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Ford Transit
Todo aquel que haya viajado a Europa, habrá comprobado que una de las furgonetas más populares es la Ford Transit, de la cual ya circulan más de un millón de unidades por el Viejo Continente. Pero su gran éxito no sólo se ha debido a su faceta de vehículo ligero industrial, sino a su utilización como vehículo base de un “camping-car”, tanto con el montaje de una carrocería sobre chasis como con la adaptación de su interior.
En la prueba realizada hemos podido conocer más en profundidad la Ford Transit, furgoneta que, en cupos muy limitados, desde hace cuatro años se encuentra en nuestro país, pero que ahora Ford España ha decidido ofrecer a los transportistas y amantes de vehículos de estas características, a pesar de las limitaciones que presenta el llevar a cabo su importación.
Sin duda alguna, nos encontramos ante un clásico. Los muchos años que la Transit lleva implantada en Europa no han hecho más que afianzar su posición en los mercados donde se ha introducido, y convertirla en opción fundamental en el segmento de furgonetas para el transporte de mercancías y pasajeros. Esos años, por otro lado, no han impedido que, estéticamente, mantenga un diseño aún atractivo, lo cual hemos podido comprobar ante la buena expectación que ha suscitado entre numerosos viandantes.
Funcionalidad, facilidad de entretenimiento y confort para el conductor son los factores en que incidió el fabricante en su día, y que han servido para lograr tal éxito en los mercados europeos. Y esos mismos serán los que servirán como argumentos básicos para intentar introducirse en el mercado español, lo cual no será fácil.
Por un lado, se ha de enfrentar a un mercado que, específicamente en el segmento de furgonetas, sigue en una clara regresión. Resultado de ello es que sobra capacidad productiva de los tres fabricantes nacionales que cubren dicho segmento, y que en el caso de Mercedes-Benz ha obligado a llevar a cabo una ampliación de capital.
Por otro lado, se ha producido de forma simultánea una ofensiva de otros fabricantes nacionales de vehículos de turismo para acceder al mismo mercado, con furgonetas también de importación. La competencia que ello supondrá para la Transit, y la continua depreciación de nuestra moneda frente al dólar, con el consiguiente incrementó de sus precios, handicap ya importante frente a furgonetas de fabricación nacional, son factores que dificultarán el logro de ventas importantes.
Pero esta previsión quizá no afecte demasiado a los planes de Ford España, dados los problemas que hay para efectuar una importación masiva de vehículos.
Exteriormente, la Ford Transit es una furgoneta con morro delante del habitáculo del conductor, lugar donde se sitúa el motor. Esta colocación ofrece como una de las principales ventajas el facilitar un mejor aislamiento de dicho motor, lo que repercutirá en un menor nivel de ruidos. También su mejor accesibilidad.
Desde el punto de vista estético, sus líneas son muy clásicas, pero gracias a las modificaciones realizadas con el tiempo en determinados elementos, no ha quedado demasiado alejada de los diseños actuales. Cabe destacar las buenas dimensiones de los grupos ópticos, tanto delanteros como traseros, y la utilización de los tonos negros, tan en boga actualmente, en diversos elementos, como parachoques, espejos retrovisores, marco de parabrisas delantero y mangos de apertura de puertas.
Otra ventaja de la situación adelantada del motor es el magnífico acceso al habitáculo del conductor. Gracias a que el eje delantero se emplaza bajo el morro donde está el motor, hay un amplio escalón inferior para poder acceder por los dos lados a la cabina, de modo que esto se realiza con suma facilidad, sin necesidad de encaramarse.
Pero si bien halagamos este hecho, no podemos hacer lo mismo al referirnos al acceso a las plazas posteriores de la furgoneta. Nosotros tuvimos ocasión de probar la versión Combi de nueve plazas, en suma, la versión microbús, y es de señalar que la carencia de un escalón en las puertas laterales de acceso a la parte trasera, similar al ya citado en el caso de la cabina del conductor, dificulta considerablemente aquél. El nivel del piso de la furgoneta se halla demasiado elevado respecto al suelo, y acceder a dichos asientos posteriores puede resultar algo engorroso a personas no demasiado “atléticas”.
