Considero que ni el 180 ni el 132 podían competir con el CX en cualidades dinámicas. El 180 ya nació viejo, con magníficos motores pero con un comportamiento superado por sus rivales. El 132 era un modelo más veterano que el CX, por lo que nuestro protagonista lo tuvo muy fácil para imponerse al Seat en muchos aspectos. Sinceramente, creo que el Palas era la mejor berlina fabricada en España en los años 70. Lo más destacable, el increíble funcionamiento de la suspensión, que le otorgaba un comportamiento intachable y una comodidad sin igual. Pero es que además, su motor era más potente que los del Chrysler o Seat.
Respecto al tema de la motorización, en comparación con sus rivales, franceses, sobre todo, creo que el hecho de que éstos pudieran disponer de propulsores de 6 cilindros no les otorgó más que cierto caché. El PRV nunca destacó por su rendimiento y el CX se defendió muy bien con el 2400 de inyección y 128 CV y su evolución de 2500 y 138 CV. Con este motor, ya se superaba claramente a los Peugeot 604 y R30, a pesar de tener menor potencia. Cuando se lanzó el GTI Turbo, con 168 CV y 220 km/h, la competencia francesa se dejaba atrás (incluso al primo Peugeot 505, tanto en variantes V6 como Turbo) y se buscaba el cuerpo a cuerpo con las berlinas alemanas. De ahí la campaña publicitaria en la que se hacía hincapié en la velocidad punta.
Sobre lo del portón trasero, ya he hablado de ello en el foro en varias ocasiones y colgué para disfrute de todos de un dossier de información sobre el coche que fuí recopilando y traduciendo durante meses.
El caso es que el presidente de Citroën, Pierre Bercot, consideraba indigno para un coche de gama alta la quinta puerta, de ahí que el coche naciese con 4 puertas. Cuando se reestilizó el coche en 1985 se valoró la posibilidad de dotarlo de portón, además de otras soluciones, pero la serie 2 no fue más que un ligero maquillaje a la espera del sustituto, el XM. En Francia hubo numerosos citroenistas que esperaban como agua de mayo la serie 2 pensando que se dispondría de portón y ante la decepción, acabaron comprando un R25, que curiosamente, también fue diseñado por Robert Opron.