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Authi Morris 1.300
Sin ser éste un coche totalmente nuevo, Authi ha pretendido, al cambiar de marca en este modelo que guarda casi todos los puntos de contacto con su hermano el Morris, el mejorar sobre todo la calidad y el acabado de estos populares tracciones delanteras. Si bien el coche no ha experimentado cambios fundamentales en lo que a confort y potencia se refiere, sí se ha notado un refinamiento tanto en el acabado como en la calidad de las piezas que han constituido partes esenciales del coche y que han sido cambiadas por otras mucho más duraderas.
INSPECCIÓN A COCHE PARADO
En sus líneas generales y aparte de la calandra delantera, nada diferencia al nuevo Austin de su hermano mayor el Morris. El principal defecto del modelo es al haber querido aumentar la calidad de control, imitar al modelo inglés, y no haberse mejorado las pequeñas pegas y detalles del modelo originario. Esto es, dejando aparte el motor, cuyo estudio, diseño y acoplamiento es de muy difícil superación, ya que el actual modelo está en ello muy logrado, se han pasado por alto detalles como el pequeño acelerador, típico de los BMC, la ausencia de reposacodos en las puertas, la dificultad de accionamiento del intermitente situado en el volante, así como este último, que resulta grande e incómodo. Estos pequeños detalles han sido los que le han faltado al nuevo modelo para llegar más allá del público al que va dirigido, puesto que al no mejorarse estas cuestiones queda la duda en cuanto a todas las demás mejoras, aunque éstas sean visibles a simple vista.
Tanto el coche como sus colores han sido muy cuidados, distribuyéndose en una gama de colores muy vistosos, siendo particularmente el rojo que nosotros probamos precioso. El confort del coche en cuanto a los pasajeros ha mejorado ampliamente; sin embargo, el sillón del conductor sigue siendo para personas de menos de 1 metro 65 cm., ya que de ser éstas más altas no es posible hacer retroceder el asiento. El acabado en general es muy bueno, si exceptuamos la terminación en los ajustes del maletero. A propósito de este maletero, sigue conservando la rueda de repuesto debajo de los equipajes, lo cual supone un pequeño trabajo si se pincha yendo con maletas. La visibilidad del coche es muy grande y sólo los limpiaparabrisas están un poco cortos en su recorrido en la parte del conductor. Un .detalle agradable es la ventilación con dos velocidades, en la cual el antivaho resulta muy eficaz.
RENDIMIENTO
El motor es el clásico de BMC, de 1.300 c.c. esta vez, con su original disposición transversal que tan famosa se ha hecho en los Mini.. Este motor resulta muy elástico,y su régimen sonoro es algo alto, aunque sólo en marchas cortas, ya que en tercera y cuarta el sonido baja mucho de volumen. El compartimento motor ha debido ser un verdadero quebradero de cabeza para los ingenieros que diseñaron el respectivo sitio de cada pieza. En cuanto al ruido del motor éste es debido al escaso espacio entre el motor y el compartimento de viajeros, aunque, sin embargo, por carretera y en marchas largas casi no se nota.
VELOCIDADES
El Austin 1.300 no es un coche verdaderamente rápido, sin embargo es un coche muy agradable para carretera por dos cosas: la primera por su facilidad de conducción, con su tracción delantera, que le hace sumamente agradable para largos trayectos. Y la segunda por su motor muy elástico, que le permite realizar unas medias relativamente altas para su cilindrada. En cuanto a la máxima velocidad alcanzada, ésta se redujo a un honroso 132 Km/hora. A la hora de las aceleraciones, el kilómetro en salida parada nos costó 39"6/10. Sin embargo, a estas cifras realmente no muy flamantes queremos resaltar el buen tirón en baja del motor que nos.ayuda a mantener las velocidades largas con el consiguiente ahorro de combustible y aumento en las medias realizadas con carreteras despejadas, al no tener. que cambiar muy a menudo.
TRANSMISIÓN
La caja de cambios del Austin 1.300 lleva además de un puente largo, unas velocidades cortas bastante cerradas.. Esto quiere decir que los cambios de primera a segunda se realizan rápidamente, mientras que en las otras velocidades, el motor pierde muchas más vueltas de un cambio a otro. El pomo de la caja de cambios es el mismo de siempre, alargado; las marchas se introducen bien, excepto la primera, que algunas veces se tarda un poco en encontrar. Nada que reprochar a la marcha atrás y a las demás velocidades, excepto la longitud de recorrido de la tercera. El embrague es bueno y muy duradero, si no se le maltrata en primera y segunda. En cuanto al desarrollo, el ser bastante largo no hace sino velar por la longevidad del motor.
