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Citroën SM VS Fiat 130-3200
Después de haber lanzado en 1955 su DS, que conserva aún en el plan técnico una posición muy sólida, la casa Citroën debía superarse todavía concibiendo un vehículo de prestigio. De ahi el SM, veloz, con buena suspensión, inteligente y sofisticado. Se sabe, concretamente, que su ingeniosa dirección con asistencia variable representa un progreso muy interesante y de todas formas, inédito. Por su parte, Fiat ofrece una berlina clásica, de motor delantero y ruedas traseras motrices que se beneficia de ruedas independientes atrás, que son rechazadas por Turín en los modelos menos importantes: 124, 125 e incluso en el nuevo 132. La habitabilidad es excepcional y el equipo muy satisfactorio.
Si la concepción de estos dos automóviles de prestigio es radicalmente diferente, el uso que puede hacer el automovilista y las satisfacciones que proporcionan al conductor y sus pasajeros son, asimismo, absolutamente distintas. Se ha visto, en particular, que la velocidad máxima del Citroën sobrepasaba en cerca de 30 kilómetros por hora la del Fiat. En el terreno de la seguridad, el SM, excepcional rutero, se destaca igualmente. Pero en lo que respecta a la confortabilidad, el Fiat se anota un tanto a pesar del confort del SM y su suspensión. En efecto, el 130 es una verdadera berlina, muy espaciosa, mientras que el SM es un coupé. El conductor y el pasajero de delante no tienen ningún reproche que hacer al Citroën. Atrás es otra cosa distinta, tanto por el volumen útil como por la accesibilidad.
En verdad, levantando acta de la superioridad del SM, creemos nuestro deber subrayar que los dos modelos se dirigen a compradores diferentes. El SM viene muy bien para una o dos personas, el 130 para una familia; el SM, rápido e inteligente, plantea problemas de adaptación en lo que concierne a la dirección. El 130, espacioso de habitáculo y de maletero, no tiende a la originalidad y exige de su usuario gastos menos elevados.
PRESTACIONES
A pesar de que la velocidad sirve muy frecuentemente como índice para explicar nuestras insuficiencias ruteras, las prestaciones permanecen como un elemento determinante para juzgar un vehículo. Las grandes cilindradas no son excepción de esta regla, sino más bien al contrario, y sus propietarios se vanaglorian fácilmente de alcanzar cifras fuera de lo común. Como novedad de esta prueba, hemos querido medir la velocidad punta en la enorme pista del futuro aeropuerto de Roissy- en-France, utilizando un radar de precisión. El Citroën SM es el campeón de nuestros ocho vehículos; a pesar ele lo que cuesta lanzarlo, no se habla podido estabilizar en su límite de posibilidades. Se le han medido 213 km/h. Por el contrario, su adversario, el Fiat 130, con transmisión automática, no ha sobrepasado los 184 kilómetros por hora, lo que le coloca en la última posición. Para este modelo se ofrece en opción una caja mecánica de cinco velocidades; equipado de esta forma, su velocidad punta hubiese sido mejor.
Las aceleraciones han sido registradas, como de costumbre, sobre las bases del anillo de velocidad de Montlhery. Ha pasado los 400 m. en 16" 4/5 y los 1.000 m. en 31" 1/5, tiempos relativamente mediocres con relación a la personalidad del vehículo. No obstante, bate de forma clara al Fiat 130, siempre con su cambio automático. El 130, a salida parada, cruza los 400 m. a los 18" y alcanza la línea de los 1.000 m. en 33". A pesar de la rapidez de los pasos, hubiese podido hacer mejor tiempo con el cambio mecánico, que permite subir más el régimen en cada marcha, sin deslizamiento del par. No se gana nada manejando manualmente la caja automática, pues los tiempos venían nada más en 1/5 de segundo. La reprise, partiendo de 40 km/h. en la marcha más larga, no resulta brillante en el SM, puesto que pasa los 400 m. en 20" 3/5 y en los 1.000 m. con 37" 4/5. Las del Fiat no se han podido medir a causa de la caja automática que reduce. El Citroën SM gana claramente el apartado de las prestaciones.
SEGURIDAD
Modelo de prestigio de la gama turística Fiat, el 130 posee características de base que no se apartan de un cierto clasicismo. La carrocería es autoportante y la suspensión delantera de ruedas independientes se efectúa con la ayuda de una barra de torsión transversal, acompañada de una barra estabilizadora en igual posición. Atrás, las ruedas son independientes y suspendidas por muelles helicoidales, más una barra estabilizadora transversal. El sistema de frenos está formado por cuatro discos ventilados, con mando de doble circuito, repartidor y asistencia. La dirección es de tornillo y rodillo, también asistida.
