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Fotografiados junto al
Pegaso coupé experimental se encuentran: a la izquierda el señor
Wilfredo Ricart Junior, hijo del director general y jefe técnico de la
fábrica Pegaso y el señor Palacio Power, responsable de pruebas
experimentales en carretera. |
Aviador ibérico
El Pegaso español de 2 ½ litros en carretera
Las noticias de que la fábrica de
coches estatal española estaba a punto de entrar en el mercado internacional de
coches de altas prestaciones con un coche deportivo de diseño muy avanzado
crearon un enorme interés hacia el final de pasado año. Los primeros
ejemplares del nuevo Pegaso se mostraron en el Salón de París en octubre y el
coche fue objeto de una completa descripción en las ediciones de The Autocar de
octubre y noviembre.
Se esperaba con anticipación su
primera aparición en la competición internacional, pero por el momento ésta
ha sido pospuesta debido a una serie de razones a todas luces comprensibles
cuando uno considera las dificultades inherentes a la fundación de una
industria de primera clase en un país que carece de una experiencia extensa en
este tipo de ingeniería. Mas aún, la gente se podría preguntar por qué la
Empresa Nacional de Autocamiones, S.A., cuya actividad ya era la de fabricación
de autobuses y camiones de motor diesel de diseño particularmente interesante,
decidiría asumir obligaciones adicionales con la producción de coches
deportivos.
La razón hay que buscarla en parte
en la escasez de mano de obra cualificada que imposibilitaba siquiera contemplar
la fabricación de un coche más popular en grandes volúmenes, y en segundo
lugar, en la situación económica general de la España actual. El señor
Wilfredo P. Ricart, director general y jefe técnico de la organización, resume
esta circunstancia diciendo: “Somos un país pobre, y por lo tanto, tenemos
que hacer joyas para los ricos”. Concentrando los esfuerzos en la producción
de un coche de altas prestaciones realmente avanzado, se continúa la tradición
ingeniera de primera clase que uno asocia con los coches Hispano-Suiza,
fabricados anteriormente en la factoría utilizada por E.N.A.S.A. en Barcelona,
al tiempo que se agrupa a un conjunto de mecánicos y artesanos que bien podrían
constituir la punta de lanza de una industria del automóvil española para el
futuro.
El mismo señor Ricart es bien
conocido por su trabajo como diseñador para Alfa-Romeo de antes de la guerra, y
antes de eso se asoció a la empresa de automóviles Nacional Pescara en su país,
España. Empleados de The Autocar en visita a la fábrica de Barcelona el pasado
año se mostraron gratamente impresionados de la excelente máquina-herramienta
y equipo de ingeniería de precisión ya en uso, pero la producción del Pegaso
se ha visto ralentizada por retrasos en el suministro de ciertos materiales y
equipos esenciales provenientes del Reino Unido y los EEUU. La producción de
piezas para la primera serie de 200 coches se encuentra, sin embargo, muy
avanzada, y se podrán ver algunos de los primeros ejemplares en el Salón de
Londres en Earls Court, habiéndose nombrado a Harold Ralford Limitada como
distribuidores para el Reino Unido y territorios de la Commonwealth. Entretanto,
se ha hecho una cantidad considerable de kilómetros para el desarrollo y se han
introducido en el diseño final numerosas mejoras.
Estructuralmente, el Pegaso
consiste en un bastidor de plataforma y mamparo de separación del vano motor,
unidos a los pasos de rueda delante y detrás y reforzados donde se estima
necesario por travesaños en chapa de acero. Cuando se le dota de la carrocería,
el conjunto se convierte realmente en una estructura unitaria de gran rigidez,
cuyas virtudes fueron probadas de improviso cuando uno de los coches dio un
salto mortal por un terraplén tras un exceso de exuberancia por parte de su
conductor al tomar una curva en mojado, sin resultados de consideración para la
estructura o su ocupante.
El motor es un V8 con doble árbol
de levas en culata y medidas supercuadradas. El bloque motor, cárter de aceite,
carcasa del embrague y la extensión trasera, que alberga el cardán de
transmisión primario, están todos fundidos en aleación ligera. Desde el
motor, montado en posición delantera, la fuerza es llevada mediante un embrague
monodisco hasta una caja de cambios de cinco velocidades montada tras el eje
trasero, que también tiene carcasa de aleación ligera. Todas las velocidades
son indirectas y de dientes rectos. Desde la caja de cambios, la fuerza es
transmitida hacia delante a un diferencial de deslizamiento limitado ZF y desde
allí a las ruedas traseras mediante palieres dotados de juntas universales. El
conjunto del puente trasero es de un tipo poco común de eje de Dion, ya que el
tubo del eje ha sido doblado para salvar por delante la carcasa del diferencial,
mientras que los tirantes radiales se proyectan hacia atrás para converger en
un punto de apoyo en la línea central de la carrocería. La suspensión trasera
es por barras de torsión transversales. Éstas se utilizan también en la
suspensión delantera, pero de nuevo aquí el diseño es muy poco ortodoxo, ya
que los tirantes inferiores de cada lado van sujetos a sendas barras de torsión
longitudinales de corta longitud unidas delante y detrás a anclajes a la
estructura del coche.