SUSPENSIÓN
Éste es el punto más brillante de este modelo, el cual va dotado de la suspensión de tipo hidrolástico que tan famosa ha hecho a los Minis.. Este procedimiento consiste en unas botellas que alojan un líquido especial y que están intercomunicadas entre sí. Al tomar un bache con la rueda delantera izquierda, el líquido de la botella de esta rueda se comprime y por los conductos internos del coche hace que se comprima el líquido de las restantes botellas, por lo que al pasar por el mismo bache las ruedas de atrás, éstas ya estarán preparadas y los pasajeros no sentirán el bote por estar la suspensión ya comprimida y preparada para este bote. Asimismo los ocupantes de la parte contraria no notarán el bote, puesto que los líquidos de la parte contraria al bote también se comprimen, impidiendo el balanceo lateral del coche. Sobre todo en las malas carreteras, el Austin marca la diferencia con los demás vehículos de sus mismas prestaciones que no disponen de una suspensión hidrolástica. En cuanto a la velocidad, esta mayor suspensión influye en la estabilidad y por consiguiente en el mantenimiento de velocidades altas.
DIRECCIÓN
La dirección del Austin 1.300 es un tanto dura. Al ser un tracción delantera, todo el peso del motor recae precisamente en las ruedas delanteras, con la consiguiente dureza en las maniobras, sobre todo en los aparcamientos en ciudad. En la conducción por las buenas carreteras esta dirección se muestra muy blanda y agradable. Sin embargo, en los trayectos de montaña el volante, grande, no favorece la conducción. Es peligroso confiarse en la tracción delantera, e intentar entrar muy de prisa en virajes cerrados, pues aunque la dirección y el coche responden, sin embargo, es muy posible que una vez tomado el viraje el conductor medio no sea lo bastante rápido para volver la dirección, dicho de otro modo, todo lo rápidamente que haría falta, pudiéndose llevar éste más de un susto.
FRENOS
Este es un capítulo que el coche ni pide ni carece. Una de las grandes virtudes de este coche es lo suave y progresivo de sus frenadas, sobre todo en suelo mojado se diferencian por su efectividad sobre la mayoría de los coches. A pesar de no estar dotado de servofreno el coche y en particular la dirección no se resienten en absoluto de las frenadas, lo cual en un tracción delantera no es poco decir. Las llantas de 12 pulgadas, que empeoran la frenada, en relación a las del Mini , aunque sigue siendo el resultado de lo más satisfactorio siempre que no se realice una conducción tipo deportivo, por ejemplo, pisando el freno y el acelerador al mismo tiempo.
El Austin 1300 posee una estabilidad muy buena por dos razones: la primera por su suspensión hidrolástica que le ayuda muchísimo al absorber las incidencias del terreno; la segunda es que, dada la tracción delantera, resulta mucho más fácil de conducir que un tracción posterior para la gran mayoría de las personas, como nos recuerdan día a día los muchos estudios y encuestas realizados entre los conductores de todo tipo. Esta estabilidad disminuye en relación al peor estado del piso, pero en general siempre sigue siendo superior a la de cualquier coche de tipo medio no dotado de una suspensión hidrolástica. Uno de los fallos del modelo es el que no venga equipado con ruedas radiales de origen.
CONSUMO
Es una vez más la gran discusión entre los conductores que quieren realizar medias altas por carretera y los que quieren llegar a un determinado punto sin importarles la velocidad ni el tiempo empleado, que son la mayoría. En buenas carreteras el Austin es muy correcto, sin pisarle, en su consumo: 8,1 litros a los 100 km. En recorridos de montaña, también sin pedirle mucho al motor, 9,2 litros, mientras que en ciudad los 12,3 no son disparatados si vemos los gastos reales de otros vehículos. Sin embargo, si el conductor quiere sacarle el nervio al Austin 1.300, tendrá fácilmente que sumar de 4 a 6 litros en cada uno de los apartados antes mencionados, fruto sobretodo del uso intensivo de la tercera velocidad, que resulta un tanto larga. • Texto: ENCICLOPEDIA VOLANTE
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