...y añado y termino.
Al propietario del Golf GTI, cuando le vendieron el coche hace veintiocho años, nadie, ni el fabricante en su publicidad, ni el vendedor del concesionario, ni el político chusma de turno, nadie le dijo que no podría mantener su coche, su ilusión pagada con su dinero, hasta que le saliera de los mismísimos, o se muriera o muriese, miembro o miembra. Porque tampoco nadie le va a eximir de pagar un impuesto de circulación, que ya lleva veintiocho (28) más IVA e impuesto de matriculación, más tasa de tráfico, pagados pese a que no pueda circular. Si mañana, como es previsible, se extiende la epidemia de buenismo propagandista y chufletero al resto de municipios del ¿país?, este señor, sólo podrá mover su coche, su querido coche, por vías interurbanas, luego, no tendrá donde ir con él, más allá de la puerta de su garaje, salvo que viva en un territorio inexplorado y libre.
Y por cierto, la contaminación era tan alta y tan mala cuando le vendieron el coche como ahora.
No es ir contra el mundo ni contra la salud, ni contra el medio ambiente. No. (Ójala todo estuviera bien limpito, no como las calles de la ciudad de la matrícula del Golf, que son un verdadero asco, (dense una vuelta por cualquier barrio, señores, y señoras, no sólo por las tres o cuatro principales del centro) porque simplemente, no se limpian ni se recoge la basura como se debería, ni se hace nada, más que prohibir, jorobar al ciudadano, reírse del pequeño comercio e imponer ordenanzas de movilidad creadas por un, o una, imb...)
Es clamar contra la característica más reconocible del ser humano: la imbecilidad. Y por ende y añadidura, la mentira y la hipocresía.
Saludos.