Bueno, pues hoy 17 de julio, el Sambita ha pasado la ITV con buena nota. Únicamente una falta leve por pérdida de aceite sin goteo, vamos, lo habitual en los coches con bastantes años encima. Incluso la medición de CO se ha quedado en un límite bajo: poco más de 0,5 %. Para celebrarlo, voy a colgar más fotos del pequeñín, aunque algunas tienen ya unos meses:
Lo primero que hice cuando lo compré, fue quitarle los aros metálicos de las llantas, que en su día se le colocaron, aunque sólo los llevaba la versión Sympa. La razón es que, aunque hacen bonito, rayan la pintura de la llanta y producen ruidos si no encajan bien. Tuve que repintar parcialmente las llantas para eliminar las rayas y óxidos que produjeron los aros.
Otra cosa, que siempre hago cuando compro un coche usado, es desmontar la tapicería de los asientos para meterla en la lavadora y luego, con paciencia, volver a montarla. La curiosidad es que los dibujos de la tapicería se ven azules, pero es debido a la decoloración del sol (los cristales no son tintados), porque originariamente eran grises, lo cual se ve en las zonas protegidas del sol.
Vemos el aparato de radio-CD, de marca JVC, que nunca se estropea por muchos años que pasen y que van heredando todos mis coches de las últimas décadas. El mechero lo coloqué a su derecha, donde debería estar cuando se diseño éste salpicadero para el Peugeot 104, en vez de en la consola y muy a desmano, donde lo llevan los Samba.
El asiento trasero está pendiente de limpiar, por lo que se le nota algo de suciedad.
Éste coche tiene la peculiaridad de que la bandeja trasera va unida al portón por dos bisagras, y se levanta solidariamente con el mismo. Como me parecía que el interior del portón estaba desnudo, le hice una tapa de skay gris que se puede observar encima de la bandeja. Posteriormente, para mantener la originalidad del coche y quitarle peso al portón, se la quité, pero la verdad es que me quedó bastante lograda.