En lo que se refiere al acceso por las puertas de atrás, en nuestro vehículo de prueba contábamos con un peldaño trasero, del que se dota opcionalmente, y que lo facilita de una forma considerable.
Una vez nos situamos en el puesto de conducción, comprobamos que éste resulta bastante cómodo. El asiento es bastante anatómico, y si bien su respaldo no es demasiado alto y carece de reposacabezas, elemento ya usual en vehículos de estas características, el balance general es de un buen confort, lo cual corroboramos tras la conducción durante muchos kilómetros y ante distintas circunstancias de orografía y firme. Este asiento del conductor, además, es ajustable hacia adelante y hacia atrás, así como su respaldo.
Los pasajeros disponen de asiento doble en la cabina, e individual y doble en las dos filas posteriores, de similares características que las del conductor, todos tapizados en paño.
La visibilidad del conductor a través del parabrisas delantero es muy buena. En cuanto a los retrovisores, el interior es de dimensiones algo escasas, por lo que su visión, por limitada, resulta molesta; los exteriores se sitúan demasiado adelantados con respecto a la posición del conductor, con lo que, sobre todo el izquierdo, han de ajustarse mucho para que la caída delantera del marco de la puerta no corte su visión.
Cinturones enrollables en los asientos laterales delanteros, y estático en el central, son elementos de seguridad que se incorporan en la cabina.
La dotación del panel de instrumentos es suficiente, si tenemos en cuenta el carácter de vehículo industrial que tiene la Transit. Velocímetro con cuentakilómetros, y los indicadores de gasolina y temperatura del agua, son los elementos básicos. Entre los indicadores, destacaremos el de aviso del nivel de líquido de frenos y el de vacío del servo-freno.
Con las tres palancas de mando situadas bajo el volante, se conectan los indicadores de dirección, la bocina, el limpiaparabrisas (dos velocidades e intermitencia) y las luces. La puesta en funcionamiento de estas últimas es algo engorrosa, ya que se han de utilizar dos mandos, el segundo de los cuales hace una forma de cruz, al ser también el de los intermitentes. Ahora, eso sí, la potencia lumínica de los faros halógenos es realmente buena, al igual que la de las demás luces.
BUEN NIVEL DE CONFORT
El Ford Transit, a pesar de ser un vehículo cuyo fin primordial es tener una utilidad industrial, está en línea con las tendencias más modernas, por las que dicha función no ha de estar reñida con el contar con un mínimo nivel de confort. En este caso precisamente, dicho nivel es bastante elevado.
El ruido ya hemos dicho que es realmente exiguo en comparación con otros vehículos industriales con motor Diesel. Para conseguir una mejor insonorización, se ha aislado la cabina de los ruidos exteriores y los mecánicos.
Entre las medidas adoptadas cabe destacar el aislador perfeccionado para el tablero de instrumentos; el ángulo de inclinación de las dos piezas del eje motor, que disminuye al mínimo la vibración de la transmisión; el aislamiento de la caja de cambios; la plancha aislante bajo el capot; el piso reforzado; la alfombra de éste, de caucho multicapa, y el techo afieltrado.
Estos dos últimos, la alfombra y el fieltro, se extienden en la versión que probamos, la Combi 9, por toda la superficie del suelo y el techo.
La aireación es también destacable, en sus dos posiciones de aire caliente y frío (con los últimos calores de este riguroso verano, conseguir éste ha sido casi imposible), por la potencia de las dos velocidades del ventilador. Dos derivabrisas situados al final de ambos laterales facilitan una buena aireación a los pasajeros de la última fila de asientos en el Combi 9.
Otros detalles que incrementan el confort general son las luces interiores en la cabina y en el compartimiento posterior, el guarnecido de los laterales (¿por qué no también en la última fila?), la guantera de gran capacidad, la visera parasol portaobjetos del conductor o el encendedor, éste opcional.
AL VOLANTE
El Ford Transit incorpora un motor Diesel de 2,4 litros, que desarrolla una potencia máxima de 63 CV. DIN a 3.600 r. p. m., con un par máximo de 13,6 mkg. a 2.500 r. p. m. Su característica principal es su fiabilidad. A destacar el nuevo equipo de calentadores para arranque en frío con que se equipa. Desde luego, si bien estamos en temporada estival, y las temperaturas de la mañana no son nada comparables a las del invierno, diremos que nunca tardó en apagarse la luz-testigo de arranque más de siete segundos.
