Sí lo he tenido. De vez en cuando, cuando pienso en mi clásico y en su futuro, me viene a la cabeza, pero inducido por mi padre, que tiene tendencia a lo funesto.
Pero para lo poco con lo que he circulado y voy a circular, procuro no preocuparme por ahí.
Lo que sí me me parece más para asustarse, es que por muy seria y cuidadosamente que conduzca uno, la cantidad de tarados en la circulación en España es un peligro que acecha, y ahí lo que el conductor de clásico o no actual puede hacer tiene su límite.