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Mercedes 230
En la vida del periodista más o menos especializado en los ensayos de los coches deportivos hay momentos en los cuales tiene que prescindir de sus adorados Aston-Martin, Ferrari, Porsche o Lamborghini para servirse, en sus desplazamientos, de un vehículo más corriente. Necesidades familiares o de trabajo obligan a veces a desplazarse con la señora, una hija, el yerno y noventa kilos de equipaje. Si el periodista se encuentra en las cercanías de Stuttgart, puede dirigirse tranquilamente al señor Strassl, Delegado de Prensa de Daimler Benz. Fue precisamente este señor, joven, atlético (fue campeón de esquí en el equipo bávaro), desbordando simpatía y que habla un castellano tan perfecto como si hubiese nacido en la mismísima Puerta del Sol, quien solucionó mi momentáneo problema ofreciéndome además la posibilidad de ensayar el novísimo Mercedes 230, el más pequeño 6 cilindros de la nueva generación de coches de la firma de Unterturkheim. Aunque este coche no pertenece directamente a la categoría de los que son normalmente objeto de los ensayos de "Fórmula", su novedad y algunas de sus características, como la de superar fácilmente los 175 km/h nos han parecido suficientes para interesar a la mayoría de los lectores. El Mercedes 230 pertenece a la nueva línea de coches lanzados a principios de año y que comprende una nueva carrocería para los coches más pequeños, a partir del 200 y unos nuevos motores para los modelos 280-S, 280-SE y 280-SL, conservando éste último la misma característica y carrocería del 230/250-SL recientemente ensayado por "Fórmula".
Últimamente se ha hecho patente en todas partes la tendencia al motor de seis cilindros, también para los vehículos compactos de precios favorables. Gracias a su marcha silenciosa y elástica, un motor de seis cilindros ofrece un confort adicional al que hoy día se atribuye gran importancia.
Con su modelo 230, la Daimler-Benz ha tenido en cuenta esta evolución moderna. Este coche reúne al aspecto compacto de los vehículos con motor de cuatro cilindros con el comportamiento de marcha y el rendimiento de un grupo motor de seis cilindros. Ha sido posible ofrecer el coche a un precio favorable, puesto que la carrocería y el equipo corresponden más o menos a los de los modelos con motor de cuatro cilindros. Sin embargo, exteriormente se conoce al 230 por la característica rejilla de su radiador.
La carrocería en su conjunto de líneas sigue al modelo 250-S, que tanto éxito ha obtenido. Se caracteriza por su forma baja y apaisada, elegante y deportiva a la vez. El talle del coche ha sido rebajado y con ello también el borde inferior de las ventanillas. Por lo tanto, ha aumentado la superficie de los cristales un 11 % con relación a los modelos anteriores, hasta alcanzar los 2,6 m 2 . Debido al capó hundido se ha mejorado aún más la visibilidad. La carrocería se distingue por una relación sumamente favorable entre las dimensiones interiores y exteriores. Siendo casi igual el espacio interior, las dimensiones exteriores de la carrocería son, sin embargo, menores 21,5 cm más corta y 4 cm más estrecha que la del 250 S. Se ha conservado el conocido morro Mercedes-Benz, con el radiador característico y la rejilla tradicional (pero más baja y destacada), y las unidades de luz verticales. Estas reúnen en sí los faros de carretera y de cruce, luz de situación y de estacionamiento, las luces direccionales y los faros antiniebla. En lugar de los faros antiniebla de serie, pueden instalarse, a petición, faros halógenos antiniebla o de carretera, solución ésta sumamente aconsejable. Las experiencias en la máxima seguridad interior, cosechadas en amplios ensayos, se han aprovechado metódicamente en el modelo 230. El compartimento de pasajeros es muy sólido, mientras que las partes frontal y trasera son deformables, con lo cual se pueden atenuar las consecuencias de un choque para los pasajeros. El tablero de instrumentos es de un material que cede a los golpes; los botones de mando hundidos son blandos y elásticos. El espejo interior, puede saltar de su soporte en caso de choque e incluso la tapa de la guantera está construida de tal manera que en caso de choque no salta, evitándose así una posibilidad de herirse. La dirección de seguridad posee una corta columna de dirección de tipo telescópico y plegable, un volante con plato acolchado y debajo de aquel una copa de amortiguación que actúa absorbiendo energía. La llave de contacto se encuentra en un cerrojo hundido y protegido y lleva un aro de material sintético flexible.
