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Lamborghini LM
El «más difícil todavía» consiste a veces en unir los aspectos más dispares. Así es el todo terreno de Lamborghini, un monstruo impulsado por el motor de doce cilindros del Countach: El corazón de un pura sangre en una bestia de tiro. En el campo se comporta de forma salvaje y su aspecto es fiero y amenazador.
La idea es digna de Hitchcock y podría haberse sacado de una película de terror: el piloto de un Porsche 924 fuerza su deportivo al máximo; el rápido vehículo aerodinámico corta el viento a unos 200 km/h., pero por el espejo retrovisor ve la amenaza de un monstruo que se acerca. Lo más amenazador son sus dimensiones: exactamente dos metros de ancho, casi igual de alto y tan pesado como aparenta (o sea, dos toneladas y media).
Visto por delante el bicho da realmente la impresión de ser un come-Porsches, pero basta una mirada al rótulo de los laterales para tranquilizarse: «Lamborghini» es la palabra que resuelve el enigma.
El hecho de que este buque de guerra sobre ruedas proceda de los santuarios del famoso fabricante de deportivos aplastados como el Countach, el Jalpa o, en tiempos, el Miura y el Urraco, provoca generalmente desconcierto e incluso perplejidad. Y a pesar de ello: la Nuova Automobili Ferruccio Lamborghini S.P.A. de Sant' Agata, cerca de Módena y Bolonia, ha subrayado, con la construcción de varios prototipos de vehículos todo terreno, su intención de garantizar también en lugares inhóspitos un medio de transporte exclusivo.
Hace ya tiempo que Lamborghini entró en el negocio «sucio» de los coches todo terreno cuando presentó al público un vehículo sin puertas llamado Cheetah. El motor central V8 de «sólo» 180 CV de potencia de American Motors (Estados Unidos) no logró convencer. Hasta el año pasado el proyecto no llegó a ver realmente la luz, pero a partir de esta fecha el monstruo de Lamborghini llamado desde entonces «LM» o «LMA» lleva auténtica sangre de toro.
Giulio Alfieri, de 58 años de edad, director técnico de la firma conocida por el escudo del toro, mandó adaptar bajo el capó delantero el motor de doce cilindros y 4,8 litros de cilindrada, desarrollado por él mismo y realizado, al igual que antes, totalmente a mano. Este motor es el que habitualmente impulsa a la vedette de la firma, el Countach, hasta más o menos los 300 km/h.
Con el super-motor, cuya potencia se había reducido de 375 a 332 CV, el «LM» parecía justificar su imagen y estar en condiciones de garantizar las prestaciones que, por regla general, se esperan de un Lamborghini —aunque sea fuera de las pistas asfaltadas.
EL ROLLS ROYCE DE LOS TODO-TERRENO
Efectivamente parece poco probable que algún otro animal «de cuatro ruedas» comparable pueda moverse con tanta rapidez. No sorprende, por lo tanto, que el ejército italiano ya se haya interesado por este peso pesado de gigantescos neumáticos especialmente diseñados para resistir las altas velocidades. Sin embargo la versión especial militar para una especie de grupo de ataque ligero no deja de ser un aspecto secundario del proyecto LM (aunque posiblemente lucrativo).
Los directivos de la firma buscan su principal clientela en el Cercano y Medio Oriente: atravesar el desierto preñado de petróleo con un Lamborghini debe ser, por lo menos así lo suponen, algo muy atractivo, especialmente para los jeques y todos aquellos dispuestos a pagar el precio mínimo de unos 9.000.000 de pesetas.
No cabe duda que a los jeques locos por los coches les espera algo auténtico: un coche todo terreno cuyo esqueleto consiste en un chasis de bastidor tubular extremadamente sólido, sobre el cual se coloca una carrocería construida fundamentalmente en fibra de vidrio. La carrocería no sólo ofrece un medio de transporte a cinco personas, sino también dos bancos de asiento sobre la superficie de carga con dos plazas cada uno y accesibles a través de una pared abatible.
Desde el punto de vista técnico, el chasis resulta casi tan atractivo como sus deportivos hermanos de marca: cuatro ruedas de suspensión independiente guiadas por dobles brazos transversales triangulares. Unos muelles helicoidales de acción progresiva aseguran, en combinación con los amortiguadores de gas, un confort adecuado y convincente.
