No hacía seis meses que vivía en Barcelona cuando una madrugada, bajando con un compañero de trabajo por la Avenida del Tibidabo veo un 1200 que parece haber vivido muy mejores tiempos junto a la acera izquierda de una calle perpendicular, está el segundo desde la esquina a la avenida.
-¡Para, para! Tengo que ir a ver un coche ahí.
-¿?
Me apeo y cruzo la desierta avenida. Casi con cautela, como temiendo despertar al cochecito, me acerco. Caramba, está destrozadito el pobre. Astroso. Mientras lo rodeo voy apreciando sus múltiples faltas en la verduzca pintura. El techo, horrible. Trato de verlo por dentro: parece bastante fatigado aunque sin grandes destrozos.
Se acerca mi compañero mirándo el trasto con indiferente extrañeza.
-Te gustan los coches viejos, ¿eh?
-Unos más que otros.
-¿Y qué coche es este que no lo conozco?
-Un FABULOSO Simca 1200. Y es el GLS, de los más equipados, aunque no entiendo que no traiga proyectores de largo alcance delante, creía que eran de serie...
-...
-Fíjate, la ITV está al día, y se ve que no lleva mucho tiempo aquí. Este aún está dando guerra.
-¿Quieres hacer alguna gestión con él?
-Ya la estoy haciendo: lo admiro.
-¿Te gusta por lo "auténtiko" de lo envejecido o qué?
-Jeje, sí, más o menos. Me gustan los 1200.
-Venga vámonos, van a ser las seis y tenemos que estar en...
Así conocí en chapa y roña el viejo Didacmóvil. Hasta ese momento sólo había sido una referencia foril. Supongo que cualquier día, o noche, me toparé con su nueva cara. Menos "auténtika", más presentable, con menos encanto, pero con más vida por delante.
Saludos y enhorabuena.