Todas las comparaciones son odiosas y quizás algunas lo sean aún más... Perdón de antemano.
Quiero recordar que esas llantas son unas Conti, o unas Akront. Pero no, no son Seat.Todas las comparaciones son odiosas y quizás algunas lo sean aún más... Perdón de antemano.
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El más grande de los dos, es un Buick, de 1959.
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Monta un motor V8, de 6.5 litros; ¡un solo cilindro de ese Buick ya cubica más que el motor entero del 600!
El pequeño, es un nostrado SEAT 600 “N”.
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Pero el 600 N, ni por 600, ni por N no se deja achantar y está preparado para afrontar las largas travesías por las interprovinciales del país.
Con el capó abierto, por arriba.
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También con llantas que no son de origen; que estoy por decir que tampoco no son de SEAT.
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Con 9 orificios ovalados de ventilación. ¿Son de SEAT?
Especialmente cuando negociabas la bajada de un buen puerto de montaña con un paquebote de esos, con su caja automática de 2 o 3 velocidades y frenos de tambor...Muy bonito el Buick, aunque no me lo imagino en las carreteras de esa epoca en nuetsra piel de toro, pasando pajares, reinosa, despeñaperros, o cualquier otra.
Si es verdad que la diferencia,en renta per capita debia ser brutal.
Pues sí, son unas llantas Conti.Quiero recordar que esas llantas son unas Conti, o unas Akront. Pero no, no son Seat.
Pues sí, son unas llantas Conti.
Son de chapa, de 9 orificios.
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También de Conti, para el 600, de 12”, las había en aluminio.
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Las de aluminio son de 8 orificios.
No sé bien, bien, qué le puede aportar a ese coche, unas llantas Conti; a ese en concreto: de aspecto ya un tanto ajado. A lo mejor, escondía sorpresas y cuando iba de vacío, sin baca, sin maletas, sin taburete, sin mujer, sin suegros y sin hijos, era una bala; el “Diablo con ruedas” de la Nacional VI...