La plataforma portante, con sus fuertes largueros y travesaños, está soldada con la carrocería de cuatro puertas, formando una unidad portante monocasco muy resistente a deformaciones. El eje delantero posee brazos transversales dobles para la conducción individual de cada rueda. La dirección por circuito de bolas con segmento dentado puede accionarse fácilmente, también al hacer maniobras y permite por un ángulo de orientación muy grande de las ruedas delanteras, un circulo de viraje de sólo 10,8 metros. Delante y detrás se emplean muelles helicoidales, amortiguadores hidráulicos y sendos estabilizadores. En el eje trasero se monta, a petición especial, un dispositivo automático de regulación de nivel. En lugar de los amortiguadores se emplean en este caso patas telescópicas hidráulicas que son abastecidas de aceite a presión al cargarse el eje trasero, a través de una válvula reguladora de nivel, obteniéndose otra vez la altura originaria del coche. El aceite a presión lo suministra una bomba en el motor.
Detrás se monta el eje oscilante diagonal Mercedes-Benz, por lo cual resultan sólo pequeñas las modificaciones en la caída durante la carrera elástica de los muelles de las ruedas traseras. Cada rueda es llevada por un brazo individualmente, cuyo eje de giro es oblicuo a la dirección de la marcha. Los elementos de propulsión y de conducción están completamente separados. Los ejes delantero y trasero llevan un apoyo especial en el momento de frenado que aminora el hundimiento del coche al frenar a fondo. El eje delantero posee engrase permanente en sus articulaciones, con lo que actualmente todo el chasis resulta exento de mantenimiento.
El sistema de frenos de doble circuito dispone de frenos de disco en los ejes delantero y trasero de amplias dimensiones gracias a las llantas más grandes (de 14 pulgadas con neumáticos "Super" de sección baja). El apartado servofreno de vacío, de serie, reduce la fuerza necesaria en el pedal. Para estacionar el coche sirve un freno de zapatas interiores, alojado en las cazoletas de los frenos de disco traseros; se acciona con el pie y se suelta con un botón en el tablero de instrumentos. El Mercedes-Benz 230 está equipado con un motor de seis cilindros, de 2,3 litros y 120 CV DIN provisto de cigüeñal con siete soportes y un árbol de levas en culata. Dos carburadores Zenith se ocupan de la alimentación. El 230 no existe, desgraciadamente, en la edición con alimentación por inyección.
La potencia del motor es transmitida al nuevo cambio a través de un embrague, igualmente nuevo, con diafragma-resorte, que exige menor fuerza sobre el pedal. El cambio tiene, como siempre en los coches de Daimler-Benz, cuatro marchas delante completamente sincronizadas, pero es muy compacto y puede accionarse con la máxima exactitud por un mecanismo de nuevo diseño. Se suministra de serie el cambio con palanca en el volante o en el piso. También el cambio automático, suministrable como extra opcional, es un nuevo desarrollo. Consta de un convertidor hidráulico de par y de un engranaje planetario automático. Esta disposición se caracteriza por un alto grado de eficiencia y no afecta apenas a la velocidad y al consumo de combustible, por lo cual Mercedes-Benz la emplea ya desde hace muchos años. El engranaje planetario posee ahora tres juegos de ruedas que permiten mayor libertad en la elección de las relaciones de desmultiplicación, de modo que el nuevo automatismo ha podido adaptarse excelentemente al motor. Si el coche está parado, el cambio automático se encuentra en 2. a marcha a fin de mantener reducida la tendencia a moverse. Pero al arrancar se conecta inmediatamente la 1. a , lo que resulta muy ventajoso al acelerar. En la posición 2 de la palanca selectora, que como hasta ahora permite cambiar a mano, queda metida la 1. a , independientemente de la posición del pedal, hasta el limite superior. Se evitan los cambios inútiles en las marchas lentas en caravana y en pendientes descendientes muy pronunciadas dispone el coche de la completa fuerza de frenado del motor. Este nuevo cambio parece aún más perfecto, si cabe, que el anterior que ya había tenido ocasión de experimentar en el Mercedes 600 y en el 230-SL. El coche objeto de este ensayo iba, sin embargo, equipado con el cambio mecánico normal.
