Menudo lince el Webercillo,no se le escapa una.
"Uno de aquellos días, Strummer cometió una locura. Llamó a Santiago Auserón, de Radio Futura, le pidió prestadas 150.000 pesetas y se fue a una tienda de venta de coches de segunda mano que había visto en Madrid y que lo había dejado absolutamente conmocionado: había visto allí un coche magnífico, imponente, sublime, curioso y extraordinario: un Dodge-Dart gris metalizado con el techo negro. ‘Su’ Spanish-American car, como él lo bautizó. Alucinaba con aquel coche. Le pidió el dinero a Santiago Auserón. se fue a la tienda de coches y se lo compró. Luego me llamó por teléfono desde Madrid.
-Jesús, espérame en La Cúpula a las seis de la tarde. Tengo una sorpresa que enseñarte- me dijo en inglés.
-Vale -le respondí yo.
Estaba intrigado, pero Joe solía comportarse así. Podía tirarse semanas sin llamarte, sin dar señales de vida y, de pronto, aparecer por tu casa y quedarse tres días allí, de modo que no me extrañó.
A las seis en punto de la tarde yo estaba esperándolo en La Cúpula, un pub equivalente al Ruido Rosa de hoy, un gemelo de El Silbar. A esa hora, el pub estaba cerrado y yo aguardaba en la puerta cuando ví girar un enorme coche plateado que hacía sonar el claxon. Era Joe. Radiante y feliz como un chaval.
Salió del coche: “¡Mira, hombre! ¡Mira lo que ha comprado!”, dijo en su español clásico. “¡Bonito! ¡De primera clase! ¡My Spanish-American car! ¡Sube! ¡Rápido!”.
Me monté en el coche. Joe estaba totalmente borracho de alegría. Me explicó para qué servía cada botón, acariciaba el parabrisas, se asomaba a la ventanilla cuando parábamos en un semáforo y le decía a los pasajeros de cualquier coche que se hubiera parado a nuestro lado: “¡Bonito, ¿eh? Bonito gran coche. Y es mío!”. Semáforo en rojo, y Joe sacando la cabeza por la ventanilla para que la gente admirara el Dodge-Dart. Calle Pedro Antonio de Alarcón, Camino de Ronda, Severo Ochoa, la Gran Vía. Todo un paseo por Granada a bordo del Spanish-American car de Joe Strummer.
Así estuvimos dando vueltas por toda la ciudad como una hora, probando el coche..."