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Desgraciadamente
para la historia del automovilismo español, el Pegaso Z-103 que
presentamos aquí nunca ejerció como tal. Legalmente es un Alfa Romeo,
como figura en la documentación que tiene su propietario, un hombre que sabe
apreciar lo que tiene y que lo cuida como a un hijo. Eso sí, un hijo ilegítimo,
pues la mecánica que monta pertenece a un Alfa 1900 Super Sprint,
adaptación que no fue muy difícil de hacer por la gran similitud de
dimensiones, tipos y disposiciones de todos los elementos mecánicos que existe
entre los Pegaso y los Alfa de aquellos años. No hay que olvidar que Wifredo P.
Ricart fue responsable del diseño de aquellos coches italianos hasta entrar en
Pegaso.
El Pegaso
Z-103 fue presentado oficialmente en el Salón de París de octubre de 1955,
en carrocerías Touring Hard Top (BT HT) y Spyder Serra (SS 1). En
esa fecha, Carrozzeria Touring ya tenía el encargo de Ricart de fabricar el
Berlinet Touring Panoramic (BT PO), precisamente el modelo que ven en
estas imágenes. La luneta delantera ofrece al conductor una visión panorámica
del campo que ha de cubrir la vista, uso muy de moda en aquellos tiempos en los
Estados Unidos. La carrocería está totalmente construida en aluminio, sistema
Superleggera.
Seguramente el
lector, al ver que el coche que presentamos y la denominación que le asignamos
no coinciden plenamente, pueda pensar que estamos en un craso error. Bien es
cierto que el Pegaso Z-103 nunca llegó a existir, y que si existe alguna
versión a la que se le pueda denominar de esta manera, esa es la que se
conserva en el Centro Histórico de ENASA, con carrocería Spyder Serra, pues es
el único Pegaso que monta el motor Z-104.
Sin embargo, el
coche que hoy viene a estas páginas es uno de aquellos que nunca llegaron a
venderse completos por cesar el Consejo de Administración de ENASA la fabricación
de turismos, para centrarse fundamentalmente en los camiones. Hay que recordar
que uno de los motivos por los que nació el "Pegasín" -llamado así
para distinguir el turismo de sus hermanos mayores- fue para dar publicidad y
prestigio internacional a una marca española que pretendía ser puntera en el
mercado de los vehículos industriales.
En pasados números
de MOTOR CLASICO hemos ofrecido dos pruebas de Pegaso Z-102, y ahora
creemos justo dedicarle estas páginas al que, de no ser por motivos políticos,
hubiera sido su sucesor. Y como todo tiene una historia, vamos con ella...
Corría el año
53. El Pegaso Z-102 ya era un hecho consumado y había dado mucho que
hablar, y siempre para bien. El éxito de la empresa fue rotundo. El Z-102
cosechaba premios allí donde fuera, tanto por su carácter de "pura
sangre" por sus formidables prestaciones, como por la belleza y fuerza de
las carrocerías que lo vestían. Una vez que el objetivo publicitario estaba
conseguido, las altas esferas de ENASA habían perdido el interés que pusieron
en su día en el proyecto Z-102. Era necesario ir más allá, volver a "dar
guerra".
Wifredo Pelayo
Ricart vuelve a ser, lógicamente, el encargado de desarrollar un nuevo
coche, con un concepto semejante con que fue concebido el Z-102, pero con los
cambios oportunos para hacerlo más asequible al uso cotidiano. Ha de ser un
coche de alta representación con grandes prestaciones y un interior más
amplio, en el que poder albergar 4 ó 5 personas.
Ricart, un genio
nunca falto de ideas, propone al Consejo de Administración el desarrollo de dos
proyectos paralelos: por un lado, el diseño del motor Z-104 que habría de
montar ese nuevo coche; por otro, el turismo Z-103, un coche en el que
probar los nuevos elementos mecánicos que habrían de experimentarse para el próximo
Pegaso. Rápidamente se aprueban los programas de Ricart y el Centro de Estudios
Técnicos de Automoción comienza a trabajar.
El proyecto Z-104
consistía, como hemos dicho, en el diseño de un nuevo motor, un motor que
pudiera ser utilizado con mayor asiduidad y facilidad que el Z-102, pero que en
absoluto perdiera ni potencia ni interés tecnológico. Ambas cosas eran fáciles
para el insigne ingeniero, pues le resultaba imposible hacer un propulsor poco
complejo. Así nacía el motor cuya denominación técnica era Z-104, aunque en
los salones fuera expuesto como Z-103. Básicamente, el esquema general era el
mismo que el de su antecesor: 8 cilindros en V a 90º. Sin embargo, nada tenía
que ver con el Z-102. Ni las dimensiones, tanto interiores como exteriores, ni
la configuración de su equipo móvil eran parecidas. Ricart descarta el sistema
de doble árbol de levas, emplazando un solo eje en el centro de la V, que
accionaba las válvulas por un sistema de balancines.
Z-103 fue la
denominación que se le dio al proyecto de nuevo turismo, cuya misión era la de
servir de transición entre el deportivo Z-102 y el lujoso y potente Z-104
futuro. El Z-103 no era más que el resultado de montar en el bastidor
ligeramente modificado del Z-102 la mecánica Z-104. El mayor peso de la nueva
mecánica y de las futuras carrocerías fue el motivo por el que se tuvo que
modificar el chasis en alguno de sus puntos: frenos sobredimensionados y
refrigerados por aletas, nueva suspensión (independiente en las cuatro ruedas,
abandonando el eje De Dion), vías más anchas delante (para alojar los nuevos
tambores), apoyos de bancada y tarado de las barras de torsión son las
modificaciones más importantes practicadas en el bastidor Z- 102.
