El 308 lo llevaba D. Antonio Zanini, campeón de España con dos unidades similares en el '84, (utilizó el 2 y el 4 válvulas si no recuerdo mal, en blanco y uno rojo, con Autet también de copiloto), para sorpresa de muchos, que no se esperaban un aparato de ese tipo tan competitivo en rally.
Auténtico espectáculo en vivo, y el sonido, en la época de los R5 turbo, Opel Manta, Porsche 911 de los Beny, Genito, Sainz, etc. acojonante, sin más.
Menuda diferencia con los Toyota Yaris, Ford Fiesta, y demás guarrerías, además todos con el mismo sonido (horrible) características técnicas, y conducción de ahora. Así están los rallys, que ni en el mundial saben ya por donde tirar porque no los sigue nadie. Nadie que haya estado a pie de cuneta viendo, escuchando y sintiendo las antiguas generaciones de coches, (y no solo los venerados Gr.B) y de pilotos míticos, cada uno con su personalidad, que fumaban en público, decían sus opiniones, no las que les marcaba un agente de prensa de la marca, y te identificabas con un coche y con un piloto.
Hoy... está claro que Loeb y Ogier son superclases, y tienen personalidad; el resto...es que no sé ahora mismo ni quién es el campeón en título.
Voy a ir yo a una cuneta a ver pasar esos engendros todos iguales. Ni aunque me paguen.
Una vez vi algo que no he vuelto a observar:
Una Carrera de Campeones en el Jarama, de las que organizaban Michele Mouton y su marido, en diciembre si no recuerdo mal, con un frío de cojones y lloviendo.
El Jarama, hasta arriba.
De pronto desde el Siete, donde yo estaba, se oye un silbido característico, y unos ruidos de transmisión más característicos aún, y un rugido. Inconfundible.
Posiblemente hubiera 60 o 70.000 personas. Se hizo el silencio absoluto, porque era algo que todos los que estábamos allí identificábamos, sin verlo.
Y allí que apareció Stig Blomquist, con el Audi S1. Aquello daba miedo; lo más bonito y atractivo para los sentidos que un aficionado a los rallys pueda ver y escuchar.
Una vuelta dio, antes de romperse.
Pero joder; sólo ese momento valió todo el día. Qué maravilla. Y no he vuelto a ver un silencio así en un circuito.
Igual que ahora, vamos.