El equipo de serie del 230 comprende un eficaz sistema de calefacción y ventilación con soplador de tres escalones y una ventilación adicional de verano, que a través de aberturas en el centro del tablero de instrumentos lleva aire fresco al interior del coche. La calefacción y ventilación pueden graduarse sin escalones y las toberas pueden dirigirse satisfaciendo todos los deseos individuales, hacia el parabrisas o el interior del vehículo. Por aberturas en los lados del tablero de instrumentos una corriente de aire es dirigida de tal modo que la ventanilla trasera se conserva así sin empañarse. El tablero de instrumentos, oscuro, posee instrumentos de fácil lectura durante el día y la noche. Las partes metálicas de los limpiaparabrisas llevan un cromado mate a fin de evitar perturbadores reflejos. Nuevo es el mando combinado bajo el volante para la luz Intermitente, avisador óptico, luz de cruce y el biescalonado limpiaparabrisas.
Contra un suplemento de precio pueden suministrarse, entre otras cosas, un techo corredizo de acero, un cambio automático, la servodirección Mercedes-Benz, un sistema de refrigeración y un cristal trasero eléctricamente calentable.
El peso total en vacío del 230 es de 1 335 kg y su largo máximo es de 4,68 metros con una altura de 144 cm.
ESTETICA, ACABADO
La línea del Mercedes 230 es interesante y elegante aun apartándose muy poco de la utilizada hasta la fecha en los modelos 250. En pocas palabras, una línea típicamente Mercedes. Varios detalles pertenecen, evidentemente, a los Mercedes de categoría superior que hasta la fecha eran los únicos en ostentarlos. Así, por ejemplo, el tapón para el repostaje de gasolina no se encuentra ya detrás de la matricula trasera, sino al lado de ella, oculto por una pequeña portezuela. Como resultado de esta innovación casi todos los nuevos 230 van con la matricula torcida como consecuencia de las indebidas maniobras de los gallardos empleados de las gasolineras.
El acabado exterior de este coche es, como siempre, superior a cualquier crítica. Además el vehículo tiene este inconfundible aspecto de solidez que caracteriza la producción Daimler- Benz. El interior del coche merece un apartado más largo; a pesar de estar realizado con la consabida atención en los detalles, la impresión producida no es completamente favorable. El aspecto interior del 230 es más '"burgués" que los anteriores Mercedes y hasta me atrevo a decir que tiene algo de, relativamente, baratillo. No dudo de que se trate de una realización sumamente funcional, especialmente por lo que se refiere a la seguridad, sin embargo todo el acabado interior carece de aquel tono señorial ("cossue" dicen los franceses) que hasta la fecha era característico en la marca de la estrella de tres puntas.
Los asientos, a Dios Gracias, parecen y son francamente cómodos y la disposición de los mandos y de los instrumentos cómoda y racional. El coche objeto de este ensayo iba provisto del práctico lecho corredizo con mando eléctrico, un accesorio sumamente recomendable aunque durante mi ensayo haya tenido escasa posibilidad de utilizarlo debido a las condiciones atmosféricas más bien adversas. La maleta es, como siempre, de amplias dimensiones. Además, el atento señor Strassl la habla equipado con toda una serie de útiles accesorios, desde el extintor, pasando por los triángulos señaladores de "coche parado", hasta una pequeña farmacia o botiquín de viaje.
Imponente el sistema de calefacción y ventilación, aunque la regulación de la calefacción necesita cierta destreza ya que tiende a pasar desde el aire completamente frío a un auténtico chorro de tórrido calor.
A pesar del tiempo frio que he experimentado durante el ensayo desarrollado en el sector sur oriental de Alemania, el Mercedes 230 se pone en marcha, por la mañana, con suma facilidad y adquiere rápidamente su temperatura de régimen. La posición de conducción no es precisamente deportiva, pero cómoda y la visibilidad muy buena en cualquier conducción. Se nota inmediatamente el aumento de la superficie de los cristales con referencia a los modelos anteriores.