En ambos
proyectos se trabaja a buen ritmo, pues la intención es presentarlos en el Salón
de París de 1955. Paralelamente a lo trabajos de Ricart y su equipo del CETA
-de estas siglas nacieron las denominaciones de los proyectos- Carrozzeria
Touring terminaba la carrocería bautizada con las siglas BT HT (de
Berlineta Touring Hard Top), diseñada por Bianchi Anderloni siguiendo las
pautas marcadas por Wifredo Ricart.
Llega el 6 de
octubre de aquel año y en París se exponen en el stand de Pegaso la berlina
Touring Z-103 y un motor Z-104 montado en una bancada giratoria, además de un
Z-102. Como vehículo destinado a demostraciones, W. P. Ricart -hijo del
ingeniero- y Celso Fernández llevan por carretera el Spyder que Serra había
diseñado para el Z-103. Este es el único Pegaso que recibió el motor Z-104, aún
en fase de evolución y con problemas de calentamiento de las varillas de
accionamiento de las válvulas.
Pero el Pegaso
Z-103 no pasaría de este punto. Ricart y Anderloni habían concretado ya un
contrato por el que se habilitaría una nave en las instalaciones de Barajas
para que el carrocero italiano trabajara conjuntamente con el CETA en la
realización de los Z-103. Se trataba de fabricar en Madrid tanto las mecánicas
como las carrocerías del transitorio Z-103. Ya a principios de 1956 Touring
empieza a mandar a las plantas de ENASA todo el equipo y material necesario,
incluyendo varias carrocerías BT PO, precisamente la que mostramos en estas páginas.
El tiempo ha
demostrado que esta operación de traslado -tanto de los materiales de Touring
como los de la Sagrera- del programa Z-103 a Barajas era la mejor excusa para
que el Consejo de Administración de ENASA cesara la producción de
turismos. Una triste e inadmisible manera de desmantelar la Sección de Montaje
en Barcelona para nunca instalarla en Madrid. Así se deshizo ENASA de los
"Pegasines" unos coches que hasta hace bien poco han sido tema tabú
en todas las dependencias de la fábrica española.
Tras producirse
esta tercermundista situación, ENASA habilita unos locales en la madrileña
calle de Bretón de los Herreros, en los que bajo la dirección de Joaquín
Palacios se reparan los coches ya vendidos y se terminan de montar algunas
unidades híbrido Z-102/103. Asimismo, en estos años (1956-57) se venden las
ocho carrocerías Touring Panoramic que Anderloni había mandado, desprovistas
de mecánica alguna. En ellas se montan fundamentalmente motores Alfa, e incluso
todos los elementos mecánicos de un Alfa Romeo Sprint 1900, como es el caso del
que aquí les mostramos.
Si las cosas en
ENASA hubieran seguido su curso lógico, hoy día este bello «pura sangre» sin
alas que ilustra este artículo montaría un motor Z-104, del que sólo se
llegaron a producir tres unidades (una montada en el Spyder Serra antes
mencionado y las otras dos en bancada, en el Centro Histórico Pegaso también).
Creemos obligado
hacer una breve referencia a la carrocería Berlineta Touring Panoramic, pues
bien merece el tratamiento que decisiones políticas le quitaron. Su belleza y
su carácter lo piden a gritos. La BT PO fue presentada al público en el Salón
de Turín de abril del 56, cuando ya todo estaba paralizado, y parece ser que se
consideraba como el diseño definitivo para el Touring Z- 103. Al observarla nos
recuerda las lineas de Ferrari -ese corte trasero-, las de Alfa -en el frontal-
o las de Aston Martin DB 4 -recordemos que este coche lo carrozó más tarde
Touring-. Pese estas semejanzas, la personalidad del Pegaso es muy especial; es
un diseño inconfundible. Para su realización se utilizó, como en otros
modelos de la marca, el sistema Superleggera, consistente en un sólido armazón
de finos tubos de aluminio cubierto de chapa del mismo material.
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FICHA
TÉCNICA |
|
Pegaso |
Alfa
Romeo |
Motor |
(-104) |
(1900
Super Sprint) |
Tipo |
V8
a 90º |
4
en línea |
Diámetro |
88
mm
93 mm
85 mm |
84,5 |
Carrera |
82
mm |
88
mm |
Cilindrada |
3.988
cc
4.450 cc
4.681 cc |
1.975
cc |
Compresión |
de
8:1 a 9:1 |
8:1 |
Rég.
máximo |
5.800
r.p.m. |
5.500
r.p.m. |
Potencia |
hasta
300 CV |
115
CV |
Alimentación |
1
carburador doble o 2 cuádruples |
2
carburadores dobles |
Distribución |
1
árbol de levas central |
2
árboles de levas en cabeza |
Encendido |
doble
o sencillo |
doble
o sencillo |
El resto de
elementos mecánicos (todos del Alfa 1900 Super Sprint) son muy
semejantes, consecuencia lógica del período de tiempo en el que estuvo
Ricart como jefe de diseño en Alfa Romeo. Por ello fue legalmente
reconocido y matriculado como Alfa Romeo.
Como puede verse en
la chapa de identificación del coche, este Pegaso nunca llegó a tener
mecánica propia ni denominación alguna. |
· Autor: R. de la Torre (MOTORCLASICO
nº 12)
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