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Rany 600
Nuestros lectores saben sobradamente que en AUTOPISTA no somos partidarios de jalear “inventos» y realizaciones extrañas, por muy digno de encomio que sea el entusiasmo puesto en el proyecto por su realizador. Por esto mismo, cuando tenemos ocasión de encontrar algún tipo de realización artesanal que se sale de lo corriente, pero que tiene el suficiente fundamento para ser llevado a la práctica, lo celebramos doblemente. Por una parte, para que no se piense que estamos sistemáticamente en contra de todo lo que no esté realizado en grandes series y por grandes constructores. Y por otra, porque consideramos que nos permite ejercer una de las facetas más agradables de nuestra misión informativa, poniendo en contacto al gran público con algo que resultaría difícil que pudiera conocer de no ser por dicha información.
Este es el caso que ha tenido lugar con el «Rany-600». En uno de nuestros desplazamientos a Andalucía hemos tenido ocasión de entrar en contacto con una interesante realización carrocera. Sus impulsores son los hermanos Moreta, un joven trío cuyos afanes profesionales no se satisfacían suficientemente con el taller de carrocería y reparación general que tienen en Chipiona (Cádiz). De modo que David Moreta, el más «artista»» de la familia, cogió papel y lápiz, luego la cosa pasó ya a planos, y finalmente apareció el «Rany-600».
UN COCHE DE PLAYA
Se trata de un vehículo del tipo que suele denominarse «de playa», un coche básicamente para ir siempre abierto, aunque pueda ponérsele su correspondiente capota. No se trata de un auténtico «buggy» para andar por la arena, aunque no sería nada difícil modificarlo (aletas posteriores) para admitir unos neumáticos anchos.
Pero su objetivo más razonable es ser un vehículo para desplazamientos cortos en las zonas veraniegas, cubriendo un sector del mercado que en la actualidad tan sólo cuenta con el Citroën «Mehari». La diferencia de enfoque entre uno y otro, puede centrarse en que el «Mehari» es un coche más rústico, y con mayor capacidad para andar por carriles de tierra, mientras que el «Rany» pretende ser un coche más «de vestir», para ir a la playa y para los paseos vespertinos.
El coche está realizado sobre una plataforma de 600; de ahí su denominación. Se utilizan todos los elementos mecánicos y de bastidor, la plataforma inferior e incluso (y éste es un curioso detalle constructivo) la zona de separación entre maletero y habitáculo, incluyendo el salpicadero y el propio parabrisas. Esta es una zona muy delicada de fabricar en plan artesanal; los ingenieros de diseño dicen que el vértice situado en la base del montante del parabrisas, donde se une con la aleta y la bisagra de puerta, es la parte más delicada de diseñar. Pero en el «Rany» se ha conseguido conservar estos elementos, fundiéndolos con el conjunto del diseño de tal manera que resulta difícil advertirlo a primera vista.
El coche está plenamente legalizado en la Delegación de Industria; ya hay media docena de ellos en funcionamiento. Mantiene del 600 original del que se deriva tanto el número del chasis, como el del motor y la matrícula. Es decir, se trata simplemente de una transformación perfectamente legal; sólo que hace falta mucha imaginación para descubrir cuál es el coche que se esconde bajo la vistosa carrocería.
COMERCIALIZACION Y FUTURO
El mecanismo de fabricación de un «Rany» consiste, por lo tanto, en presentarse con un 600 en el taller, dejarlo y volver al cabo de unas semanas a recogerlo. Los papeles ya están en regla. Por este trabajo, que incluye además una meticulosa revisión y eventual reparación de los elementos de bastidor (Suspensión, frenos y dirección), hay que abonar 250.000 pesetas. Si se desea un arreglo de mecánica, es cosa aparte.
En principio, pues, la mecánica es la de serie del 600. Con una salvedad: el radiador pasa delante, con electroventilador, lo cual permite solventar los problemas que en ocasiones presentan estos coches en tiempo muy caluroso, y ganar unos 3 CV de potencia efectiva del motor. El coche resulta muy ligero, y su centro de gravedad es bajo. Si alguien desea preparar la suspensión como era habitual en los 600 hace unos años, el potencial del coche en curva es excelente, máxime con el mejor reparto de pesos que proporciona el radiador delantero. Como se utilizan ruedas de 13” , se podrían alojar frenos de disc, con las manguetas del 850 Especial o el 133 Especial.
Otra posibilidad mecánica, que ya tienen prevista los hermanos Moreta, es la adaptación del motor del 127, que con sus 903 c.c., le puede proporcionar al Rany una prestación muy brillante. Como el motor gira a derechas, su acoplamiento a la caja de cambios del 600 no plantea problema alguno. Evidentemente, el Rany-600 es un coche para ser construido en muy pequeñas series, si bien la carrocería de fibra de vidrio se construye sobre los correspondientes moldes. Pero esta misma escasez de unidades constituye uno de sus encantos: no será fácil ver aparcados dos juntos. · Fuente: AUTOPISTA, año 1982
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