El motor es muy elástico y aguanta perfectamente el empleo de las marchas altas en ciudad. Es también bastante silencioso pero carece de aquella enérgica salida que caracteriza al motor equivalente con alimentación por inyección. No he notado ningún "agujero" de carburación y el funcionamiento a régimen elevado, es decir, alrededor de las 5600 r.p.m. que corresponde al desarrollo de la potencia máxima, es perfectamente normal. El cambio es notablemente mejor que el tipo utilizado hasta la fecha; las marchas entran con precisión y no tiene aquella indefinible "esponjosidad" que caracterizaba las cajas de cambio Daimler-Benz. Las velocidades máximas correspondientes a las diversas marchas son las siguientes: primera, 47 km/h; segunda, 78 km/h; tercera, 130 km/h. La firma Daimler- Benz indica como velocidad máxima, en directa, los 175 km/h. Durante este ensayo me ha sido imposible comprobar este dato ya que el coche iba calzado con neumáticos para nieve provistos de clavos. Aparte de la indiscutible seriedad de la casa, en el comportamiento general del vehículo y del motor todo hace suponer que esta velocidad puede confirmarse prácticamente e incluso superarse en condiciones particularmente favorables. Buena es también la aceleración que permite alcanzar los 100 km/h, con salida parada, en poco más de 13 segundos.
El gasto de gasolina es proporcional a las características del coche y se sitúa alrededor de los 11 litros para una velocidad de crucero de 110 km/h. Un conductor con el pie "ligero" puede conseguir fácilmente un gasto, en carretera, de 9 litros por 100 km, mientras que utilizando enérgicamente las marchas inferiores y sacándole al coche todas sus posibilidades se alcanzan los 15 litros/100 km. A pesar de la nueva estructura del tren trasero que permite, durante la carga y descarga de los muelles de suspensión y al recorrer los virajes, conseguir modificaciones muy pequeñas de caída y convergencia (prácticamente la mitad de lo que se produce con el sistema empleado hasta la fecha), no me ha sido posible apreciar grandes diferencias en el comportamiento en carretera y estabilidad del 230 con referencia a los modelos anteriormente ensayados. Me ha parecido, por lo tanto, que el comportamiento era el típico de todos los Mercedes, lo que quiere decir que puede gustar al conductor precisando cierta atención en las carreteras mojadas o bien recubiertas de nieve o gravilla. Me apresuro sin embargo a decir que los neumáticos con los que el coche iba equipado pueden haber "enmascarado" notablemente el real comportamiento del vehículo. El 230 que me ha sido confiado para la prueba iba provisto de servo-dirección. En extremo cómoda en las maniobras de aparcamiento, esta dirección no goza, sin embargo, de mi incondicional simpatía en el empleo normal, ya que me parece excesivamente ligera. Su precisión, sin embargo, es superior a cualquier crítica. Potentes y seguros los frenos (de disco en las 4 ruedas y con dos circuitos independientes) que pueden graduarse perfectamente a pesar del enérgico "servo".
Incluso en carreteras en malas condiciones, la estructura robusta y compacta del 230 se manifiesta con una ausencia casi absoluta de ruidos y vibraciones. También muy modesto es el ruido producido por el viento incluso a velocidades elevadas.
En conclusión, el Mercedes 230 es un vehículo sin pretensiones deportivas que, sin embargo, puede permitir rápidos desplazamientos en condiciones de confort satisfactorias para varias personas y una imponente cantidad de equipaje.
LA PRUEBA EN SINTESIS
Vehículo: Mercedes-Benz modelo 230. Kilometraje al iniciar la prueba: 10.040 km. Kilometraje total recorrida en la prueba: 700 km.
Velocidad máxima (ver texto): 175 km aproximadamente. Aceleración desde 0 a 100 km/h: 13,3 segundos.
Gasto promedio de gasolina en carretera: 11,2 litros por 100 km. Gasto promedio de aceite en carretera: despreciable. · Texto: Adriano Pascucci (FORMULA Nº 20, Junio 1968)
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