Referente a los motores Merlín… cuando la contienda llegó a la isla, y necesitaban producir mas motores para sus Spitfire, el gobierno se dio cuenta que había que pasar parte de la producción a otras fábricas, a ser posible fuera de inglaterra.
Para ello hablaron con el tío SAM, quien rápidamente llamó al mejor y mas capacitado fabricante de motores que tenia, Packard. En pocos meses los ingenieros de Packard vieron que el “exquisito” método de montaje artesanal de los motores uno a uno, dado el bajísimo control de calidad de las piezas de Rolls Roice, motivaba tres efectos, el primero que las piezas de esos Merlín, no fueran intercambiables entre ellos, algo inaudito en una máquina de guerra, la Segunda que el tiempo de montaje del motor fuera altísimo, y la tercera que requiriese un control y ajuste muy especializado para su puesta en marcha y mantenimiento.
Tras unos meses de negociación, los ingleses permitieron a Packard evaluar los problemas y buscar soluciones. Finalmente y fruto de aquello, Los Yankees dijeron que el mayor problema era la ausencia de tolerancias escritas en los planos, lo que motivaban baja calidad en los fabricados, y reajustes en las piezas. Es decir, por poner un ejemplo, si mecanizaban un pistón a 89 mm de diámetro, en alguna parte del plano había que poner +- 0,02 mm, como esto no se ponia, se fabricaba pistones a 89,05 o a 88,95 que no eran válidos, y como lo mismo ocurría con Camisas, casquillos, etc… Al final el que montaba el motor debía apuntar y decidir en cada caso como lo hacía, y que tolerancias le daba; cosa que en una fabricación artesanal es posible pero en una Industrial en tiempos de guerra no.
Finalmente esos planos corregidos en muchísimos puntos por los de Packard, fueron compartidos con Rolls y con Ford UK, y entre los tres fabricaron los Merlín.
Hay muchas discursiones en internet sobre si son mejores los Merlín Yankees o los Ingleses, lo cierto, es que según dicen los que menos vibraciones tenían fueron los originales fabricados y ajustados uno a uno, pero una vez que se iban de la fábrica era imposible de mantener, por lo que los más valorados eran los fabricados por Packard. También las calidades de los aceros no eran lo mismo, y no debía ser nada fácil para los britanos fabricar, mientras los Alemanes les tiraban bombas.