Las características del Citroën SM le confieren, ya se sabe, un conjunto extremadamente sofisticado. La carrocería es autoportante y la suspensión es hidroneumática, con reglaje automático del nivel general de caída al suelo y flexibilidad variable, a gusto del conductor más dos estabilizadores transversales, completando el conjunto cuatro ruedas independientes. Los frenos son de disco en las cuatro ruedas, con doble circuito regulador y asistencia. La dirección es igualmente muy original, puesto que se trata de una cremallera provista de una relación de desmultiplicación muy corta, dotada, por otra parte, de un dispositivo autocentrante, cuya asistencia disminuye en función de la velocidad del vehículo.
Del 130 no se puede hablar propiamente como de un vehículo deportivo, y su manejabilidad general no resulta destacable. Sin embargo, tiene una conducción sana, realmente pesado en el tren delantero, y su adherencia es satisfactoria en cualquier tipo de pavimento, lo que proporciona una marcha sencilla que no plantea jamás grandes inconvenientes. La dirección es suave, relativamente desmultiplicada, pero la frenada, extremadamente potente a velocidad media, deja entrever importantes pérdidas de eficacia cuando se la solicita frecuentemente a alta velocidad.
Más sin duda que cualquier otro vehículo, el SM exige un período de aclimatación, en función de su potencia de frenado, y sobre todo por la docilidad total que manifiesta instantáneamente a la menor solicitación de su volante. Cualesquiera que sean las cualidades ruteras del SM, componen un conjunto al que ninguna otra marca puede acercarse actualmente. Su mezcla estabilidad-suspensión permite alcanzar, no importa en qué tipo de carretera y sobre cualquier pavimento, velocidades sorprendentemente altas, y ello sin someter al conductor a ningún tipo de tensión nerviosa.
El vehículo es insensible al viento y su agarre bajo la lluvia hace de él un rutero poco común para todo tiempo, así como también la potencia, muy particular, de su iluminación. Gracias a la excelencia de su adherencia, la frenada permite igualmente controlar el vehículo en condiciones de eficacia y seguridad casi anormales, con distancias de parada extremadamente pequeñas.
El Fiat 130 se opone a un vehículo excepcional en materia de seguridad; es normal, pues, acordar una neta ventaja en favor del SM.
CONFORTABILIDAD
Suspensión: La suspensión del SM, evidentemente hidráulica, se muestra muy conseguida. Absorbe todas las irregularidades que puedan presentarse. En el Fiat 130 nos encontramos con ruedas traseras independientes con muelles helicoidales, dispositivo que confiere un confort muy superior al del 124 y 125 de eje rígido, pero inferior al del SM.
Habitabilidad: Si con 1,84 m„ el Citroën es más ancho exteriormente que el Fiat (1,81 m.), sus flancos abombados le impiden ofrecer un amplio espacio interior. Delante la habitabilidad es suficiente para dos; atrás este dos puertas es muy reducido y falta espacio para las rodillas; la distancia al techo es limitada. Por el contrario, el Fiat ofrece desde todos los ángulos una habitabilidad generosa y la distancia al techo en la parte trasera está bien estudiada.
Asientos: En este terreno ambos coches están bien dotados. Un poco menos anchos que los del Fiat, los del SM sujetan bien el cuerpo, son envolventes y bien diseñados. Los del 130 satisfacen. En ambos casos se trata de asientos regulables en distancia y altura y los respaldos son reclinables. Los apoyacabezas son mullidos en el SM y, aunque un poco más duros, en el Fiat sujetan también las espaldas.
Climatización: Es buena en ambos casos, y un acondicionador de aire se puede montar en los dos coches utilizando las bocas de aireación de serie.
Sonorización: El nivel sonoro del Citroën es elevado a gran velocidad; el Fiat se muestra más discreto.
Caja de cambios: Tenemos una caja de cinco relaciones bien sincronizadas en el SM y una caja automática, todavía mejorable, en el 130. El Fiat se vende también con una caja mecánica de cinco relaciones.
Equipo: Los relojes principales del SM, de forma oval muy recargada, están bien dispuestos a la vista del conductor. Por el contrario, la aguja, los termómetros de agua y aceite se alojan en rectángulos minúsculos, difíciles de leer e indignos de este coche. El acabado general del salpicadero tampoco está a la medida del SM. Hay que recalcar particularmente que la guantera es sumamente exigua. El 130 está más favorecido. Su salpicadero, tomado del Coupé 130, es sobrio y muy legible, mientras que el volante es demasiado pobre. Señalemos, por otra parte, que el 130 dispone de lámparas que se encienden en el quicio de las puertas mientras están abiertas o entreabiertas.
Maletero: El del SM, levantado por la rueda de repuesto, dispuesta horizontalmente, tiene una capacidad relativamente limitada (334 decímetros cúbicos). El del Fiat es espacioso (485 decímetros cúbicos). La rueda de repuesto va colocada verticalmente a un costado.
Estética: La silueta del SM resulta más original que la del Fiat, muy clásica, pero la delantera del Citroën está mucho más lograda que la parte posterior.
