Tiene una carrocería decididamente clásica, tradicional. Tiene algo de femenina. Personalmente prefiero el estilo berlina.
4R.—¿La comprarías?
FITTIPALDI.—No es exactamente mi ideal de automóvil. A mi mujer, María Helena, no obstante, le gusta mucho. Yo se lo había prometido si ganaba el campeonato de 1973. Pero luego, por culpa de Stewart, no fue posible cumplir mi promesa.
4R.—Hablemos del interior. El 450 SLC ha sido definido por algunos como un matrimonio entre la berlina y el automóvil deportivo. ¿Qué te parece?
FITTIPALDI.—Un matrimonio excelente. Tiene sitio atrás para tres personas. Dos pueden viajar como en un sofá. También el movimiento de bajar y salir es fácil, gracias a las dos amplias puertas y a la ausencia de montante central. Los asientos son del mejor estilo Mercedes: al principio parecen un poco duros, pero después de un rato de usarlos se advierte su excelente confortabilidad. Sólo si el conductor es muy alto queda poco espacio para el que se sienta detrás.
ACELERACION SIN BRUSQUEDADES
4R.—¿Qué te ha parecido el puesto del conductor?
FITTIPALDI.—Excelente en su conjunto. Buena la inclinación del volante, que tiene un sólo, pequeño, defecto: posee un diámetro excesivo y por su forma ovoide llega a tocar en las rodillas del conductor.
Excelentes los asientos, regulables en la inclinación del respaldo, en el recorrido del asiento y también en su altura. Tienen los bordes bien perfilados y te agarran particularmente bien en las curvas. Los mandos principales están en el lugar justo (el mando del cambio automático tiene dos gruesos pedales). Muy práctico también el mando que está a la izquierda y que controla el limpiaparabrisas, el agua, cambio de luces, todo reunido en una sola palanca.
4R.—¿Y la visibilidad?
FITTIPALDI.—Muy buena: desde el interior se puede ver el cuadro general de la situación. El grueso montante posterior de la luneta trasera, por ejemplo, no produce ninguna molestia: las aletas que se advierten en la parte posterior no son obstáculo para la visibilidad; además posee un excelente retrovisor y un espejo exterior regulable desde el lugar del conductor. En definitiva, este automóvil logra una buena puntuación en este aspecto.
4R.—¿Y la instrumentación?
FITTIPALDI. — Verdaderamente completa, considerando el tipo de vehículo de que se trata. Posee cuentavueltas, manómetro de aceite, termómetro de agua, espía del circuito de frenos y toda la serie de aparatos e instrumentos indispensables en cualquier vehículo.
4R.—¿Está el acabado a la altura de la tradición Mercedes?
FITTIPALDI. — Absolutamente superior: observando bien un Mercedes en sus detalles, se comprende que es casi imposible hacerlo mejor, en cuanto el acabado, especialmente hoy que resulta cada vez más difícil construir automóviles bien acabados y con clase.
4R.—Veamos ahora el motor. ¿Te ha gustado este ocho cilindros en V? ¿Qué nos dices de sus principales características?
FITTIPALDI.—No se debe olvidar que posee un motor excepcional en cuanto a su potencia; desde luego, en relación con su cilindrada. Su virtud principal es la extraordinaria elasticidad. El 450 SLC, gracias a su impecable inyección Bosch, acelera sin brusquedades, con una dulzura increíble, aunque sea al régimen más bajo, poco más de dos mil vueltas. No se trata de un motor deportivo, nervioso. Me parece adecuado, sobre todo a una tranquila berlina. A su extraordinaria fluidez de marcha une un silencio asombroso: en autopista, marchando a 180-200 kilómetros/hora de tacómetro, podía escuchar la radio o hablar, sin que los ruidos pudieran molestarme.
4R.—¿Qué límites tiene?
FITTIPALDI—Ateniéndonos completamente a la transmisión automática, el régimen de vueltas para el paso de una a otra velocidad es de cerca de 5.100 r. p. m. Si se prefiere conducir con el cambio manual, para lo cual hay que manejar el mando central, se puede «tirar» hasta las 5.600 r. p. m. sin grandes dificultades, y llega a las 6.000 r. p. m. en casos de extrema necesidad.
4R.—¿Has probado a «lanzarlo» en autopista?
FITTIPALDI—Sí, y he llegado a la velocidad máxima casi sin darme cuenta: es mérito del motor, puro silencio, y también de la excelente aerodinámica de la carrocería. Sobre el tacómetro he notado casi con sorpresa que llegaba a los 220 kilómetros/hora, y se pueden alcanzar los 240 kilómetros/hora. Su velocidad ideal está entre los 180 y los 200, velocidad a la que marcha con soltura y seguridad.