La caja de cambios es de cuatro velocidades sincronizadas hacia adelante y marcha atrás. La conducción de la furgoneta Transit nos ha resultado realmente agradable. El manejo de la dirección quizá sea algo duro para personas no demasiado robustas, por lo que requeriría que fuese asistida, pero, en todo caso, no nos presentó especiales dificultades para maniobrar por la ciudad, disponiendo las ruedas de un ángulo de giro realmente apreciable.
El cambio de marcha se efectúa sin ningún problema, si exceptuamos la posición de marcha atrás, que necesita de un sobreesfuerzo al tener que levantar la palanca. De todas formas, para la conducción normal, es bastante cómodo.
Aspectos que también tienen que ver con el confort, y que están relacionados con el motor, son la emisión de humos y las vibraciones, siendo en ambos casos mínimas.
Una vez en marcha, el motor responde perfectamente. Sólo la primera es ciertamente corta. Con ella no se llega a los 25 km/hora, según el velocímetro; en segunda se alcanzan los 45 km/hora, y en tercera, los 75 km/hora. Conduciendo a fuerte régimen, en cuarta velocidad, el motor pide una quinta marcha, lo cual quizá no ocurra cuando el vehículo esté a plena carga, situación que no hemos probado, y que seguramente requerirá de la potencia de la cuarta velocidad. Eso sí, una quinta marcha incidiría en un menor consumo cuando se circula con una o dos personas.
En cuanto a la velocidad máxima, no logramos superar los 102,5 km/hora en terreno llano, momento en que el velocímetro indicaba 115 km/hora, y cuesta abajo no pasamos de 106,9 km/hora reales.
UNA SUSPENSION SUAVE
La suspensión es bastante suave, lo cual se comprende si tenemos en cuenta que sólo dispone de una hoja delantera. Ello permite una conducción cómoda, excepto en carreteras con firme en mal estado, en las que el vehículo bota en exceso.
Los frenos, por su parte, son bastante eficaces, y en todo momento ha respondido con prontitud a todas nuestras exigencias. Aun así, no hay que olvidar que el Ford Transit es un vehículo con eje rígido trasero, con las dificultades que ello presenta cuando se pide al freno una acción demasiado rápida.
Ya hemos destacado el equipamiento de una luz de aviso de vacío de la carga del servofreno, así como del nivel del líquido de frenos, pero, en cambio, no queremos dejar de señalar la quizá excesiva dureza de los mismos a la hora de presionar el pedal, aun a pesar de estar servoasistido. Y otra salvedad: la posición de dicho pedal, demasiado elevada respecto a la del acelerador, que en algunos momentos impide que el pie pase de uno a otro pedal con la adecuada celeridad.
La impresión que hemos sacado tras la prueba del Ford Transit es haber conducido algo más que un vehículo industrial. En ello, sin duda, ha influido el que la prueba la hayamos hecho con la versión que menos sensación da de ser un vehículo de carga. Pero, en todo caso, la conducción agradable y sencilla, lejos de un tipo de conducción puramente profesional, es común a cualquiera de las versiones. Su motor Diesel, a pesar de este carácter, ofrece unas buenas respuestas en determinadas situaciones comprometidas, reaccionando con agilidad en ciudad e incluso en la ascensión a un puerto de montaña.
Pero, tal como dijimos al principio, un importante handicap para poder disfrutar de esta furgoneta es su elevado precio, no sólo en comparación con los modelos nacionales, sino también con otros de importación. La versión Combi 9 que probamos sale por más de dos millones de pesetas franco frontera, y la versión más barata, el furgón de carga y tres plazas, supera el millón Su reconocido prestigio y sus virtudes son los argumentos con los que se intenta compensar ese handicap. Por nuestra parte, la aprobación está dada.
DIMENSIONES Y PESOS
PRECIOS
CARACTERISTICAS TECNICAS
· Texto: J. L. Sarralde. Fotos: Dámaso Freire (VELOCIDAD nº 1140, 30 de julio de 1983).
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