
La historia del coche deportivo de este artículo es muy rica. El animal elegido fue un pájaro con pico fuerte y grandes pies. El Uirapuru vive en la región amazónica y tiene un bellísimo canto, además de una gran agilidad a través del follaje.
La idea de la fabricación empezó con un español radicado en Brasil llamado Rigoberto Soler. Con talento en las manos y muchas ideas en la cabeza buscó a una empresa llamada Brasinca para realizar su ambicioso objetivo de crear un gran deportivo nacional.
Como no había un chasis donde cupiera su proyecto, resolvió crear un monobloque, con vigas de acero muy resistentes. Para la carrocería también utilizó el mismo material. Sin duda, un sueño hecho de acero.
El estilo del coche es seductor y sus líneas atrayentes llaman la atención de toda la gente. Las puertas son grandes y el deportivo tiene un interior primoroso. La consola central es revestida con madera noble y cuenta con toda la instrumentación necesaria, además de dos asientos reclinables.
El motor elegido también fue un superlativo seis cilindros en línea – un propulsor utilizado por las camionetas Chevrolet – con 4.2 litros y tres carburadores SU, desarrollando 155 caballos de potencia. El par también se mostraba brutal: 32,7 kgm. La caja de cambios tenía tres marchas.
Ahora vamos a hacer una observación, volviendo al inicio del artículo. Según la leyenda, cuando el Uirapuru canta en la foresta, todos los pájaros se callan para oírlo. De ese modo, él domina el territorio. Y fue eso lo que sucedió en el Salón del Automóvil de 1964, cuando el coche fue presentado por primera vez.
A pesar del éxito del modelo, la Brasinca transfirió la producción para una empresa de proyectos, llamada STV. Esta – comandada por Rigoberto Soler – hizo algunos cambios en el coche para el año 1966, incluso, desarrolló una versión para las carreras, con 171 caballos de potencia y frenos de disco. Hasta mismo un modelo policial fue proyectado – el “Gavião” – con dos ametralladoras acopladas.
La foto que muestra una reunión inédita de siete ejemplares fue cedida por el periodista Roberto Nasser y ocurrió en un evento llamado “Carros do Brasil”. Este encuentro – con la participación exclusiva de clásicos nacionales y organizado por la “Fundação Memória do Transporte” – contó con una conferencia de Brar Soler, hijo del creador del modelo.
Hablando de ideas, un nuevo Uirapuru está naciendo. Con la coordinación de André Soler y Carlos Carvalho – además de un equipo talentoso – el proyecto fue destaque en la prensa brasileña. Para conocerlo haz una visita al sitio: www.uirapuru2.kit.net/index2.htm .
Pero así como el pájaro – que canta apenas quince días por año – el costo del deportivo era demasiado alto y la empresa cesó su producción en 1967. El ingeniero Rigoberto Soler falleció hace dos años, pero su pájaro prosigue cantando y fascinando a todos los aficionados a los coches clásicos.
(*) Renato Bellote Gomes, 26 años, es licenciado en Derecho y publica textos en nueve países de lengua española. Además es correspondiente del portal portugués Lusomotores en Brasil ( http://nagaragem.blig.ig.com.br )
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