A pesar de ello quienes deseen entablar amistad con un Lamborghini LM deberían estar dispuestos a someterse a unas cuantas sesiones de entrenamiento para fortalecerse. No cabe duda que se necesita una fuerza considerable para soportar medianamente las reacciones del todo terreno de sangre noble.
Los pedales, francamente bastos, la discreción en la cabina, que se observa generalmente en los todo-terreno y que los profesionales suelen preferir, así como el túnel central que se parece a una miniatura del San Gotardo, hacen sospechar que el Lamborghini no sirve precisamente para un viaje de luna de miel. Todos los temores se ven confirmados al realizar el primer giro de la llave de contacto. ¿Dónde se ha visto un vehículo todo-terreno que libere tal huracán del comportamiento de su motor...?
Con el techo de tela totalmente desmontado, subido en lo alto de una especie de silla de camping confortable, pero poco adecuado para una salida al campo, un capó bastante «voluminoso» y un morro que impide en gran parte la visibilidad hacia delante, comienza la lucha con el cambio de cinco marchas ZF.
Los sucesivos movimientos de la palanca sólo son posibles si se emplean todas las reservas de fuerza acumuladas durante los entrenamientos. Los recorridos de la palanca se corresponden totalmente al rústico carácter general del coche.
SÓLO PARA HOMBRES... FUERTES
El familiarizarse el uno con el otro comienza al principio por caminos asfaltados y sólo con tracción a las ruedas traseras y después, finalmente, con tracción a todas las ruedas. En los primeros momentos se tiene la impresión de que el LM posee una dirección directa bastante pasable para un todo terreno. Al penetrar en sus «dominios», la alta velocidad, el conductor pierde forzosamente la confianza y la fe de poder influir de forma importante en la dirección del monstruo. A casi 200 km/h. se necesitan continuas correcciones para mantenerse en la dirección deseada, que sólo sabe entender el timonel de un buque de altura. A eso hay que añadir que en el LM los neumáticos para todo-terreno, el alto centro de gravedad y el inmenso peso se compaginan muy mal con el deseo de una deceleración apropiada.
La marcha por el campo resulta casi fantástica: grandes neumáticos, posibilidades de bloqueo al 25 por 100 delante y al 75 por 100 por detrás, así como entre un 75 y un 100 por 100 en el diferencial central y, finalmente, una eficiente reductora, permiten atacar inclinaciones de hasta un 70 por 100 y una capacidad de subida superior al 110 por 100.
Parece que Giulio Alfíeri está seguro de haber cogido el «barco» correcto, sobre todo teniendo en cuenta que ya está realizando ensayos con una versión LM más potente: comenzará la producción a finales de este año (meta: dos unidades al día) del Lamborghini más potente, con una velocidad de 215 km/h. y tracción a las cuatro ruedas, que dispondrá de una cilindrada de 7 litros y 500 CV de potencia.
DATOS TECNICOS Y PRESTACIONES
Motor: 12 cilindros en V, delantero, 4.754 cm 3 (332 CV) a 6.000 rpm., máximo par de giro 43,5 kg. a 4.500 rpm. Bastidor: Suspensión independiente de las cuatro ruedas, doble brazo oscilante triangular transversal. Frenos: cuatro discos con ventilación interior. Llantas: 9 x 16", neumáticos: delante 33/14 x 16, detrás 36/14 x 16.
Dimensiones y pesos: Largo 4.900 mm., ancho 2.000 mm., alto 1.850 mm., distancia entre ejes 2.996 mm., anchura de vía delante y detrás 1.615 mm. Peso en vacío 2.600 kg., carga útil 1.000 kg., volumen del depósito 280 litros. Plazas de asiento: 11 (cinco en el espacio interior, seis en dos bancos de la superficie de carga). Altura sobre el suelo: entre 35 y 83 cm. Prestaciones y consumo: velocidad máxima aprox. 200 km/h., 0-100 km/h. en aprox. 10 segundos, 1 km. con salida parada aprox. 32 segundos. Consumo: sobre los 30 lit./100 km. (en el campo más).
Precio: aprox. de 9.000.000 a 11.500.000 ptas. · Texto: R. Haring (AUTOMOVIL nº 70 Noviembre 1983)
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