Todo el equipo eléctrico está
fabricado por Bosch, pero por lo demás E.N.A.S.A. fabrica una
extraordinariamente alta proporción de los componentes del coche; hasta
fabrican los armazones de los rodamientos en aleación de aluminio que lleva el
motor, por ejemplo; producen su propio diferencial de deslizamiento limitado
bajo licencia de ZF; fabrican su propios amortiguadores telescópicos e incluso
fabrican su propios frenos equipados con tambores profusamente aleteados y
ventilados y doble pastilla delantera, siendo en realidad el mecanismo diseño
de Lockheed. Se da la circunstancia de que los frenos poseen doble bomba, con
depósitos separados para alimentar los circuitos hidráulicos delantero y
trasero como medida de seguridad.
DE NUEVO POCO COMÚN
El árbol cardan primario, que
debido a que la caja de cambio está montada sobre el eje trasero gira a la
misma velocidad que el motor (hasta 7.000 rpm), también lo fabrica Pegaso. Su
interior es hueco y rectificado utilizando una máquina Wirkigt utilizada
normalmente en la fabricación de armas, permitiendo así el dosificado
suministro de aceite desde el sistema de engrase de la caja de cambios en su
longitud, para lubricar las juntas universales de ambos extremos.
The Autocar tuvo la oportunidad
recientemente de probar en Francia el comportamiento del coche en carretera. Se
trataba de un modelo experimental que carecía de muchos de los lujos que se van
a incorporar a los coches de producción, pero que ofrecía una maravillosa
oportunidad de una primera impresión de las cualidades ruteras del Pegaso.
El motor era el 2 ½ litros de
cuatro carburadores Weber DCF4 de aspiración invertida y doble cuerpo en la
configuración en la que se espera participe en los eventos deportivos del próximo
año, particularmente –asumimos- Le Mans. Otro motor ligeramente más grande,
de diámetro mayor, que lleva la cilindrada a 2,8 litros, se está poniendo a
punto para clientes que desean vestir a sus coches de carrocerías lujosas y por
tanto mas pesadas. La potencia máxima de la versión de producción todavía no
se ha hecho pública, pero la de la versión pequeña, con cuatro carburadores
dobles y relación de compresión ligeramente superior a 8:1, entrega ya por
encima de 165 CV en el banco a 6.200 r.p.m.
En el coche probado la carburación
era todavía imperfecta, con algunos balbuceos cuando aceleramos desde bajas
revoluciones, pero durante una vuelta de una hora por carreteras belgas,
utilizando el equipo de pruebas estándar de The Autocar, se obtuvieron algunas
cifras que dan justa cuenta del futuro potencial del Pegaso. Las medias de
varias pasadas en ambos sentidos muestran una aceleración desde salida parada
hasta 50 millas por hora en 8,3 segundos, hasta 80 mph en 20.6 segundos, y hasta
100 mph en 35 segundos, ésta última utilizando sólo cuatro de las cinco
velocidades. La recuperación es magnífica, cubriendo en cuarta el intervalo de
70 a 90 mph en sólo 9,3 segundos. Tampoco se puede decir que su “despegue”
sea lento, pues cubre el cuarto de milla desde parado en 18,2 segundos. Durante
el escaso tiempo disponible el coche montaba neumáticos de carretera normales,
con los que no parecía prudente mantener velocidades por encima de 100 mph,
pero podemos asumir que su velocidad máxima será no menor de 120 mph, con el
desarrollo adecuado. Por cierto, las cifras de prestaciones fueron obtenidas con
un grupo final de 4.72 a 1; ofreciéndose otros tres grupos a deseo del cliente:
4,18, 4,36 y 5,2 a 1.
El encendido de la unidad
experimental probada es por magneto montada sobre la carcasa que alberga los
engranajes de la distribución en el frontal del motor, mientras que la dinamo,
que va montada sobre un pedestal sobre la carcasa del embrague, va mandada por
correa movida por la parte trasera del árbol de levas de admisión del lado
izquierdo. La alimentación es por bomba mecánica movida por la parte trasera
del árbol de levas de escape del lado derecho y complementada por una bomba eléctrica
montada sobre el mamparo de separación del vano motor. El radiador es enorme,
ya que el Pegaso está diseñado para soportar las muy altas temperaturas
diurnas del verano español y debajo de él se encuentra un radiador de aceite
de lado a lado. Se ha detectado, no obstante, que esta configuración produce
alguna subida del aceite en curvas, por lo que las unidades de producción serán
provistos de un radiador de aceite vertical montado junto al de agua.
El Pegaso posee, naturalmente, un
sistema de lubricación por cárter seco al que se ha dedicado un notable
desarrollo para asegurar una adecuada refrigeración del aceite, así como que
éste mantenga una presión estable en toda la gama de revoluciones. La muestra
de lo exitoso de este esfuerzo la aporta la absoluta terquedad de la aguja del
termómetro de aceite a moverse del intervalo normal de 60 a 70 grados centígrados,
a pesar de las muchas millas recorridas utilizando las marchas al máximo.
