Esto es Múnich en los años 60. El edificio del fondo, el de las arcadas, es el Ayuntamiento; ahora todo es zona peatonal. En primer plano, un taxi; es un Mercedes
“Pontón”.
Denominaciones del Pontón
180 y 190 corresponden a los motores de cuatro cilindros, de 1.8 y 1.9 litros respectivamente, la “D” corresponde a los motores diésel. Estos Mercedes también montaron un motor de seis cilindros, a gasolina (denominación genérica 219 y 220), de 2.2 litros, que daba 115 CV, en su versión más elaborada, a inyección. Los motores pequeños partían de 52 CV, en gasolina, y 40 CV, en diésel, para un peso de 1.200 kg. en orden de marcha; caballaje, algo escaso, para desenvolverse en carretera, pero suficiente para ser utilizado como taxi, como el de la foto.
El Pontón salió al mercado el 1953
Era un coche caro; por ejemplo y por comparación con un
Peugeot 403, costaba el doble.
Con pequeños cambios, el más significativo, fue en la zaga, en 1959, estuvo en producción hasta 1962.
Primeros Mercedes con la zaga cambiada, los
“Colas”; la cola le daba un aire más moderno; la modificación afectó solamente a las motorizaciones de seis cilindros.
El Pontón fue el primer Mercedes autoportante, sin chasis, y además el motor y las suspensiones estaban ancladas a sendas cunas independientes atornilladas a la carrocería con interposición de bloques de goma, aislándola de las vibraciones.
Cadena de producción. Se puede observar como los órganos mecánicos están montados en un subchasis que se atornillará a la carrocería.
La carrocería, que era amplia y cómoda, se presentaba en tres longitudes: una de corta, para el motor de cuatro cilindros, una de larga, con el morro, más extendido, para albergar el motor de seis cilindros y con mayor distancia entre ejes, con más espacio para el habitáculo, y una de intermedia, con morro largo y habitáculo corto.
En su diseño, se tuvo en cuenta la protección para los ocupantes, con zonas deformables y de seguridad.
Aunque si uno se pone a observar el pilar “B”
Muy robusto, mucha sensación de seguridad, no da, no.
Para la transmisión, se empleaba un cambio manual, de 4 velocidades, todas sincronizadas, con mando en el volante. A partir de 1957 y para el seis cilindros, en opción, se ofreció una caja automática: la
“Hydrak”.
La
Hydrak era en realidad una caja semiautomática. No había pedal de embrague y para maniobrar y arrancar en parado, la función de deslizamiento la realizaba un convertidor hidráulico, pero luego las marchas había que cambiarlas a mano, con la palanca en el volante, que, pilotando actuadores de vacío, movía un embrague tradicional, a disco.
El coche tenía un buen maletero
Y si uno era un buen manitas y sabía hacer maletas a medida, podía acarrear mucho equipaje.
El puesto de pilotaje.
Con el gran volante, característico, de los Mercedes de esos años, que parece de camión; la dirección no era asistida.
Sobriedad y muchos botones; pero las luces se accionaban desde el suelo, con un pisón, igual que el limpia y el lavaparabrisas.
Fue un vehículo elegante y muy robusto. En diferentes versiones (también hubo descapotables) se comercializaron casi 450.000 unidades.