Querido amigo:
Lamento el mal rato que estarás pasando.
Aunque nada de lo que te digamos podrá devolverte la proximidad de tu madre, quizá te consuele un poco recordar que, muy posiblemente, ella se encuentre mejor de lo que estaba y de que todos los que la queríais tenéis a partir de ahora un "angel de la guarda" más. Piensa también en los que quedan y en cómo le gustaría a tu madre que te tomaras su ausencia.
La vida tiene estas cosas y, a pesar de todo, vale la pena de ser vivida.
Animo y un abrazo.
Sergio Romagosa