La suspensión de esta versión
deportiva es francamente dura, siendo el grado de ondulación permitido bastante
limitado para lo que se lleva hoy en día. A velocidades normales de ciudad es
bastante confortable, e incluso viajando sobre adoquinados era posible tomar
notas legibles, pero en carreteras de mal firme fuera de la ciudad el coche daba
lo mejor de sí mismo a velocidades por encima de las 60 mph y aquí era
obviamente donde se encontraba en su elemento. Sin exceder el límite de 6.000
rpm el coche se dispara a 34 mph en primera, 56 en segunda, 84 en tercera y
exactamente 100 mph en cuarta, que es la directa.
El comportamiento a alta velocidad
del Pegaso es ciertamente de primera clase. La construcción baja, el peso bien
concentrado delante y el diferencial de deslizamiento limitado le confieren unas
cualidades de paso de curva que son sorprendentes incluso para alguien
acostumbrado a conducir coches deportivos. Tal y como Palacio, responsable la
casi totalidad de las pruebas en carretera, demuestra, se le puede lanzar hacia
curvas a la derecha en cuesta abajo y con el peralte al revés a velocidades por
encima de las 60 mph, acelerando a tope, ………y el coche se sujeta a la
carretera de una forma que parece imposible. El cambio de marchas es también
superior.
SIN EMBRAGAR
La caja de cambios, al tener los
dientes rectos, posee el accionamiento silencioso e instantáneo al que están
acostumbrados los pilotos profesionales. Es posible cambiar de marcha sin
embrague a altas velocidades en algunos coches modernos, pero en el Pegaso es la
norma. Entre tercera, cuarta y la sobremultiplicada quinta sólo se necesita
mover la palanca con decisión, manteniendo el acelerador pisado para cambios
hacia abajo y soltándolo momentáneamente para cambios hacia arriba. Las
velocidades se engranan silenciosamente, sin brusquedades, y tan rápidamente
como sea posible mover la palanca. Es una sensación automovilística poco común,
y que añade un placer adicional a la conducción a alta velocidad del Pegaso.
El embrague es suave y los frenos
son excelentes, especialmente cuando se les solicita para detener el coche desde
velocidades altas.
La posición de conducción es muy
buena, con buena visibilidad de ambas aletas delanteras y la mínima obstrucción
posible al campo de visión por parte de los pilares del parabrisas delantero.
La dirección es muy rápida, requiriendo sólo 1 ¾ de vuelta entre topes y el
volante es admirable, con radios de aleación ligera y con un aro fino de
equilibradas formas en madera. El juicio sobre los detalles de espacio interior,
equipamiento, capacidad de equipaje y aislamiento acústico los dejamos para
cuando aparezca la versión de producción, pero esta corta prueba ha sido mas
que suficiente para demostrar que el Pegaso es un coche de excepcional interés
y de tremendas prestaciones que llena sobradamente les expectativas que se
crearon cuando su original e interesante diseño fue presentado por primera vez.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
Motor.- 102
B/2,5: V8 a 90º 75x70 mm 2.472 cc
Doble árbol de levas en culata movidos por engranajes. Cámaras de combustión
hemisféricas. Relación de compresión 8, 8,5 ó 9 a 1. Potencia máxima hasta
165 CV aproximadamente. Régimen máximo 6.500 rpm. Par máximo 138 libras-pie a
3.900 rpm. Encendido por magneto. Uno o cuatro carburadores de aspiración
invertida y doble cuerpo.
102 BS/2,5,
como el anterior excepto: relación de compresión 6,5, 7 ó 7,5 a 1. Régimen máximo
6.800 rpm. Par máximo 241 libras-pie a 4.000 rpm. Dos carburadores de doble
cuerpo.
102 B/2,8:
80x70 mm, 2.816 cc. Relación de compresión 7,8, 8,2 ó 8,8 a 1. Régimen máximo
6.300 rpm. Par máximo 160 libras-pie a 3.600 rpm. Uno o cuatro carburadores.
Transmisión.
Embrague monodisco en seco formando unidad con el motor. Caja de cambios de
cinco velocidades de dientes rectos formado unidad en la parte trasera con
diferencial ZF de deslizamiento limitado. Quinta velocidad sobremultiplicada.
Relaciones con grupo final 4,36: 3,78, 4,36, 5,82, 8,50 y 13,09 a 1. Otros
grupos finales disponibles.
Suspensión.
Delantera independiente por trapecios dobles y barras de torsión Trasera de
Dion con barras de torsión transversales. Amortiguadores telescópicos delante
y detrás.
Dimensiones
principales. Batalla 7 pies y 8 pulgadas, Vías, delantera 4 pies y 4
pulgadas, trasera, 4 pies y 2 pulgadas. Altura libre al suelo 6,3 pulgadas.
Llantas y neumáticos 6,50-16 ó 6-16 montadas en llantas de Duraluminio de
radios de fijación central. Peso 2.180 libras aproximadamente.
· Texto: The Autocar, 26 de Septiembre de
1952
· Traducción: mortinson
· Gracias a Cisco por las fotos
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