Jordi Garriga
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El galgo. Estados Unidos.
El "Scenicrouiser"
Un mito visto desde el otro lado del Atlántico, o del Pacífico, por cienes y cienes (o cientos y cientos) de personas, en las películas.
El transporte de viajeros por carretera, dadas las distancias, representó en Estados Unidos, en la misma época y por comparación por ejemplo con España, otra filosofía.
En 1950, la empresa Greyhound contaba ya con 6.000 autocares, con 160.000 kilómetros de lineas, y transportaba anualmente 200 millones de viajeros.
Aquí estábamos todavía, y con mucha honra, con "La Sepulvedana".
La línea más larga, Nueva York-San Francisco, se hacía en 82 horas. Nueva York-Miami en 36. Estos trayectos, en autobús costaban la mitad que en tren; comparado con el avión, 6 veces menos.
Medidas del Scenicruiser:
La gama de autocares que incorporó la Greyhound supuso un antes y un después en el concepto de autocar americano. El tradicional chasis de camión adaptado a transporte de viajeros quedó obsoleto, el motor se situaba detrás.
Además, para facilitar el trabajo al conductor, se incorporó la servodirección, y para mejorar el confort a los viajeros, la suspensión neumática y la climatización (aire acondicionado).
Publicidad de la empresa.
¿Cómo era un Scenicruiser?
El piso plano, algunas versiones contaban con lavabo. El compartimento de equipajes, otro adelanto, iba debajo, a mano, y no arriba, en la baca del techo.
Otro detalle era que al parabrisas se le dotó de una inclinación perfectamente estudiada (24º) para que no ocurriese como sí ocurría con los parabrisas verticales: que los reflejos de la iluminación interior molestaban al conductor.
La propulsión era a uno de los 2 ejes traseros. El otro era elevable a voluntad cuando el motriz perdía tracción, sobre todo en maniobras o arrancadas sobre piso desigual.
Cuadro auxiliar de mandos.
Con el Nº2 se señala el interrruptor para elevar el eje, el resto son mandos de la climatización; con una exepción, el Nº11. Ahora hablamos, primero acabamos con el resto de mandos.
Ver archivo adjunto 59311
Foto de arriba.
A la izquierda el cuadro auxiliar, freno de mano y micrófono (3).
En el suelo, 3 pedales, más o menos normal, después hablamos, y tres pisones: luz larga/corta, luces antiniebla, y bocina.
En el cuadro de relojes: al centro el advertidor de posición del eje elevable.
Izquierda velocímetro (!) no hay cuentarrevoluciones, lo que lo parece, a la derecha, es el manómetro del aire.
Y abajo, a lado y lado, lo que parecen 2 relojes repetidos, concretamente de presión y de temperatura, son 2 relojes repetidos, de presión y de temperatura
(??)
- Por que hay 2 motores.
Como estos.
El tema de motores dió mucho que hablar, por lo errático de la elección.
Se montaron varias configuraciones, principalmente Diesel Detroit 4-71 de 2 tiempos de 160CV cada uno, (!!) 2 motores, de ahí la doble relojería, con compresor Roots y válvula de escape; en estos motores, el cárter no hacía la pre-compresión, lo hacía el compresor Roots, sinó que estaba lleno de aceite como en un 4 tiempos.
Lo singular en este montaje era que los motores estaban en posición transversal, uno enfrentado al otro, con la caja de cambios entre los dos. Un motor giraba en un sentido y el otro en inverso.
A la salida del cambió (3 velocidades), un reenvio en ángulo hacía llegar el giro al diferencial (2 velocidades). Total= 6 velocidades.
El embrague, hasta que se modificó por uno convencional, fué el mayor de los fracasos; estaba comandado eléctricamente por medio de un interruptor todo/nada que se accionaba con el pedal. La brusquedad, apenas tamizada con un acoplamiento hidráulico, era probervial; las averías por rotura, constantes.
Después se probó con montar los 2 motores en sentido longitudinal, y finalmente se optó por utilizar un sólo motor, el V8 de 318 CV de la misma casa.
Vamos atrás.
Cuando estábamos en el cuadro de mandos auxiliar, he hecho notar la llamada 11.
11 es el interruptor que mediante maniobra eléctrica da orden al segundo motor. Éste no tiene arranque directo: no tiene motor de arranque, sinó que ha de ponerse en marcha, imperativamente, con el movimiento del propio vehículo.
¡Cosas de los americanos!
El éxito y la aceptación por parte del público de este autocar fué tal, que se organizó una gira por Europa para, aprovechándolo, promocionar el país.
<<Visite los Estados Unidos por 99 dólares>> rezaba el eslogan de la propaganda. Era un forfait que por 99 dólares permitía transitar por todas las líneas durante un mes entero. Así mismo, la compañía aérea Pan-Am, subvencionada por el gobierno, ofertó a la par otro forfait de 99 dolares para el desplazamiento en avión.
Imagen en París.
-Mítico, el Scenicruiser de la Grenyhound-
Saludos.
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