Balance de conjunto: El SM es un destacado coche para dos personas, no para cuatro. Gracias, sobre todo, a su habitabilidad, netamente superior, y a su maletero, el 130 logra aquí una ligera ventaja.
PRESUPUESTO
He aquí los elementos de apreciación correspondientes a la compra, el entretenimiento, la reparación y el seguro de los dos coches enfrentados:
COMPRA
Citroen SM.—Precio de catálogo: 706.880 pesetas. Opciones (climatizador de aire, tapicería de cuero, cristales ahumados, ruedas en resina reforzada, cinturones de seguridad): 60.080 pesetas.
Fiat 130,—Precio de catálogo: 509.456 pesetas. Opciones (cambio automático, climatizador de aire, lunas ahumadas, luna trasera térmica, pintura metalizada, tapicería de cuero, elevalunas eléctrico, encendido eléctrico, apoyacabezas en tela o cuero, mini-«cassettes»): 207.347 pesetas.
ENTRETENIMIENTO
Cambio de aceite.—Citroën SM: 5.000 kilómetros. Fiat 130: 10.000 kilómetros. Capacidad del cárter.—Citroën SM: 6 litros. Fiat 130: 5,65 litros. Pastillas de freno.—Citroën SM: 3.591 pesetas. Fiat 130: 5.054 pesetas. Neumáticos.—Citroën SM: 3.670 pesetas. Fiat 130: 4.000 pesetas. Cambios «standard» del motor.— Citroën SM: 107.969 pesetas. Fiat 130: 100.325 pesetas.
REPARACIONES
Aleta delantera, parachoques delantero, conjunto óptico y parabrisas: Citroën SM: 33.516 pesetas. Fiat 130: 38.576 pesetas.
SEGURO
Citroën SM: 93.976 pesetas. Fiat 130: 63.946 pesetas.
CONSUMO
Citroën SM: 22,1 litros por 100 kilómetros. Fiat 130: 21,6 litros por 100 kilómetros.
BALANCE DE CONJUNTO
Gracias a su precio de compra, sensiblemente inferior, y a las condiciones de seguro más favorable, el Fiat toma ventaja sobre el Citroën.
CARACTERISTICAS TECNICAS
CITROËN SM
Motor: En aleación ligera. Cilindrada: 2.670 c. c. Seis cilindros en V a 90°. Diámetro: 87 mm. Carrera: 75 mm. Dos árboles de levas en cabeza por cada fila de cilindros, mandados por cadena. Alimentación por tres carburadores invertidos de doble cuerpo. Potencia máxima: 170 CV. DIN a 5.500 r. p. m. Par máximo: 23,5 mkg. a 4.000 r. p. m. Relación de compresión: 9 a 1. Capacidad del depósito de combustible: 90 litros. Cárter de aceite: 7 litros.
Transmisión: Ruedas delanteras motrices. Cambio de cinco velocidades sincronizadas con palanca de mando situada en la consola central.
Dirección: De cremallera con retorno. Radio de giro: 5,75 m.
Suspensión: Delante y atrás de ruedas independientes, dispositivo hidroneumático con corrector de nivel.
Frenos: De disco en las cuatro ruedas, con asistencia y regulador. Freno de mano mecánico sobre las ruedas delanteras. Doble circuito.
Neumáticos: 195/70 VR-15.
Carrocería: De dos puertas. Longitud: 4,895 m. Anchura: 1,84 m. Altura: 132 m. Peso: 1.450 kilos.
FIAT 130/3200
Motor: En fundición. Cilindrada: 3.238 c.c. Seis cilindros en V a 60°. Diámetro: 96 mm. Carrera: 66 mm. Dos árboles de levas en cabeza mandados por correa dentada. Alimentación: Un carburador de doble cuerpo invertido. Potencia máxima: 165 CV. DIN a 5.600 r.p.m. Par máximo: 25,5 mkg. a 3.400 r. p. m. Relación de compresión: 9 a 1. Capacidad del depósito de combustible: 80 litros. Cárter de aceite: 5,65 litros.
Transmisión: Clásica. Motor delantero. Ruedas traseras motrices. Caja de cambios automática Borg-Warner; en opción, cambio mecánico de cinco velocidades. Palanca de mando en el piso.
Dirección: De tornillo y rodillo asistida de serie. Radio de giro: 5,45 m.
Suspensión: Delante y atrás ruedas independientes.
Frenos: De disco ventilados en las cuatro ruedas con asistencia y repartidor, freno de mano mecánico sobre las ruedas traseras. Doble circuito.
Neumáticos: 205/70 VR-14.
Carrocería: Berlina de cuatro puertas. Longitud: 4,75 m. Anchura: 1,805 m. Altura: 1,44 m. Peso: 1570 kilos. · Texto: L' A. J. ( AUTOPISTA Nº 702 - 22-jul-72 )
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