|
Volkswagen Scirocco GLi
Si algún visionario hubiera sido capaz de predecir hace diez años la evolución actual de Volkswagen, nadie lo habría creído. De una filosofía que se basaba en la fabricación de un modelo único para el mundo entero, la marca ha pasado como contraste a la explotación de una gama francamente amplia.
De la serie de los Golf y los Scirocco, cuya infraestructura es idéntica, les ofrecemos hoy el banco de pruebas del Scirocco GLI, la más potente de las tres versiones de este coupé diseñado por Giugiaro.
De 85 CV. se ha pasado a 110 CV., y la alimentación del nuevo grupo se realiza por medio de un sistema de inyección mecánica Bosch K-Jetronic. Con un diámetro de 79,5 mm. y una carrera de 80 mm., el motor, de cuatro cilindros en línea, refrigerado por agua, con una cilindrada de 1.588 c. c., desarrolla 110 CV. DIN a 6.100 r. p. m. Su par máximo alcanza los 14 mkg. a 5.000 r. p. m., con una relación de compresión de 9,5 que impone e| empleo de gasolina super.
En relación con la versión de 85 CV., el grupo final ha sido alargado, lo que hace posible que el coche alcance, a igualdad de régimen, una velocidad superior. Los frenos son ahora a base de discos, ventilados delante, y los neumáticos son de dimensión superior.
En el anillo de velocidad de Montlhéry, el coche ensayado alcanzó los 179,1 km/h., con lo que la cifra de 185 km/h. anunciada por el constructor no parece imposible de conseguir en carretera abierta. En cuanto a la aceleración, los 400 metros salida parada fueron cubiertos en 17” 2/10 y los 1.000 metros en 32” 4/10. La recuperación, desde los 40 km/h. en cuarta, ha dado un tiempo de 19” 8/10 para los 400 metros y 36" 8/10 para los 1.000 metros.
Sería difícil no estar satisfechos con estos resultados, y el comportamiento del coche en toda circunstancia confirma este sentimiento. La mecánica no se puede decir que sea especialmente silenciosa, pero resulta al menos discreta, habiéndose conseguido un buen filtrado de las vibraciones. El comportamiento «blando» del coche puede hacer que un conductor inexperto subestime sus posibilidades reales. Sobre todo a partir de las 4.000 r. p. m., el grupo funciona con mucha alegría, y si se apura el cuentavueltas hasta las 6.000 r. p. m. se consiguen potentes aceleraciones, aunque una presión discreta sobre el pedal del acelerador basta para obtener una respuesta sensible por parte del coche.
El GLI, gracias a su elasticidad y a la vivacidad de sus recuperaciones, es un coche agradable en ciudad, y bueno también en carretera, ya sea circulando por una autopista como si hace un recorrido por carreteras sinuosas de segundo orden. Hace ya veinte años, el 1500 Super contribuyó mucho al prestigio de Porsche. Era un vehículo muy caro para su época, difícil de conducir, muy aristocrático..., pero, hoy en día, resultaría ridículo tratar de compararlo al Scirocco 1600 GLI.
En lo que se refiere al consumo, anotamos un gasto de 12,9 litros a los 100 kilómetros durante nuestra prueba en carretera, realizada en gran parte con lluvia y apurando bastante él coche en las carreteras de segundo orden. Si no fuese porque la prueba se realizó en Francia, en donde la velocidad está limitada, nos atreveríamos a decir que el modelo puede superar los 100 kilómetros de media en una carretera secundaria, si no hay mucha circulación y el firme está seco, con un consumo de 12,9 litros a los 100 kilómetros, lo que demuestra su sobriedad. Pero si se conduce con rapidez, el depósito de 45 litros resulta insuficiente, aunque el consumo no pasa de los 10 litros si no se apura demasiado la marcha.
En cuanto al cambio del Scirocco GLI, hay que decir que en primera se alcanzan los 50 km/h. de contador, 100 en segunda y, aproximadamente, 150 en tercera, con un funcionamiento suave, rápido y preciso, digno del más refinado de los coches deportivos. Los pedales son también suaves y bien colocados. La maniobra «punta-tacón» se practica sin dificultades.
Si comparamos lo que cuesta el Scirocco GLI con el precio de ciertos coches deportivos de fama, nuestro modelo demuestra una homogeneidad en la calidad casi excepcional, por lo menos de momento. En cuanto a la seguridad, el coche se merece un «Gran Premio» honorífico. Su estabilidad en línea recta es buena, las curvas se toman bien, independientemente de su radio, el coche no se balancea y no baila, y la frenada, que es satisfactoria con el firme seco, resulta excepcional con lluvia; los neumáticos Pirelli de perfil bajo parecen perfectamente adecuados.
Al volante se le puede reprochar al coche una cierta sensación de flotabilidad a gran velocidad, debida sobre todo a la ausencia de un punto de equilibrio en la dirección. Aparte de este inconveniente, que un conductor habituado al coche no notará al cabo de unos días, el GLI tiene, más o menos, todas las ventajas de un tracción delantera, sin sus tradicionales inconvenientes.
Sorprendentemente fácil de conducir a pesar de sus elevadas prestaciones, tiene una movilidad digna de un buen tracción trasera, con el equilibrio de apoyo que tendría un «motor central», antes que la trasera comience a deslizarse suavemente.
En contrapartida, la suspensión no es un modelo de comodidad en relación con los gustos de la mayoría de los europeos. Resulta dura, y sus reacciones son, a veces, secas, pero basta con conducir con rapidez para que esta sensación desaparezca en gran parte.
En uso normal, el pedal del freno es suave, pero no actúa con rapidez, aunque la adherencia es excelente si se apura con el coche el límite de sus posibilidades. El equilibrio en las frenadas es muy satisfactorio, y las distancias de parada son cortas, tanto en seco como en mojado.
La presentación del Scirocco GLI es simpática, con un cuadro de instrumentos bien diseñado. Un buen detalle es el limpiaparabrisas único, grande y con tres velocidades, así como el limpia y e| lavaparabrisas trasero. El pequeño volante tiene un diseño agradable. La parte trasera es transformable en «break gran sport», los asientos son regulables en los tres sentidos y la accesibilidad mecánica es buena.
Más discutible es la visibilidad; el parabrisas es muy horizontal y se ensucia con la lluvia, y lo mismo ocurre con la luneta trasera. El volumen disponible delante es satisfactorio, con un techo un poco bajo, pero resulta exiguo en las plazas traseras. El mando de los faros en el cuadro no es digno de un coche moderno, y lo mismo se puede decir de los deflectores y los cristales traseros fijos.
Lejos de nosotros la idea de pretender que el menos costoso de los coches actuales sea realmente barato, pero basta con que comparemos al GLI con sus rivales para que comprendamos que su relación precio-prestaciones se destaca claramente de la media. Seguro, fácil y agradable de conducir, muy brillante en todas las circunstancias, el Scirocco GLI es un auténtico y atractivo coche deportivo.
· Fuente: AUTOPISTA nº 937, 6 de febrero de 1977
|
|