4R.—Has hablado de un motor más elástico que nervioso. ¿Se debe pensar, pues, que su aceleración no te parece excepcional?
FITTIPALDI. — Considerando la cilindrada, la aceleración no es tan tremenda como pudiera pensarse (el kilómetro con salida parada se recorre en 30 segundos). Para mí es normal en un automóvil de esta cilindrada.
4R.—¿Y el reprís?
FITTIPALDI—Dado el bajo régimen, no es problema recuperar; con la excepcional elasticidad del motor y su magnifico y rápido cambio automático, los adelantamientos son muy fáciles.
4R.—Según parece, el cambio automático te ha gustado.
FITTIPALDI.—Sí, es sin duda el mejor que he probado; ninguno de los famosos cambios americanos resistiría la comparación. La colocación de las marchas es muy rápida. Pero si se prefiere disfrutar y sacar mayor partido al motor, se puede usar el cambio como si fuese uno normal, de funcionamiento mecánico, sin el fastidio de la fricción. Yo he tenido la ocasión de apreciar su cualidad: marchando en autopista a 140 por hora, soltando el acelerador bruscamente, ha pasado inmediatamente a la marcha anterior y he logrado un mayor reprís. En pocas palabras, el «kickdown» es rapidísimo.
4R.—¿Qué opinas de la dirección?
FITTIPALDI. — Es sorprendente que tenga una respuesta tan inmediata a la indicación del conductor en el momento de tomar las curvas. Es una dirección muy ligera, pero también muy precisa, cosa rara cuando se lleva servodirección; sólo en la fase de «realineación» de las ruedas a la salida de las curvas no «vuelve» con velocidad.
4R.—¿Opinas que los frenos se adaptan a las características de este vehículo?
FITTIPALDI—Conozco que son del tipo más avanzado, con ventilación interna y me parecen muy sensibles a la menor indicación y también a la temperatura. En autopista he probado a frenar violentamente: después de los dos primeros golpes enérgicos del pedal la frenada no es tan homogénea como al principio: los discos parecían vibrar, probablemente a causa del gran calor desarrollado y también porque el 450 es algo pesado. Este mismo fenómeno lo he verificado en mi circuito de pruebas: después de algunas frenadas también comenzaba a vibrar. La acción de la frenada, sin embargo, ha resultado siempre buena y no he encontrado nunca el preocupante fenómeno del fading. En el automóvil que yo he probado he advertido que la frenada no estaba bien repartida en las ruedas delanteras, y en la autopista he notado algunos leves intentos de blocaje en las ruedas traseras. El esfuerzo sobre el pedal es mínimo gracias al servofreno.
FITTIPALDI—No, en absoluto. El agarre en carretera es decididamente bueno, sobre todo si pensamos en que sus características son casi las de un coche de turismo. La conducción es fácil, sin problemas, aun para los conductores menos expertos. En recta es muy estable aun a las velocidades más elevadas. En curva, a velocidades normales, es neutra. Conforme se aumenta la velocidad, la potencia en las ruedas se hace sentir y el 450 resulta gradualmente sobrevirador y comienza a moverse de atrás. Es un sobrevirador poco peligroso, que no tiene problemas y que puede ser corregido con facilidad gracias a su dirección.
FITTIPALDI—No, en absoluto. El agarre en carretera es decididamente bueno, sobre todo si pensamos en que sus características son casi las de un coche de turismo. La conducción es fácil, sin problemas, aun para los conductores menos expertos. En recta es muy estable aun a las velocidades más elevadas. En curva, a velocidades normales, es neutra. Conforme se aumenta la velocidad, la potencia en las ruedas se hace sentir y el 450 resulta gradualmente sobrevirador y comienza a moverse de atrás. Es un sobrevirador poco peligroso, que no tiene problemas y que puede ser corregido con facilidad gracias a su dirección.
FITTIPALDI.—Repito: es un automóvil que es mitad berlina, mitad un verdadero coupé deportivo. Tiene un motor bueno, pero no excepcional; un óptimo cambio automático y una excelente seguridad activa, todo lo cual es muy importante. No es un automóvil exactamente de mi gusto: prefiero la berlina cuatro puertas, que tiene en la práctica las mismas virtudes y las mismas prestaciones, pero con una carrocería más acogedora y más acertada estilísticamente.
· Texto: CUATRORUEDAS nº 133, Enero 1975
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